AFTER BATHING AT BAXTER’S (Jefferson Airplane, 1967)

Artista: Jefferson Airplane (D+)
Fecha de Grabación: Jun – Oct ‘67
Fecha de Lanzamiento: Noviembre 30, 1967. USA
Discográfica: RCA Victor
Productor: Al Schmitt
Calificación: 7

 

 

 

 

 

 

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Categoría: La Psicodelia (1966-1969) 

Subgénero: Acid Rock

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Mejor Canción: Won’t You Try / Saturday Afternoon

Canciones: 1) The Ballad Of You And Me And Poonell; 2) A Small Package Of Value Will Come To You Shortly; 3) Young Girl Sunday Blues; 4) Martha; 5) Wild Tyme (H); 6) The Last Wall Of The Castle; 7) Rejoyce; 8) Watch Her Ride; 9) Spare Chaynge; 10) Two Heads; 11) Won't You Try; 12) Saturday Afternoon.

 

Es increíble que casi después de lanzar el magistral Surrealistic Pillow, uno de los mejores discos del ’67, los Jefferson dieran un bajón tan espectacular y lanzaran un álbum tan blando. O quizá precisamente por eso. Después del trancazo del Surrealistic Pillow, no era tan ilógico que la banda volviera corriendo al estudio, improvisara un montón de canciones sin pies ni cabeza y tratara de aprovechar el vuelo de su disco anterior para lanzar algo absolutamente mediocre, pero en el que el público tenía hartas expectativas.

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En realidad no es tan malo, pero es ciertamente decepcionante tras la joya que acababan de lanzar y las expectativas que se podrían tener del próximo disco. Ya se reivindicarían con el Crown of Creation, pero aquí dan la impresión de haber hecho un disco rascadólares y haberse metido al estudio sin la más mínima idea de qué iban a grabar. Ninguna pieza es particularmente exquisita, salvo la microsuite del final. La banda suena improvisada en todo momento, sin dirección, buscando sonar rara y groovy, no sé si buscando imitar los sonidos de la Velvet Underground, o quizá al Freak Out! de Zappa. La experimentación y el Rock Ácido están presentes, ciertamente, pero en un sentido mucho más desafortunado que el disco previo, ya que se olvidan de poner melodías, ganchos, esqueletos a las canciones; en fin, todo eso que hizo que el Pillow SÍ funcionara. La guitarra de Koukonen suena mucho más agresiva y con un rol más protagónico, con distorsión y mayor volumen, y esto posiblemente se deba a que entre el álbum previo y este, Cream y Hendrix se convirtieron en las figuras centrales del Rock. Había que sacar algo más pesado y unirse a la tendencia; pero me parece que en esta transición a sonidos más pesados, no salen bien librados. Está de más decir que es un disco psicodélico que sirve de tributo absoluto a las drogas, y está de más decir que los chicos estaban hasta su madre de ácido cuando lo grabaron, lo cual tampoco es excusa, ya que por la época, los únicos discos que no se grababan bajo estados alterados de la mente, (si acaso) eran los religiosos.

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No sé exactamente qué falta. Tenemos aún el magistral bajeo de Casady, que instrumentalmente es lo más rescatable del disco, (de hecho, a un nivel impresionante) con esas líneas creativas y ágiles por todos lados; tenemos la guitarra psicodélica de Jorma, que por supuesto no le llega a los talones a Hendrix o a Clapton, pero hace algunos buenos solos, particularmente en “The Last Wall Of The Castle” y en “Spare Chaynge”, donde hace los dos mejores trabajos de su vida; Spencer también tiene un papel bastante sólido en la batería a veces desquiciada, y tenemos la poderosa voz de Grace. Supongo que falta inspiración y cohesión. La banda estaba transicionando el liderazgo a Slick y a Kantner como compositores, mientras Balin se hacía a un lado, acusado de ser más comercial y tendiente a las baladas. Hasta el Crown of Creation se afianzarían en este nuevo orden, pero aquí la dupla compositora aún se nota insegura y sacando lo primero que se les venía en mente con la excusa de un disco vanguardista. Parece que cualquier idea servía de base para una rola fumada, sin demasiada estructura, más bien improvisada alrededor de una simple idea a manera de mantra. No hay estructuras bien planeadas, ni sólidas, ni espectaculares tipo “White Rabbit”.

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El disco se grabó durante más de 4 meses, por lo que tampoco fue hecho al aire en un par de días. Al Schmitt fue el productor del disco, y si bien estoy de acuerdo en que no tenía sentido intentar un Surrealistic Pillow II, también me queda claro que no supo guiar adecuadamente las ideas del grupo para que la experimentación que deseaban tuviera mejores resultados. Otra de las novedades en este disco respecto a los previos de Jefferson es la duración de las rolas. Hasta aquí siempre habían tenido un tiempo estándar, pero en el After Bathing At Baxter’s la banda opta por piezas más complejas en forma de minisuites, o jams psicodélicos de más de 9 minutos, o un track que es una especie de collage, que aunque dure menos de 2 minutos, parece de una hora.

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Finalmente la portada, que es magistral; se trata de un diseño del caricaturista Ron Cobb, quien hizo un boceto de avión basado en el estilo de Haight-Ashbury, donde la banda tenía su base de operaciones, y que resulta muy representativo de la imagen cultural del ‘67. El disco después de todo, no fue un fracaso. No alcanzó el éxito del Surrealistic, peró llegó al #17 de las listas, y terminaría siendo un disco influyentísimo en muchas bandas nuevas de la movida psicodélica californiana. De repente un montón de grupos estaban tomando esta placa y el White Light/White Heat de los Velvet para lanzar cualquier cantidad de porquería psicodélica experimental en nombre del Avant Garde y el LSD. El nombre es una jerga lisérgica, algo así como una cruda o resaca por el LSD.

 

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El disco abre con “The Ballad Of You And Me And Poonell”, una rola agresiva, que inicia con bastante feedback (Jorma jugando a Hendrix). La intro parece que va a dar pie a algún riff colosal, pero en lugar de ello inicia uno muy ágil y fresco, juguetón, dominando es marcado guitarreo, pero es ese como Twist de slide el que lo mejora enormidades. La musicalización es más bien simple, pero los arreglos y armonías vocales son espectaculares, creando una verdadera muralla de sonido (particularmente Grace roba cámara). Por momentos todas las voces se sincronizan, luego parecen responderse, se desfasan, se van a distintos tonos y crean una enredadera verdaderamente fascinante, donde basta cerrar los ojos para transportarse a esa época y ver un caleidoscopio de colores. Creo que ese es el único problema, que la canción está muy fechada, pero aun así es magnífica, todo un himno de esa generación hippie. La banda se las ingenia para hacer un magnífico manejo de tensión, subiendo y bajando la intensidad a placer, gracias a la inteligente batería de Dryden, que va desde un tamboreo primitivo hasta súbitas explosiones a la Moon. En fin, un verdadero “Viaje” de más de 4 minutos, con todo y un cierre con tanto feedback como el inicio.

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Desgraciadamente el prometedor inicio se va al caño de inmediato. “A Small Package Of Value Will Come To You Shortly” es tan horrible como su nombre podría sugerir. Quiero pensar que este collage horripilante es un intento de imitar los sonidos de Zappa. Con bastante menos ingenio, claro. Tampoco es que ellos mismos lo tomaran tan en serio, al menos no como Floyd con sus propios collages. Pero aún así es insultante pensar siquiera en incluir este tipo de tracks en un disco. No hay estética posible. Sólo ruidos al azar, risas lisérgicas, pedos, una batería desquiciada y sin ritmo, teclados sin ton ni son, diálogos sobrepuestos e inteligibles, gritos… Sólo falta agregar una voz diciendo “Number Eight, Number Eight, Number Eight…” porque eso es esta cosa, un precursor de “Revolution #9” y otros collages igualmente apestosos. Al menos dura menos de 2 minutos, pero se sienten eternos. Ah, lo olvidaba. A los Airplanes se les ocurrió que iban a hacer minisuites. Las rolas están acomodadas en pares o triádas que conforman una “Suite Mayor”, aunque en ralidad nada tienen que ver una con otra. Esta es la segunda parte de la suite llamada “Streetmasse”.

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Luego está “Young Girl Sunday Blues”, la única rola en que aparece Marty Balin como coautor. La canción es muy promedio, es un tanto olvidable al no tener un gancho poderoso. Pero tiene algunos puntos fuertes. Uno, el gigantésco y elástico bajeo de Casady. En segundo, un buen trabajo vocal. Y en trecero, algunos versos muy fumados, pero lindos, como “'Rain slides down the side of my face, must be a rainy day…” y “Don't try to touch me with words”, que es una línea enorme por sí sola. Por lo demás muy simple y olvidable, además de que es bastante aprecida a “3/5 of a Mile in 10 Seconds”. Como curiosidad, para esta rola grabaron los instrumentos en una presentación en vivo, y las voces las sobrepusieron en estudio. Sólo por si se preguntaban…

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Enseguida viene una minisuite de dos canciones, llamada “The War Is Over”, bastante antes de que a John Lennon se le ocurriera convertir la frase en su slogan personal. La suite comienza con “Martha” una balada hippiosa, muy folk, con un arpegio acústico muy desenfadado y una atmósfera gentil y delicada. Grace hace la voz de fondo, pero opaca por momentos a Paul, y al final hace una voz etérea y casi celestial que dura una nada. Arreglos de flauta a media canción, buenas armonías vocales, pero le falta algo. Ni siquiera los eventuales arreglos de Casady al bajo, como al 2:30, logran un gancho verdaderamente memorable. Hay que aceptar que en el terreno de las baladaas, Marty era muy superior.

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“Wild Tyme (H)” completa la supuesta suite. La canción no es más que un buen estribillo, que ésta vez si resulta pegajoso “It’s a Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiild Tyme”, pero que terminan repitiendo como un mantra hasta cansarnos de él. Lo demás es Jorma Kaukonen haciendo un despliegue de sus habilidades en la guitarra. Logra unas líneas casi violentas, pero aquí se notan más sus limitaciones que sus capacidades, haciendo varios clichés blueseros con tintes psicodélicos. Se nota que intenta imitar a Hendrix, pero bueno… No lo podemos culpar. Hasta el momento nadie ha podido igualar el sonido de Jimi. Esta es la canción más rockera del disco. Un buen intento, pero de nueva cuenta parece faltar algo. O quizá más bien le sobra tanto coro, no sé.

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Luego otra minisuite, llamada “Hymn To An Older Generation”, la cual comienza con “The Last Wall Of The Castle”, mejorando enormidades la intención y el estilo de la rola anterior. Esta también es un furioso rocker, pero más trabajado y moderado. La melodía vocal también es buena sin ser excesiva, aunque Grace luce más discreta. En realidad tanto las letras como las melodías las pueden olvidar. No importan, podría ser un instrumental. Lo relevante en esta rola es el brutal trabajo musical. Dryden luce implacable con la batería, y es quien fragua ese impresionante falso final al 1:10. Jack vuelve a demostrar que es un maestrazo al bajo, con una serie infinita de recursos, líneas y trucos perfectos. Pero Jorma esta vez logra lo que intentaba en la rola anterior, haciendo una gigantesca labor de guitarra en toda la rola, y haciendo un par de solos incendiarios, quizá los mejores de su vida, al 1:15 y al 2:15. Mientras “Wild Tyme (H)” se antoja muy larga con 3 minutos, esta luce demasiado corta con poco más de 2:30.

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La minisuite se completa con “Rejoyce” la primera de dos composiciones de Grace Slick”. La canción tiene tintes experimentales, con un piano muy dramático, contras en fade, y una Grace cantando sin melodía fija, logrando apenas momentos, pero dando la impresión de estar más bien perdida en una improvisación. La letra evidentemente estuvo antes que la música, y es una especie de tributo al Ulyses de James Joyce. A partir de la letra, le metieron las primer melodía que encontraron, por momentos tratando de retomar la atmósfera sombría e hipnótica de “White Rabitt”, pero fallando miserablemente. No hay ganchos realmente, no hay una línea vocal que pueda reconocerse como principal, y la banda se siente perdida, de repente jugando al jazz, metiendo arreglos de viento sin sentido, o de flautas o de piano, o bajando la intensidad casi hasta el silencio. Lo único bueno realmente viene a partir del 3:15m, donde la banda parece encontrar al fin el camino para hacer un final dramático y bello, guiados por la voz de Grace.

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Enseguida está “Watch Her Ride”, que es la primera parte de “How Suite It Is”. Otra vez, nada ofensivo realmente, pero no se van a acordar de ella 10 minutos después de que la hayan escuchado. Buenas armonías vocales donde recobramos a Grace haciendo coros al fondo. Lo más memorable es otra vez Jack Casidy. Prácticamente toda la rola es un enorme solo de bajo, de una gran técnica y al cual le sigo descubriendo cosas con cada oída. Jack es quien evita que marque esta canción demasiado pop en azul.

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La suite termina con un instrumental llamado “Spare Chaynge”. En realidad es un enorme Jam de más de 9 minutos. Por momentos puede ser desquiciante, porque, de nuevo, Jorma es bueno, pero no excepcional. Y si no eres un Clapton o un Duane Allman, no te puedes dar el lujo de un Jam de 9 minutos. Sobre todo al inicio, la rola comienza muy lenta y sin nada espectacular. Hacia el 4:30 comienza a cobrar más forma y la guitarra ahora si comienza a decirnos algo. La batería suena tribal y amenazante. Y comienza la magia del bajo, que también aporta enormidades con líneas gigantescas como al 6:15, otra al 7:00, y así. Bueno ya hacia el final es un verdadero desmadre, pero logran un cierre muy energético. La canción tiene sus momentos, pero le sobra toda la primera mitad.

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“Two Heads” es la segunda canción de nuestra adorada Grace. Aquí el intento de copiar la fórmula de “White Rabbit” es bastante más evidente, y por momentos parecen pedazos extraídos tal cual. La canción es buena, pero a años luz de las maravillas de la canción en que se basa, a pesar de las inclusiones de clavicordio y esos matices orientales. Sin embargo la actuación de Grace aquí es casi tan sobresaliente y espectacular como en aquélla, mostrando toda la potencia de su voz. Esta es la primera parte de la suite “Schizoforest Love Suite”.

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El disco finaliza con “Won't You Try / Saturday Afternoon” que en realidad son la misma canción, solo que se les ocurrió dividirla en 2 para parecer más cool o “Avant Garde”. Sí, ya sé, es ridículo. Lo sorpresivo es que la canción (o canciones) es de lo mejor, recobrando al menos el nivel del Surrealistic Pillow. La rola es un himno del Rock Ácido, con una hermosa y delicada armonía vocal entretejida por Grace, Jorma, Paul y Marty. El título de cada canción es repetida en su respectiva mitad, con el riff marcado repitiéndose una y otra vez. Sí, es repetitiva, pero esta vez el mantra logra funcionar, nos hipnotiza y nos envuelve, y junto con las complejas voces, logran el momento culminante del disco. En esta rola, Grace incluso se anima a sentase al teclado, que suena un tanto básico, pero no desentona. Otra vez un gran trabajo de Casidy, que en realidad luce imponente todo el disco. Es él quien va marcando los tiempos esta vez, cuando arrancar, cuando bajar la potencia… Kaukonen hace un buen solo al :50 de Saturday Afternoon, sencillo, pero que viste. Al 1:45 de la segunda canción parece que van a terminar, ya que la canción se desacelera casi hasta el silencio. Pero regresan con eso “Saturdaaaaaaaaaaaaaaaaaaay Afternoon”, tan deliciosamente hippiosos! Hacia el final es particularmente impresionante como entretejen todas las voces y mezclan ambos títulos de las canciones. Esta es la joya oculta de este disco, y la que nos quedaremos tarareando por días.

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Bueno, no es que sea un disco malo realmente. Hay tres piezas que destacan, dos realmente feas y el resto es material muy promedio, relleno muy olvidable y que no nos deja mucho, salvo algún buen requinto y bastantes líneas buenas de bajo. Hay relleno que es casi bueno, como el que vimos en el recientemente reseñado Sheer Heart Attack. Pero hay relleno que le tira a lo mediocre, y la mayoría del After Bathing At Baxter’s tiende más en esta dirección. Aún así vale la pena. Es un documento de la era Hippie, un disco “experimental” que influiría en trillones de bandas californianas que no marcaron diferencia, pero también en algunas que sí lo hicieron, como Quicksilver Messenger Service, Moby Grape, Grateful Dead. En fin, no es tan accesible, pero tiene cierto en canto y vale la pena escucharlo.

 

Por Corvan 

8/Mar/2011

 

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