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SMASHING PUMPKINS

 “And you can make it last, forever you
You can make it last, forever you
And for a moment I lose myself
Wrapped up in the pleasures of the world”

 

 

 

 

 

“D+”

Década Principal:

90's 

Eras Principales:

Alternativo II: La Gran Explosión (1990-1999

Miembros Clave:

Billy Corgan, Vocalista y Guitarra

James Iha, Guitarra líder

Jimmy Chamberlin, Batería

D'arcy Wretzky, Bajo

Canciones Clave:

1979, Disarm, Today, Siva, Bullet With Butterfly Wings, Zero, Thrirty-Three, Rhinoceros, Perfect, Tonight Tonight, Adore, Cherub Rock, Love, Sweet Sweet, Mellon Collie and the Infinite Sadness, To Sheila, Porcelina of the Vast Oceans, Hummer, Mayonaise, Spaceboy, Geek U.S.A., Silverfuck.

Uff! Los Smashin’ Pumpkins son una banda muy difícil de reseñar. Bueno, no de reseñar, sino quizá de apreciar objetivamente. Y es que tiene un buen puñado de grandes canciones, canciones que fueron determinantes en el sonido de los 90’s y que terminarían convirtiéndose en himnos de una generación. Quien no escucha 1979 hoy en día y viaja en el tiempo a 1995, cuando el Mellon Collie era amo absoluto y salián esos videos rarísimos del pelón Corgan y compañía durante todo el día en MTV?

Los Pumpkins tienen definitivamente muy buenas canciones, y MUY buenos músicos. Corgan tiene una voz que a veces se vuelve castrosa y parece querer hacerle  competencia a Cobain en cuanto a gritos, pero en otras canciones su voz nasal queda perfecta, suena expresiva y brillante, y es uno de los distintivos más grandes del grupo. D’Arcy es buena bajista y va creciendo en cada disco, hasta su salida en 1999. Jimmy Chamberlin es sin duda uno de los últimos grandes virtuosos de la batería, y es responsable en parte del tremendo punch que tiene la banda, potente, velocísimo, certero. A veces ´parece que le queda chica la banda, pero sin duda es también un gran distintivo de los Pumpkins, aunque su carácter y sus adicciones lo dejaron fuera un poco antes que a D’arcy, en el ’96, tras un incidente de sobredosis que mató al tecladista del grupo. James Iha por su parte, es un buen guitarrista. Sin ser espectacular, logra algunos buenos solos, o en ocasiones unos tremendos riffs, y después se iría a “A Perfect Circle”.

Billy Corgan es hijo de un guitarrista de jazz y funk, por lo que recibió educación musical desde muy chico. Sus padres se divorciaron y él y su hermano se quedaron con su padre, que se volvió a casar pronto. Después de un tiempo, su padre se volvió a divorciar, y él y su hermano se quedaron con su madrastra y un medio hermano, viviendo en condiciones difíciles. La guitarra la redescubrió en la secundaria, quedando impresionado con bandas como Led Zeppelin, Jimmi Hendrix, y Jeff Back, y posteriormente Black Sabbath, Queen y Rush. Su padre le enseñó los conceptos básicos, pero básicamente Billy aprendió el resto como autodidacta. Fue un buen estudiante, y al salir de la preparatoria con excelencia, le ofrecieron varias becas universitarias, pero se decidió dejar su natal Chicago para irse a Florida a tratar de seguir su sueño musical. Ahí fundó en 1985 su primer banda, The Marked. El grupo fracasó y Corgan regresó a Chicago a vivir con su padre. Diría después que en ese grupo conoció todas las esquinas oscuras del rock, como el sexo, violencia y sobre todo, las drogas.

Corgan empezó en Chicago una nueva agrupación, formando los Smashin’ Pumpkins en 1988. Conoció al guitarrista James Iha en una tienda de discos y de inmediato se pusieron a grabar demos. Después conoció a la bajista D'arcy Wretzky y la invitó a formar la banda, comenzando los Smashin’ Pumpkins como trío y con una caja de ritmos en lugar de batería (Se imaginan!!!???). Sin embargo para poder tocar en el club Metro de Chicago, el dueño les pidió un baterista de carne y hueso. Así que pusieron un anuncio y respondió un chico llamad Jimmy Chamberlin. La banda tomó un nuevo aire con la enormísima potencia proporcionada por Chamberlin, un mago de las baquetas, y el grupo comenzó a trabajar en sus canciones, con un fuerte estilo de Jane’s Addiction, y The Buzzcocks, con fuerte distorsión, pero siempre impulsados por la aplanadora de Jimmy a la batería. Pronto la banda comenzó a abrirse paso entre las bandas alternativas de Chicago. Después de lanzar un par de sencillos de mediano éxito, uno con la disquera Limited Potential y otro con Sub Pop (les suena? La misma del Nevermind de Nirvana?), los Smashin’ firmaron un contrato con Caroline Records, una disquera semiindependiente, subsidiaria de Virgin. El productor fue ni más ni menos de Vig Butch, quien produjera precisamente el famoso Nevermind…

El Gish, su debut, es su disco más crudo, sin duda, y el único al que le cabría realmente la etiqueta de Grunge, aunque en general vamos a meter el sonido de la banda como Alternativo. El Gish fue un rotundo fracaso en las listas, y no vendería sino hasta años después, cuando los otros discos llevaron a los fans a esta oscura raíz. Con el Siamese Dream comenzarían a tener éxito comercial y a salir de los círculos underground. Un disco menospreciado hasta cierto punto, ya que es el que logra más equilibrio en los sonidos, y muestra el mejor momento creativo del grupo sin caer en tantos excesos. Pero sería el Mellon Collie and the Infinite Sadness el que los llevaría al superestrellato, con difusión masiva, premios, videos surreales las 24 horas y las canciones que más se radiaron. Los Pumpkins encabezaban festivales y tenían una difusión masiva, convirtiéndose en una de las bandas favoritas de MTV tras la muerte de Cobain, y por momentos parecía que Corgan tomaría esa estafeta de líder generacional. Pero quizá fue demasiado su ego. Los siguientes trabajos irían a la baja, las broncas internas fracturarían al grupo y para el 2000, los Machinas terminarían por destrozar el mito de los Smashin’ Pumpkins.

La cuestión con los Smashing Pumpkins es que muchas veces no saben donde parar. Tienen pocos discos, pero algunos son excesivos en cuanto a su sonido, se vuelven demasiado densos y pesados, muy repetitivos. Los Pumpkins no se distinguen precisamente por su variedad, al menos en cuanto a las atmósferas y saturaciones que logran. Y eso hace que las buenas canciones se pierdan entre el material de relleno, o más promedio, que es el predominante en su discografía. Esto es lo que impide que sean catalogados con una C.

Por otro lado, su influencia en los 90’s es muy limitada. Por supuesto que forman parte del soundtrack de las vidas de todos los que estuvimos ahí, e incluso salieron en uno de los capítulos más memorables de los Simpson. Pero no fueron realmente una influencia para muchas bandas que digamos. De hecho, no recuerdo ninguna. Los Pumpkins mantenían un estilo característico, pero iban deambulando y cambiando de sonido de disco en disco. Esto es un pro y es muestra de que intentaban no estancarse ni encasillarse. El Gish es crudo y el más grungero de la banda. El Siamese Dream, a mi gusto su mejor álbum, es más rockero y con más cuidado en los riffs y estructura de las rolas. El Mellon Collie es un intento de disco conceptual, fue concebido para ser LA obra maestra de los 90’s. Y para muchos lo es. Para mi tiene algunas de las mejores rolas de la banda, pero al ser un disco doble, no puede evitar tener cantidades industriales de relleno. Es un disco que experimenta más con sonidos orquestales, tiene más cuidado en las atmósferas de ensueño y todo, pero es Demasiado Largo, para ser considerado una obra maestra, vamos, siquiera el mejor disco de los Smashin’. Con el Adore comienzan a experimentar ligeramente con el electrónico que comenzaba a dominar a finales de la década. No es desastroso, y es nuevamente un giro, pero ya se nota la banda y las ideas resquebrajándose. Los Machinas son discos que no debieron existir. Jamás. Son horribles experimentos sonoros y entiendo porqué Jimmy y D’arcy abandonaron el barco antes de que se hundiera.

Esta variedad de estilos, que muestra su intento de versatilidad, es también un contra, ya que no lograron dominar totalmente ninguno. Finalmente, la “reunión” que hizo Corgan en 2007  y el lanzamiento del Zeitgeist estuvieron totalmente fuera de lugar. Ni Siquiera Iha quizo ser parte de semejante idea, no hablemos de Chamberlin y D’arcy. Billy juntó a unos desconocidos, grabó un disco y salió a girar usando el nombre de Smashing Pumpkins, faltándole el respeto a su antigua banda y a sus fans, y recordándome la terquedad de un fulano llamado Axl Rose. Pero bueno, él es el dueño del nombre y está en su derecho de intentar sacar dólares como quiera. Pero este Zeitgeist y su sencillo “Tarántula” es otra de las razones por la que es imposible subirle la calificación a las calabazas.

Respeto mucho a los Smashing Pumpkins. Tienen grandes canciones. Pero no lograron trascender más allá de ello. No crearon escuela y fueron demasiado pretenciosos. Dejaron buenos recuerdos, pero no una huella indeleble. Resumiendo, NO me puedo imaginar los 90’s sin Pearl Jam, pero me la puedo imaginar sin los Smashing Pumpkins. Aún así, el hecho de que anden rondando en La Caverna ya es por algo. Tampoco es que sean la peor banda del universo. Simplemente no es TAN buena como nos quisieron hacer creer.

Billy Corgan tenía razón: The World is a Vampire…

 

 Por Corvan 

16/Ago/2011

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