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DEEP PURPLE (Album, 1969)

Artista: Deep Purple (C+)
Fecha de Grabación: Ene – Mar 1969
Fecha de Lanzamiento: Jun 1969 (US), Nov 1969 (UK)
Discográfica: Harvest Records / Tetragrammaton
Productor: Derek Lawrence
Calificación: 
8.5

Era: La Psicodelia (1966-1969)

Subgénero: La Psicodelia 

Mejor Canción: Bird has Flown o April

Canciones: 1) Chasing Shadows; 2) Blind; 3) Lalena; 4) Fault Line; 5) The Painter; 6) Why Didn't Rosemary?; 7) Bird Has Flown; 8) April.

Este es el tercer disco de Deep Purple, el último de la primer alineación también conocida como Mark I en la que aún estaba el vocalista Rod Evans y el bajista Nick Simper, y presumiblemente el mejor trabajo de esta Mark I. No sólo eso, sino que es uno de las mejores entregas de cualquier alineación de Deep Purple, opacada apenas por las joyas del ‘71-‘72. Este disco, también conocido por los fans como el Deep Purple III, quizá es su trabajo más psicodélico como banda, sí, más incluso que el Shades, y bastante superior, ya que no hay piezas vacías de pop, no hay malos covers (de hecho el único cover del disco es conmovedor!), no hay portadas desabridas, no hay letras vulgares, no hay piezas monótonas de rock como las que saldrían en la segunda mitad de los 70’s, y es un álbum perfectamente balanceado, con un gusto impecable, una gran variedad de estilos que van desde la delicadísima balada “Lalena” hasta tremendos blues rockers como “Why Didn't Rosemary” o “Bird Has Flown”, experimentales como “Fault Line” hasta pasajes entre clásicos-artísticos-progresivos como la inspiradísima “April”, que a pesar de su duración es una obra muy bien lograda y cuidada hasta el más mínimo detalle.

Este disco dan diverso tiene tan buenos acabados por estar hecho entre los límites de la pasión de Richie por los riffs pesados e inteligentes de guitarra (y afortunadamente aquí Blackmore tiene mucho más peso que en el Taliesyn) y por otro lado balanceado con la adoración de Jon por la música clásica que los llevó a territorios cercanos al prog. Bueno, sin contar el “Concerto For Group & Orchestra”. En este punto parece que la banda aún no se decidía por alguna de las dos corrientes que presentaban, los rockers furiosos y sanguinarios, hechos con una maestría total y con un trabajo de guitarra aún en desarrollo, pero que ya daba nota de un genio en potencia a las 6 cuerdas. Y por otro lado, un sonido más tendiente a lo clásico, a buscar suites elaboradas y detalladas con el teclado de Lord como líder, creando estructuras complejas y mezclando sonidos que recuerdan en su elaboración a Procol Harum, Pink Floyd, Jethro Tull y King Crimson. Con en In Rock está claro cual fue la corriente que prevaleció en la Deep Purple, y me parece una decisión acertada; Lord aceptó la decisión y aún así supo mantenerse como un referente básico y un tremendo tecladista, aunque siempre me ha quedado la idea de que Deep Purple también pudo haber entrado a las grandes ligas del Art-Progresive.

Creo que la única razón por la que este disco no goza de la fama y el status de clásico atemporal que debería tener, es porque en su momento, muy poca gente lo escuchó en USA. Cuando EMI/Capitol se negó a lanzar los discos de Purple en USA, lo único que la banda pudo hacer fue firmar con un sello independiente llamado Tetragrammaton Records. El detalle es que este sello estaba distribuyendo también el Two Virgins de John y Yoko por las mismas fechas, pensando que con los puros nombres había encontrado su mina de oro, pero como fue acusado de material obsceno por la souciedad puritana gringa por la portada en que ambos salen desnudos. Eso no es obsceno, eso es feo, es horrible, es una ofensa visual, que es muy distinto y SÍ, válido para censurar popr la salud mental del público… quién quiere ver a Yoko en cueros?? Ah ya me desvié. El caso es que la pequeña disquera terminó perdiendo dinero porque el Two Virgins, además de ser horrible visualmente, era horrible musicalmente, así que se fue a quiebra prácticamente cuando acababa de lanzar este enorme homónimo de Deep Purple. El grupo no tenía la culpa pero este lamentable hecho hizo que también quedaran casi en la ruina y sin saber qué les depararía el futuro (otra víctima de las “ocurrencias” de Yoko). Al final Warner se quedó con los activos de Tetrablablablá y sería el sello que los manejaría durante la Mark II y subsiguientes.

Pero la cuestión es que este disco no pegó no porque no fuera bueno, sino por esas cuestiones inexplicables del destino. El álbum es sólido de principio a fin, y algunos de los fans de Purple lo consideran su obra maestra por esa mezcla perfecta de psicodelia, de buenos y potentes riffs, solos creativos, y la dosis de elementos clásicos y complejidad musical proporcionados por Lord y Blackmore en un balance perfecto. Si Warner se hubiera avivado y hubiera dado apoyo y difusión al disco quién sabe si el disco hubiera sido un enorme trancazo como merecía ser, si Evans y Simper se hubieran mantenido y si el grupo hubiese seguido por terrenos del art-prog.

Pero el hubiera no existe, y el hecho de que el disco haya pasado desapercibido por una broma cruel del destino no significa que no sea maravilloso ni que no lo podamos disfrutar hoy en día en toda su grandeza.

El disco abre con “Chasing Shadows” con una batería descomunal, primitiva, casi tribal, pero con tal potencia y ritmo que se queda uno pegado a su asiento al escucharlo. Paice se lleva definitivamente la canción y demuestra desde ya que es uno de los mejores batacos del Rock con ese bestial manejo de sus tums con los que emula él solo una batucada entera. Su mejor trabajo con la Mark I sin duda alguna. Blackmore va añadiendo guitarrazos cortantes y con un efecto de distorsión medio oxidada, mientras Simper hace un bajeo rapídismo y complicadísimo demosterando que no fue por malo que se iría. La línea vocal también es muy buena, cargada de eco para aumentar el efecto psicodélico, contrastando el tiempo semilento con la velocidad de los instrumentos y con unas letras que van muy bien con el ambiente pesadillesco de la canción. Al 2:19 tenemos un magnífico solo de Richie lleno de wha y notas veloces, uniéndose al sonido de las guitarras inteligentes pero psicodélicas de Hendrix y Clapton. Tras el solo de guitarra hay un pequeño falso final para regresar con el ritmo desenfrenado y al 4:10 viene el solo de teclado, también muy tribal, aunque no exige mucho a Paice. Los minutos finales es una larga coda con la batería insertando arreglos y otras percusiones a manera de solo para un abrupto final que no se ve venir. Curiosamente, los Dug Dug’s la “tomarían prestada” casi nota por nota (incluso la incendiaria intro) para su canción “Stupid People” con que abren su disco El Loco de 1975. Enorme canción y la mejor elección para iniciar a tambor batiente. Literalmente, jajajaja.

Sigue “Blind”, con una entrada lenta y colosal, que después agarra un poco más de ritmo, pero no la velocidad del primer track. Aquí el sonido que destaca desde el principio es el clavicordio, que da un aire barroco, y nuevamente se identifica con el sonido psicodélico que predominara en el ’67. Se imaginan si este disco hubiera salido en pleno Verano del Amor? Volviendo ala canción, esta llena de cambios de ritmo y tiene una estructura muy compleja, que raya en el progresivo. De hecho, la manera en que canta aquí Rod Evans me recuerda bastante a Ian Anderson de Jethro Tull, a poco no? En fin, la banda va creando un ambiente entre onírico y medievalesco con ese ritmo contrastante del teclado y la batería, los remates del clavicordio, el pequeño solo de batería al 1:50, el puente descendente que le sigue y el solo de guitarra al 2:15, otra vez con el efecto óxido del pedal de fuzz. Maravillosa canción, esta vez con Jon Lord llevándose los reflectores, sobre todo con la elegante coda que se avienta, bajándole el ritmo de manera maestral y dramática.

Después viene “Lalena” que es original de Donovan. Si no les suena, es un cantautor folk escocés que logró fusionar el folk con el psicodélico. La balada es hermosa en sí, tanto que incluso los Beatles la palomearon para las sesiones del White Album. Pero el trato que le da Purple la lleva a otro nivel, quizá el mejor cover que jamás hicieron. La canción tiene una tristeza implícita de principio a fin, desde las primeras notas de teclado, el riff con que inicia la guitarra y los arreglos que se van incorporando, le dan un aura de tristeza casi mítica. El solo de teclado al 2:20 se une a este tenor y suena realmente conmovedor, demostrando que Lord no tiene que masacrar su instrumento para sonar gigantesco. Pero Rod Evans, en particular es quien hace un trabajo para levantarle un monumento, y este es su mejor interpretación vocal no digamos con Deep Purple, sino de su vida entera. Evans suena con una mezcla de delicadeza, tristeza y con una emotividad que no se puede entender cómo fue que salió después de este álbum. Esta claro que en cuanto a registro y potencia no tiene nada que ver con Gillan, pero si es capaz de hacernos vibrar y llevarnos al borde de las lágrimas con canciones como ésta, no es porque sea un mal cantante precisamente. En fin, “Lalena” posiblemente sea un poco repetitiva, pero creo que es una de las más grandes baladas de los 60’s, sobre todo en esta versión de Deep Purple.

Continuamos con “Fault Line” que con menos de 2 minutos es el track más corto del disco. Este es una canción instrumental y experimental, que inicia con los platillos de Paice y el órgano de Lord grabados al revés para dar un efecto estroboscópico. La guitarra se incorpora poco después y no está grabada al revés, aunque Blackmore parece esforzarse en crear ese efecto con una serie de notas raras, que no son precisamente un solo, pero que de inmediato acaparan la atención. Al 1:35 se mezclan los sonidos y parece que un ovni hubiera llegado y se hubiera llevado la banda. Jajaja, algo de influencia de las revolucionarias técnicas de grabación de Hendrix y sus temas extraterrestres. A pesar de ser un track totalmente experimental, para mi funciona muy bien, tiene una duración perfecta apenas para no aburrir y por ello resulta mejor que algunos de los collages del mismo Hendrix, pero por supuesto que sin él este no hubiera sido posible.

Luego llega “The Painter”, que es un rocker con un ritmazo medio funk (nuevamente un gran bajeo) y arreglos blueseros de guitarra. Blackmore hace unos remates de antología, además de la incendiaria intro. El solo es que inicia al 1:25 es magistral, quizá el mejor hasta ese momento con la banda, lleno de esencia blues, pero con una maestría que ya rebasa al promedio de guitarros y que ya augura al gigante que en que se convertirá en los 70’s. Una técnica dificilísima pero donde ninguna nota parece faltar ni sobrar, y que incluso opaca el buen solo de Lord que le sigue de inmediato. En sí es un trabajo en equipo muy equilibrado, donde todos y cada uno aportan por igual para hacer este furioso blues-rocker psicodélico, que bien le podía competir a cualquiera de Cream que estaba en plena desintegración. Ah! Y que manera tan bestial de cerrar, me encanta como terminan la rola!

Sigue “Why Didn’t Rosemary?”, con otra intro espectacular, en la que ya se va reconociendo el estilo personal de Ritchie. Además, le va agregando una especie de riff que va a compañando los versos. La canción tiene un aura amenazante, un poco sombría, a pesar de que tanto la guitarra como el teclado suenan más limpios que en los tracks anteriores. Se nota otra vez la influencia bluesera, y para los solos, esta vez empieza Lord y le sigue Blackmore, pero ambos son espectaculares y furiosos, con un Ritchie particularmente inspirado y superando incluso lo que hace en “The Painter”, sobreponiendo dos guitarras por momentos y logrando un efecto de tormenta de notas que va dando vueltas en los audífonos hacia el final de la canción. Blackmore no sería tomado en serio como el gran guitarrista que es sino uno o dos años más tarde, pero en serio, que aquí ya tiene una gran madurez, velocidad y técnica y no estaba ya tan lejos de maestros de la época como Hendrix y Clapton. La canción rockea de principio a fin, tiene grandes riff, grandes solos y esa aura de blues amenazante que tanto me gusta, por lo que también es de las destacadas entre tanto material tan bueno. El único punto débil si acaso, es Rod Evans, a quien le falta un poco de explosividad, y los registros altísimos de Gillan, pero no hace tampoco un mal papel.

Continuamos con “Bird Has Flown” y parece que la banda no se cansa de sorprendermos, esta vez con un ritmo complejísimo, donde la batería de Paice entra con unos destiempos, el bajo con un punteo muy definido, la guitarra haciendo un riff cargado de distorsión y wah, espejea al teclado, ambos en tiempos distintos a los demás instrumentos. Es un caos delicioso con el que inicia, y se va formando una tensión igualmente exquisita, que no llega a explotar del todo en los coros más alegres y juguetones. La batería es aplastante, una avalancha que apenas baja de ritmo y continua haciendo juegos de tums incluso en los puentes donde la rola baja de intensidad, como al 1:20. Es impresionante en serio cuando la banda actúa como una democracia perfecta y todos están a su máximo nivel. Hasta Rod esta vez suena mandado a hacer. La rola tiene cambios de ritmo entre los solos, por momentos parece que se apaga, y Lord la mantiene apenas viva (como si después de una gran explosión quedara una flamita temblando con el viento, a punto de apagarse). Una rolota gigantesca y digna de cualquier banda mítica, mezclando la psicodelia con el Hard Rock brutal y de excelente manufactura, y mostrando a los 3 virtuosos en potencia que tenía la banda a estas alturas, tocando a tope.

Pero la obra cumbre es con la que cierran el disco: “April”, una suite de 13 minutos y que es el claro precursor del Concerto For Group And Orchestra. Lord es quien más pujaba por esta corriente mientras los demás iban más por el “Hard Rock”, y ya sabemos en qué termino. Pero si en el Taliesyn los intentos progresivos se ven un tanto inocentes, en esta pieza no. La banda luce perfectamente ensamblada y a pesar de la longitud de la canción, no logro encontrar un instante en que la banda parezca perdida o improvisando, sino que cada nota está perfectamente calculada. La suite se divide en tres partes: la primera es una pieza instrumental interpretada por la banda, que inicia con un órgano muy solemne y majestuoso, a la que se le une una guitarra rasgueada, y luego arpegiada, casi limpia de efectos y muy cristalina, para hacer en conjunto una estructura medieval, casi pastoril, tranquila, casi otoñal, pero fascinante e hipnótica. Al 3:45 hay un crescendo con un ensamble vocal que comienza la transición a la segunda parte. Este segundo movimiento es aún instrumental, pero esta vez con la adición de la orquesta, que entra al 4:20. Los arreglos son muy buenos, y lo mejor es que no rompen con la dinámica que ya traía la canción, continuando con la atmósfera tranquila y añeja. Sólo Moody Blues en su disco Days Of Future Passed habían intentado algo tan ambicioso, pero hay que mencionar que los Moody Blues no escribieron las orquestaciones, y en este caso, Deep Purple, o mejor dicho, Jon Lord, sí lo hizo. Si bien no es Beethoven, me parece que este fragmento está muy bien realizado, y Muse debería tomar nota de la maestría con la que realizaron esta arriesgada mezcla y dejar de tratar de impresionar a niñas emo. La tercera parte entra al 8:40 con la banda regresando a la carga, esta vez con Rod Evans cantando unas letras pesimistas y en un tono casi desesperado. La banda juega con cambios de ritmo, solos alternados, otro gran trabajo de batería y de bajo, y en sí, un gran fragmento para cerrar la pieza y el disco.

Bonus Tracks:

La reedición en CD trae algunos bonus bastante interesantes:

"The Bird Has Flown (alternate b-side version)" Parece ser una versión inicial, más cruda y sucia, sin wah y bastante más corta. No añade mucho al original, pero se nota más el trabajo del bajo recorriendo todo el brazo y siemptre es interesante ver donde se originan estas joyas.

"Emmaretta", fue el single que salió junto con “The Bird Has Flown” como sencillo. Al parecer la escribió Rod Evans a una chica con la que estaba ligando y fue una de sus últimas aportaciones a la banda.

"Emmaretta (BBC radio session 1/16/69)" Versión en vivo, con el wah más presente y una mezcla distinta.

"Lalena (BBC radio session 6/6/69)" Otra versión en vivo en la BBC, me parece ligeramente más lenta y se pierde algo del impacto vocal de la versión de estudio.

"The Painter (BBC radio session 6/6/69)" otro bebecesazo, más acelerada, con una intro más cargada de wha y más psicodélica y funky que la original.

Así, tenemos una notable evolución de la banda con este gran trabajo. La banda aún no alcanza su punto máximo, pero se está cocinando poco a poco y ya casi a punto. Si el Shades fue Pop-Psicodélico con algunos tintecillos hardrockeros, el Book of Taliesyn fue su obra más progresiva, éste disco viene siendo su obra más psicodélica, también con algunos tintes de prog, más tendientes al Art-Rock. Pero sin duda mucho muy superior a los anteriores, con la banda mostrando ya una gran madurez y casi de la altura de los grandes discos clásicos de los 70’s. En serio, entre más escucho este disco menos entiendo como no se convirtió en un clásico y referente del grupo y de los 60’s. Quizá además de los problemas de distribución Con la disquera, también llegó ligeramente fuera de tiempo, cuando la psicodelia ya estaba en plena decadencia, pero eso no le quita un gramo de genialidad a esta obra. Insisto, si hubiera salido en el ’67, estaríamos hablando de uno de los discos icónicos del Flower Power. Así que si no lo has escuchado, puedes descargártelo o irte corriendo a comprarlo para disfrutarlo mientras vuelves a insultar a Yoko, ésta vez por haber hecho que te perdieras de esta joyita durante tantos años.

Por Corvan  

25/May/2010

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