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THEM CROOKED VULTURES (Album, 2009)

Artista: Them Crooked Vultures (D)
Fecha de Grabación: Ene- Ago ‘09
Fecha de Lanzamiento: Nov 16, 2009. UK/USA
Discográfica: RCA/DGC
Productor: Them Crooked Vultures (JPJ, ‘pa qué nos hacemos)
Calificación: 
10 (MUST HAVE)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era: Alt/HardRock (2000-???)

Subgénero: Hard Rock

Mejor Canción: Scumbag Blues, No One Loves Me & Neither Do I, o Dead End Friends, o Bandoliers, o Gunman, o… cualquiera, en verdad.

Canciones: 1) No One Loves Me & Neither Do I; 2) Mind Eraser, No Chaser; 3) New Fang; 4) Dead End Friends; 5) Elephants; 6) Scumbag Blues; 7) Bandoliers; 8) Reptiles; 9) Interlude With Ludes; 10) Warsaw or the First Breath You Take After You Give Up; 11) Caligulove; 12) Gunman; 13) Spinning in Daffodil.

 

Este sin duda debe ser uno de los mejores discos no sólo del 2009, sino de la primer década de los 2000’s. Se trata del primer disco de las las figuras colosales de John Paul Jones, Dave Grohl y de Josh Homme, que proponen parte de su sonido fresco y salvaje, con pequeños matices alternativos, y al mismo tiempo se redefinen para acercarse a la gran experiencia de Jones para crear un álbum mastodóntico, redondo, impresionante. Josh es quien lidera con la guitarra, acercándose ligeramente a los sonidos crudos y al dominio de riffs que tiene con los QOTSA, pero se nota mayor carga de blues, menos excesos alternativos, y en general una mayor madurez y equilibrio gracias al aporte de sus compañeros. No es Queens, ni Foo ni Led, pero se notan las aportaciones más maduras de cada uno de los integrantes y de los sonidos de sus proyectos previos.

Los tres integrantes ya habían estado trabajando muy bien unos con otros, pero nunca los tres al mismo tiempo: Dave tocó la batería en el Songs for the Deaf, posiblemente el mejor disco de los QOTSA; Jones ya había tenido algunas participaciones con los Foo Fighters, en el disco Your Honour. En Enero del 2009 coincidieron los 3, quizá para una de las sesiones informales de los famosos Desert Sessions de Josh Homme y de inmediato hubo química. Así que Dave se le prendió el foco y se planteó, “Por qué no juntarnos los tres para algo más serio?”

Así empezaron a juntarse y a sacar una colección de riffs muy buenos que ninguno de los tres había usado. El resultado es impresionante: riffs bluseros pero tratados de forma actual, potentes, sólidos, ágiles, siniestros y con mucha clase. Después de un tiempo, verlos juntos tan seguido comenzó a levantar sospechas en los medios y se empezaron a filtrar rumores del supergrupo. La esposa de Josh llegó a comentar en Julio que no podía dar detalles, pero era “algo asombroso y con una fuerza que nunca se había escuchado antes”, al oírlos ensayar en el sótano de su esposo. Los chicos buscaron llamarse Calígula, pero ya existía una banda con ese nombre, por lo que optaron por uno sin significado en particular, Them Crooked Vultures, que viene siendo algo así como “Sus Buitres Encorvados”. Poco después, el nombre de la banda, que era celosamente guardado, se le escapó a uno de los compañeros de Josh de Eagles Of Death Metal, cuando dijo que todo ese año Homme iba a estar dedicado de lleno a los “Them Crooked Vultures” y por ello no estaría en la gira de los Eagles. En Agosto comenzaron las primeras presentaciones en Chicago, dejando a todos con la boca abierta. Días después se lanzaron a Europa para algunas apariciones en TV y festivales, causando furor y robándole cámaras a las cabezas de cartel. Para Septiembre anunciaron una minigira por Inglaterra y USA para cerrar el año, y las entradas se vendieron en un par de horas. Todas. Algo inaudito para un grupo que ni siquiera había lanzado disco. El álbum (que originalmente se iba a llamar Don’t Deserve the Future), por fin salió a la luz el 16 de Noviembre del 2009, recogiendo alabanzas tanto de la crítica como de los fans, y obligando a los 3 a dedicarse por completo a esta banda durante todo el 2010 y dejar de lado sus otros proyectos. No sería de sorprender si los Foo Fighters y los Queens se quedaran en el cajón también el 2011.

 

El disco inicia con “No One Loves Me & Neither Do I”, que tiene un gran riff de entrada, de medio tiempo, con las guitarras crujientes mientras Josh inicia con un bravo fraseo. Este disco es de puros riff, y en verdad que muchos grupos matarían por tener en 15 discos la mitad de los excelente riffs que encontramos este álbum. Este es muy bueno, recordando la escuela setentera, sobre todo porque lleva un medio tiempo muy agradable. Al 2:10 el tiempo se rompe con otro riff más incisivo al que se le une Jones y finalmente la canción estalla colosalmente al 2:45 con el riff central, majestuoso, tóxico, potentísimo y derribando todo a su paso, y dándose el lujo de meter algunos destiempos, de repente las líneas de bajo y guitarra se mezclan, luego se van alternando, y van creando deliciosas varianzas sobre la descomunal figura, que ya no cambiará demasiado hasta un ligero acelerón para un gran final de Grohl. Tras la primer canción uno se queda estupefacto ante el poder de la rola. Con la boca muy abierta uno se pregunta” “de dónde salieron estos tipos???”. La cuestión es que dejan claro desde la primer canción que no suenan a nada parecido, así como el gran nivel que traen. Imposible no marcarla en rojo.

Sigue “Mind Eraser, No Chaser”, que bien podría estar en rojo. Ésta sería el segundo sencillo del disco. La canción tiene también excelente nivel, sólo que el riff principal me suena MUY parecido a “Houses Of The Holy”, ya saben de quien. Pero no podemos culpar a John Paul Jones, la verdad es que la canción tiene suficiente independencia, sobre todo con el rápido estribillo al :40, que se desliga totalmente de Zeppelin, sonando más alternativo, y en el que creo que es Dave quien hace las voces del fondo para el diálogo con la voz principal. A partir de aquí la rola se vuelve espídica con riffs circulares y angustiantes, aunque regresando esporádicamente al principal. Este cambio de ritmo permite que la canción no se sofoque, sino que fluya perfecta y no luzca cancina. Al 2:30 hacen otro cambio, con una especie de solo al que se le añaden figuras electrónicas para estallar de nuevo en el estribillo. Podría estar en rojo, pero no puedo ponerlas todas, así que prefiero sacar esta. Por cierto que final tan sui géneris, siempre me toma por sorpresa y me arranca una sonrisa.

Continuamos con “New Fang”, con otro riff complejo, creado entre el bajo distorsionado y la guitarra, con un rtimo medio funky y medio boogie. Este fue el primer sencillo de la banda, y su energía y carisma les ayudó a abrirse puertas. La canción es más compleja de lo que parece, con el intrincado riff de la guitarra en agudos sobrepuesto al del bajo cargado de fuzz. Cuando Homme comienzar a canta queda sólo el bajo sosteniendo el ritmo y la guitarra se carga de wha, hasta que vuelve a zumbar en los puentes. Grohl aquí luce magnífico, insertando redobles y remates que hacen que sus compañeros luzcan. Al 1:10 viene un solo, que no es espectacular, pero funuiona muy bien, más alternativo que hardrockero. Un minuto después viene un cambio de ritmo en el que parecen estar haciendo 3 solos a un tiempo, para luego regresar al riff principal e ir haciendo la estructura más rápida y compleja hasta una explosiva coda. Notable, sobresaliente!

Después viene “Dead End Friends”, con una intro muy bizarra: la guitarra sonando como oxidada a la que le contestan batería y bajo. Tras un breve diálogo queda la guitarra sola al :15 creando una tremenda tensión y cambian a un riff desértico, desolado, muy ágil, y francamente espectacular. La estructura del riff es muy simple, pero adictiva, y nuevamente se van alternando bajo o guitarra en hacer ligeras variaciones o arreglos, desde excelentes licks de guitarra hasta brillantes recorridos por todo el brazo del bajo por parte de JPJ. Dave por su parte se encarga de darle más textura a la voz de Josh y suena más desértica, oscura y desesperada. Algo parecido a esas armonías vocales agridulces de Alice In Chains. Al 2:05 se dan el lujo de un formidable gancho con esos divertidos “Dú durudú, durudú” que contrastan con el resto del ambiente. Notable el trabajo de todos, pero esta canción se la lleva Homme con el excelso trabajo de guitarra. Ya hacia el final tanto Josh como Dave se vuelven locos y el final se siente desorganizado, pero eso no opaca la brutal perfección del resto de la rola.

”Elephants” es otro peso pesado del disco. El riff es descomunal como el título, pero de pronto aceleran ese medio tiempo de manera inaudita para una gran intro de más de un minuto en la que es imposible saber si el bajo va siguiendo a la guitarra o viceversa. Un perfecto espejo, que es bastante más complicado de lo que parece. Al 1:05 cambian el ritmo y la guitarra chilla como… como… bueno precisamente como elefantes. EL bajeo de repente suena muy elástico y de repente se carga de un pesado fuzz para permitir que la guitarra chille sin que la estructura pierda poder. Al 2:30 viene otro cambio, más tranquilo, para darle oxígeno a la canción, creando unos juegos melódicos muy buenos antes de regresar al paquidérmico riff. La canción es un espectáculo, con un poder brutal, buenos cambios, y que en verdad deja a uno exhausto tras su escucha. Ese es el único detalle, que dura casi 7 minutos y es ligeramente excesiva. Pero aún así debe ser considerada de los puntos fuertes del álbum.

Viene luego otra joya delirante, “Scumbag Blues”, que le hace honor a su nombre y es una seria candidata a mi favorita. Este es un evidente tributo a Cream, con Josh cantando en falsetto casi clonando a Jack Bruce, Dave metiendo unos impresionantes destiempos al más puro estilo de Ginger Baker y el riff siendo ligeramente similar al de “Strage Brew”. A poco no? La canción es una chulada, pura diversión de principio a fin. Al :50 la banda se va a una sección instrumental y lo que parece ser un solo de guitarra, termina siendo un brutal solo de bajo al más puro estilo funky de “Trampled Underfoot”, demostrando quién es el jefe. Yo diría que esta rola se la lleva Jones, pero es un trabajo formidable de los 3, pura dinamita, y con el evidente tributo a Cream. Al 2:30 viene otro par de solos, más extensos y bien realizados que la primera vuelta, que nos preparan para un cierre apocalíptico. La perfección de esta rola simplemente deja sin aliento.

Después llega “Bandoliers”, que mantiene el mismo nivel, con un riff tóxico, sencillo, pero delirante. Josh retoma el dominio por sobre Jones, que se vuelve ligeramente más discreto, pero Dave por su parte recupera protagonismo al marcar descuadres e ir llevando la batuta con los tums y platillazos, creando tensión y haciendo explotar la rola a su gusto. El riff de Homme es delicioso, y se va bifurcando, agrega arreglos y detalles para que la canción no se vuelva repetitiva, y de repente se agrega otra guitarra para sobreponer otro riff de tres dedos al ya existente, creando un efecto aún más seco, desértico y remoto. Si, la canción transporta a una tierra arenosa, pero más que bandoleros del oeste americano, siempre me trae más las imágenes de antiguos bandoleros marroquíes, sobre todo cuando Jones agrega ese tremendo arreglo de teclados para el puente instrumental del minuto 3, en el que a Grohl parece salirle otro par de brazos. Tras un falso final al 4:20 la rola vuelve a prender para un cierre a toda máquina con Dave dándole vuelta a toda su batería y un silencio abrupto.

La octava rola es “Reptiles”, una canción cargada de adrenalina. Esta vez destaca un marcado guitarreo acústico, sobre el que se arma el resto de la instrumentación: una guitarra eléctrica oxidada, un bajo punzante y los platillazos de Grohl. Simple pero efectivo. El el estribillo le enjaretan un riff más elaborado, con la guitarra ametrallando notas que dan un efecto de boomerang. Hay un parón en seco al 1:55, justo antes de un solo chillante y bizarro, con la guitarra que parece hablar por instantes. En fin, una rola endiablada, con muy buenas figuras y todo. También podría estar perfectamente en rojo, pero hay que descartar alguna, y el riff principal me parece más simplón que en el resto de las canciones.

“Interlude With Ludes” viene a romper el esquema de canciones potentes basadas en riffs. Al menos de guitarra, ya que Dave le encaja un arreglo inolvidable de batería. Pero esta canción es más experimental, sonando más cercana a QOTSA, pero no sin ciertos matices orientales zeppelinescos. Parece un mantra febril, experimental, pero en cambio logra dar un respiro a un álbum pesado y muy denso. Quizá la más débil del disco, pero tampoco es tan mala como para marcarla en azul, y dura menos de 4 minutos. Además tiene cierto encanto hipnótico en el ritmo y en los “lalalalalaaaaa’s”.

Enseguida está “Warsaw or the First Breath You Take After You Give Up”, que también me recuerda vagamente a Zeppelin, aunque no puedo definir a qué canción. El riff es descomunal, las armonías de los puentes suenan muy vintage y me encanta el contraste que hacen los versos oscuros y pesimistas con el colorido y despliegue de alegría que tienen los puentes. Alrededor del minuto 3 hay un cambio de ritmo que mi gusto suena forzado y no hay una transición tan buena; parecen dos canciones que no tienen nada que ver, pero al 3:35 el cambio es aun peor para insertar con calzador un requinto que se va acelerando. Lo mejor es la coda, regresando a una ambientación negra y apocalíptica, con una batería impresionante. Lo malo es que de nuevo se exceden, esta vez demasiado y de forma totalmente innecesaria, hasta casi 8 minutos.

“Caligulove” es quizá la canción más complaciente del disco, con un riff eléctrico más accesible y casi bailable. La voz suena más seductor y cargada de eco por momentos, fingiendo cierta maldad. Los riffs están bien hechos pero ese aire falso y más comercial es el que no me convence del todo. Aún así la canción sigue siendo buena y JPJ se da el gusto de un solo de teclado (melotrón???) al 1:40.

Con “Gunman” retoman el nivel. El riff bestial, muy groovy y cool, pero con un atremenda carga de dinamita, otra vez espejeando el bajo con distorsión y la guitarra con un ligero toque de wha. Además tenemos el mayor acercamiento de Grohl a una personificación de Bonzo tras la batería, sonando aplastante y dándole una profundidad increíble a la batería. Los puentes descendentes son perfectos, y esta vez logran con total naturalidad esa especie de maldad que trataban de fingir en “Calígula”. El requinto es bueno, aunque breve. Me encanta esa parte al minuto 3 en que queda solo la batería sosteniendo la canción en un beat casi dance, para luego estallar otra vez con el riff principal. Una rola perfecta, que resulta quizá la mejor muestra del equilibrio entre el rock clásico y las dosis frescas de alternativo que confluyen en los sonidos del álbum.

El disco cierra con “Spinning in Daffodils”, que inicia engañosamente con un delicado arreglo de piano por parte de Jonesy, al que se va sumando un efecto sucio y en ráfagas de guitarra, en un lento fade in. Al :45 paran en seco y la guitarra da pie al un riff descomunal, bluesero, negro, y en el que se combinan a la perfección guitarra y bajo para crear un pequeño efecto de remolino. Las armonías vocales de Dave y Josh aportan a crear esa atmósfera delirante y del fin del mundo. Casi sin puentes, la canción lentamente se va volviendo un delicioso caos, hasta que cambia al 4:50 a un riff más punzante, y con el bajo profundo haciendo una figura rápida en latigazos que recuerda vagamente “Immigrant Song”, para un final desbocado, desvaneciéndose, quedando la simple guitarra llorando haciendo una figuara lejana de “Achilles Last Stand” por unos instantes, para terminar ahora sí con un ambiente carnavalesco.

 

Qué disco! No es Queens Of The Stone Age, no es Led Zeppelin ni Foo Fighters, pero es imposible negar el parentesco, sobre todo con los primeros dos. Un híbrido en perfecto y casi imposible equilibrio entre el Blues, HardRock y los sonidos más alternativos y postmodernos del milenio. Líricamente no impresiona. Las canciones hablan de todo sobre lo que las madres advierten a sus hijos: Drogas, sexo, peligros a veces cercanos a la parodia, pero francamente, no son peores letras que las de Zeppelin. El Hard Rock nunca se ha caracterizado por su profundidad filosófica, así que no nos vamos a poner quisquillosos.

Éste no sólo es un disco genial y de los mejores de los últimos años, sino también la prueba irrefutable de que el Hard Rock no está muerto, sigue vivo, con sonidos actualizados y sin dejar la maestría y la potencia de la vieja escuela. Sólo es cuestión de QUERER hacer buen rock. Es un disco que muestra las cualidades de sus integrantes, muestra a una banda que parece llevar años tocando, y no un supergrupo que generalmente no se toma en serio y hace la primer burrada que se les ocurre porque piensan que con el puro nombre van a vender, y en el que además suenan desacoplados. No; Them Crooked Vultures muestran un respeto absoluto por sí mismos y lo que representan sus nombres, por su público y por el Rock de calidad, pero el mismo tiempo se divierten y saben contagiar esa energía. No es un jam, pero tampoco es un disco solemne y frío. Por ello me parece no sólo necesario, sino obligatorio difundirlo. Un Must Have.

 

 

Por Corvan

30/Ene/2011

 

 

 

 

 

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