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THE WHO SINGS MY GENERATION (The Who, 1965)

Artista: The Who (B+)
Año de Grabación: Abr – Oct -1965
Fecha de Lanzamiento: 03 de Diciembre de 1965
Discográfica: Brunswick/Decca
Productor: Shel Talmy
Calificación:
 8

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era: Rock & Roll II, Early Sixties (1960-1966)

Subgénero: La Invasión Inglesa

Mejor Canción: My Generation, sin rival.

Canciones: 1) Out In The Street; 2) I Don't Mind; 3) The Good's Gone; 4) La La La Lies; 5) Much Too Much; 6) My Generation; 7) The Kids Are Alright; 8) Please Please Please; 9) It's Not True; 10) The Ox; 11) A Legal Matter; 12) Instant Party (Circles).

 

Los Who llegaron a la escena discográfica mucho muy tarde con respecto a las demás grandes bandas británicas. Digo, estamos a finales de 1965, a punto de entrar a la era prepsicodélica, los Beatles, Stones, los Byrds, Kinks y Animals ya eran grupos consolidados a ambos lados del Atlántico y Cream ya estaba casi en proceso de formación. Sin embargo, este disco muestra una banda tremendamente madura, con una gran fuerza en el sonido y virtuosismo en todos sus instrumentistas, como no se había visto hasta entonces.

El disco es una joya por dos razones: primero porque nos muestra baladas melódicas y un lado pop de The Who que no les escuchamos en ningún otro disco. Y esto no es demérito alguno. Muchas de estas son muy buenas y resulta muy curioso escucharlos haciendo canciones que se acercan un poco más al sonido de la primer mitad de los 60’s, “lindas”, desenfadadas, hablando de temas un tanto banales, muy melódicas y llenas de ganchos alegres. Y segundo por la manera que encaran el resto de las rolas: sin desarrollar aún el estilo de guitarrazos y despliegue de artillería en la batería en su totalidad, suena un grupo de avanzada, muy evolucionado para la época, con tintes protopsicodélicos y una actitud agresiva y amenazante tanto en letras como armonías e interpretación. Así, en el disco encontramos temas que nos remiten al rythm & blues de los Rolling Stones, a los riffs y armonías de los Kinks y a algunos toques de los Byrds, pero también hayamos algunas reminiscencias experimentales a la Velvet, y mas cercanos al Revolver de los Beatles que al Rubber Soul. Incluso, la canción principal, la archifamosa My Generation, ha sido considerada por muchos como la primera canción Punk de la historia, y sigue influyendo en infinidad de bandas de garage.

Lo cierto es que este disco, bastante menospreciado por los fans, queda un poco por debajo del resto de la discografía, pero sin duda entra entre los mejores 10 discos del 65, mostrando ALGUNAS cosas mas de avanzada que lo que hacían los Beatles o los Stones por la misma época, y convirtiéndose en un disco influyentísmo en su generación, y catapultando a la banda a la fama en cuestión de horas. Ojo, esto no fue de la noche a la mañana. La banda ya tenía un par de años trabajando, habían pasado por crisis al grado de casi correr a Roger, y el disco estuvo enlatado por casi 6 meses por diversas razones hasta que finalmente salió a la luz. Como sea, estos tipos son un par de años más jóvenes que sus contemporáneos de Invasión Británica, pero no son improvisados y no suenan como tales. Ya tenían rato en la escena nocturna londinense y tenían una base de fans Mods muy fuerte, que los idolatraba por su actitud rebelde y por desbaratar sus instrumentos en el escenario. Además habían sacado ya algunos sencillos de cierto éxito, sin lo cual la disquera jamás les habría permitido sacar tal cantidad de canciones propias en el LP. Aquí pues, tienen un sonido agresivo, aún sin los guitarrazos típicos de Townshend, pero con una actitud rabiosa en general que no se había escuchado ni siquiera con los Animals, e incluyendo ya algunos solos que se irán perfeccionando para crear el posterior estilo que les conocemos a estos chicos.

 

El disco abre con "Out Of the Street". Se escucha una guitarra llena de tremo y un gritito de Roger: “Out!”con la que entra de lleno la canción desenfrenada. Daltrey hace aquí una buena entrega vocal, mostrándonos ese carácter salvaje y potente, con voz felina a la que nos irá acostumbrando. La canción tiene un buen riff, pegajoso, con coros espectaculares por parte de Pete y John. Aquí hay que mencionar algo: la batería de Keith es quizá la más poderosa que había sido lanzada en LP hasta 1965. Keith es una máquina en los tambores, incluso en rolas aparentemente sencillas de R&B como esta. La canción está llena de ganchos, subiendo y bajando de intensidad y ritmo, y es de las que están del lado “Early Sixties”, contagiando de un buen humor. Aún así, muestra cosas muy interesantes.

La segunda rola, "I Don’t Mind", es un cover de James Brown. Naaaaaaah, no se les da muy bien el Soul, pero parece que Roger era un gran fan del Sr. Brown y se empeñó en incluir un par de covers en el disco, de hecho, los únicos. La canción no es TAN mala, pero parece que todos traen puesto un freno de mano. Salvo el requinto de Pete, que hace unas arañitas interesantes, la canción es lenta, aburrida e incluso Roger suena como un cantante más del montón. En sí, me recuerdan a cómo sonaban los Rolling Stones en 1963 o 1964. Para esas épocas esta rola pudo haber sido un hitazo, pero en los albores de la era psicodélica esto suena a una canción de niños.

Afortunadamente los chicos se recuperan con creces con "The Good’s Gone", tercer corte del álbum. Esta canción sin duda es la mejor después de My Generation. Desde el tremendo riff arpegiado inicial, suena un algo sombrío y amenazante. Sin llegar a una complejidad tremenda, los ecos en la guitarra, el gran bajeo de Entwistle y los coros le dan un toque de avanzada, de la psicodelía de la que estará impregnado todo el ’66. El coro es genial, sencillo, pero igualmente oscuro y perfecto. La batería es sorprendente, recordando un poco lo que hace Ringo en Ticket To Ride. Hey! Atención! Al 2:20 escuchamos unos guitarrazos! Esos que sólo Pete Townshend sabe hacer. Son los primeros indicios de su estilo, y la canción suena simplemente genial cuando regresa al riff inicial con los redobles que le impone Keith. Esta canción es majestuosa y soberbia, adelantada al menos unos 8 meses al sonido que existía en US y Reino Unido en ese entonces, y que seguramente influyó en más de alguna banda californianas.

"La La La Lies" es una canción simplona, de esas que sirven para poner a uno de buen humor mientras la escucha, pero que no te obliga a repetirla una y otra vez. Sobresalen acaso la batería siempre contundente de Keith y el tecladito peculiar de Nick Hopkins. Sip, ni más ni menos que el buen Nicky Hopkins que recién mencionábamos en la reseña del Truth de Jeff Beck, lo cual resalta su gran labor como sesionista desde estas épocas. Pero bueno, Roger no es exigido en absoluto. Cierto que la melodía es muy "cute", pero exagera de simplona, y esto pudo haber sido compuesta por los Apson en una crisis de creatividad. Bueno, al menos no es enfadosa aunque la secuencia de tonos es muy repetitiva. La influencia de los Kinks se nota mucho en la rola, pero definitivamente aquí Pete se queda a medio camino a comparación de Ray Davis.

"Much Too Much" mejora un poco, y aquí se nota la influencia de los Kinks en un mejor sentido durante los riffs y armonía. Daltrey sigue con un freno de mano, pero la batería luce bombástica (en medio de la pésima producción) y Townshend hace algunos arreglitos que destacan además de sus intentos de guitarrazos y Nick Hopkins también tiene sus queveres. La canción sería sin duda mucho más disfrutable si el sonido no fuera una gelatina amorfa en la que difícilmente se distingue el bajo de la guitarra y donde los platillos de repente se vuelven en una muralla que opaca todo. Esto no es culpa de los músicos sino del productor Shel Talmy. Por otro lado, aunque la canción tiene un estilo alegre y desenfadado, hay algo amenazante y oscuro en la voz de Daltrey, que además suena limpia y en un tono muy bajo para lo que nos tiene acostumbrados.

Viene después la obra de arte del álbum. El disco podría ser bueno sin "My Generation", pero la inclusión de este himno generacional le da muchísima más fuerza. My Generation es considerada la primera canción Punk de la historia, y creo que los que afirman esto no están tan alejados de la verdad si consideramos la actitud en general, la letra, la interpretación y los pocos tonos en que se sustenta. Esto no dista mucho de los Ramones o The Clash, y luce tan fresca como el día en que vio la luz. La verdad es que la rola se basa en el impresionante despliegue instrumental de los músicos (incluyendo a Daltrey en la voz, esos tartamudeos son geniales). Aquí podemos percibir los primeros pre-solos de bajo con John Entwistle en ese inicio vertiginoso cuando la batería se calla. Los coros dan un tremendo sustento a la voz principal mientras Pete da unos guitarrazos que no varían de secuencia de tonos a lo largo de la canción, pero las secuencias no enfadan en lo más mínimo. Al 1:05 podemos oír nuevamente unos arreglos velocísimos de bajo en lo que puede ser considerado el primer solo de este instrumento en una canción no instrumental. Luego viene un primer aumento de tono y la voz de Roger se vuelve más salvaje y descarada para dar pie a un tremendo solo de batería en el que Moon da la impresión de estar masacrando sus tambores, dando pie a otro aumento de tono durante la especie de coda donde todos están luciéndose con sus instrumentos. Lo único malo, además de la producción, claro, es la duración de la rola, de apenas 3:10 fugaces minutos. No importa, ya vendrán las versiones extendidas en vivo donde la alargan a más de 15 minutos de virtuosismo. Esta versión tiene la ventaja de que no cansa en absoluto y lo deja a uno deseando escuchar más. Grandiosa.

Viene luego "The Kids Are All Right", que es otra balada melódica, esta vez muy reminiscente a All My Loving de los Beatles, pero con más punch por parte de la guitarra. La canción es buena, pero insisto en que me parece un poco fuera de época. Cierto. A veces se me olvida que las grabaciones fueron a principios del ’65. La canción es linda de cualquier manera, llena de ganchos y algunos buenos redobles de Keith. Los coros, por otra parte comienzan a ser una característica muy particular de la banda, siempre apoyando la voz de Daltrey que luce aquí muy fresca y juvenil. Me gusta en particular el puente que se hace al 1:10, donde logran una pequeña tensión instrumental para regresar a la armonía principal. La canción fue un tremendo éxito en la radio y como sencillo.

El octavo corte es "Please Please Please", el segundo cover de James Brown. La verdad suena innecesaria y fuera de contexto con el resto del disco. Al menos aquí Roger se parte el alma cantando y parece estar a punto de romper a llorar en cualquier momento rogándole a su chica. Pero insisto en que esto suena a algo sacado del primer disco de los Rolling con una mezcla de los Platters, y cualquier otra canción original de Pete hubiera quedado mejor, por ejemplo Can’t Explain, que salió como sencillo por esas fechas.

"It’s Not True" es otra canción de Rythm N’ Blues, bien estructurada, llena de energía y también perteneciente al lado de canciones de “Early 60’s”. La canción no es mala, es muy divertida y llena de vitalidad, pero siempre me ha parecido sospechoso que el piano de Hopkins destaque más que la guitarra de Townshend.

El décimo corte es "The Ox", que era el apodo de John Entwistle en esos días. Este es otra rola de avanzada, totalmente instrumental donde la batería lleva un ritmazo desenfrenado desde la entrada y la guitarra de Pete es oscura, con mucho distorasionador y un efecto como delay que le da un algo oscuro y tenebroso. De hecho al principio la canción hace honor a su nombre y crea la ilusión de estar escuchando a un buey bramando. John por su parte también aporta con un bajeo bárbaro, que le dota de una mayor oscuridad a la canción. La guitarra por su parte se lleva gran parte del mérito de la canción, que podría encajar perfectamente en el Piper de los Floyd ya en pleno ’67. Es pues, bastante adelantada a su época, y Townshend hace un tremendo despliegue de su potencial con su guitarra, haciendo infinidad de trucos para mantenernos atentos a sus ocurrencias y dotando de una gran energía a la canción cuando no tiene muchas variaciones de tonos o letra siquiera que nos distraigan. No son necesarias en absoluto. La canción se sostiene por la calidad de los músicos, y produce escalofríos por su magnificencia.

La penúltima canción es "A Legal Matter", una canción divertidísima que habla de un tipo que no se quiere comprometer con la novia que dejó embarazada. El hecho de que la cante el mismo Pete resulta bastante sospechoso. Algún mensaje directo a alguna ex? Como sea, la canción no solo es divertida líricamente sino también musicalmente. El teclado nuevamente destaca aunque las armonías resultan muy inocentes. Me encanta la parte hacia el 1:20 en que todos hacen una pausa a un tiempo y el arpegio da pie a que todos entren nuevamente al ritmo festivo de la canción.

El álbum cierra con "Instant Party (Circles)", que es quizá la única canción que suena a diciembre de 1965, estando todas las demás en un ambiente anterior o posterior a esta fecha. Bueno, la rola tiene una atmósfera muy semejante a los Byrds (incluso hay una parte en que hace un “round and around and around…”. Armónicamente está muy bien lograda, con coros nuevamente como pilares, algunos guitarrazos y efectos como de cítara hacia los solos, una batería muy dinámica y llena de redobles y una sensación de experimentación. Hay también un sonido constante que no atino a saber si realmente es una trompeta o teclados. Para la fecha, imagino que es una trompeta verdadera, pero nuevamente con la horrible producción resulta imposible saber.

Un disco bastante recomendable a fin de cuentas. Insisto en que los sonidos resultan muy curioso porque algunas canciones parecen de 1 o dos años antes y otras parecen de 1 o 2 años después, lo que habla mas bien que mal sobre las cualidades de la banda. El estilo de The Who está en proceso de construcción, pero es sin duda un tremendo debut, poniéndose casi a la par con las entonces ya vacas sagradas de la Invasión Inglesa. Por cierto, esta es sin duda una banda repleta de virtuosos, un supergrupo que se dio naturalmente y no por una selección de músicos de renombre, como fuera el caso de Cream, Beck's Band o Led Zep, y que a estas alturas apenas rondaban los 19 y 20 años. Es también de destacar que lanzaron un disco de esta categoría, donde hay tan poco relleno y mucha calidad cuando la tendencia era sacar discos con un par de sencillos y el resto pura basura. La banda irá madurando conforme lance los demás discos pero éste álbum vale la pena tenerlo, ya que es un clásico que influyó bastante en su época y aún hoy día se sostiene por sí solo. Por cierto, alguien debería clavarle un sacacorchos en la nuca a Shel Talmy, pero aún así el disco es totalmente recomendable…. Y si le doy un 8 es solo en comparación con el resto de la discografía de The Who, pero comparándolo con los discos del ’65, sin duda debería llevarse un 10.

Por Corvan

29/Oct/2008

 

Letras de El Traductor De Rock

 

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