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LA DERIVA (Vetusta Morla, 2014)

Artista: Vetusta Morla (D+)

Fecha de Grabación: 2013 -2014

Fecha de Lanzamiento: 8 de Abril 2014

Discográfica: Pequeño Salto Mortal 

Productor: Javibu Carretero / Manuel Colmenero 

Calificación:  9

 

Era: Rock En Ñ: La Dispersión 

Mejor Canción: Fuego o Cuarteles de Invierno

1) La Deriva; 2) Golpe Maestro 3) La Mosca en tu Pared; 4) Fuego; 5) Fiesta Mayor; 6) ¡Alto!; 7) La Grieta; 8) Pirómanos; 9) Las Salas de Espera; 10) Cuarteles de Invierno; 11) Tour de Francia; 12) Una Sonata Fantasma.

 

Si algo puede echársele en cara a la música de hoy en día (a parte, claro está, del estancamiento y falta de creatividad) es la vacuidad de su mensaje y su nulo compromiso social. Solo por eso La Deriva ya se merece el pulgar arriba. Y una vez dicho esto, vamos a lo que veníamos.

 

Tras el éxito de Mapas había bastante expectación sobre como se adaptaría Vetusta Morla a su nuevo estatus en la zona noble del mainstream. Pero la banda no tenía prisa. Se hicieron de rogar. Tres años tardaron en sacar su siguiente trabajo pero tengo la desagradable impresión de que muchas críticas y muchos halagos ya estaban escritos mucho antes de que La Deriva empezase a sonar. Pocos grupos se ven rodeados por haters y fanboys tan encarnizados.

Un Día En El Mundo fue el elogio a la grandeza de los pequeños detalles cotidianos. Mapas representaba las dudas antes el futuro incierto, el destino y la toma de decisiones. La Deriva es un puño levantado contra el expolio al pueblo, contra una clase política al servicio de los poderosos. Pero también tiene una cierta dosis de crítica contra los pusilánimes acomodados en su sillón, pasivos y alienados mientras recortan sus derechos, criticando a aquellos que si tienen coraje y voluntad.

Ok, de mensaje vamos bien, pero acá hablamos de música, ¿verdad? ¿Qué hay de la música? Bueno, pues acá tenemos un disco que podemos dividir en dos partes. Inicia brillantísimo, a un nivel superior a sus predecesores, más rockero y más rabioso, y mucho más directo en sus letras y en su sonido. Sin embargo cuando en la segunda mitad cambia a una temática menos reivindicativa y más costumbrista, baja el nivel y el disco comienza a hacerse incluso cansino. Tres años tardaron en publicar La Deriva y pero parece que les quedaron muchos detalles por pulir.

 

 

La Deriva, canción que pone nombre al álbum, inicia poniendo todas las cartas sobre la mesa. Para empezar tenemos ese beat de caja de ritmos electrónica que se marca David el Indio, creando tensión a lo Phil Selway. El Indio, que yo creo que es el miembro de la banda que más impresiona en directo, toma un gran protagonismo a lo largo de todo el LP. Otra cosa que también será sintomático es la crudeza del sonido, mucho más desnudo de capas que en Mapas, sin tanta carga ambiental. Todo es más sencillo y menos apabullante. Aquí el bajo y las guitarras suenan más sucias que de costumbre, cargados de fuzz pero, en contraste, la voz de Pucho suena muy tranquila, contagiando optimismo. Las letras son mucho menos crípticas que en discos precedentes, pero aún siendo directas no pierden su poesía. La Deriva hace una valoración de la situación actual. La sociedad ha perdido el rumbo y estamos en manos de fundamentalistas y especuladores. Nos queda refugiarnos en nuestra zona de confort y rodearnos de los nuestros. Al 2:10 la canción baja el ritmo mientras Pucho sigue entonando:

habrá que inventarse una guarida, no quiero timón en la deriva.

Cada cual que tome sus medidas. Hay esperanza en la deriva.

Ahí la canción entra en un pasaje un tanto psicodélico para finalmente desembocar en la coda y su abrupto final. Sin alcanzar cota de obra maestra, La Deriva es una buena carta de presentación para el disco.

 

Golpe Maestro, que surge a la sombra del movimiento 15-M de Los Indignados, vuelve a iniciar con El Indio metiendo un ritmo trepidante y rabioso. Acá Pucho canta también con mucha rabia, queriendo ajustar cuentas, poniendo voz a los expoliados que somos todos nosotros. Nos han estafado y nadie hace nada. Estamos tan acomodados que no somos capaces de reaccionar ante tanta injusticia. Al 0:55 entra por fin el bajo galopante de Baglietto metiendo aún más ritmo, allanando el camino para la entrada épica del explícito y contundente estribillo:

Fue un atraco perfecto, fue un golpe maestro dejarnos sin ganas de vencer.

Fue un atraco perfecto, fue un golpe maestro quitarnos la sed.

Luego la melodía vuelve a cerrarse con Pucho gruñendo más reproches en susurros para poco a poco ir ganado intensidad nuevamente. La parte final de la canción, con el pueblo levantándose suena un tanto forzada pero hay que decirlo: la canción es un auténtico trancazo en directo.

 

Con evidente referencias a Kafka y a Orwell llega la inquietante La Mosca En Tu Pared, que nos habla de testigos mudos e invisibles de la lenta metamorfosis de las cosas, de las personas y de los proyectos. Todo desde el punto de vista un tanto voyeur de una mosca. Abre la rola Galván con un teclado sugerente, relajando el ritmo del disco mientras Pucho canta intimista ¿Qué harías tú si al despertar fuera un insecto en tu pared? Pero al 0:45 la rola da un bandazo y toma impulso cuando entra toda la banda al unísono. De pronto una canción que ha comenzado tan extraña se vuelve pegadiza... Y acelerando cada vez más hasta que todo se detiene súbitamente en torno al 1:55 en la inquietante voz de un niño recitando nombres de insectos en inglés. Luego la rola retoma el ritmo acelerado y termina totalmente desbocada. Uno de los momentos fuertes del disco.

 

Fuego mantiene el disco en su punto álgido. Las suyas son las letras más sugerentes de La Deriva,  redundando en la idea de Golpe Maestro de que hemos cambiado nuestros bienes y derechos por comodidades superficiales, usando como símil a los indígenas que cambiaban sus riquezas por ropas y baratijas que no precisaban y que además les creaba nuevas necesidades que hasta entonces no tenían. La canción comienza con la guitarra de Galván dibujando una melodía arpegiada con el Indio escudándole muy contenido. Luego se unen los demás instrumentos, incluido un cello, pero en esta ocasión la rola se mantiene a bajas revoluciones. Toda la rola se sostiene en el bajo profundo de Álvaro Baglietto y en los trazos acústicos de Galván. Pucho también canta muy tranquilo y solo en el estribillo le da un poco más de intensidad al cantar aquello de Alguien olvidó que el fuego, QUE EL FUEGOOOOO... lo guardo yo. Una preciosidad que está en mis favoritas de la banda.

 

Inmediatamente llega el barullo premeditado de Fiesta Mayor. Aquí bajo y batería mantienen la musicalidad a lo largo de toda la canción. Pucho entona con mucho desdén mientras los demás instrumentos alternan adornos melódicos con destiempos incoherentes rebosando delay (por cierto, esas trompetitas... Kid A everywhere!!), creando una sensación de desbarajuste que nos trae a la mente las típicas escenas caóticas de las películas de Berlanga. De fondo está el desorden económico y político actual con casos de corrupción por todas partes, ayuntamientos endeudados y situaciones de lo más rocambolescas. Mejor en su versión en vivo.

 

La gran primera mitad de La Deriva se cierra con ¡Alto!, una exquisitez acústica sobre las dictaduras y los exilios cuya melodía me recuerda a los grandes cantautores latinoamericanos. Básicamente es un precioso diálogo a dos guitarras con una flauta revoloteando alrededor. Sin ser mi estilo es una canción que me engancha y que, a pesar de su compás casi antimusical, logra hacerse pegadiza.

 

Con La Grieta se abandona el sendero de la protesta para abordar con tremendismo las rutinas del proceso creativo. Vuelven las guitarras eléctricas y me gusta la instrumentación pero la melodía me parece carente de gancho. El estribillo tampoco me convence, demasiado pop para mi gusto, en la línea de los últimos Coldplay, tratando que la sola intensidad levante la rola. Y no.

 

Es el momento de la destructiva Pirómanos que habla de rabia y de pedir responsabilidades y que para muchos es la mejor rola de La Deriva. Reincide en los mismos argumentos que La Grieta con la diferencia de que aquí hay mejor melodía y que el estribillo si logra cumplir su propósito. Es el tema más directo y rockero del disco, con un buen riff inicial y un solo bastante sencillo hacia el final. Lo más destacado es comprobar, una vez más, cuanto dependen las canciones de Vetusta de ese gran manipulador de estados de ánimos que es El Indio.

 

Las Salas De Espera es un extraño tema acústico que inicia a dos voces y que viene marcado por el retorno de las atmósferas envolventes y las capas de sonido. Las letras son las más ambiguas del álbum y solo hablan de gente que espera que suceda algo que nunca llega a ocurrir. Ritmos en bucle del Indio, guitarras acústicas arpegiando acordes en vaivén y, por encima de todos, un sintetizador imponiendo su ley. No es mala pero tampoco termina de encandilarme.

 

Sin embargo, Cuarteles De Invierno me convence más. Los teclados dibujan una melodía con un poco de delay que sin ser del todo preciosista casi valdría para una caja de música. Pucho acompaña cantando con nostalgia sobre los recuerdos como refugio interno. Al 0:28 la banda entra de golpe al completo y la canción entra en una dinámica de épica contenida que nos lleva a ese crescendo que ya es auténtica marca de la casa. La canción revienta cuando Pucho sube un tono con

Cuarteles de invierno, rompiendo en silencio,

muñecas de hielo, testigos de este infierno.

De ahí al final la canción es una catarsis para hacer retumbar estadios aunque en el instante final la banda cierra de golpe y los teclados ponen la calma luego de la tempestad retomando la musiquilla inicial.

 

Tour de Francia es un auténtico borrón en la discografía de la tortuga gigante. Aquí los Vetusta arriesgan y pierden. Yo soy de los que se pasaban las sobremesas de los veranos de los 90s adormecido en el sofá con el Tour de Francia en la televisión como rutina pero aquí la melodía no tiene atractivo alguno y por momento roza lo grotesco. Y esta vez ni las letras minimizan el daño. Toda la canción se sostiene sobre la línea de bajo y sobre los bruscos cambios del Indio que intercala momentos de calma con otros en los que está a punto de destrozar la batería. No se puede hacer mucho más cuando la canción es simplemente mediocre.

 

Afortunadamente el cierre del disco corresponde a la delicada y desoladora Una Sonata Fantasma que llora sobre el Alzheimer y sobre la pérdida de recuerdos, de los sentimientos y, finalmente, de uno mismo. La canción inicia minimalista y relenta con Pucho cantando con mucha tristeza con arpegios acústicos, órganos nebulosos y un sintetizador envolviendo por completo la escena. Al 1:05 entra el bajo y Pucho amaga con una sutil subida. Sin embargo la instrumentación se mantiene casi etérea y plana hasta superados los dos minutos en los que hacen su entrada David replicando con intensidad y permitiendo que los demás instrumentos suban el volumen y crezcan a su alrededor marcando, ahora si, el inicio del previsible crescendo que a pesar de su recurrente uso y abuso logra cargar la canción de gran emotividad poniendo así un magnífico broche final a un disco que había perdido la fuerza de sus primeras canciones.

 

 

Para mi La Deriva es mucho mejor trabajo que Mapas aunque le falta la frescura y el pulido final de Un Día En El Mundo. Sin duda no es un disco que vaya a cambiar la opinión de nadie sobre su música pues insiste en las virtudes y defectos del pasado, manteniéndose inamovible en su estilo y en sus rutinas. A pesar de los tres años que han pasado desde Mapas, parece que alguna canción podía haberse trabajado un poco más y quizás podría haberse incluido una revisión de Los Buenos, por ejemplo, prescindiendo de alguna canción que aquí desentona bastante. Lo cierto es que el tracklist, aún siendo continuista si que se adapta al nuevo estatus de la banda y lo mismo vale para levantar grandes aforos que para recintos más acústicos y solemnes. En general es un muy disco aunque el punto fuerte de la banda sigue estando en su puesta en escena y en la gran emotividad de sus conciertos, lo que les obliga a recurrir a la épica tan frecuentemente que en las versiones de estudio, sin el feedback de la masa, llega a perder su impacto. Esperemos que no lleguen a estancarse y que en las próximas entregas se perciba una mayor evolución. Hay esperanza en la deriva.

 

por marlaior

3/Jul/2016

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