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NURSERY CRYME (Genesis, 1971)

Artista: Genesis (C+)

Fecha de Grabación: Ago ‘71

Fecha de Lanzamiento: 12 de Noviembre de 1971

Discográfica: Charisma

Productor: John Anthony

Calificación: 9

 

 

 

 

 

Era: Progresivo (1969-???)

Subgénero: Progresivo 

Mejor Canción: The Musical Box seguida por The Return of the Giant Hogweed

Canciones: 1) The Musical Box; 2) For Absent Friends; 3) The Return Of The Giant Hogweed; 4) Seven Stones; 5) Harold The Barrel; 6) Harlequin; 7) The Fountain Of Salmacis

Cuántas bandas que van empezando las escuchamos y decimos “ah, son una gran promesa”, y se quedan ahí... Bandas que muestran cosas interesantes, pero que se les nota que aún les falta madurar. Sin embargo, nunca terminan de dar ese salto, se quedan en “meras promesas”. Bueno, pues si existe una línea que divide una promesa de una realidad, sería precisamente la que separa el Trespass del Nursery Cryme. Estos mozalbetes que en su debut sonaban más a los agradables Bee Gees de los 60’s, aquí recién tenían 20-21 años, pero ya con un largo recorrido que le había dado una tremenda madurez. Para su tercer disco, siendo aún una banda jovencísima, Genesis lograría alcanzar su sonido propio, y lanzaría esta joya, con la que iniciarían esa etapa de “temprana madurez”, liderados por Peter Gabriel.

Tras el Trespass, fue evidente que John Mayhew no podía tocar al nivel que requería el resto del grupo, por lo que fue despedido. Mick Bernard lo reemplazó por un tiempo en la batería, pero no pareció congeniar con el resto del grupo, y tampoco tenía el nivel que deseaban, pero lo aguantaron durante el Tour de la primera mitad del ‘70. Poco después, el guitarrista Anthony Phillips también renunció, ya que tenía pánico escénico y no podría soportar otra gira. La banda estuvo a punto de desmoronarse, ya que Banks perdía su contraparte compositiva. Por un tiempo, tocaron como cuarteto, con Banks tomando un rol primordial y sustituyendo en teclado las partes de guitarra. Pero no querían sonar a Yes. Tony usaba para ello un piano eléctrico con un fuzz box, y al menos le sirvió para ganar más destreza, y es el que utiliza en partes de “The Musical Box”. En esta época, además, Gabriel comenzó a ser cada vez más teatral en sus presentaciones, en parte como distractor para que no se notara tanto la falta de guitarra. 

Este periodo como cuarteto les terminaría beneficiando, pero estaba claro que necesitaban guitarra. A Peter se le ocurrió poner un anuncio en el Melody Maker, solicitando un guitarrista, sin mencionar el nombre de la banda. Finalmente Phillips sería sustituido en la guitarra por Steve Hackett, con un sonido más incisivo, aunque se perdería ese toque acústico y Folk que daba con Anthony con su guitarra de 12 cuerdas, y que se acomodaría más en sociedad con Gabriel que con Banks, al menos al principio. La audición para batería había sido en casa de los padres de Gabriel. Acudió un tal Phil Collins, que en su vida había escuchado a Genesis, a pesar de que habían pedido a los bateristas que se aprendieran las piezas del Trespass para tocarlas en la audición. Phil llegó al último y se metió a nadar en la alberca de la casa mientras escuchaba al resto de los bateristas. Para cuando tocó su turno, ya tenía una idea de qué era lo que la banda quería y necesitaba. No sólo tocó la batería, sino que hizo una imitación vocal de Gabriel que los dejó babeando. Con ello, tendríamos por fin la alineación clásica, o al menos la más exitosa y conocida de Genesis: Peter Gabriel, Tony Banks, Mike Rutherford, Phil Collins y Steve Hackett. Y Dios vio que eran buenos… MUY buenos! 

La banda se metió con los nuevos integrantes al estudio Trident, uno de los pocos en Inglaterra que tenían equipo de 16 canales que necesitaba para aterrizar las extravagantes ideas que traían todos en mente. Olvidé mencionar que habían estado girando con Van Der Graaf Generator, una banda  con la que compartían sello discográfico, pero mucho más orientada al Prog y experimentación. Así que quizá esto influyó que al momento de componer decidieran dar ese paso definitivo al Prog en el que Trespass aún se ve titubeante. Por si fuera poco, Banks (bueno, toda la banda), compró el Melotrón que había estado usando King Crimson. No es coincidencia que algunas atmósferas y orquestaciones de violines recuerden vagamente al In The Court…

El renovado Genesis grabó en apenas 4 semanas una pequeña joya, que representa un salto cualitativo enorme respecto a su antecesor. Qué les pasó a estos chicos en ese lapso para madurar tanto? Sólo ellos sabrán. La influencia de Van Der Graaf, sin duda la de King Crimson, la mejora técnica tras quedarse sin guitarra, el aporte definitivo de los nuevos integrantes… Hackett dio un sonido mucho más profesional, incisivo, complejo y natural a la vez. Instrumentalmente es quizá el único virtuoso en el grupo, y sabe dar a sus pedales el sonido perfecto para conjugarse con los teclados de Banks sin perder potencia. De hecho, es de los discos más pesados de Genesis, con pasajes bastante densos. Y cuando requintea no lo hace mal en absoluto! Phil Collins, por más que lo detestemos por la dirección a la que llevaría a la banda después, hay que reconocerle que dio mucha mayor intensidad y cohesión en la batería, algo que les urgía. No sólo es preciso y relativamente rápido, sino que tiene un estilo, ehrr… dramático, que se conjuga muy bien con Peter. Además, puede cantar casi igual a él. Se dice que Collins cantaría más “Gabriel” que el mismo Gabriel, pero esto ya lo veremos más adelante.

Las incorporaciones fueron pues, fundamentales, pero no fueron todo. El mayor cambio está en Peter Gabriel. Su actitud, el manejo de su voz, su capacidad melódica. Él mismo es capaz de hacer las canciones endiabladamente interesantes. Tomen por ejemplo “Harold The Barrel” en el que más que cantar, está “interpretando” los roles en la canción, de forma que casi se puede visualizar en nuestra mente. La rola es básicamente una espídica multiparte que no sé si funcionaría sin el papel de Peter. Y esto lo hace en cada canción, excepto obviamente, en “For Absent Friends”, donde debuta Phil como vocalista principal.

Líricamente también da un brinco gigantesco. Qué pasó con el chico que hacía rebuscadas metáforas bíblicas? Sobre todo en los 3 temas épicos, Gabriel logra hacer verdaderas historias surrealistas, casi absurdas, con una narrativa fascinante, hipnótica, que se mezclan con la música y las atmósferas de manera increíble. Gabriel suena extraño, sin llegar a lo bizarro. Se nota una vena que raya en lo literario, y en el que logra conjugar la teatralidad de su interpretación y la destreza musical de sus compañeros, pero sin sonar tampoco demasiado complejos. Si Hackett es un virtuoso, Gabriel es un genio. 

Genesis logra aquí un gran balance, algo que casi todas las otras bandas Prog perdieron de vista. Y es que a pesar de tener largos pasajes instrumentales, de buscar cierta profundidad, y tener temas de 10 minutos, no dejan de sonar relativamente sencillos para los estándares del Prog. Las multipartes están muy bien alternadas, el manejo de ritmo y tensión es perfecto, de forma que las piezas se van volando. Los solos son complejos, pero no hacen que suenen como tocados por seres traídos de otra galaxia, sino a alguien que cualquiera podría tocar. Así pues, crearon esta pequeña joya Prog, a la vez profunda y accesible, que terminaría siendo definitiva para toda esa generación que supuso la segunda oleada Progresiva de los 70’s… 

El disco arranca con “The Musical Box”, una de las mejores piezas, no sólo de Genesis, ni del Progresivo, sino del Rock en general. Una épica multiparte de más de 10 minutos que conjuga lo mejor del Prog, inspirándose, pero a la vez rivalizando con “Epitaph”, (con atmósferas similares por el uso del mismo melotrón), y dejando un estándar altísimo para el Prog Sinfónico, superado solamente por el mismo Genesis. La canción es un universo en sí misma, donde todos los integrantes tienen tremendos momentos de lucimiento, y por momentos todos (si hasta Phil), logran un performance de virtuosos. Es una oda a la técnica, pero también al manejo de los tiempos y creación de atmósferas, logrando alternar momentos tranquilos, espesa tensión y climáticas explosiones, de manera que los 10 minutos se van en un santiamén. La canción está acreditada a Banks/Collins/Gabriel/Hackett/Rutherford, pero la Intro acústica era una pieza inacabada, escrita por Anthony Phillips. Inicia con esos agridulces arpegios de piano eléctrico con efecto de clavicordio, para irnos a ese dulce arpegio con aires victorianos. La letra es digna de un cuento de Henry James, pero más retorcido, con un sentido del humor negro. Habla sobre Henry Hamilton, un niño de 8 años que jugaba croquet con Cynthia Jane, de 9 años. Cynthia le dio un tremendo mazazo con su palo de croquet, de forma que la cabeza de Henry sale volando, como se ve en la bizarra portada del álbum. 2 semanas después, en el cuarto de juegos de Henry, ella descubre una cajita musical, que al ser abierta, empieza a tocar el tema “Old King Cole”. Pero no contaba con que de la cajita musical también saldría el espíritu de Henry, que se le aparece como niño, pero empieza a envejecer frente a ella. Con la edad, también aparecen en Henry el deseo, y se abalanza sobre Cynthia, que intenta defenderse y esconderse. La nana escucha ruidos en el cuarto y entra, aterrorizándose con la escena, pero lanzando por instinto la cajita musical contra el fantasma barbado, destruyéndolos a ambos. Ésta es la explicación en el álbum, la letra está basada en esta premisa, y cantada desde la perspectiva del fantasma de Henry, de una forma por momentos escalofriante: “Play me Old King Cole, That I may join with you”, canta Peter tras la breve Intro, con una voz en falsetto casi inaudible, emulando el dulce tono infantil de Henry… “And the nurse will tell you lies, Of a kingdom beyond the skies, But I am lost within this half-world, It hardly seems to matter now…” aprovechando para lanzar una pedrada religiosa, y sugiriendo ese aire spectral. Luego viene lo más parecido al estribillo “Play me my song”, que cada vez que lo canta, Hackett hace una dulce escala, como si fuera la figura de Old King Cole. Luego del primer estribillo, la canción se vuelve más oscura, aún con un arpegio, pero con tonos menores, que logran una atmósfera enrarecida y escalofriante. Peter susurra, casi de forma amenazadora “Just a little bit, “Just a little bit more time”.

Luego Banks hace efectos de triples flautas con el melotrón, para una especie de solo que se intercala con las figuras agridulces de Hackett. La atmósfera es victoriana, antigua, majestuosa, pero a la vez se siente ese atisbo oscuro y amenazador de que algo no está bien. “Play me my song… here it comes agaiiiiin” se desvanece la voz de Gabriel en una nota etérea al 3:40, para luego dar paso a una secuencia de 2 tonos de una poderosísima guitarra, los teclados se intercalan, mientras Collins entra con un gran redoble que deriva en un galopante tamboreo, emulando el terror de cuando el espíritu deja de ser un inofensivo niño para convertirse en un anciano. Steve hace rugir su guitarra al 4:10 y la rola entra en un ritmo frenético simulando el horror de Cynthia, haciendo luego un soberbio solo, combinando tritonos, rapidez y una potente distorsión para llegar a un primer clímax. Enseguida volvemos a bajar la intensidad hasta casi el silencio, sostenido apenas por la increíble interpretación de Peter que nos tiene al borde del silencio “But the clock, tic-toc, On the mantlepiece, And I want, and I feel, and I know, and I touch, - casi un susurro  para luego lanzarse con un rugido que casi tumba de la silla – HER WAAAAAAAAAAAAAAAAARMTH”. Uff, este, al 5:50 debe ser uno de los momentos cumbres del rock. Después Banks se discute con un excelente solo de teclado y empieza a alternarse con Hackett, usando distintos efectos, mientras Rutherford lleva un oscuro bajeo y Collins le pega como loco a la batería, logrando por momentos 4 solos a la vez, con diversas escalas, cambios de tiempo, riffs enormes, y una erupción que parece no acabar. Pero antes de que resulte excesivo, el exquisito caos se difumina y quedamos con un arpegio, mientras que Gabriel canta, esta vez con voz avejentada “She's a lady, she's got time, Brush back your hair, and let me get to know your face…”, es decir, no solo las inflexiones de voz, sino que realmente “suena” viejo. El teclado cambia de sonido luminoso, como el primer rayo de luz la mañana, al de un órgano casi eclesiástico, pero apabullante y amenazador, mientras la vez de Peter también se matamorfea de la de un viejo amargado “You stand there with your fixed expression, Casting doubt on all I have to say”, al total paroxismo en cuestíon de nada, para terminar de manera histérica “Why don't you touch me, touch me, Touch me now, now, Now, NOW, NOW!”, mientras que los solos de Banks y Hackett se conjugan para una gloriosa coda que termina de forma excepcional.

Un tema armado de una manera increíble. Es tremendamente complejo, pero no suena pretencioso, ni a algo fuera de este mundo. Está milimétricamente calculado para lograr distintas atmósferas y conjugar la sección instrumental con la melodía vocal y la letra, con el plus de que Gabriel “interpreta” de forma prácticamente teatral cada fragmento. Las interpretaciones en vivo debieron ser épicas, con Gabriel usando una máscara de viejo para la parte final y rompiéndose el traje negro en la parte final. Es una obra maestra, y una de mis canciones favoritas de Genesis. Es increíble que tan solo tuvieran 21 años al momento de lanzarla… 

El disco se divide en las 3 joyas épicas de larga duración y los pequeños (literal y metafóricamente hablando) temitas cortos, inofensivos. “For Absent Friends” es el primero de ellos. Con una base acústica, en un bello arpegio pastoril de Steve, es además el debut vocal de Phil Collins con Genesis. La diferencia es apenas perceptible. Donde se nota acaso la mayor diferencia es en el manejo de la voz y en la lírica. El tema habla sobre dos viudos que se encuentran en una iglesia para rezar por sus esposas muertas. Phil tiene un gran manejo del inglés de principios del siglo XX, pero la historia no lleva a ningún lado. Uno esperaría algún  giro o vuelta de tuerca, pero no pasa nada. Por momentos es linda cuando guitarra y teclado se conjugan en arpegios, pero es poco memorable, y pareciera más bien inconclusa. Al menos dura menos de 2 minutos. 

Afortunadamente sigue “The Return Of The Giant Hogweed”, otro tema épico de más de 8 minutos, con el que regresamos al mayor nivel instrumental y en el que Peter deja claro desde el primer instante quién es EL vocalista en Genesis. La historia es también muy rara, narrando hechos en la época victoriana, sobre un explorador que lleva de Rusia a Inglaterra una planta llamada “Regal Hogweed”, una planta gigante que se termina convirtiendo en una especie de humanoide. En estos momentos es imposible no evocar al Groot, o a Bárbol. El explorador creyó que sería genial tener un espécimen en los jardines botánicos reales. La cuestión es que toda la raza de ehrr… plantas? Bestias? Se levantó para rescatar a su hermano haciendo un destrozo apocalíptico de todo cuanto encontraban a su paso. Incluso las plantas que estaban en jardines británicos “despertaron” y se unieron a la destrucción. De hecho la canción empieza con Peter cantando desde la perspectiva de un ciudadano que grita a los demás que huyan, con una desesperación y sentido de urgencia increíbles: “Turn and run! Nothing can stop them, Around every river and canal their power is growing”. En la siguiente estrofa hacen un cambio de intensidad para hacer una especie de flashback y explicar la historia de cómo comenzó la guerra, con la explicación que ya di. El ritmo de la sección rítmica es casi marcial, y realmente crean una atmósfera enrarecida, de toque de queda, pero sin perder esa atmósfera victoriana que da el teclado de Banks. Tony tiene momentos de lucimiento, como en la intro (con el teclado procesado por un fuzz, epsejeado por el bajo) y el enorme solo al 4.15 en el que se intercala con Hackett (de repente es imposible saber cuál es cuál, la guitarra tiene un efecto suave de teclado y el teclado trae fuzz, pero Banks luce sin duda al 5:30). Pero quien se lleva la rola es Rutherford, con un descomunal performance de bajo, que es realmente quien va llevando la pauta, marcando la intensidad en ese ritmo marcial y haciendo espectaculares figuras con las 4 cuerdas. Vale la pena seguirlo. Al final, la raza humana no tiene oportunidad. La raza de plantas se hace más fuerte cerca del agua. Los humanos tratan de atacar por la noche, cuando las plantas son más débiles y no pueden producir veneno por falta de sol, pero aún así la extinción parece inminente. Al 6:30, Gabriel canta con otra personificación, con voz aguda y entrecortada, personificando esta vez a los Hogweed gigantes: “Mighty Hogweed is avenged, Human bodies soon will know our anger, Kill them with your Hogweed hairs… Heracleum Mantegazziani” cierra, mencionando el nombre científico de la planta (que de hecho existe y de hecho es tóxica), para despedirnos con una magnificente coda. Quizá no del mismo nivel de “Musical Box”, pero es enorme, con una tremenda tensión y un Mike enorme, comparable sólo a la actuación vocal de Gabriel y la letra, que nuevamente podría dar para un estupendo cuento para una horrible película de Shyamalan. 

Continuamos con “Seven Stones”, otra pieza relativamente corta (5 min), escrita por Tony para lucir su recién comprado melotrón. No es mala, pero se nota que Banks trataba de recrear el estilo de King Crimson, medievalesco, pastoril, con orquestaciones magnifiscentes y rimbombantes que no suenan del todo naturales. Sobre todo con las melodías flojonas, a pesar de que Gabriel se esfuerza con su interpretación. La letra intenta continuar el aire medievalesco del disco, con un viejo contando historias sobre navegantes y campesinos que, o no llevan a ningún lado, o se me escapa del todo su trasfondo. Como la “Fábula de los Tres Hermanos” de Silvio, que es todo menos fábula porque no hay moraleja… En fin, al menos el final es hermoso y evocativo, con el melotrón haciendo fastuosas orquestaciones a la par del órgano, recordando vagamente “Epitaph de KC. 

Enseguida llega “Harold The Barrel”, el mejor de los temas cortos. Es una canción con un tempo rápido, guiado por el teclado, y con Mike haciendo un bajeo elástico que recorre todo el brazo cuando no está punteando. Fue escrito casi todo por Gabriel, con algunas líneas de Collins, quien hace segundas voces y algunos relevos para que Peter pueda entrar a tiempo, ya que algunas líneas no dan respiro por la velocidad con que las actúa. Digo, canta. Y es que el tema habla sobre Harold, un tabernero (restaurantero?), que está harto del mundo y está por cometer suicidio lanzándose desde su ventana, desencadenando un montón de reacciones irónicas y jocosas, como el tipo que considera que es de mal gusto suicidarse siendo padre de 3. Lo increíble es cómo Peter prácticamente “cambia de voz” en cada cambio de personaje, en el que a su vez generalmente la banda cambia el tono o la figura, haciendo una fascinante multiparte de apenas 3 minutos.  Al 1:15 bajan a una balada con arpegio de piano mientras Harold se lamenta y desea estar navegando en el mar. Volvemos a un ritmo espídico en el que ahora todo mundo desea ser su amigo. “You must be joking!” grita Harold. La multitud crece, él se balancea, llega su madre y le dice que no puede brincar porque su camisa está sucia y hay un tipo de la BBC (una verdadera joya). Y mientras la multitud insiste en que le pueden ayudar, Harold toma impulso y la canción se desvanece con un grito en fade out y dramáticas notas de piano, que dan a suponer que finalmente salta. Una pequeña joya en el que cada segundo está calculado. 

Luego tenemos “Harlequin”, escrita por Rutherford. Originalmente estaba diseñada para tocarla con Phillips, pero tras su salida, Mike la había dejado inconclusa, y es prácticamente su única aportación en este disco. Mike toca aquí la guitarra de 12 cuerdas con una afinación de pares en armónicos, lo cual le da ese toque cristalino al arpegio. Peter, Mike y Phil cantan en triple armonía, en un estilo semejante a CS&N, aunque en falsetto. La melodía es bella, delicada, pero al final no es demasiado memorable. Banks hace algunos adornos con los teclados, pero a pesar de que sin duda es bella y dulce, se difumina como niebla al amanecer en cuanto acaba. 

El álbum cierra con “The Fountain of Salmacis”, el último tema épico del disco, de casi 8 minutos y acreditada a los 5. La letra nuevamente necesita el preludio del álbum, en el que explica que el niño Hermafroditus nació de los dioses Hermes y Afrodita. Su madre lo dio a las ninfas en crianza ya que era producto de un amor ilegítimo. Aquí empieza el tema con raudos arreglos de teclado y ráfagas de platillos, que dan pie a un ritmo cuasi disco con el que Peter inicia la narrativa mitológica. Un día, el chico fue a cazar una sierva y siguiéndola se perdió en los bosques. Bajo un calor inclemente, empezó a seguir el sol tratando de guiarse. Muerto de sed, vio a lo lejos un lago al que se dirigió. El lago estaba bajo la custodia de Sálmacis, una Náyade que sintió una presencia extraña, y se sintió terriblemente atraída hacia él cuando lo vió. Aquí hay un puente en el que repiten la figura de la intro con algunos arreglos de guitarra. Mientras empezaba a beber, ella hizo aparecer una fuente de agua dulcísima. Él bebió de ella y Sálmacis le habló, tratando de seducirlo, implorándole: "We shall be one, We shall be joined as one" con Peter cantando de forma dramática. Aquí tenemos otro formidable puente instrumental, con los solos intercalándose, y por momentos recreando paisajes floydianos oscuros por el tamboreo. Hacket se discute con un buen requinto que se corta de la nada para volver a la narrativa mitológica. Él la desaira a pesar de la insistencia, por lo que Sálmacis implora a los dioses para que sean uno, y los dioses se lo toman MUY literal: “Unearthly calm descended from the sky, And then their flesh and bones were strangely merged, Forever to be joined as one”. Luego viene otro pasaje instrumenta, con Banks protagonizándolo. La creatura se arrastra al lago, no sin antes lanzar una maldición: “And I beg, yes I beg that all who touch this spring, May share my fate", con lo que cualquiera que toque las aguas se volverá hermafrodita. La canción cierra con un ritmo más pausado, teclados celestiales y Peter cantando "The two are now made one, Demi-god and nymph are now made one", mientras Phil se deshace con las baquetas, Mike recorre todo el brazo del bajo y Steve hace un precioso solo de salida. Al final hay una ráfaga de teclado, como si el telón se cerrara. Les juro que me dan ganas de pararme y aplaudir. “The Fountain of Salmacis” es otro tema fortísimo, si bien no TAN complejo como las anteriores multipartes, con una narrativa fascinante y un desempeño instrumental increíble.

 

En fin, un discazo, donde se nota ya un salto gigantesco para la banda respecto al Trespass en todos los aspectos posibles. Los tres temas épicos son monumentales, de mis temas favoritos de Genesis (“Musical Box”, de hecho, muchas veces encabeza mi lista), mostrando ya las alturas a las que pueden llegar, con una endiablada astucia que no refleja la edad de estos muchachos. Sin embargo, los temas cortos, a excepción de “Harold The Barrel”, sin lindos pero no logran trascender ni llegar al mejor nivel del quinteto. Se agradecen porque dan respiro entre los multipartes y su distribución está muy bien hecha; pero sin ser relleno malo, hacen que el Nursery Cryme no alcance el nivel de las 2 futuras placas, en las que seguirán demostrando evolución. Sobre todo en la parte lírica, Genesis seguirá creciendo, agregando un toque más crítico e incisivo, que aquí es más anecdótico o está más velado. Pero definitivamente lo podemos considerar un salto de calidad, un “Selling England By The Pound” sería imposible sin este puente. Aunque aún crecerán en letras, musicalmente creo que están en su pináculo, siendo complejos sin excederse, e incluso (o sobre todo) en los temas largos, logran gran balance, siendo melódicos y con ganchos memorables, pero a la vez con un toque Prog que los distancia mucho de los Bee Gees, no digamos ya de esos chicos de 17 años que lanzaban el From Genesis to Revelation… Si no me creen, traten de sacarse ese sugerente “Tic-Toc” de “Musical Box”, que quedará retumbando semanas en sus cabezas…

Por Corvan 

3/Sep/2014

 

 

Letras de El Traductor De Rock

 

 

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