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ROGER THE ENGINEER (The Yardbirds, 1966)

Artista: The Yardbirds (C)

Fecha de Grabación: Abr-Jun de 1966

Fecha de Lanzamiento: 15 de Julio de 1966, UK

Discográfica: Columbia

Productor: Paul Samwell-Smith y Simon Napier-Bell

Calificación: 9 (MUST HAVE)

Era: La Psicodelia (1966-1969)

Subgénero: La Psicodelia

Mejor Canción: Happenings 10 Years Time Ago

Canciones: 1) Lost Woman; 2) Over Under Sideways Down; 3) The Nazz Are Blue; 4) I Can't Make Your Way; 5) Rack My Mind; 6) Farewell; 7) Happenings 10 Years Time Ago; 8) Psycho Daisies; 9) Hot House Of Omagararshid; 10) Jeff's Boogie; 11) He's Always There; 12) Turn Into Earth; 13) What Do You Want; 14) Ever Since The World Began.

 

Sí; hoy en día puede sonar algo fechado, pero se imaginan el impacto que debió tener este disco a mediados del ’66, 5 meses antes de que Clapton debutara con Cream y 10 meses antes de que Jimi Hendrix lo hiciera con su Experience? Beck de hecho fue votado como el mejor guitarrista de 1966, gracias a su labor en este disco.

Yo creo que los Yardbirds deben ser la banda con peor suerte del universo. Su debut fue un disco en vivo de covers. Sus dos siguientes álbums, For Your Love y Having a Rave Up, fueron más bien compilaciones de singles británicos mezclados con temas de discos previos, que la disquera usó a conveniencia para lanzarlos en el mercado estadounidense. Técnicamente éste es su único verdadero disco de estudio, ya que el Little Games, ya con Jimmy Page, fue lanzado sin su consentimiento, y difícilmente se puede considerar un disco terminado. Y para terminar, se desintegraron justo cuando estaban por alcanzar el reconocimiento que merecían, que aprovecharía Page para catapultar su nueva banda.

Un disco de estudio en forma, managers que los sangraron, estar siempre a la sombra de los Beatles, los Stones y The Who, una constante rotación de guitarristas, y hasta perder los derechos del nombre del grupo… y aún así fueron una de las bandas más influyentes de su momento! Gran parte de su reputación se debe a este disco.

La banda para 1966 estaba muy compenetrada, quizá por todos los problemas que habían tenido que atravesar, y para estas alturas, cada uno había evolucionado en sus respectivos instrumentos y se podrían considerar como un combo de virtuosos. Con una apretada agenda repleta de conciertos, por fin pudieron darse tiempo para entrar al estudio en la primavera de 1966 para grabar su primer disco en forma, ya sin la dictadura de Giorgio Gomelski. Para este disco, pues, cambiaron de productor a Simon Napier-Bell, y el propio Paul Samwell-Smith tomaría un rol como co-productor.

Aquí la banda no sólo hace su primer disco completo de estudio, sino su primer disco enteramente de material propio, sin depender de covers. Los reflectores se los lleva sin duda la guitarra de Beck, que aquí experimenta con feedback, distorsión, pedales y sabrá-dios-cuántos-efectos, para hacer una gran cantidad de texturas y convertirse por derecho propio, en uno de los primeros Guitar Heros. Nadie niega la calidad de Clapton en ésas épocas, pero hay que reconocerlo, si comparamos su trabajo con los Bluesbrakers más o menos en esas mismas fechas, Beck sale ganando. No sólo eso, sino que la experimentación que hizo en este disco, meses antes del lanzamiento del Revolver, el Fresh Cream y el AYE, lo marcan como una influencia directa en los sonidos psicodélicos que estaban por llegar. Chris Dreja no luce tanto siendo segunda guitarra, pero sienta las bases para que Beck brille con sus solos. Jim McCarty suena colosal en la batería, saliéndose con facilidad del patrón de 4/4 para ajustarse al feedback de Jeff. Paul Samwell-Smith es quien más se crece, al convertir al bajo en un instrumento melódico mucho antes de que Jack Bruce entrara a escena. Muchos de sus arreglos son cruciales para el terminado de las canciones, convirtiéndose en un bajista muy creativo, rápido y subestimado. Keith Relf por su parte, está en su mejor momento vocal. Nunca alcanzará tonos altísimos, pero suena más seguro que nunca, y saca jugo a cada nota. Sigue siendo el punto débil del grupo, pero no me imagino a los Yarbirds con ningún otro vocal. Líricamente… bueno, es Blues, es 1966 y es Keith Relf, así que no esperen más de lo que ésta combinación puede ofrecer. Su fuerte sigue siendo la armónica, donde sí que se pone al nivel de sus compañeros.

El disco en realidad sería lanzado como “The Yardbirds”, siendo un epónimo, pero prácticamente desde la publicación sería conocido como “Roger The Engineer” por el dibujo de la portada que Chris Dreja hizo del ingeniero de sonido, Roger Cameron, en los estudios Advision de Londres. Hoy en día, casi todos los medios lo llaman por dicho nombre. Como dato, Jimmy Page aparece en un par de temas a mitad del disco. Sin embargo, aún no entraba a la banda cuando el álbum se grabó. Su aparición con esa mítica doble lead guitar de Beck y Page se debe a la inclusión de “Happenings…” y “Psycho Daisies” por parte de la disquera en ediciones posteriores, causando confusión. Dichos temas terminarían formando parte de la identidad psicodélica del disco, por lo que es imposible no considerarlos.

 

El disco arranca con la espectacular “Lost Woman”. Sí; es un R&B, pero de un nivel altísimo. Samwell-Smith se arma un tremendo riff de bajo, complejo y muy rápido que se echa encima toda la rola. McCarty hace una batería Jazzy, intrincada y muy dinámica, con constantes cambios de ritmos, parones y arrancones, mostrando el gran nivel que la sección rítmica había alcanzado para 1966. Relf entra con esa melodía pegajosa, y luego tenemos los puentes instrumentales, donde la guitarra y armónica se espejean, mientras el resto construye tensión. Después se separan en líneas diferentes y Jeff Beck empieza a jugar con el feedback mientras Jim se convierte en un pulpo, elevando y bajando la tensión a placer. Realmente la sección media es espectacular, sobre todo cuando la guitarra explota en acordes a la Townshend. Luego regresan a la sección de los versos. Cierto, en apariencia es un simple blues, pero esa sección media es colosal y avanzada para su tiempo. No les suena lejanamente familiar? No les parece que alguien la tomaría como influencia para un tema llamado “Black Dog? Lo increíble es que hacen todo esto en apenas 3:15. Un temazo muy subestimado.

“Over Under Sideways Down” es otro tema con base en R&B que arranca inocentemente, con palmas y alegres “Hey! Hey!”. Sin embargo, el ácido riff de Beck viene de otro universo. Tiene un efecto extrañísimo para la época, rememorando melodías orientales no sólo en el tono, sino en la serpenteante secuencia de notas. La melodía es pegajosa, el bajeo saltarín en subeybajas, una batería demasiado compleja para un simple blues… y luego esos puentes “When will it end…” oscuros, con una voz casi siniestra de Relf, y sí, ciertamente, proto gótica. Luego regresan al inocente ritmo, y Jeff se da gusto haciendo chisporrotear su guitarra. Pero aquí ya nos damos cuenta de por dónde va la cosa. Aparentemente son canciones de R&B sencillas, pero los Yardbirds le agregan pequeños twists extrañísimos e inéditos para la época. Cada rola es una verdadera caja de sorpresas si se le escucha con atención.

“The Nazz Are Blue” es más rockera, con una fabulosa e incendiara intro, que bien vista, es un mini solo. Keith canta en tonos agudos y dolidos “I'm searching for my baby, Well I think I'm gonna cry…” haciendo un gran papel. En los versos, Jeff va punteando la guitarra, sofocando el sonido, hacienda arañitas… a pesar de los gritos de Relf, es Beck quien luce de inicio a fin, sonando feroz y amenazante. Chris Dreja por su lado, hace excelentes escalas descendentes. En la sección media, tenemos un puente con mucho feedback, antes de otro incendiario solo. De alguna forma, en esta fiesta de 3 minutos de Rock y Blues, hay un algo psicodélico y ácido. Y está también el germen de lo que harán después Clapton y Hendrix un año después.

Viene después una baladita pop con “I Can't Make Your Way”. Es un tema casi Folk, con varias capas de overdubs vocales en armonía. La melodía es linda, simple, pegajosa. La armónica destaca, y Beck sale con oootro tono de guitarra, esta vez dulce, espejeando la armónica. El puente al :55, donde destacan las distintas capas de voz, haciendo un efecto polifónico y extraño, oscuro, contrastando con la aparente alegría de los versos. Por cierto, por ahí hay una línea: “Taxman, rentman, they all chase me,I ain't home when they come round…” Habrá sido alguna inspiración para un tal Harrison que en esos momentos aún estaba en estudio?

“Rack My Mind” tiene unos de esos riffs para ponerles un monumento, a cargo de Paul Samwell-Smith y espejeado por la guitarra de Dreja, para un efecto alucinante. Keith canta afectado, demasiado nasal, y de repente explota y se desgañita como no lo habíamos escuchado antes. Beck luce tímido de inicio, apenas jugando con armónicos, pero cuando Keith explota, también lo hace, y al 1:25 tenemos un minimalista pero espectacular solo. Es uno de los temas con menos experimentación, más cercanos a sus bases puras, pero aún así se las ingenian para hacerlo sonar endiabladamente bien. Chequen ese solo de Beck para cerrar!

“Farewell” es un temita corto, de apenas minuto y medio. Tenemos sólo un pandero y un pianito, con una melodía de canción de cuna, mientras que de nuevo tenemos la experimentación vocal con overdubs y cantos gregorianos de Relf. La melodía recuerda a “Mother’s Lament” de Cream. Es una canción inofensiva, pero incluso en los temitas de relleno suenan avanzados.

Hay dos canciones que fueron incluidas en la segunda edición del disco, grabadas tras la salida de  Samwell-Smith y ya con la doble guitarra de Beck-Page. La primera es “Happenings 10 Years Time Ago”, un trip psicodélico magistral, en el que ambas guitarras se van contestando de manera agresiva sobre ese riff machacón de 3 tiempos. La rola tiene un aire de locura, pareciera un jam, y de entrada no me fascinan los jams pero aquí hay algo simplemente hipnótico. La sección instrumental media, con el solo de Beck y el montón de sonidos y overdubs de fondo – risas, autos, conversaciones – redondean más esta parafernalia psicodélica de primer nivel, y de nuevo se anticipan bastante a experimentaciones similares como las del Pink Floyd de Barret. Si “Tomorrow Never Knows” es la mejor del Revolver, no sé por qué no podemos considerar este trip sónico como la mejor del Roger.

“Psycho Daisies” también incluye a Page en la doble guitarra. Aquí Jimmy lleva el lead, con una guitarra incisiva, pero que no muestra su entero potencial. Es un R&B psicodélico, sencillo, pero en el que en realidad hay que seguir a McCarty con esos tremendos fills… y al bajista que tras la salida de Paul, se contrató a un sesionista llamado John Paul… y de apellido Jones, que trabaría buena amistad con Page y que participó en este par de tracks.

Viene luego “Hot House of Omagarashid”, un tema Avant Garde, con un ritmo desaforado, que va entre tribal y latino. De hecho, el brutal tamboreo con que inicia McCarty es lo más sobresaliente. El bajeo deambula entre dos notas, mientras los “Ya-ya-ya’s” que al principio parecían divertidos, nos empiezan a marear. La guitarra casi no aparece y en su lugar tenemos sonidos raros, que van desde burbujeos, güiros, y un sonido metálico y agudo que termina por taladrar los oídos. Entiendo la intención experimental, pero este tema desencaja por completo y parece una mala broma que nos estuvieran jugando los siempre sobrios Yardbirds.

“Jeff’s Boogie” corta esa sensación. Es un instrumentalito de 2 minutos donde Beck da cátedra de R&B, requinteando, lanzando riff tras riff, haciendo arañas, jugando con armónicos, feedback, y divirtiéndose a lo loco mientras luce todo su arsenal.

Con “He's Always There” retoman temas experimentales y oscuros. Una melodía tensa cantada por Keith y contestada con “ohm’s” en armonía, creando un efecto psicodélico. La guitarra cargada de fuzz espejeando el bajo en escala descendente. Entre los versos, tenemos de nuevo el wiro, que recuerda alguna canción del debut de Big Brother & The Holding Co. Un tema muy extraño, paranoico, y que termina con alucinantes ovedubs vocales. Por el efecto de guitarra y esa aura amenazante, algunos la consideran como un tema protometal.

Continuamos con “Turn Into Earth”, que mantiene la tendencia de temas cada vez más extraños. Aquí la banda juega a los cantos Gregorianos, en un tono entre espiritual y siniestro. Son apenas dos tonos, pero se las ingenian para hacerla interesante con las variaciones vocales durante los 3 minutos que dura. Es además la canción más filosófica y profunda del disco, y quizá de toda la corta discografía del grupo.

“What Do You Want” corta un poco esa tendencia más experimental de la segunda cara para volver a un R&B más puro. Es cierto, la estructura base pudiera hacer creer que es un tema del ’64, pero la batería a destiempos de McCarty, que sigue llenando con fills jazzeros, y “ese” tono tan particular y frenético de Beck dan cuenta de un sonido mucho más avanzado y agresivo. Los Strypes, que vendrían en 2012 a retomar la verdadera escencia del R&B, se basarían en “ese” sonido, y aunque hacen su mejor esfuerzo por modernizarlo y los chicos son bastante talentosos, no hay manera que lo puedan mejorar!

El disco cierra con “Ever Since The World Began”, un tema experimental donde vuelven a jugar con los cantos gregorianos llenos de overdubs. La canción es oscura, casi fúnebre, en su primera parte. A pesar del drama y la impresión inicial, después de un rato el sonsonete se vuelve demasiado repetitivo, hasta que hay un falso final al 1:10 y arrancan con un tema totalmente distinto, más rítmico y alegre, en el que la banda canta a coro “You don’t need money” a manera de mantra y Keith canta “no no no’s” hasta que empieza con un rápido fraseo que termina de golpe y porrazo. Otro de esos rellenos que, sin embargo, resultan enigmáticos e interesantes.

 

En fin. Las influencias de sus bases están ahí, sigue siendo un disco de R&B, pero tenemos ya una enorme variedad de sonidos que matizan y enriquecen, principalmente por la experimentación de Jeff Beck, que jalaba al resto del grupo a explorar nuevos horizontes. Tenemos pues el infaltable Blues Rock como pegamento de todo, pero hay Jazz, Folk, Proto Metal, bastante Psicodelia, los cantos gregorianos que tanto le gustan a Keith Relf, y hasta una experimentación muy rara con ritmos latinos. El disco es variado, interesantísimo, y aunque su base es el Blues, no se siente pesado ni monótono. Hay algunos temas menores, pero en general, el disco es bastante fluído. Aunque fue considerado de los mejores del ’66, yo creo que ha sido bastante subestimado, igual que los Yardbirds. Probablemente sin él de todas formas hubiéramos tenido esa explosión psicodélica y de Guitar Heroes, pero lo cierto es que innovó, influenció y dejó una vara muy alta para un montón de bandas y guitarristas que pronto seguirían los precedentes que Beck y Compañía nos dejaron con Roger The Engineer, siendo además el punto exacto de la transición de la Invasión Británica a la Psicodelia. Uno se queda con la duda de qué hubiera pasado de mantenerse esta alineación en 1967... En fin, por eso digo que son la banda con peor suerte del mundo, tuvieron que sacrificarse en su mejor momento para dar pie a bandas como Cream, Jeff Beck's Group y Led Zeppelin. A pesar de la calificación, me animo a recomendarlo como un Must Have.

Por Corvan 

21/Oct/2016

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