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HOT FUSS (The Killers, 2004)

Artista: The Killers (D)
Fecha de Grabación: Nov 2003 – Mar 2004
Fecha de Lanzamiento: Jun 15, 2004 US
Discográfica: Marrakesh/Island Rec

Productor: Jeff Saltzman

Calificación: 

 

Categoría: Indie (2001-???)

Subgénero: Indie Rock

Mejor Canción: All These Things That I’ve Done

Canciones: 1) Jenny Was A Friend Of Mine; 2) Mr. Brightside; 3) Smile Like You Mean It; 4) Somebody Told Me; 5) All These Things That I’ve Done; 6) Andy, You’re A Star; 7) On Top; 8) Change Your Mind; 9) Believe Me, Natalie; 10) Midnight Show; 11) Everything Will Be Alright

 

Ah! Que gran disco de Duran Duran. Un segundo… no es Duran Duran??? Jajaja, por supuesto que no, sólo bromeo!

En pleno inicio de la explosión Indie, esta banda formada en Las Vegas y madurada en Londres, hizo otro más de esos debuts magistrales que revaluaron el 2004. The Killers se colocó con este disco de manera automática a la cabeza del movimiento Indie, con ese sonido fresco, bailable, rockero, divertido y exótico que inundó al planeta en 2004 y que significó una bocanada de oxígeno al movimiento musical que se estaba asfixiando en la mediocridad. Y no es para menos, a pesar de que mantienen sus dosis de pop y música bailable que caracteriza al género, The Killers vino a darle más seriedad al asunto, haciendo canciones con grandes terminados, agregando un soberbio teclado que hace juego con la potente guitarra y agregando algunos matices de synth rock de bandas ochenteras del que carecían los Strokes y Franz Ferdinand.

 

A primera oída uno podría pesar que es una banda más de esa oleada que también utiliza el New Wave y Post Punk, como Interpol, The Rapture y Hot Hot Heat, que son bandas que también están ganando gran popularidad, pero que no han logrado conectar con una audiencia masiva. The Killers se propuso sonar grande para lograr éste propósito, e incluso dejaron Las Vegas y se mudaron a Londres antes de grabar el disco, quizá no con el propósito de aprender o aprehender el sonido británico, pero sin duda alguna les sirvió para tomar algunos buenos elementos de las bandas de la isla. Así tenemos al cantante Brandon Flowers con un registro no demasiado alto y sin una voz espectacular, incluso fastidiosa a veces y con un acento británico impostado como Julian Casablancas, Alex Kapranos y Paul Banks. El mismo Brandon se encarga del teclado, más atmosférico que realmente espectacular, cargado de reminiscencias del synth pop de los ochentas.

Está el inclemente beat disco de la batería de Ronnie Vanucci, un bajeo decente pero tampoco espectacular de Mark Stoermer, e interesantes y nerviosos arreglos de guitarra de Dave Keuning, pero no esperen un solo que los deje boquiabiertos. Ninguno de los músicos es un virtuoso, ni siquiera son tan arriesgados como sus compañeros de generación. Técnicamente The Killers son muy limitados, pero conocen perfectamente esas limitaciones y saben sacar cada gota de jugo de lo que sí pueden hacer. The Killers se propusieron hacer con este disco una mezcla inteligente de influencias que conectara con el público masivo y que sonara “grande”. Y lo lograron. Tomaron esas ideas “revival” de los 80’s, lo pulieron con una gran producción, le agregaron ese toque espectacular e impresionista que suena perfecto para la radio y añadieron los ganchos suficientes, sencillos pero efectivos. Y ahí tienen. The Killers son actualmente una de las bandas con más popularidad de esa nueva ola. Supieron mantener el nivel en sus siguientes dos discos, el Sam’s Town y Sawdust (que en realidad es un Lados B y en vivo), pero parece que perdieron la magia para el Day & Age del 2008, otra muestra del Síndrome del Tercer Disco. Pero esa ya es otra historia.

 

El disco inicia con “Jenny Was A Friend Of Mine”, una canción potente con fuertes reminiscencias a The Cure. La canción inicia con efectos como espaciales y un helicóptero que se desvanece para dar pie al segundo 15 a una guitarra cargadísima, un bajo que va haciendo un sencillo pero efectivo riff en toda la rola y una batería con un ritmo implacable. Flowers canta aquí con un estilo muy semejante al de Robert Smith, y a la vez va haciendo una línea de sintetizador sencilla, pero que soporta muy bien la melodía vocal. Un coro pegajoso, menos gritado y muy encantador con ese “So come on, so come on, oh come on, whoooo ohhhhh!”. La letra es interesante e intrigante, dando a entender el homicidio de una chica que avisa su novio que se va, no por una traición o engaño, simplemente por cuestiones de la vida, lo cual se sale de los estándares de la época y el género (quizá recuerda un poco el morbo de “Lullaby” de The Cure?). Al 3:05 hay un solo de teclado. Nada apantallante, Flowers pulsa tecla por tecla sin hacer acordes completos, pero de alguna manera se las ingenia para que este arreglo sencillo funcione muy bien y brille al final de la rola.

Sigue “Mr. Brightside” una de las mejores del álbum, que inicia con un arpegio brilloso al que se le agrega una batería incisiva, y la voz haciendo un fraseo a toda velocidad con un efecto como opaco. Al segundo 15 entra la guitarra con más ritmo y potencia y con ella el efecto opaco de estar detrás de un cartón se va y el sonido queda más limpio y potente, haciendo que luzca muchísimo este inicio. Los versos son casi angustiantes con esa velocidad, pero tiene un gran coro, más cadente y melódico y con mejor poesía con ese "Jeaaaaaaaaaaalousy, turning saints intoooooooo the sea / Swimming through sick lullabies" y luego esos inolvidables “I never…” ya hacia el final. Quizá sea el ritmo frenético o precisamente la melodía de los coros, no sé, no se puede decir que realmente destaque muy por encima del resto, pero hay algo en esta rola, cierta majestuosidad que la convierte en una de mis favoritas.

“Smile Like You Mean It” es una canción más lenta, a manera del romanticismo de los 80’s, pero con un poco más de punch. La canción es linda, con un coro dulce y una melodía de sintetizador contagiosa, sencilla y repetitiva, pero que encaja muy bien en la estructura y que tiene el sonido adecuado. Brandon hace una de sus interpretaciones vocales más sobrias, le queda muy bien el tono medio y no tiene que gritar. Al 3:30, después de los “Oh nononoo” hay unos tamborazos muy eficientes con los que preparan la salida. La canción es un poco repetitiva, pero logra funcionar y siempre mantiene cierto encanto.

Después viene “Somebody Told Me”. Les voy a confiar algo. A mi no me gusta. Me parece que está hecha con toda la intención de ser un éxito facilote de estadio, es muy artificial, sobre todo las letras y eso es lo que no me ha agradado nunca. Pero debo reconocer que es la rola con más ganchos, la intro es una aplanadora, con grandes efectos de sintetizador y una guitarra rugiendo que va creando la tensión hasta que la batería toma ese rol. Finalmente todo explota al 1:05, en el coro, que por cierto, es pegajosísimo: y aunque no es mi favorita, cada que la escucho no puedo evitar quedarme tarareando ese coro intoxicante por un buen rato. El ambiente disco y esos “hoo-hoo-ooh” en los puentes también funcionan muy bien y la letra tiene sus dosis de humor. En fin, la canción es un anzuelo para las chicas y fue echa expresamente para convertirse en un hit de radio y conciertos, como finalmente sucedió, pero también es una muestra del buen amalgamiento de influencias y que es una banda tremendamente inteligente. La iba a marcar en azul, pero no es algo ofensivo, simplemente es más escuchable, y después de todo, hasta Muse hizo lo mismo con “Starlight”, y Blur con “Girls & Boys”. Hey! Se han dado cuenta que los coros y los ritmos de ésta última son muy semejantes?

Después está “All These Things That I’ve Done”, la mejor canción de este disco. Inicia con un tintineo de teclado que tiene el mismísimo efecto con que inicia “Echoes” de Pink Floyd, con el interludio más corto. Pero esta no es una suite épica progresiva. Al segundo 10 entra un organito muy solemne junto con la voz, lenta y columpiándose en esos tonos medios que le sientan tan bien a Flowers… Al :35 Vanucci comienza con un tum-tum tum-tum que va creciendo junto a la guitarra y el bajo que va marcando los tonos en una excelente combinación de Joy Division con U2 para crear un sonido perfecto. El coro nuevamente es delicioso, pegajoso, y es imposible no cantar el “Help me out”. Al 2:30 dan un parón y parece que la canción termina ahí, lo cual es cierto parcialmente, ya que inicia una parte completamente distinta. Esta es un himno tal cual, cargado de gospel, con coros impresionantes en un crescendo que parece que se va a acabar el mundo. Magnífica esa sección en que cantan “I got soul, but I'm not a soldier”, parte marcha militar, parte mantra, y se convertiría en una especie de himno de guerra generacional. Al 3:30 se vuelven a encadenar a la estructura original de la canción, pero este recurso, con cambio brutal de ritmo, le queda de maravillas a la canción y demuestra que la banda sabe arriesgar y calcular, logrando un efecto maravilloso. La guitarra mejora mucho ya al final, trabajando el mismo riff que ha venido haciendo pero con algunas variantes. Enorme.

La sexta canción es “Andy, You’re A Star”, con un ritmo hipnótico y repetitivo. La guitarra suena cortante, con un arreglo que va repitiendo con cadencia toda la primera parte. El sintetizador suena como burbujeante al fondo, dando buen soporte a esa voz que de nuevo suena a mantra con los “hey shut up, hey shut up”, logrando en conjunto un efecto envolvente y un poco paranoico. La letra es ambigua, muchos dicen que tienen connotaciones o referencias homosexuales, pero nunca lo han confirmado o negado (la inspiración de las letras, Flowers niega ser gay). En ésta primer a parte, la estructura como de espiral en descenso sólo se ve rota por el breve coro en que la voz sube la intensidad, pero no como para hacer explotar la canción y liberar esa tensión que se siente. Hasta el 2:05 se rompe esa tensa calma a través de más ritmo e instrumentación, además de unos espectaculares coros que de nuevo suenan gospelianos. Este brake le da fluidez a la canción, que regresa brevemente a la secuencia inicial para apagarse despacio. Otro gran manejo de recursos.

“On Top” es un track dominado por el riff de sintetizador (tantos sonidos que le pueden sacar y usan siempre el mismo?!). Aquí la banda suena muchísimo a Duran Duran, las guitarras arpegiadas, las armonías, los teclados y esa especie de euforia que se mantiene en toda la rola. Al 3:35 hay un falso final y el regreso es un tono arriba, logrando con esto lo que hicieron los puentes en las dos canciones previas. Por cierto, un buen momento de Stoermer, que hace una excelente línea de bajo aquí.

A partir de esta parte el disco parece irse apagando y el genio mostrado se va difuminando. “Change Your Mind” es una buena canción pero suena muchísimo a The Strokes, hasta en la modulación vocal parece Casablancas. El bajo también destaca, llevando la canción, aunque sin despeinarse. Un arreglo mono de teclado y unos versos que funcionan. Sin embargo esta vez el recurso del puente a partir del 1:30 no logra funcionar tan bien, luce forzado en la canción y parece que la corta, más que refrescarla. El resto no es malo realmente, pero ese bajeo y ese aire de desenfado parece sin duda más propio de los Strokes que de los Killers.

Seguimos con “Believe Me, Natalie”, que es una canción muy promedio, con pocos ganchos, una melodía pobre y que suena ya un poco predecible. Lo destacable es la batería que no es la octava maravilla, pero se esfuerza más que en las otras rolas. Ah, y que el teclado cambia de voz por primera vez! Aquí suena como trompeta por momentos.

Después está “Midnight Show” con un poco más de energía y cambios de ritmo, por momentos un poco funky, pero hasta ahí. No es una rola que destaque mucho, si acaso que Keuning se anima a hacer un esbozo de solo en la parte media, pero sólo exhibe sus carencias en éste ámbito. Dave es definitivamente más de ritmos y texturas en la lira. Tampoco es ofensiva y es bailable, pero lo mejor es la salida con ese juego de teclados.

Ya para cerrar llega “Everything Will Be Alright”. Con esta me pasa lo contrario que con “Somebody Told Me”. Sé que es excesivamente lenta, que la voz suena horrible para una balada y apenas se entiende, que es repetitiva y con armonías un tanto débiles, pero me gusta. Tiene un cierto encanto, quizá en el coro, que no logro explicar. La atmósfera es muy de 10cc. Tal vez sea eso. Los teclados lucen magníficos, juguetones, íntimos y soberbios. Lenta, muy lenta para ser el cierre, pero tiene una chispa que no tiene ninguna balada de otros grupos Indie.

Buen debut, donde Killers hace su presentación con un sonido que parece puré delicioso de Blur, Strokes, Pulp, U2, The Cure, Duran Duran, New Order, The Smiths y un largo etc. Es un disco multifacético, que de inicio sorprende con sus efectos, con algunas letras y los apoteósicos coros, pero después se cae un poco. Tampoco es un despliegue de talento, es decir, hay talento al escribir las canciones y la manera de conjuntarse como banda para lograr un muro de sonido cohesivo y sin huecos, pero no hay ningún músico con técnica particularmente relevante. Esto resalta el buen trabajo a partir de ser un verdadero equipo, así como de la astucia, la producción, el estilo y la ambición mostrada por la banda. Sin estos factores, The Killers hubiera sido un fracaso miserable. No sé si sea mejor o peor que el Sam’s Town, tengo que oír este más a fondo, pero hay días que me gusta más uno y días en que prefiero otro. Lo bueno es que mostró un nivel similar entre estos discos y no fue un bajón, como muchas de las otras bandas Indie que se desinflaron luego luego. En fin, un buen álbum, que amalgama muchos sonidos retro para crear un sonido de avanzada. Vale la pena tenerlo.

 

Por Corvan 

14/Ago/2009

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