top of page

SPACE ODDITY (David Bowie, 1969)

Artista: David Bowie (B)

Fecha de Grabación: Jun – Sep ‘69

Fecha de Lanzamiento: 4 de Noviembre de 1969, UK

Discográfica: Philips / Mercury

Productor: Tony Visconti

Calificación: 7

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era: La Psicodelia (1966-1969)

Subgénero: La Psicodelia

Mejor Canción: Space Oddity, del disco y quizá de su enorme legado

Canciones: 1) Space Oddity; 2) Unwashed And Somewhat Slightly Dazed; 3) Don't Sit Down; 4) Letter To Hermione; 5) Cygnet Committee; 6) Janine; 7) An Occasional Dream; 8) Wild Eyed Boy From Freecloud; 9) God Knows I'm Good; 10) Memory Of A Free Festival.

 

Tras ser mandado al diablo por Deram, por el fracaso de su disco debut, el joven y terco David Bowie se las ingenió para conseguir un contrato con Philips. Se dio cuenta que lo del cabaret no le iba a resultar, así que hizo el primero de sus muchos giros estilísticos. Qué es lo que más estaba pegando en 1969? El Hippismo! Pues vamos tomando una guitarra, una armónica y hay que hacer lo que hace ese tal Dylan para convertirnos en líderes generacionales, no? Estando ya en las sesiones, comenzó a gestarse “Space Oddity”. Tony Visconti, el productor titular, vio el enorme potencial de la canción, pero también supo que lo sobrepasaba, por lo que el encargado de la producción fue Gus Dudgeon. El tema, evidentemente influenciado por la película de Kubrick de la que hace un gran juego de palabras, fue apresurado para coincidir con el alunizaje del Apolo XI en Julio del ’69. El resto del disco lo produjo Visconti, mejorando en mucho el sonido del anterior álbum, pero aún sonando demasiado básico, incluso comparado con el tema producido por Dudgeon.

 Este disco es muy curioso. Para empezar, en su fecha de lanzamiento original en Inglaterra fue otra vez simplemente David Bowie, mientras que en USA se llamó Man of Words, Man of Music. Su recibimiento en Reino Unido fue entre tibio a malo, sin embargo, el primer track le significaría a David Bowie su primer éxito en la isla, llegando al #5. Por supuesto, en USA fue olímpicamente ignorado, hasta que RCA lo reelanzó en 1972, ya con Ziggy Stardust convertido en un fenómeno. Esa versión se lanzó bajo el título de Space Oddity, que también se reeditó como single y que fue un trancazo espectacular, y con una portada más actualizada, con un Bowie en el papel de Ziggy. Para la reedición en CD, la portada regresaría a la original, con un Bowie de pelo frisado y  de tintes hippiedélicos, pero el título se quedaría (afortunadamente) como Space Oddity, como se le conoce universalmente desde el ’72. Y no es para menos, creo que ese tema es como el 80% del disco, más la coda de “Memory Of A Free Festival”. Bueno, tiene sus otros momentos. El caso es que Space Oddity es un tema crucial en su carrera, en mayor medida, la que le abrió las puertas de la fama, y una de sus mejores rolas. En mi opinión personal, la mejor junto con Life in Mars.

Otra curiosidad son los debates sobre este disco. Muchos lo consideran como el primer álbum en forma de David, ya que su debut fue una colección de temas sosos que nada tienen que ver con su estilo. Algunos consideran el Space Oddity como su primer joya, con varios de sus primeros grandes temas. La verdad es que es un enorme salto respecto al debut, pero es aún un disco transicional, donde nos regala una joya eterna que todo mundo conoce, y por lo demás es una especie de transición a la madurez que alcanzaría muy pronto.

Algunos dicen que es en parte un disco de 1969 y en parte de 1972. Y no están del todo equivocados. Aunque no cambió las canciones para su relanzamiento, el disco se divide claramente en una mitad folk, con un David Bowie jugando al gurú hippie con su guitarra acústica, imitando a Dylan, y en los que el mayor mérito sea acaso el lírico. La otra mitad es más experimental, también con base acústica, pero con un Bowie más arriesgado, más melódico. En ambas partes tiene sus altas y bajas, y en ambas tiene sus fracasos miserables. Pero en cualquier caso, es una transición. Bowie sigue aquí buscando su identidad, y quizá ese es el problema. Bowie no puede cantar por sí mismo, o cuando lo intenta lo hace mal, sin lograr enfocarse. Aquí todo suena vago y disperso. Bowie brilla cuando se convierte en un personaje, y el único pasaje del disco en que hace esto es cuando se transforma en Major Tom, es decir, cuando se vuelve un personaje. Seguirá Ziggy, luego el Duque Blanco, y el sinfín de personajes en que se transformó, hasta el más reciente, Lazarus, que nos grita su propia muerte entre estertores. Bowie es bueno marcando tendencias, no siguiéndolas, y menos una que estaba ya moribunda.

 

El disco arranca con “Space Oddity”. Quien no tiembla al escuchar ese cálido rasgueo? “Ground control to Major Tom…”. Bowie hace una obra de arte desde el inicio, creando tensión con el lento fade in, esos “pings” del estilófono, el melotrón (a cargo nada más y nada menos que del entonces sesionista Rick Wakeman) y esa batería casi marcial. Bowie encuentra el tono perfecto, la guitarra perfecta y los acordes perfectos, logrando una ligera disonancia que suena exquisita. En la segunda estrofa inicia la cuenta regresiva justo cuando Ground Control anuncia el despegue. 10, 9, 8… No sé porqué todo mundo asocia las cuantas regresivas con heroína, cuando aquí está completamente justificado en el tema. Bowie después aceptaría que poco antes probó heroína, pero que no tenía nada que ver, aunque por los rumores, 10 años después, en “Ashes to Ashes” diría “We know Major Tom's a junkie”. En fin, la tensión es perfecta, y control anuncia “Check ignition, and may God's love be with you”, para reventar la tensión con un breve crescendo que explota en una nueva y espectacular melodía “This is Ground Control, to Major Tom, You've really made the grade!” Bowie narra en pocas líneas la parafernalia astronáutica de la letra, en la que todo mundo en la tierra quiere saber qué está haciendo, cómo viste, cómo mata el tiempo, qué escucha… La siguiente estrofa, o puente, es la misma melodía, pero ahora desde la perspectiva del Major Tom, que entabla diálogo con Control de Tierra, mientras informa que sale de la cápsula. Increíble cómo en tan pocas líneas Bowie puede ser tan elocuente. Me encanta en particular la forma en que remata con “And the stars look very different todaaaaaaaaay”. Bowie hace overdubs vocales que empiezan a a crear cierta aura desesperante. El melotrón crea una capa aterciopelada, mientras los crashes de la batería van marcando el tiempo. Luego viene esa especie de estribillo, con otro espectacular cambio melódico, y uno de mis momentos favoritos de toda la discografía del Camaleón: “For heeeeere, Am I sitting in a tin can, Faaaaaaaaaar above the world… Planet Earth is blue and there's nothing I can do”. El hombre en el espacio, contemplando el planeta a lo lejos. La orquesta hace arreglos sublimes, con una especie de revoloteo ascendente, para rematar con esa secuencia de acordes acústicos y palmas con que inicia el break instrumental, con un gran requinto, celestial de principio a fin, y sin perder cierto aire estelar. Luego otro estribillo, “And I think my spaceship knows which way to go” Una referencia a HAL, de Odisea Espacial? “Tell my wife I love her very much, she knooows” en este punto sabe que no regresará a casa. Algunos asumen que sigue la línea de la película y es la nave la que tiene un problema, pero otros lo interpretan como que es Major Tom quien se niega a regresar y sabotea la nave.  En la siguiente vuelta, Bowie juega con los tonos para dar una mayor desesperación: “Ground Control to Major Tom, Your circuit's dead, Can you hear me, Major Tom?”, quien responde, pero ya no es escuchado, mientras flota en el espacio y cierra con melancolía con ese juego de palabras “Planet Earth is blue,  And there's nothing I can do.” Una nueva transición con esa secuencia de tonos, para irnos a la coda, replicando el requinto, pero quedándose en el último tono, mientras se agrega más y más tensión en un lento fade out, en la que el Major parece alejarse poco a poco de la nave, flotando en el espacio. “Space Oddity” es brutalmente perfecta, desde el título, peculiar pero que no deja de hacer referencia al libro-película, hasta cada arreglo, cada nota, cada entonación de David, las letras y la emotividad... es una canción redonda que a mi gusto no pierde vigencia, y que sigue pareciendo el soundtrack perfecto para el montón de películas espaciales que han salido recientemente. No soy experto en Bowie, pero creo que si un tema lo define, es éste. Es el que le abrió las puertas a la fama, el primer personaje que encarnó de alguna forma, y el primer tema grabado en el espacio. Tras la muerte de Bowie, es significativo que no fueron Black Star ni Lazarus las canciones que brincaron en los charts, sino “Space Oddity”.   

Nota de Marlaior: Yo no conocía este recurso de las cuentas regresivas para hacer referencia laa heroína, pero me hizo pensar que tal vez si que todo trata sobre la heroína y no sobre un astronauta. Eso da un nuevo significado al final de la canción, con las comunicaciones interrumpidas y el Mayor Tom sumiéndose en la profundidad del espacio. Y reflexionando me vino a la cabeza Ashes To Ashes, con el Mayor Tom convertido en un yonki. Pues aquello de la cuenta atrás tal vez si que tenga su intención.

Desgraciadamente el resto del disco no mantiene ese descomunal nivel, que nos da un atisbo de lo que alcanzará en su etapa Ziggy. Sigue “Unwashed And Somewhat Slightly Dazed”, el tema más dylaiano del disco. Inicia bien, con un rasgueo acústico con mucho eco, pero con un agradable tono en las cuerdas metálicas de la guitarra. “Spy, spy, pretty girl, I see you see me through your window”, con una bella melodía y unos “pings” acuáticos resonando. Al :35 entra la banda entera, con una melodía totalmente distinta, que sigue funcionando, pero pierde algo de la magia inicia: “It must strain you to look down so far from your father's house”. Hasta aquí sigue prometiendo, y parece ser una canción de amor trágico. Bowie grita: “IIIIIII'm the Cream, of the Great Utopia Dream!!!” y a partir de ahí la rola pierde dirección, originalidad, y se vuelve un jam dylanianao, con todo y armónica. Basta echar una ojeada al resto de la letra: “I'm a phallus in pigtails, And there's blood on my nose”. Qué se supone que significa eso? El resto es un debraye musical en el que se intercalan o sobreponen solos y armónicas y los aullidos de Bowie, extendiéndose por más de 6 minutos. La canción tenía potencial, pero la echa a perder por completo. Quizá si la hubiera dejado en 3 minutos…

Luego está “Don't Sit Down”, que más que canción, es un interludio, alguna rola inacabada que estaba palomeando en estudio y le ganó la risa y quedó como anécdota. Originalmente no aparecía en la lista, por lo que era una especie de track fantasma, pero a partir de los 90’s se le asignó el #2 en el tracklist. Es demasiado corto para considerarlo ofensivo.

Enseguida llega “Letter to Hermione”, otro tema folk, sentimental, de ruptuta. No es tanto que intente imitar a Dylan, de hecho hace una voz limpia, ligeramente roca, tremendamente emotiva, quizá más cercano al Folk de Simon & Garfunkel. Está dedicada a su exnovia, Hermione Farthingale, con la que acababa de romper: “They say your life is going very well, They say you sparkle like a different girl.”. La letra es buena, cargada de reproches, pero sin sonar violenta, y de inicio a fin tiene licks acústicos de guitarra que adornan la canción sin sobrecargarla. De sus temas personales mejor logrados, y quizá de los más sinceros.

Continuamos con “Cygnet Committee”, que para algunos es otra de sus primeras muestras de genialidad. Empieza bien, ese “I bless you madly, sadly as I tie my shoes” es casi un lament, con una secuencia tonal que me fascina, y que recuerda vagamente a Genesis en su debut. El problema es que de nuevo pierde dirección. Son 9:35 eternos, en los que Bowie va saltando de una melodía a otra sin ir a ningún lado, cambiando tiempos, agregando arreglos etéreos, desde clavicordios hasta guitarras con phaser, además de una fuerte carga de eco en la voz. Bowie canta desde una postura divina, reprochando a su creación que les dio vida y la malgastan. Es una pedrada a la nación hippie, que surgió cuando creó con su nueva novia, Angela Bernett, el Arts Lab, donde intentaba fomentar la creatividad de quien quisiera, pero los hippies que empezaron a llegar a montones, sólo querían verlo tocar, sin crear ni aportar nada. Esta desilusión creo ésta épica canción que se extiende sobremanera, y cuyos mejores momentos acaso son el inicio y esa coda en la que grita desesperadamente “I Want to Live!”

Luego está “Janine”, una canción muy alegre, con un bajo saltarín, y el estribillo más pegajoso del disco. El tema es totalmente pop, ligero, con una guitarra haciendo arreglos eléctricos de vaga reminiscencia country que se combinan muy bien con el rasgueo acústico. El tema es divertido, con letras incisivas que hablan de un amor tortuoso, pero al que le pide que se quede, con líneas raras como: “Janine, Janine, you'd like to crash my walls, But if you take an axe to me, You'll kill another man, Not me at all”. Sin ser algo sobresaliente, pudo haber sido un buen single.

Volvemos al folk con “An Occasional Dream”, también dedicada a Harmaione. Esta vez tiene cierto mood moodybluesiano, sobre todo por esas flautas que van revoloteando a lo largo y ancho de la canción. Me gusta en particular ese puente instrumental tras terminar cada estribillo. Los versos y la letra en realidad son algo melosos. Bueno, lo diré como es: cursis. Hay quien se queja de que se cambiara su nombre real, Davy Jones, para desmarcarse de los Monkees, y luego saliera con esto. La verdad es que no me parece mala, es bastante ligera, linda, y bastante pegajosa. Pero es cierto, insisto, muy cursi: “And we'd sleep, oh so close, But not really close our eyes, 'Tween the sheets of summer, bathed in blue...”

“Wild Eyed Boy From Freecloud”, sería el lado B de Space Oddity. Esta canción está fuertemente orquestada, con un conjunto de 50 piezas, y suena por momentos excesivo. Los arreglos fueron a cargo de Visconti. La melodía no es particularmente memorable, pero Bowie hace una gran actuación, más que cantar, recitando una especie de cuento de hadas medieval, o budista, o qué sé yo. Hacia el final parece casi que va a romper en llanto. Hacia la parte más teatral, alrededor del 2:30, lo podemos imaginar en el escenario, mandando besos al público mientras le llueven rosas. La mejor parte es esa más melódica y sin tanta orquestación al 3:1, pero dura muy poco y luego regresa al histrionismo. No es terrible, pero es algo excesiva y sin melodías fuertes. Como dato, ésta sería la primer colaboración de Mick Ronson con Bowie, aunque su labor en la guitarra no fue acreditada.

Tras el intenso inicio y el bajón posterior, la recta final empieza a mejorar. Sigue “God Knows I'm Good”, donde vuelve a imitar a Dylan, incluso con el acento, pero de alguna forma, suena más original que sus anteriores intentos, con una melodía pegadiza. La historia es encantadora, sobre una mujer que roba en una tienda atestada de gente “rica, honesta y limpia”, en la que se roba una lata de carne, cerrando los ojos, como si con eso evitara la culpa. La mujer grita “God knows I'm good... God knows I'm good... God may look the other way today”. Bueno, lo hace Bowie, de forma dramática, cargada de esperanza. La mujer va saliendo de la tienda cuando el guardia toca su hombro y le pregunta su nombre, y la mujer está tan asustada que se desmaya. Y ya. Es simple, sin mayores pretenciones, pero funciona muy bien. Un buen día la podría marcar en rojo. Es simplemente adorable.

El álbum cierra con "Memory Of A Free Festival", un tema épico de más de 7 minutos, dividida en dos partes. La primera es básicamente Bowie a capella, con una melodía hipnótica, narrativa. Eso y un armonio o acordeón, que lo va acompañando tristemente mientras habla sobre un festival que ayudó a organizar en Agosto del ’69: “It was ragged and naive, It was Heaven”, dice. Esa primera parte no es demasiado sobresaliente, y hacia el minuto 3 empieza a difuminarse en ruidos, cacofonías, una multitud platicando, risas, y al 3:30, David inicia con ese majestuoso mantra “The Sun Machine is Coming Down, and We're Gonna Have a Party”, con una secuencia de 3 tonos, al que se le suma un inmenso coro. Algunos la comparan a “Hey Jude”, lo cual me parece equivocado, ya que aunque también tiene una coda de 3 tonos, la primera parte es la principal. Me recuerda más “Storm Trooper” de Yes o “Long Haired Lady” e Macca ya solista. Es eso, solamente ésa línea repetida una y otra vez con la secuencia de 3 tonos, pero es simplemente magnífica, monumental, majestuosa, te logra envolver, y si te descuidas un segundo, terminas cantando y palmeando en medio de un Festival Hippie. Una gran manera de cerrar el disco, que después del brillante inicio, no había tenido un momento climático como éste.

 

En fin, no es el desastre que afirman unos ni la primer obra maestra que veneran otros. Es un punto medio, una transición entre el artista de vaudeville, al hippie, que ya da muestras del potencial que podría alcanzar en su siguientes discos. “Space Oddity” sobresale sin duda y es la principal razón para volver a este disco. Por otro lado, es interesante escuchar los sonidos de Bowie antes de la fama absoluta que alcanzaría después.  

El disco en sí, le falta cohesión y es demasiado inconsistente para ser considerado un clásico. Tiene sus momentos y se nota cierto potencial, uno que desde aquí no se pude ni adivinar siquiera la dirección que tomará. Las letras también son un gran avance. Pero lo importante de este disco es su tema principal, ése que puso a Bowie por primera vez en el mapa musical, ése que tiene un aire experimental y futurista aún hoy en día, ése de la que se grabó una versión en el espacio, ése que en los primeros días del 2016, a 47 años de su lanzamiento, volvió a escalar hasta la cima de los charts… ése que nos recuerda a Bowie personificando a Major Tom, mientras nos canta, desde muy arriba: “Planet Earth is blue, And there's nothing I can do…"

 

Por Corvan

15/Ene/2016

 

Letras de El Traductor De Rock

 

 

Si el C-Box no te permite agregar comentarios, haz click AQUÍ

bottom of page