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THE VELVET UNDERGROUND & NICO (The Velvet Underground, 1967)

Artista: The Velvet Underground (D+)

Fecha de Grabación: Abr - Nov1966

Fecha de Lanzamiento: 12 de Marzo de 1967, USA

Discografica: Verve (MGM)

Productor: Andy Warhol

Calificación: 9.5 (MUST HAVE, DISCO ICÓNICO)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era: La Psicodelia (1966-1969)

Subgenero: Art Rock

Canciones: 1) Sunday Morning; 2) I'm Waiting For The Man; 3) Femme Fatale; 4) Venus In Furs; 5) Run Run Run; 6) All Tomorrow's Parties; 7) Heroin; 8) There She Goes Again; 9) I'll Be Your Mirror; 10) The Black Angel's Death Song; 11) European Son.

Esta es una pequeña obra maestra. Sin embargo, la insistencia de Andy Warhol de sacar su famosa banana texturizada (sin albur) en la portada, retrasó la salida más de un año y el disco fue un rotundo fracaso comercial. Pero aún así no se puede negar su influencia en la música experimental de la época, y sobre todo 10 años después sobre todas las bandas del movimiento punk, ni que con el paso de los años este disco se haya convertido en una obra de culto. Curiosamente, aunque en su época pasó casi desapercibido (nunca cruzó el lugar 171 del Billboard), este es a mi gusto uno de los 10 mejores álbums del ’67.

El disco en ocasiones deja notar un cierto infantilismo musical. No sólo es que no haya ningún virtuoso en su instrumento en esta banda, sino que muchas canciones suenan a la pre-psicodelia. En otras parece increíble que hayan sido grabadas a inicios del ’66 cuando suenan tan maduras e incluso agresivas para un ’67 que en sí fue revolucionario. A veces da la impresión de que las guitarras de Lou Reed y Sterling Morrison sólo están ensuciando y haciendo ruidos al azar, seguidos por la viola e instrumentación de John Cale y parece que la baterista Mo Tucker apenas sabía agarrar las baquetas; de hecho se dice que Mo tocaba de pie y con mazos en lugar de baquetas ya que sus compañeros le habían pedido que hiciera algo extravagante en su instrumento. A esto agreguen a un Andy Warhol lleno de excentricidad y “arte pop” conceptual haciéndola de manager e incrustando a una modelo como cantante y ahí tenemos a The Velvet Undrground.

Esto puede sonar tan horrible como se lee, sobre todo en los dos últimos tracks, pero en ocasiones, sin desplegar un virtuosismo, saben crear coherencia y armonías bastante delicadas. Este debut se caracteriza por la cantidad de contrastes por las atmósferas y texturas que pueden alcanzar. Nos pueden venir desde los mencionados collages sin ton ni son llamado “Art Noise” donde además de las guitarras haciendo estática tenemos que soportar la viola rechinando en nuestros oídos, hasta perfectas secuencias oscuras, densas, llenas de misticismo y sonidos orientales, pasando por baladas tiernas, que rozan el sonido delicado de las canciones de cuna y las típicas canciones alegres, llenas de sol y desenfado californiano aunque la banda sea neoyorquina.

Quizá parte de lo que explica el poco éxito comercial que tuvo (además de la terquedad de Warhol) y a la vez de las excelentes críticas de los pocos medios impresos que voltearon a verlo en su momento, son las letras. Lou Reed aquí se lleva la mayoría de los créditos, y no se tapa la boca en lo más mínimo para hablar de sadomasoquismo, homosexualidad, trasvestismo, dealers y drogas… Y nooooo. No hablan de mariguana. Se saltan esas niñadas y se van directamente a las ligas mayores con heroína. Sin duda, temas impactantes no sólo para el ’66-’67, sino que aún hoy día reciben bastante censura de los medios. Y lo hace con total naturalidad, sin pretensionismos, sino con una prosa bastante sencilla, sincera, cruda y por lo mismo, muy efectiva. Reed ya daba muestras de un liricismo brutal, muy semejante al del punk de los 70’s y al que desarrollaría como solista. Quizá por ello y por la actitud se relaciona tanto a los Velvet con el Punk, aunque francamente, en cuanto a sonido yo nunca he encontrado nada que me suene ni remotamente a los Ramones o a los Sex Pistols. Eso y que cuando estos chicos hacen un riff mas o menos interesante, lo repiten hasta el cansancio y hasta matarnos de monotonía, como los Punks con su tremenda imaginación al hacer canciones de 2 o 3 tonos. Pero musicalmente nop. Nada.

Otro de los contrastes dentro del disco son las voces. Si bien Lou Reed no es el mejor cantante del mundo ni mucho menos, suena siempre fresco dentro de esa voz neutra y casi carente de emociones. Tiene una voz que suena joven y con cierta actitud valemadrista, aún no sé si por la escasa técnica vocal o si fue algo premeditado, y da la impresión de estarse divirtiendo enormidades con lo que hace. Por otro lado, Nico, la modelo que les enjaretó Andy Warhol para que participara en este disco, asusta a veces por esa completa frialdad y carencia emocional con que canta, muy diferente a la de Lou. A pesar de que tiene ligeramente mejor técnica que Reed, su voz puede llegar a crispar los nervios por ese tono casi amenazante de tonos bajos y gélidos. No por nada es alemana.

El disco comienza con unos preciosos tonos de teclado que suena a campanitas de canción de cuna y la voz suave como terciopelo de Reed cantando el título de la canción: “Sunday Morning”. Esta balada es de lo mejor disco. A pesar que parece ser lo más cercano a música tradicional que tocarían los Velvet, está perfectamente estructurada, con versos pegajosos, un coro encantador y una ternura que casi dan ganas de llorar. Una canción tremendamente diferente al resto del disco, pero que nos muestra desde el inicio que los VU pueden también hacer música delicada y brillante. Me gusta ese solo de guitarra que inicia al minuto dos con el sonido opaco de la viola de Cale haciendo arreglos en el fondo y los coros de Nico haciendo Lalalalala mientras la rola se va en un fade out… Una de las baladas mas tiernas y hermosas de la historia, además que es una de las letras más “normales” de Reed, aunque no sin cierto pesimismo, o mejor dicho, melancolía.

Después empieza una canción más movida, "Waiting For My Man". El riff de inicio suena bastante bien. Sin ser una cosa demoledora, tiene bastante energía y es muy pegajoso. Lo malo es que nos van a embarrar este riff sin muchos cambios (apenas 2 tonos) durante cuatro minutos y medio. Ohhh! Ahora veo porque los punks los adoran! Jajaja. La canción habla de un distribuidor de drogas que siempre llega tarde y que termina pinchándolo por todos lados, así que uno sospecha que no es precisamente marihuana (o drogas) a lo que se refiere. Un tema muy arriesgado por lo experi -cof cof -repetitivo - cof cof - mental de la música y por el tema tabú. No por nada el disco recibió censura en tiendas y estaciones de radio. Cuando uno está pensando seriamente en suicidarse si escucha una vez más esa secuencia arcaica que inició como un buen riff y termina en un dolor de cabeza, la canción termina. Pero uno se queda con ese tun-tu-tun-tu-tun-tu-tun-tu-tun-tu resonando un buen rato.

Después de este tema viene otra tremenda balada, "Femme Fatale", también bastante dulce y donde Nico nos muestra todo el encanto de su voz germana. Aquí la rubia modelo suena muy mona, igualmente carente de emociones y distante, pero no amenazante como en las otras canciones. Esta es su mejor interpretación vocal en el disco y definitivamente se nota muy cómoda en el tono de la canción. Me encanta en el coro como alarga las eses cuando dice “See the way she walksssssss, hear the way she talksssss…” Tampoco es que se una armonía muy complicada, no manejan tampoco muchos cambios, pero al menos los suficientes para hacer de esta una canción bastante linda, combinado arpegios con un pandero que suena a nieve cayendo (la nieve cayendo suena?) y unos coros un poco raros por parte de los chicos. Poniendo un poco de atención a la letra uno se da cuenta de que no habla precisamente de una mujer fatal, sino de alguien que “parece” una mujer fatal. Me siguen? Un tanto críptica pero tampoco es difícil descifrarla y entender que habla de un trasvesti. La melodía es realmente buena, pero las letras le causaron nula distribución en la radio en su época. 

Luego viene otra canción tremenda, quizá la mejor del álbum. "Venus in Furs" es una canción también repetitiva, pero con mucho mejor éxito que Waiting for my Man. Para describirla quizá deberíamos usar mejor la palabra “hipnótica”, cargada de una espesa sensualidad, la viola de John Cale haciendo sonidos hindúes, las guitarras imitando citares, y uno queda atrapado en la melodía repetitiva pero sublime y llena de cadencia. Lo único malo es que uno se queda esperando un orgasmo musical tipo The End que nunca llega, aunque de hecho nunca se crea una tensión musical que de algún indicio. Líricamente es una joya, de lo mejor que ha escrito Reed. Desde el título de la canción uno se estremece. La canción habla sin rodeos del masoquismo, pero Lou utiliza una poesía tan excelsa que dan ganas de que la chica con cara de niña y botas de cuero nos dé unos latigazos. Así o mas enfermo? Jajaja. Nosierto, lo que sí es que los coros están mucho mejor diferenciados, y destaca entre todo esa frase que dice “Different colors, made of tears” con la que termina el coro. Una de esas frases que se quedan retumbando en la cabeza por su belleza. 

Sigue "Run Run Run". Se eleva nuevamente el ritmo, pero la mala noticia es que esta también es tremendamente repetitiva. Los coros sin embargo son muy pegajosos. Esos “Run-run run-run-ruuuuuun , take a drag or two” son adictivos, y salvan la canción de una tremenda monotonía. Por otra parte, también destaca la parte lírica, hablando nuevamente de drogas a través de varios personajes. Hay que prestar atención a la guitarra de Morrison que hace unos zumbidos bastantes peculiares a manera de solos.

El disco continúa con “All Tomorrows Parties”, cantada por Nico. La rola inicia con unos tremendos mazazos que Mo da a su thumb de piso. El piano de Cale crea un gancho con ese arreglito que da sensación de rapidez, aunque la canción en realidad es muy lenta. Cuando dije que Nico puede sonar gélida e imponente me refería a esta canción. Da la idea que los chicos se negaron a cambiar el tono para que le fuera más cómodo a su compañera, pero este tono forzado crea un efecto aún más insensible y distante de la vocalista. Quizá incluso le sienta bien a la letra, que habla de la banalidad y superficialidad, no sin ciertas dosis de cinismo.

Después viene un tema que se ha vuelto el himno por antonomasia de los Velvets. "Heroin" no necesita más introducción. Esta canción se ha vuelto en una obra de culto. Nuevamente recurre a la sensación de hipnotismo a través de cadencias repetitivas de unos dos tonos. Sin embargo, la diferencia en esta, es que manejan muy bien la tensión musical, acelerando lentamente, llegando a pequeños clímax y bajando el ritmo de golpe para iniciar de nuevo. El arpegio de guitarra, la viola y los teclados crean atmósferas agridulces, que suben y bajan con la velocidad de los golpes que Mo da de manera rudimentaria a su batería, pero con ello se encargan de dar las subidas que supongo simulan un elevón de heroína. Las letras no dejan nada a la imaginación, pero sorprende el manejo nihilista y algunos versos que usa Reed para describir la sensación al inyectarse y su dependencia a la droga: “I’m gonna try to nullify my life” y “heroin I’ts my wife and it’s my life”. A partir del minuto 5 la rola ya no baja de ritmo y la viola empieza a chillar creando cada vez más tensión, mientras todos los instrumentos suben y suben hasta que parece que todo va a estallar en lo que es quizá la primera demostración efectiva de “Noise-Art” en la historia.

Después de semejante experiencia, viene una canción muy desenfadada y groovy, "There She Goes Again". La intro es excelente, y lo mejor es que en esta ocasión no abarca toda la canción. Bueno, la canción suena muy fresca y californiana. Es de las que comentaba que tiene un sonido pre-psicodélico, e incluso la letra no es demasiado comprometida. Está entretenida y aunque no destaca particularmente, tampoco es ofensiva.

Ya para iniciar el cierre del álbum, Nico nos regala otra buena interpretación con “I’ll Be Your Mirror”, una balada dulce, donde hay buenas armonías, bastante más tonos que el promedio de Velvet y una interpretación vocal deliciosa, pero sin dejar de ser gélida y las letras son un poema de amor bastante bien logrado y muy raro para venir de Reed.

El cierre del disco es desastroso. Casi siempre quito el cd en esta parte. "Black Angel’s Death Son" es un ejemplo de Collage y Noise Art NO EXITOSO. Aparte de ser otra cosa que mata de aburrimiento, esta vez la viola está taladrando los oídos desde el principio hasta el final de los 3 minutos que dura. 3 minutos?? Vaya, parecen 10.

Luego sigue "European Son", que también tiene bastante experimentación y sonidos superpuestos, pero básicamente repite la fórmula del riff que suena hasta el hartazgo y la guitarra que hace zumbidos sin dirección (ni talento) alguno. Por qué hay gente que dice que este par de canciones son de culto? No tengo ni idea. Puedo soportar canciones repetitivas que están hechas con cierta (o al menos alguna) inteligencia, pero esto es mero ruido y hay que decirlo. Por estos temas es que el disco no alcanza el 10 perfecto.

Bueno, este disco puedes amarlo o puedes odiarlo, pero no debe pasar desapercibido ni estar fuera de tu colección. Tiene traspiés, pero también hay que reconocer que hay excelentes canciones que han roto la barrera del tiempo y suenan tan frescas como cuando fueron hechas, particularmente las de tintes orientales y las cantadas por Nico. Las letras y los temas también son de destacar, ya que los Punks juran que este disco los inspiró en los 70’s para hacer su propio estilo entre tosco, desenfadado, crítico, nihilista y poético, aunque yo insisto en que no tienen nada que ver. Un fracaso comercial en su época, pero no por nada se ha vuelto un álbum de culto con el paso del tiempo al grado que la edición original con la portada con textura de terciopelo en la banana, vale oro, igual que los mejores temas.

Por Corvan 

17/Sep/2008

Letras de El Traductor De Rock

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