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COMMUNIQUE (Dire Straits, 1979)

Artista: Dire Straits (C)

Fecha de Grabación: Nov – Dic ‘78

Fecha de Lanzamiento: 15 de Junio de 1979, UK

Discográfica: Vertigo / Warner Bros

Productor: Barry Beckett y Jerry Wexler

Calificación: 7

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era: La Gran Transición (1970-1979)

Subgénero: Blues Rock

 

Mejor Canción: Once Upon a Time In The West o Single Handed Sailor

Canciones: 1) Once Upon a Time In The West; 2) News; 3) Where Do You Think You're Going; 4) Communiqué; 5) Lady Writer; 6) Angel Of Mercy; 7) Portobello Belle; 8) Single Handed Sailor; 9) Follow Me Home.

 

Después de que Dire Straits la rompiera con su disco debut en 1978, alcanzando el #2 en USA con ese sonido minimalista, mezcla de Rock Clásico, con Country, con Blues y Jazz, y colocando “Sultans of Swing” como uno de los himnos de finales de la década, la banda se metió a toda prisa al estudio a grabar su siguiente disco, para aprovechar la inercia. Quizá ese es el problema del Communiqué, que es un disco bastante más forzado que el debut, se pierde por completo la frescura. Si hubieran dejado pasar algunos meses…

El caso es que, ya sea por iniciativa propia o por presiones de la disquera, la banda entró a los Compass Point Studios de Nassau, durante un par de semanas a fines del ’78 (aún con “Sultans” omnipresente en la radio). El disco fue producido por Barry Beckett y Jerry Wexler, que también colaboran para eliminar ese sonido fresco del debut con la inclusión de teclados y pianos, que intentan hacerlos sonar más “elegantes”, pero sólo terminan fechando el sonido con ese estilo de inicios de los 80’s. El mismo Barry Becket tocaría los teclados bajo el pseudónimo de B. Bear.

Durante el inicio de las sesiones usaron maquetas que tenían grabadas desde el disco anterior. Se preguntan por qué en general se siente como un Dire Straits II? Bueno, básicamente porque lo es. La cuestión es que exageraron y parece una calca. Durante las sesiones, coincidieron en el estudio con Bob Dylan, ya que Beckett le estaba produciendo el Slow Train Coming. Tras aprovechar para conocerse y señalar su mutua admiración, Mark Knopfler y Pick Withers terminarían colaborando como invitados en algunos de los temas del disco de Dylan. Y evidentemente Mark saldría con su dosis de influencia dylaniana para las letras.

 

El Communiqué suena apresurado. Y no hablo de que tenga muchas canciones rápidas. Hablo de que no dejaron pasar siquiera un año desde el lanzamiento de su brillante debut y ésta segunda placa. Hablo de que tiene apenas 9 temas. Y ya sé que los discos de Dire Straits no se caracterizarían por contener una enormísima cantidad de canciones, pero aquí es de los pocos en que se siente que las alargan en demasía porque no hay más con qué rellenar. Claro que la guitarra de Mark Knopfler, sobre todo en el nivel que traía aún en esta época, no se puede considerar relleno malo, pero sí hay temas que se pueden considerar repetitivos, a diferencia del debut.

El sonido pues, no difiere tanto de su primer entrega… entonces porqué hay consenso casi universal en que el Communiqué es de los discos más flojos y aburridos de Dire Straits? Bueno, la mayoría coincide en que este disco intenta imitar al anterior sin ofrecer nada nuevo. Y es cierto. No tiene un tema intergeneracional como “Sultans of Swing”, que sin pretenderlo, se volvió en uno de los temas del verano de 1979. Pero tiene un intento de, con “Lady Writer”, que queda como una pálida autoparodia. Las canciones en general tienen menos frescura, han perdido el factor sorpresa, y mantienen un mood muy similar durante todo el disco. Mark, no cambia el tono de su guitarra en todo el álbum, y su trabajo en la guitarra no es tan increíble.

Por otro lado, es evidente que Dire Straits no intentan impresionar a nadie con éste álbum. Ya lo lograron con el disco anterior. Aquí Mark Knopfler parece desentenderse de su responsabilidad como el compositor principal, para enfocarse más en el sonido, en sus licks y solos, en las atmósferas y en los largos pasajes instrumentales, pero olvidándose que la composición es la parte más importante. Muchas de las atmósferas suenan sin alma debido a la construcción tan básica. Hay muy pocas melodías, y MUY pocos ganchos. En el aspecto lírico, también tenemos cambios. Por momentos Mark se vuelve muy básico, y por momentos se nos vuelve muy complejo con marcada influencia Dylaniana, como en “Angel Of Mercy”. En cualquier caso, la cuestión lírica no es queja, ya que Knopfler sigue apostando a crear fascinantes retratos de personajes varios, y en ese aspecto, sigue siendo un maestro, ya sea de forma más sencilla o con una máscara dylaniana.

 

El disco arranca con “Once Upon A Time In The West”, iniciando, con una agradable Intro con ese tono de guitarra que es la marca de Mark Knopfler (cuando haga la traducción a inglés esto va a quedar genial). John Illsley hace un bajeo con escalas a 3 notas en cada tono para crear una línea cadente, y que se entrelaza con la batería de Withers para crear un agradable medio tiempo. La voz de Mark entra hasta el minuto, cantando con ese tono irónico. Sigo sin saber de qué trata la letra, cada estrofa parece dedicarla a un tema distinto. El primero podría ser usado como himno actual de los ciclistas contra los automovilistas. El segundo tiene tintes más irónicos con líneas como “You could even catch a bullet from the peace-keeping force”. La última hace contrastes entre la figura materna y la inocencia. En cada una termina con el título a manera de estribillo, y con largos pasajes de guitarra. Resalta ese puente instrumental alrededor del minuto 3 en el que la batería galopa unos instantes creando tensión. La canción se extiende hasta casi los 5:30, pero con su ambiente relajado y el gran trabajo de guitarra, no se vuelve cansada. Se volvería en uno de los temas favoritos en vivo. La canción es muy buena per se, el problema es esa sensación de Deja Vu. Uno no sabe si por el bajeo ligeramente Reggae que recuerda vagamente a The Police… o porque es básicamente “In The Gallery”, del debut, reescrita más lenta. En cualquier caso, creo que ésta es ligeramente superior, o acaso las otras canciones son tan promedio que hacen que ésta sea de los puntos fuertes del disco.

 

Continuamos con “News”, que da inicio con un melancólico arpegio a cargo de David, continuando con los tonos menores de la primer canción, mientras que Mark hace arreglos con el slide y phaser, entablando un gran diálogo con la guitarra de su hermano. Las letras hablan de un adicto a las apuestas que se niega a aceptar su problema, incluso cuando su mujer lo increpa: “He says it's a shame, You know it may be a game, Ah but I won't play to lose”. La banda hace una atmósfera satinada y nocturna, jugando con la intensidad. Al 1:20, casi “apagan” la canción, que queda mantenida solo por las baquetas, hasta llegar a un silencio de unos instantes al 1:40. Ese momento es el mejor de toda la canción. Por lo demás, es algo repetitiva, y es evidente que Mark se enfoca más en las atmósferas y en hacer vibrar su guitarra que en las melodías. El problema se vuelve evidente con el último medio minuto, en el que sólo escuchamos los toms y los contras llenando espacio. No es lo mejor de la banda, pero ese momento a mitad de la canción al menos la hace interesante.

 

“Where Do You Think You're Going” inicia con un guitarreo acústico aguerrido, dando tintes dylanianos, incluso en el fraseo de Mark. Me podría imaginar al buen Bob cantando esta intro, al menos hasta el 1:15, cuando viene un redoble de batería que nos mete de lleno en la atmósfera netamente direstraitiana. La guitarra de Mark vuelve a brillar con esos licks y escalas, y cerca del minuto 2 se agrega un teclado al fondo, creando más dramatismo. Pick Withers hace una gran labor con la batería, haciendo ráfagas con los crashes, fills y manteniendo la tensión en la primera parte, y reventándola finalmente al 2:30, acelerando el tiempo y preparando todo para el previsible solo de Mark en la coda. La letra es sobre un tipo al que está abandonando su mujer, y éste la increpa en un desesperado intento por retenerla a su lado, sonando amenazante y sutil a la vez, como en general, la atmósfera de la canción. Uno de los temas más personales del disco, y que quizá data de la época del divorcio de Mark.

 

“Communiqué”, el tema que da título al álbum, arranca de manera promisoria, con un riff bluesero y muy cool, a la Keith Richards, que se repite varias veces durante poco más de medio minuto para luego derivar en una de las melodías más blandengues del disco. La letra habla sobre la necesidad devoradora de la prensa de tener noticias frescas, declaraciones de famosos, los rumores que ésta se inventa para conseguir más ventas o ratings. Se avienta algunas buenas frases, llenas de sarcasmo, pero en general la letra también es algo floja para los estándares de Mark y para lo que el espinoso tema podía dar. Salvo por la intro, que prometía bastante, es de los temas más flojos y repetitivos del álbum.

 

“Lady Writer” es el tema más movido del álbum, con la guitarra lanzando un incendiario solo de inicio, la guitarra haciendo raudos rasgueos en escalas descendentes, mientras la sección rítmica da gran dinamismo punteando con un beat marcado. Me suena… La letra es sobre una escritora, que un día vio en la TV. Aunque se han tratado de dar otros enfoques, Knopfler diría después que no hay dobles intensiones en las letras. Muchos especulan que se trata de marina Warner, aunque su autor nunca lo confirmó o desmintió. Mark entabla una endiablada conversación consigo mismo, lanzando una línea y contestándose con un lick o adorno de guitarra, con ese tono brillante y limpio. Me sigue sonando… No falta el solo extendido al final, con una increíble ráfaga de notas al 3:10. El tema sería el único sencillo del álbum, que alcanzaría el #45, y no entiendo francamente como no llegó a encabezar las listas, salvo en Alemania, Nueva Zelanda y Suecia. Esperen, quizá fuera por otro tema que aún sonaba en esas fechas, y que todavía se mantenía en listas! Un tema por el que los Dire Straits pudieron haber sido demandados por su autor, Mark Knopfler, por copiar casi nota por nota toda la estructura, y casi el requinto mismo, de no ser porque era el mismo autor de esta canción. Una llamada “Sultans of Swing”, en uno de los casos de autoplagio más evidentes y desvergonzados en la historia. “Lady Writter” es pues un tema reciclado, y no lo puedo marcar en rojo a pesar de que es de lo mejorcito en este disco.

 

Con “Angel Of Mercy”, que si bien no es tan rápida, si mantiene más energía que el promedio de los temas del disco. Aquí tenemos una mayor influencia Country en la música, y de Dylan en la letra. Además es la única canción del disco en que Mark le cambia ligeramente el tono a su Stratocaster, con menos delay para darle mayor efecto country, excepto en el solo del 2:20. La melodía es pegajosa, y el estribillo funciona bien, con el resto de la banda haciendo coros. La letra es sumamente ingeniosa, haciendo alegorías sexuales que hace pasar por religiosas: “Angel of Mercy, angel delight, give me my reward in heaven tonight, And if I give up my sword, won't you give me the right”, dando además la sensación de decir “mariguana” en lugar de “my reward in the heaven tonight”. En sí, la canción lleva un aire más desenfadado y festivo, y el problema es que al final se engolosinan repitiendo el estribillo una y otra vez, volviéndola algo repetitiva.

 

Después llega “Portobello Belle”, una canción en medio tiempo, con un guitarreo cálido, y donde los licks de Mark brillan por su ausencia, ya que toca una guitarra acústica de 12 cuerdas, dándole un mood algo distinto. La canción es alegre, con un matiz agridulce. Quizá musicalmente no destaque mucho al ser esta vez el piano la figura guía, pero la letra es deliciosa, haciendo grandes juegos de palabras. Básicamente es una de esas postales sobre una chica irlandesa, contada desde el punto de vista de un cantante ciego que le escribe una canción. Nuevamente se siente algo de la influencia de Dylan, que influiría en esa capacidad de Knopfler para crear viñetas de personajes bastante completos en apenas una canción. El tema se alarga de nuevo al agregar una coda de un minuto que no aporta absolutamente nada.

 

“Single Handed Sailor” sería lo más cercano a un clásico en el disco. Arranca con un riff incisivo y pegajoso, que Mark lanza como látigo mientras David hace un guitarreo muy newwavero, para luego entrar a los versos y cambiar a un estilo más Country. Es la que tiene mayor personalidad y una identidad propia. De alguna forma, es el mood que uno hubiera esperado de todo el disco, sin despegarse demasiado de lo que hicieron en el debut, pero distinto, al fin y al cabo. Los arreglos de Mark son maravillosos, canta con gran confianza y de nuevo nos regala una buena letra, logrando una postal cargada de imágenes marítimas y nocturnas. El solo de la coda es de gran manufactura, cerrando en un previsible y lentísimo fade out, pero que no evita que esta sea de las mejores canciones del disco.

 

La última canción, “Follow Me Home”, inicia precisamente con sonidos de olas reventando en la playa, ligando de alguna forma ambos temas. Después de un rato inicia un riff en vaivén, en un lento fade in, mientras los platillos de batería van marcando el tiempo, se agregan unos bongós para rematar el aire tropical, y el bajeo en 3 notas profundas. Al 1:30 vienen las notas sostenidas de la guitarra de Mark, quien empieza a cantar casi hasta el minuto 2. La letra es críptica, pero supongo que es una metáfora sobre Jesús (???). La canción es muuuy monótona, con el mismo riff columpiándose una y otra vez, y apenas un par de cambios tonales durante toda la rola, que se extiende casi por 6 minutos. La guitarra suena siempre elegante, y aquí juega con el phaser por momentos, pero insisto en que es demasiado repetitiva. Además, el mood es muy parecido a “Six Blade Knife” del debut, pero mucho más lenta y sin la genialidad de ésta. Y si le agregamos los grillos que empiezan a sonar desde el 4:30, el último minuto y medio es verdaderamente soporífero.

El Communiqué, pues, no es un disco terrible. De primera escucha incluso puede que no notes gran diferencia con el disco debut. Por encima no hay grandes cambios. El problema es cuando escuchas a fondo y empiezas a notar los huecos, los autoplagios, y los temas que extienden innecesariamente, en parte para mostrar las habilidades técnicas del grupo, en parte para rellenar espacio del vinyl, que dura apenas poco más de 42 minutos. Ésta hecho con la misma fórmula, pero irónicamente, funciona mejor  como un Dire Straits II, que como un sucesor, ya que como tal, carece de originalidad y factor sorpresa, y como ya se dijo, no aporta nada nuevo y más bien sale perdiendo si se pone frente a frente con el debut. Con todo, insisto, no es malo. Su principal problema es la carencia de originalidad, pero si por azares del destino llegaras a escuchar este álbum antes del debut, podrías pensar que me he vuelto loco con la calificación y que merece más. Aun así, el disco tuvo muy buenas ventas, vendiendo más de 7 millones de copias, y debutando en el #1 en Alemania mientras el Dire Straits aún estaba en el #3…

 

Por Corvan

13-ene-18

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