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SHADES OF DEEP PURPLE (Deep Purple, 1968)

Artista: Deep Purple (C+)
Año de Grabación: May 11-13 1968
Fecha de Lanzamiento: Septiembre 1968, UK
Discográfica: Parlophone
Productor: Derek Lawrence
Calificación:
 7

Era: La Psicodelia (1966-1969)

Subgénero: La Psicodelia

Mejor Canción: Hush

Canciones: 1) And The Address; 2) Hush; 3) One More Rainy Day; 4) Prelude: Happiness/I'm So Glad; 5) Mandrake Root; 6) Help; 7) Love Help Me; 8) Hey Joe.

Definitivamente el Shades of Deep Purple es uno de los eslabones perdidos entre el Flower Power Psicodélico y el Hard Rock potente y virtuoso que después seguiría evolucionando hacia el Metal. El otro por supuesto es el álbum In A Gadda Da Vida de Iron Butterfly, pero no nos distraeremos en él. Deep Purple generalmente está considerada como una de las tres bandas fundadoras del metal. Las otras son Led Zeppelin y Black Sabbath. A mí por supuesto Zeppelin nunca me ha parecido que sea metal pero acepto su influencia en el género. Black Sabbath por su parte sondeaba sonidos oscuros y cargados, llenos de riffs y temas de ocultismo y negrura, sonidos ciertamente mucho más cercanos a lo que hoy día conocemos como metal que los creados por las otras dos bandas. Deep Purple, por su lado, nunca fueron imitadores ni de Sabbath ni de Zeppelin, y ese es un gran mérito para esos días. Supieron crear un estilo propio que no suena ni banal ni pretencioso; de hecho la banda se complace simplemente con hacer Rock de excelente manufactura, con riffs bestiales de Richie Blackmore, grandes solos de teclado de Jon Lord y un gran trabajo de batería de Ian Pace. Su sonido, igual al de Zeppelin, me parece más la coronación del Hard Rock que del Proto-Metal, como muchos lo consideran, pero ya es cuestión de percepciones y etiquetas.

Este es el debut de Deep Purple. No tenemos aquí dedos relampagueantes sobre las cuerdas, ni solos que te sacan el alma, ni riffs inmortales. Deep Purple evolucionará hasta convertirse en una banda llena de virtuosos, cargada de poder, con un sonido más crudo y canciones mucho mejor logradas, y cambiando a Ian Gillian en la voz para adquirir mayor fuerza. Pero este no es para nada un mal comienzo. Ya se nota la cualidad principal del grupo de tocar fuerte está desde ya, tomando influencias de Cream y de Jimmi Hendrix en la manera de tomar la guitarra por parte de Blackmore, tan es así que dos de los covers que presentan son de ellos: I´m So Glad y Hey Joe, respectivamente. Por su parte, la banda tampoco se olvida de la importancia de la armonía en sus composiciones y hacen un inesperado tributo a los Beatles con Help! En una versión un tanto rara.

Los músicos son talentosos, pero aún no están en la cúspide de sus habilidades. El aún joven Blackmore es hábil copiando a sus ídolos pero crecerá y creará su propio estilo hasta convertirse en un Guitar Hero casi de la talla de Hendrix o Clapton, ciertamente con mayor velocidad que ellos, aunque le falta una chispa para estar totalmente a su altura: Donde Clapton y Hendrix dicen todo lo que deben decir con la guitarra en apenas 3 o 4 minutos, Deep Purple necesita canciones de 7 minutos o más para tratar de decir lo mismo sin tanto éxito. Pero aún así alcanzan a funcionar. Jon Lord también muestra parte de su talento, pero crecerá después para convertirse en un referente universal de los teclados en el rock; aquí es más tendiente a la psicodelia y a compositores clásicos, mientras que en el futuro tomará mas bases progresivas. Ian Pace también realiza aquí un trabajo sobresaliente (no impresionante), aunque con mucha influencia de Mitch Mitchell de The Experience. También crecerá con el tiempo hasta volverse un infaltable en las listas de los mejores bateristas. La voz de Rod Evans, por su parte, sienta perfecta al espíritu del disco, con ese tono de Flower Power con un aire a John Phillips de The Mamas and the Papas. Aquí la voz es adorable, sin tanta potencia pero sin los gritos de Gillian, y sin tomarse demasiado en serio.

Este disco debut es el filo entre la era psicodélica de finales de los 60’s y el Hard Rock dominante de inicios de los 70’s, lleno de blues rock y una producción casi horrorosa, llena de eco. Un disco considerado muy “light” e inocente por los fans rabiosos de las etapas posteriores de Purple, pero no por eso deja de ser bueno, quizá de los mejores 10 discos del ‘68 y es además un gran punto de partida para comenzar con el descubrimiento de la banda y poder digerir los sonidos posteriores, más maduros y elaborados. Porqué un 7 entonces??? Porque Deep Purple tiene aun mucho que mostrarnos. Es un gran inicio, pero no tiene comparación con el In Rock, el Fireball, el Machine Head, su obra cumbre o el Live In Japan, otro de los mejores discos en directo de la historia.

El álbum abre con “And The Adress”. Desde los primeras notas del Hammond de Lord y los tonos sostenidos de la guitarra de Blackmore se nota que este no es un disco de los Archies. Esta canción instrumental, de las originales de la banda suena a ser una especie de intro a Hush. Usa muchos de los trucos y hasta armonías que vienen en la siguiente canción. Blackmore tiene, consciente o inconscientemente, muchas influencias de sus ídolos y esta canción suena como una vaga imitación de Hendrix, sobre todo en el solo al 2:20. Que le digan a uno que suena a Hendrix tampoco es que sea el fin del mundo, ni mucho menos, pero Richie ya tendrá tiempo para crear su propia escuela sin depender de sonidos ajenos. La canción es buena, con poder aunque sin ser abrumadora ni embarrarnos al asiento. Creo que es un excelente abridor porque sirve de eslabón con Hush y nos da una ligera muestra de los talentos individuales de cada miembro del grupo.

La segunda canción es “Hush”, el número estelar de este disco y el primero de los muchos covers que los componen. Les soy sincero, yo no sabía que esta canción era un cover hasta que inicié la investigación para reseñar el disco. La rola pertenece a D. Souths y francamente no he escuchado el original. Me parece que la mayoría de la gente tiene el mismo error que yo, pero la adaptación que hacen del tema es simplemente maravillosa. A riesgo de desdecirme después, me parece que Deep Purple se adueña de este tema, y no es raro escuchar a locutores diciendo que Kula Shaker hace un cover de “Hush DE Deep Purple”. Esta canción fue un trancazo y les abrió las puertas en USA. Un grandioso himno psicodélico que inicia unos power chords de Blackmore para pasar inmediatamente a una especie de riff en base de bajo y batería (un ritmazo por cierto), y una armonía vocal deliciosa y muy cool. Evans tiene una voz que se adapta perfecto a este tipo de rolas, aunque luzca más incómodo en las canciones más potentes. Su voz hubiera estado fuera de lugar en los discos más pesados, pero aquí luce como anillo al dedo. Después de cada Na Naraná Naraná Naranaaaaá Blackmore nos receta minisolos de muy buena manufactura y sin excesos, mostrando ya una técnica más personal. Por su parte Lord nos receta un tremendo solo de teclado hacia el 2:50, dándole un tremendo toque psicodélico y una muestra de su creatividad y talento. Esto no suena ni a Manzarek ni a Argent ni a ningún otro tecladista de la época. Un cierre espectacular y una gran canción sin duda.

Seguimos con “One More Rainy Day” que es original de la banda y muestran el lado más hippie y alegre de la banda. Una balada sencilla, ligera, con letras de amor y un teclado que se lleva los reflectores desde la intro hasta los arpegios que hace a lo largo de toda la canción. A Evans le quedan de maravilla este tipo de canciones. Alguien se imagina a Gillian haciendo el Bop-bop Bop-bo-bo-bo-bop??? Imposible. Ningún fan de hueso colorado la toma demasiado en serio, pero la canción es ligera “cute”, y encaja con el resto del disco y de esta primera etapa de los Purple. Ah! Ian Paice por cierto hace un buen papel insertando pequeños redobles a pesar del tono baladesco de la canción.

Seguimos con otro cover: "Prelude: Happiness/I’m So Glad", de Cream. Pero antes hay una espectacular intro donde los reflectores se los lleva el Hammod de Lord. Se trata de “Prelude: Happiness” que es una muestra de la técnica de Lord y sus conocimientos de música clásica, ya que está basado en la obra “Schereezada” del ruso Rimsky-Korsakov. La intro dura 2:45 haciendo un lento crescendo hasta que al 1:30 todos los instrumentos ya están creando un orgasmo musical y continúan creando tensión hasta casi el minuto 3, donde Blackmore comienza ese arpegio característico de Eric Clapton. Si en la primera parte los teclados son protagonistas, en la segunda la guitarra roba cámara. Richie suena por momentos exactamente como Cream, con un sonido perfecto en el arpegio inicial y un solo que parece una copia al carbón de Clapton, aunque no lo es. Por otro lado, Rod Evans suena mucho mejor en la voz que Jack Bruce. Al 5:20 vuelven brevemente a hacer un pasaje clásico con sólo de órgano y regresan a I’m So Glad. Buen cover, aunque no le añaden mucho en la ejecución de no ser por esa intro clásica.

Viene en seguida “Mandrake Root”, un rocker original que tiene algunos aires de Foxy Lady al principio. La voz no le queda muy bien a Evans, suena un poco forzado e incómodo con el tono y con la fuerza que debía imprimir. La banda experimenta bastante en este tema haciendo cambios de ritmo y logrando el mayor acercamiento del disco a lo que será su sonido futuro. Otra gran demostración de Lord y Paice. Escuchen ese solo de batería a partir del 2:30. Es algo majestuoso y sincero, no es algo pomposo como el Toad de Ginger Baker o el Moby Dick de Bonzo Bonham. La canción alcanza casi tintes progresivos en esta exahustiva coda y déjà con un gran sabor de boca. Uno de los platos fuertes de disco a pesar de que la voz no siente bien.

El sexto track es "Help!" Un cover nada más y nada menos que de los Beatles en su etapa temprana. Qué fuera de lugar puede sonar. Sin embargo le hacen bastantes cambios, haciéndola mucho más lenta y mitad Power Ballad, mitad Gospel, con algunos toques del Bolero de Ravel al inicio y al final. Un intento arriesgado que a mi gusto no prospera. Evans echa a perder la melodía con la línea final de “won't you please help meeeee...”, que le quita el encanto. Sin duda, esto confirma que los mejores intérpretes de los Beatles son los mismos Beatles, pero al menos no destrozan la canción como U2 o Tina Turner.

"Love Help Me" es otro original. Es un pequeño rocker ligero, no impresionante, pero decente. Lo más destacado es el trabajo de Blackmore, con unos guitarrazos tremendos que recuerdan por momentos a The Who. En realidad toda la canción recuerda la etapa temprana de The Who. Los solos también están muy bien logrados, esta vez muy distintos a Townshend, con un wha-wha rápido y preciso.

El disco cierra con "Hey Joe", canción original de Joe Roberts, pero que universalmente ha sido imputada a Jimmi Hendrix. La canción también tiene una intro muy Raveliana, con buen manejo de tensión, donde los teclados llevan la batuta. Al 2:20 inicimos propiamente con la melodía de “Hey Joe”, un poco más lenta, pero en escencia la misma de Hendrix. Rod suena un tanto inseguro, sin la furia que pide la línea vocal de la canción. Imagínense que hasta Hendrix, con lo mal que cantaba, se extraña aquí. Al minuto 4 hay otro regreso a esa especie de Bolero y al 4:45 volvemos a Hey Joe con un buen solo de guitarra, aunque muy corto técnicamente con respecto a Hendrix. Un buen tributo, pero no aporta gran cosa al original, o mejor dicho, a lo que universalmente está considerado como original

A mi gusto es un buen debut de la banda. Más cercano a la psicodelia sesentera que al Hard Rock con aires metaleros y llenos de virtuosismo que los Purples nos mostrarán después, pero es un inicio con el pie derecho y nos da una muestra del gran trabajo de Paice, Lord y Blackmore quienes seguirán creciendo, y un trabajo adecuado de Nick Simper y Rod Evans. De cualquier modo es recomendable bajarlo y darle una escuchada, ya que logran un buen sonido y es una excelente manera de entrar al universo de esta gran banda, muy menospreciada a mi gusto en Latinoamérica.

Por Corvan  

10/Feb/2009

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