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FLOWERS (The Rolling Stones, 1967)

Artista: Rolling Stones (A)
Fecha de Grabación: Dic ’65 – Dic ‘66
Fecha de Lanzamiento: 27 de Junio de 1967, UK
Discográfica: London / ABKCO
Productor: Andrew Loog Oldham
Calificación:
 

                           

Categoría: La Psicodelia (1966-1969)

Mejor Canción: Ruby Tuesday, otra vez

Canciones: 1) Ruby Tuesday; 2) Have You Seen Your Mother Baby Standing In The Shadow; 3) Let's Spend The Night Together; 4) Lady Jane; 5) Out Of Time; 6) My Girl; 7) Backstreet Girl; 8) Please Go Home; 9) Mother's Little Helper; 10) Take It Or Leave It; 11) Ride On Baby; 12) Sittin' On A Fence.

 

Uff! El Flowers es el último de los “Discos Bastardos” de los Stones, al menos durante los 60’s, ya que aún saldría el Metamorphosis en los 70’s, como última extorsión de Allen Klein. Se trata de un muy buen disco, con el inconveniente de que es otro recopilatorio tramposo que hace mezcla de sencillos y canciones de álbumes que habían faltado en diversas ediciones británicas y americanas de los 2 LP’s previos, el Aftermath y el Between The Buttons. Por ello no es de sorprender que muchas de las canciones nos resulten ya conocidas a estas alturas, ya que, bien visto, el Flowers es una especie de Greatest Hits que comprende la etapa intermedia de los Stones en los 60’s.

Francamente pensé en saltármelo al ser un disco un tanto chapucero y al haber ya reseñado la mayoría de las canciones, pero hay varios detalles interesantes en este disco que me impidieron irme directo al Satanic Majesties. En primer lugar, hay unas cuantas canciones que no hemos reseñado, que tiene bastante calidad y sería injusto dejarlas fuera. Y en segundo, todo el telón de fondo que tiene este disco es interesantísimo, quizá la parte de la historia de los Stones más dramática y entretenida, y que la mayoría desconoce. No es que lo desprecie musicalmente, pero las rolas ya reseñadas simplemente voy a agregar los comentarios de los discos donde las analicé inicialmente, para no repetir, agregando material nuevo sólo para las rolas inéditas en LP’s.

Lo más interesante del disco, insisto, es su background. Los Stones ni siquiera deseaban editarlo porque el Between The Buttons les había funcionado muy bien, los mantenía como punta de lanza del Rock Británico, casi a la par de los Beatles en cuanto a fama, y realmente no tenían material nuevo como para pensar en un disco de estudio. Pero era mediados del ’67, pleno Verano del Amor y los Stones tenían que lanzar algo para mantenerse en la cresta de la ola, y en segundo, para saldar cuentas con Andrew Loog Oldham. Resulta que desde el Aftermath estaban seriamente disgustados con él por la edición del disco, que originalmente iba  a ser un proyecto mucho más ambicioso en lo estético. En lugar de Aftermath se iba a llamar “Could You Walk On The Water?”, e incluía una carátula doble con los Stones caminando sobre un lago californiano. Decca rechazó rotundamente la portada, por ser una parodia mesiánica, Oldham respaldó la disquera y el concepto (con una foto de la misma sesión, pero a la orilla del agua) terminó en el compilatorio “Big Hits (High Tide & Green Grass)”. La distancia con su manager se hizo insuperable cuando a inicios del ’67, para las presentaciones promocionales en TV del Between The Buttons, los productores del Ed Sullivan Show presionaron para que cambiaran la letra de “Let’s Spend the Night Together” en una presentación en vivo a nivel nacional. Andrew no opuso mucha resistencia y los Rolling terminaron cantando “Let’s Spend Some Time Together”, lo cual dejó furioso a Mick. Jagger le quitaría el control absoluto a Oldham, que estaba por terminar el convenio firmado en el ’63, pero por contrato tenían que sacar un disco más, y por ello es que dejaron que manoseara cintas viejas para este recopilatorio. Al fin y al cabo sería la última vez. A partir del Their Satanic Majesties Request, los Stones tomarían total control creativo sobre sus discos, aunque sacrificaron en lo económico, ya que Allen Klein, su nuevo manager, los exprimió hasta los huesos. Como Oldham no tenía material suficiente para un nuevo álbum y la banda le había dado la espalda, utilizó “Ruby Tuesday”, “Let’s Spend The Night Together” del Between The Buttons (que no se lanzaron en la edición británica),  “Lady Jane”, una versión recortada de “Out Of Time”, “Mother’s Little Helper” (que no se lanzó en la edición americana) y “Take It Or Leave It” del Aftermath, además de “Have You Seen Your Mother Baby Standing In The Shadow”, que se lanzó como sencillo en paralelo a dicho disco. Los temas restantes, inferiores en calidad, eran descartes de las sesiones de los dos álbumes: “My Girl”, “Ride On”, “Sittin’ On a Fence” del Aftermath y “Backstreet Girl” del Buttons.

 

Ahora, lo que les quería contar no es esto. Lo que ocurrió entre el lanzamiento del Buttons y el Flowers fue una cadena de eventos fatales que llevaría a la redada antidrogas más grande de los 60’s contra un grupo de Rock, y afectaría terriblemente a los Stones a mediano plazo, y me parece que esto no lo encontrarán en otro lado en la red. Según Stephen Davis, todo empezó cuando en enero, unos reporteros encubiertos se metieron a un club londinense a la caza de algún escándalo de celebridades. Encontraron a un tipo medio ido por el ácido, le sacaron plática, le ofrecieron tabletas de bencedrina, pero las rechazó amablemente diciendo que estaba en pleno viaje de LSD. Después soltó la sopa y se presentó como “El líder de los Rolling Stones”. No era Mick, sino Brian, pero los reporteros no lo reconocieron y continuaron la conversación con él, en el que el rubio guitarrista aflojó la lengua de más. Días después, los Stones se presentaron en un programa de TV con otro músicos, pero aún con el enfado de lo del Ed Sullivan Show, se negaron a salir al final junto con los otros artistas a la tradicional despedida del programa. Este gesto, que consideraron a la ligera, les provocó un ataque de los productores y la televisora que se consideraron ofendidos, y comenzaron a pintar a los Stones como una amenaza. Canciones como “Mother’s Little Helper”, “Have You Seen Your Mother Baby Standing In The Shadow”, “Yesterday Papers”, “Stupid Girl”, “Under My Thumb” y “out Of Time” fueron consideradas misóginas o que atacaban los valores tradicionales británicos, y la campaña contra los Stones se extendió más allá de la televisora.

El Domingo 5 de Febrero Mick estaba leyendo el News Of The World y encontró la nota en que Mick Jagger había aceptado tomar LSD en la casa de los Moody Blues, y venía, a manera de entrevista informal, revelaciones en las que supuestamente daba detalles de su primer viaje en ácido en una gira con Bo Diddley y aceptaba tomar bencedrina para aguantar el ritmo de las giras. Mick casi se va de espaldas. A esas alturas Jagger era muy cuidadoso y discreto con su imagen, y jamás había probado drogas duras, ni LSD; irónicamente, en el aspecto de las drogas, era el más inocente de los Stones!!! Marianne Faithful lo tranquilizó diciéndole que seguramente había sido Brian y que todo iba  pasar si no hacía más olas. Por la tarde, Mick dio una rueda de prensa desmintiendo la nota de News of the World, y dos días después metió una demanda por difamación. O sea que sí hizo olas. Ese fue el primer error, ya que la editorial se mostró decidida a atraparlo con las manos en la masa y probar que su nota era cierta a como diera lugar. Días después, Marianne participó en un programa de debate de la BBC y metió la pata argumentando que la mariguana y el ácido eran puertas creativas de la percepción, y que el LSD se volvería tan importante como el cristianismo (tómala Lennon!!!). A partir de entonces la comenzaron a llamar Marijuana Faithful, pero a Mick no le hizo gracia.

El segundo error de Mick fue tomárselo a personal y no cuidarse las espaldas. Estaba limpio y no tenía nada que encubrir, y la campaña iba hacia él, no a Keith y Brian quienes efectivamente se la pasaban viajando en ácido. Así que se decidió a probar qué era ese asunto del LSD, pero hacerlo en  grande, y se pasó una semana organizando una fiesta en la casa de campo de Keith, donde probaría el famoso LSD. A inicios de la semana fue al estudio de grabación de los Beatles, quienes estaban grabando “A Day In The Life”, que le movía fibras porque hablaba de su también amigo Tara Browne. Quedó impresionado con lo que escuchó, y George lo invitó a cantar en una canción que interpretarían en vivo en la primer transmisión a nivel mundial vía satélite, una rola llamada “All You Need Is Love”, en la que Jagger apoyó en los coros. En agradecimiento, invitó a George y a su esposa Patti a la fiesta en casa de Richards en Redlands. Mientras tanto, News Of The World declaró haber recibido noticias de un informante de que los Stones habían consumido drogas ilegales en una fiesta el fin de semana pasado, e informaron a su vez a Scotland Yard. Una noche Mick recibió una llamada, supuestamente de un empleado de la telefónica que era fan de los Stones, quien le advirtió que su teléfono estaba intervenido.

El fin de semana, pues, todos se fueron a Redlands a la iniciación lisérgica de Mick Jagger. Mick y Marianne, Keith, George y Patti Harrison, Robert Fraser, Chris Gibbs, Michael Cooper y el dealer Americano de LSD David Schneiderman. El sábado en la tarde fumaron mariguana y tocaron guitarras acústicas alrededor de la chimenea. Alguien vio a lo lejos a un extraño, pero pensaron que sería un fan curioso. El domingo por la mañana Scheiderman les dio sus dosis de LSD y se fueron de paseo mientras les empezaban los efectos del viaje. Regresaron por la tarde viendo arcoiris y lucys en el cielo con diamantes. Se relajaron en la sala y alguien puso el Blonde On Blonde de Dylan, que no sé si es leyenda, pero sería un atinadísimo soundtrack a la escena que siguió.

George y Patti se fueron poco después del crepúsculo. Keith está convencido aún de que si Harrison se hubiera quedado, nada habría ocurrido. Los Beatles eran intocables, al menos en Inglaterra, más famosos que Jesús. Pero la policía esperó a que George se fuera y momentos después el inspector en jefe Gordon Dinley tocó bruscamente a la puerta. Keith abrió y el inspector le mostró una orden de registro. Dylan cantaba “The ghost of electricity hooooooooowls in the bones of her face…”  Un pelotón de policía entró a la casa y registraron todo mientras resonaba “Visions of Johanna”. Mick estaba pasmado. Era su primer viaje en ácido y todo iba maravilloso y ahora esto. Marianne acababa de salir de bañar, y como no había llevado cambio, se puso una colcha alrededor. Cuando un agente la iba a registrar, dejó caer a propósito la colcha mostrando su espectacular cuerpo, particularmente el tremendo par de bombones que se cargaba, mientras Dylan cantaba atinadamente “Jewels and binoculars hang from the head of the mule, but these visions, of Johanna… make it all seem too cruel…”. Cuando iban a registrar la maleta del rey del ácido, éste logró escapar por un pelo diciendo que era material fotográfico muy importante y que si la abrían, se arruinaría por completo. De milagro le creyeron, ya que en esa maleta había ácido como para mandar a volar todo San Francisco. Pero aún así, en la casa encontraron suficiente LSD, bencedrina y mariguana como para levantar cargos, además de unas dosis de heroína de Robert Fraser. Además encontraron en la chaqueta de Mick una fuerte dosis de estimulantes que Marianne había dejado y olvidado meses antes. Mick se echó la culpa, aunque dijo que se los habían recetado. No los detuvieron, pero les  advirtieron que el proceso apenas se abriría y que la cárcel era una posibilidad. Mientras los policías salían, Dylan cantaba “”Rainy Day Woman #12 & 35”: “Eeeeeeeeeverybody must get stoooooooooned!!”. No es genial???? En ese momento la posibilidad de que Mick ganara el juicio por difamación se fue al cutre. Brian llamó diciendo que iba para Redlands. Keith lo mandó al diablo y le dijo que ni se acercara, explicando vagamente la situación.    

El escándalo fue mayúsculo. Algún policía dio su versión exagerada de la redada y el News of the World se apresuró a dar su versión cuasiorgiástica. Tras los análisis de laboratorio se levantaron cargos a Mick por los estimulantes ilegales, A Fraser por la heroína y a Keith por ser el dueño de la propiedad. Llegaron a dar una fuerte suma de libras para desaparecer las evidencias, pero al final su “contacto” les quedó mal a pesar de que se quedó el soborno, y se fijó la primer fecha de juicio en Junio. Su abogado les recomendó mantener un bajo perfil y dejar de ser provocativos, si era posible desaparecer un tiempo, por lo que las incipientes sesiones del Satanic se pospusieron, acabaron de mala gana las fechas de la gira pendiente de marzo y por ello Oldham se vio obligado a lanzar este material. También por ello dejaron de hacer giras por mucho tiempo, hasta 1969, aunque se les acusó de copiar a los Beatles, estaba claro que fue por razones totalmente distintas.

La cuestión no acaba ahí. En ese descanso que se tomaron, Keith, Mick y Brian con sus respectivas musas se fueron a Marruecos y ahí es donde Anita Pallenberg traicionaría arteramente a Brian con Keith, regresando del viaje desmoronado. Ya jamás se recuperaría, por lo que indirectamente este suceso fue el gatillo que desembocó en la muerte de Jones en el ‘69, pero los detalles de este viaje los retomaré en la reseña del Satanic. Vámonos al disco!

 

El disco inicia a gran nivel con otra de las gemas de la discografía de los Stones. Lo voy a decir con todas sus íes: “Ruby Tuesday” es la mejor balada que jamás grabaron, originalmente editada en la edición gringa del Between The Buttons, pero que no había sido lanzada en Inglaterra. La belleza barroca de la canción, la exquisita delicadeza con que tejen los instrumentos, la preciosísima melodía, dan en conjunto muestra de que los Stones se estaban convirtiendo en maestros del Pop. Ni siquiera Brian Wilson y sus Beach Boys tienen una joya que se acerque: pegajosa, inmaculada, que deja sin aliento y dan la sensación de que el rock ha dado un salto al nivel del Arte. Así de plano. Además la letra es, a mi gusto, las más hermosa, profunda y filosófica de su inmenso catálogo. Una mezcla de reverencia amorosa de Keith a su mujer y un réquiem a su difunto amigo Tara Browne, logran algunos de los versos más impactantes: “Don't question why she needs to be so free, She'll tell you it's the only way to be” o “There's no time to lose, I heard her say, Catch your dreams before they slip away”. En realidad toda la letra es exquisita, llena de simbolismos y de una poesía que da cuenta de su admiración por Dylan. Ésta es de las pocas ocasiones en que los Stones logran ese nivel lírico, cercanos al nivel de su maestro. Musicalmente es bastante más simple de lo que parece, con Brian con una flauta casí mítica, medieval, de una tristeza infinita con esos tonos de lechuza. Realmente tremendo considerando que aprendió a usarla un par de días antes y que es quien le da realmente la personalidad a la canción. Wyman toca el contrabajo después del intento fallido de agregarle chelos por sí mismos. Keith toca el piano. Charly entra con redobles y ritmo sólo en los estribillos, dejando los versos libres de batería. Y Mick canta, con el resto de la banda (excepto Bill) haciendo coros. Según Marianne Faithful, fue Brian quien llegó con el esqueleto de la canción, aunque jamás lo acreditaron como autor. Mick insiste en que él le puso toda la letra, aunque la mayoría de las versiones lo desmienten. Como sea, estamos ante una de las obras cumbres del Rock, la primera de las muchas piezas que integran el Olimpo de ese 1967. Ninguna balada de los Stones, ni “Angie”, ni “Beast of Burden”, ni “Wild Horses” alcanzarían de nuevo este nivel de perfección.

“Have You Seen Your Mother Baby Standing In The Shadow”, que ya había salido en 1966 como sencillo, por la época del Aftermath, la última de esa serie de canciones “políticamente incorrectas” en que los Stones atacaban ferozmente ciertos roles sociales, particularmente el materno como pilar social británico. La canción arranca con un efecto alucinante de fuzz en la guitarra, al que se le agrega un riff de metales para que el grupo entre en ritmo con una energía inusitada. Mick hace un gran despliegue vocal, con melodías pegajosas en los coros y cambios de ritmo. EN los puentes por momentso se detienen, y al minuto 1 Jagger se queda prácticamente sólo con un sutil rasgueo de guitarra, los instrumentos se van agregando para un crescendo que estalla en un nuevo estribillo. Energía pura de principio a fin y llena de un aura psicodélica que bien pudo encajar a la perfección en el Satanic Majesties Request. Las letras no tenían realmente una razón en particular salvo sonar a sedición pura y causar escándalo, como efectivamente pasó. Una de las joyas que había salido como single y por la que vale la pena el LP, ya que sin duda es la mejor de las no contempladas en discos previos.

El disco continúa con “Let’s Spend The Night Together” , también del Buttons americano y omitida en la edición británica, con una formación atípica: Un espectacular Jack Nietzche al piano, Brian Jones el etéreo teclado que sirve de pegamento a toda la rola, Keith haciendo las guitarras y el tremendo bajeo, quizá el más cool de toda la discografía stoniana, Charly a la batería con ese beat espléndido y unos remates de medalla de oro, Mick cantando y Keith en los coros de soporte. Me parece que es la primera de muchas en las que Bill Wyman brilla por su ausencia. Esta es una señora canción. No sé porqué, pero siempre me pareció que era una canción de Keith, que describe su personalidad y lleva su firma a pesar de no tener una guitarra destacada; y efectivamente, hace poco comprobé que casi toda la canción es de autoría de Richards. La rola es perfecta, un rocker furioso con el bajo brincando como nunca se había escuchado hasta entonces, una especie de “Twist & Shout” de los Stones por esa vibra fresca y divertida, y por ese diálogo de voz principal gritando con los coros contestando. Además muestra cierta influencia del Pet Sounds en el puente del 1:40 y en el complejo arreglo armónico de voces, en los que el mismo Jagger y Keith grabaron varias pistas para contestar a la voz líder, que luce implacable, violenta, con una energía inaudita incluso para Jagger, que había comenzado cierto pique con Roger Daltrey. La diferencia es que esta es original de la banda, no un cover como “Twist & Shout”. Y es mucho más madura, ese órgano de Brian es alucinante y da ciertos matices psicodélicos. Del poco trabajo de guitarra, Keith hace unos pequeños remates, como al 2:35, que también encajan de manera celestial. En fin, esta es una canción que requiere de un trabajo en conjunto impresionante, una obra ya de avanzada para lo que sería el exótico y colorido 1967 y que refleja una pérdida de esa “inocencia” de los primeros años de los 60’s. De hecho, la letra es bastante explícita, una oda al sexo oral en la que uno no puede dejar de imaginarse la lengua supuestamente diseñada por Warhol. La misma letra causó censura en USA, aunque ello no impidió que el single, con “Ruby Tuesday” en la cara B, llegara al #1. Es un ejemplo de canción pop hecha perfección, con el manejo exacto de las voces, la construcción de tensión y a la que no se falta ni sobra una sola nota. Un paso adelante para los Rolling.

Luego viene  “Lady Jane” del Aftermath. Los Stones nunca habían hecho nada tan tierno y delicado. Bueno, quizá “As Tears Go By”, pero esta vez le dieron un aire de madrigal renacentista, que transporta a la época Tudor con ese clavecín interpretado por Jack Nietzsche y el dulcimer a cargo de Brian. Al 1:40 ambos ejecutan una especie de doble solo que luce mucho. La intro arpegiada es dulce y soñadora, y creo que en general, la ambientación de la rola es redonda. A mediados de 1966 luce perfecta para introducirnos al inicio de la era psicodélica; y esa especie de neblina dulzona que se carga evidentemente es por su dedicatoria a la mariguana (Lady Jane) y a las anfetaminas (Lady Ann), aunque Mick se justificó diciendo que se inspiró en las cartas de Enrique VIII a lady Jane Seymour. Los Stones serían los primeros en hacerle una oda a las drogas, apenas antes de que Dylan fuera más directo en su Rainy Day Women #12 & 35 (“Everybody must get stoned!”). Mick además luce encantador, con una gran melodía vocal y además convincente, rindiendo pleitesía a sus “damas”, que eran las drogas más fuertes que Mick se atrevía a usar por entonces. Gran canción, parece de una cajita de música, y definitivamente nada parecido a lo que los Stones habían sacado hasta el momento, pero es un buen signo de la experimentación que estaban haciendo y que llevarían al extremo poco después en el Satanic.

Después está “Out Of Time”, que es otra rola enorme (en sentido literal y figurado), también original del Aftermath. Esta es una joya pop, un directo y duro cañonazo dirigido a Chrissie Shrimpton, con el delicioso contrapunto de marimba y guitarra. La línea de marimba suena como tímida al principio, mientras que el bajeo marca un ritmo característico “Tum, tum-tum, Tum tum-tum” y luego hace una notable línea en los coros. Mick hace otra delicia vocal, quizá por la sinceridad con que canta, con líneas melódicas muy bien construidas y muy pegajosas, muy al estilo Soul de Motown. No se tienta el corazón para mandar a su novia a volar: “You're obsolete my baby, My poor old-fashioned baby, I said baby, baby, baby you're out of time”. La banda se va escalonando para hacer una perfecta joya, primero marimbas, luego el rasgueo acústico, los remates de bajo tras cada estribillo, el piano de Ian, el órgano de Nietzche, y esos eventuales minirequintos acústicos de Keith. Todos son ganchos, pero quizá el más exquisito son las voces de fondo que hace la banda justo antes de los coros: “Mbap-mbap, Mbap-mbap”. Uno termina por semanas tarareando el coro. Para el Flowers la recortarían a 3 minutos respecto a la original del ’66 y perdería parte de su encanto, pero aún vale la pena.

Enseguida viene “My Girl”, original de Smokey Robinson y cuya versión definitiva es de los Temptations. Tengo sentimientos encontrados con esta. La canción me encanta, pero esta versión de los Stones no les queda para nada. Esa aura inocente no les va ni con calzador y el arreglo de cuerdas cursilón menos. Me da la impresión de que la estaban palomeando en las sesiones del Aftermath, de manera informal y alguien los grabó a escondidas, y después Oldham hizo de las suyas con la nefasta producción. No me malinterpreten, la canción me fascina, pero la versión de los Temptations es insuperable, y la más cercana acaso sea la de The Mamas & The Papas, también del ’67. Quizá hubiera quedado mejor 2 o 3 discos atrás, pero aquí suena totalmente fuera de época y los Rolling nunca fueron para este tipo de canciones inocentes.

“Backstreet Girl” es una balada tipo madrigal, con ciertos aires renacentistas, que a comparación de “Lady Jane” luce totalmente innecesaria y se entiende porqué se descartó del Aftermath. La novedad es que Brian se encontró un acordeón por ahí y dijo “Cómo no!”. Muy lenta, sin variantes, con una melodía sosa y donde lo más rescatable es la manera en que Brian lograba sacar esos sonidos de instrumentos que desconocía por completo.

Continuamos con “Please Go Home”, que parece un cover de Bo Diddley por el marcado tamboreo. Grabada en 1966, también luce fuera de fechas y quedaría más acorde en un disco de la etapa más temprana de los Stones. Además los efectos de eco que le ponen a Mick tras los estribillos suenan nefastos. Muy fechada, y desentona con la efervescencia del Verano del Amor. Es decir, este R&B salía a la luz mientras los Beatles lanzaban el Peppers, Hendrix sorprendía al mundo con su Experience y los Doors maravillaban con sus complejos de Edipo y… me siguen?

Regresamos al Aftermath con “Mother’s Little Helper”. “Mother’s” tiene una cítara ácida y oscura, guitarras de 12 cuerdas, un ritmo desenfrenado y casi militar y un riff de tintes orientales que va dando forma a toda la canción. La manera en que abre Mick con ese “What a drag it is getting old…” es casi mítica, retomando la esencia protopunk de Pete Townshend y resultando irónica si la trasladamos al estado actual de Jagger. El resto de la lírica es ácida, pero más que ser un ataque, es una crónica de un mal de la época. Jagger no parece estar criticando a las madres de mediana edad por necesitar píldoras para resistir las presiones diarias, sino a la sociedad por enjaretarles esas presiones. El riff se va repitiendo entre versos mientras la banda no da un respiro en el frenético ritmo, y el estribillo tipo western es monumental y pegajoso como chicle: "Doctor please, some more of this, Outside the door, she took four more" y remata con la línea inicial. Uno se puede imaginar la escena. Charlie luce implacable, manteniendo el ritmo marcial y eventualmente haciendo remates excelentes, mientras que Bill hace por momentos un bajeo slide recorriendo todo el brazo de su instrumento y dándole una profundidad casi malévola. El final, además, es divertidísimo e inesperado, ideado por Bill. 

"Take It Or Leave It” es quizá el tema más pop y sacarinoso del Aftermath. Es la canción más fechada del álbum y parece que hubiera encajado mejor en los disco previos, por lo que tampoco le sienta demasiado bien al Flowers. Pero está muy bien hecha, llena de ganchos, con un guitarreo acústico en tonos menores, un coro pegajoso como chicle e incluso un puente con “Shalalás”. La canción es ligera, pero agradable, bastante cute, aunque desentona un poco con el resto del disco.

Luego está “Ride On Baby” una pieza pop demasiado inocente y también fuera de fecha. Originalmente los Stones ni siquiera la iban a grabar y se la regalaron a Chris Farlowe, quien la lanzó como sencillo en el ’66. Pero a pesar de sonar muy fechada tiene cierto encanto. La melodía inocente y juguetona es contagiosa, particularmente en el estribillo. Brian se luce con una Rickenbacker de 12 cuerdas y además él mismo agregó las notas de clavicordio que funcionan también como un gancho y le dan ya cierto matiz psicodélico.

El Flowers cierra con “Sittin’ on a Fence”, donde Mick y Keith cantan a dúo los coros, y Brian hace de nuevo el clavicordio. La base es acústica, y la melodía es pegajosa, aunque muy simple. De alguna manera, a pesar de que no salió como sencillo, la rola se las ingenió para escalar posiciones y llegar al número 40 de popularidad en Inglaterra.

 

En fin, un disco disparejo. Por un lado tiene lo mejor del Aftermath y el Buttons, lo cual lo vuelve un disco tremendamente fuerte, con el inconveniente de que dichas rolas ya se habían lanzado. Y por otro tiene también lo peor de esos discos, es decir, los descartes. Las canciones inéditas son bastante flojitas y afean el álbum, y por ahí, siendo más estrictos, pudimos marcar otro par en azul. Con todo y lo que se pudiera pensar, los Stones no tuvieron la culpa de ello, sino que se vieron obligados por las circunstancias a permitir que Oldham manoseara las cintas y lanzara el disco. Los mismos Stones renegaron de él, pero comercialmente fue un trancazo y llegó al #3 en pleno Verano del Amor, manteniendo a los Rolling Stones en la cúspide y dándoles oportunidad de prepararse para el lío legal que se les venía encima, la fractura personal dentro del grupo que estaba por ocurrir y el inicio de grabación de la broma psicodélica por excelencia llamada Their Satanic Majesties Request.  

Por Corvan 

29/Nov/2011

Letras de El Traductor De Rock

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