BOY (U2, 1980)

Artista: U2 (C+)
Fecha de Grabación: Mar – Sep 1980
Fecha de Lanzamiento: Octubre 20 de 1980, IRE
Discográfica: Island
Productor: Steve Lillywhite
Calificación: 8

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Era: Punk (1976-1990)

Subgénero: Punk (1976-1980)  

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Mejor Canción: Twilight o An Cat Dubh

Canciones: 1) I Will Follow; 2) Twilight; 3) An Cat Dubh; 4) Into The Heart; 5) Out Of Control; 6) Stories For Boys; 7) The Ocean; 8) A Day Without Me; 9) Another Time Another Place; 10) The Electric Co.; 11) Shadows And Tall Trees.

 

Ahh Corvan, que manía de meterte en problemas con reseñas complicadas? Porqué no reseñas el “Nevermind” o el “OK Computer” donde hay consenso universal? Nah, si este proyecto fuera de reseñar solamente los discos fáciles estaría sacando entradas diarias. Eventualmente nos encontraremos con discos de este tipo, donde la misma obra se puede considerar una joya o un somnífero, y vendrán mentadas de los lectores que defenderán sus distintos puntos de vista. Además esta reseña duplica su dificultad porque hay que anexar una especie de Intro de la banda, una presentación y mini biografía al estilo del debut de Héroes ya que de momento no haremos una Intro en forma.

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Pero porqué es tan difícil este disco? Porque este es uno de esos álbumes donde cada canción por separado es muy buena, funciona, muestra una tremenda energía, la batería suena arrasadora, buenas guitarras cargadísimas de ecos y potencia, una excelente mezcla de un montón de bandas y géneros, melodías bien construidas y una dosis adecuada de pretensionismo que hace que las rolas sean arriesgadas y funcionen por sí mismas. Entonces??? El problema de este disco es que es de ésos que escuchas de una sentada sin la menor dificultad, y de repente termina y uno dice: “Eh? Qué pasó? Decían algo?” No es que sea malo, peeero parece que, salvo las primeras tres canciones, pasa sin dejar huella, nos pierde. Sin duda es de los mejores de la etapa temprana de U2, pero aquí se nota la inmadurez de la banda al no crear ganchos suficientes que individualicen las canciones. Pareciera que todo el disco es una sola rola que no cambia en estructura, en construcción, en ambientes, ni siquiera en las ecualizaciones de los instrumentos ni en los ecos de las guitarras, cambian en forma (y apenas) pero no en fondo, por lo que se puede escuchar perfectamente sin hartarse, pero si uno no presta atención deliberadamente, uno tampoco se da cuenta de cuando cambia una canción a otra y de repente el disco termina sin que deje nada. Como cuando uno está leyendo y de repente te distraes pensando en algo y se te va una página entera sin saber qué rayos leíste. Me pasó muchísimas veces al estarlo escuchando para la reseña, ya que generalmente escucho, mastico y analizo los discos que estoy preparando sin que haya terminado aún la reseña anterior, y creo que es la primera vez que llego al momento de escribir después de unas 20 oídas y me doy cuenta de que “lo oí, pero no lo escuché”. Y no es que sea ligero, ni un disco malo. De hecho considero que este es uno de los álbumes básicos de U2 que cualquiera debiera tener para saber de dónde viene la banda. De aquí se derivarán todos sus demás discos; ya no habrá grandes sorpresas en cuanto a estilo, la voz de Bono ya está madura, The Edge no hará grandes cambios respecto al uso de su caja de pedales y la base rítmica seguirá siempre sólida sin llegar a un virtuosismo. Todos los demás discos de U2 son una reconstrucción del “Boy” agregándole mayor madurez, mejor construcción de ganchos y riffs, a veces más dosis de pop, acercándose a otras influencias dependiendo de la época y el disco, pero partiendo siempre de esta base. Y es por ello que este debut es tan importante y por lo que no me lo puedo ni quiero saltar después de haber iniciado con el “No Line On The Horizon”. Resumiendo, esta no es un disco de escucha “fácil” o “difícil” sino más bien intrigante, y que requiere ser visto desde distintos puntos de vista.

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La cantidad de influencias que hay dentro de este disco es sorprendente. Sin embargo, no se les puede acusar de plagiar nada, sino de saber hacer una impresionante mezcla de estrilos que hubiera resultado inimaginable sin el “Boy”. Para empezar, la manera en que The Edge toca su Gibson Explorer tienen una gran influencia de David Gilmour en canciones como “Run Like Hell”, cargada de ecos, con distorsión, con Power Chords y arpegios incendiarios y buscando más una perfección matemática que una improvisación emotiva. Las melodías recuerdan al David Bowie de finales de los 70’s. No nos olvidemos del New Wave. U2 estaría encasillado dentro de este género durante gran parte de los 80’s debido a que mucho de su sonido lo debe a bandas como The Police o los Talking Heads, sobre todo en las cuestiones de arreglos finales, los ecos, las ecualizaciones de guitarra y juegos de pedales. Y finalmente, el Punk. Desde los Sex Pistols hasta Patti Smith lucen difuminados en las letras, en la rabia, en los mensajes políticos, en algunas armonías y rasgueos sencillos presentes en este álbum. Así pues, el Boy puede ser un excelente resumen de lo que fue la segunda mitad de los 70’s y un preámbulo de lo que vendría en la década naciente. El rock murió en 1980, y este podría ser uno de sus cantos fúnebres, el réquiem a una época que moría y la canción de cuna a una nueva, donde el reciclaje, la adhesión al mainstream (los mensajes políticos de U2 nunca fueron peligrosos como los de las bandas de los 60’s y 70’s), los megaconciertos y la época de MTV.

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El disco inicia con “I Will Follow”, una canción punzante, llena de vitalidad y esperanza. El guitarreo de The Edge, que conforma un riff arcaico, tiene aquí mucho de las influencias punk de las que hablábamos. Hay cierto minimalismo musical, aunque tratado de una manera más elegante que en el punk. Suenan unas campanas arreglos delicados de teclado al fondo, como botellas de vidrio en distintos tonos, algo impensable en los Sex Pistols, por ejemplo. El bajón que da la banda al minuto 2, dejando prácticamente sólo al bajo de Clayton mientras Bono canta, suena muy a la Police. La canción es repetitiva y de una estructura muy básica, prácticamente sin cambios, pero la banda se las ingenia para hacer la fluida y nada pesada. La letra refiere a la muerte de la madre de Bono cuando él tenía 14 años, reflejando los traumas lennonescos, pero de una manera más espiritual e íntima, como diciéndose a sí mismo que seguirá adelante, o que ella seguirá a su lado aunque no esté de manera física. Hay cierta ambigüedad, lo cual generó que grupos cristianos dijeran que era una canción sobre Dios, que nunca abandona. No importa realmente, creo que por el tema que trata está bien lograda y esta vez el que deje las puertas abiertas beneficia más de lo que perjudica. La canción es muy sencilla, pero bien lograda, potente, mezclando géneros, y una excelente opción para abrir no sólo este disco, sino el catálogo de U2 y de los 80’s en sí.

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“Twilight” es otra de las grandes canciones de este disco. Inicia con uno de los peculiares riffs de The Edge combinado con una gran línea de bajo que se ha vuelto marca registrada de U2. La canción va en un rápido crescendo hasta lograr una canción llena de energía y rabia, con un Larry Mullen Jr haciendo un buen trabajo y uniendo las diferentes partes de la rola. En este aspecto tenemos más variedad. The Edge da más amplitud a la canción con su guitarra y hace un trabajo decente en los solos, sobre todo en ese como vaivén al 2:55. Los coros son perfectamente distinguibles, con Bono gritando “Twilight!” a todo pulmón y luego ese arreglo de bajo como siniestro y oscuro para regresar a los versos. Luego está la parte de “chácharo” en que hacen un bajón de ritmo, y en donde en realidad dicen “sha-shadow”. La letra es de nuevo enigmática. Se supone que refleja el dolor de un niño al convertirse en hombre, con todos los cambios y dudas que lleva la adolescencia, pero la comunidad gay terminó adoptando la canción y además forzó a la banda a cambiar la portada para la versión estadounidense del disco, quitando al niño de la versión original para poner una foto distorsionada de los cuatro integrantes, esto para evitar cualquier posible suspicacia sobre pedofilia. En fin, la rola es muy buena, casi una multiparte, con excelentes atmósferas, potente y una de las pocas del disco que logra enganchar y tener personalidad propia.

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La tercer canción es “An Cat Dubh”, una canción más lenta entre las de este gran inicio de disco, pero que conserva una demoledora fuerza en su cadencia, en ese gran bajeo que da forma a la canción. La banda guarda más cuidado en los arreglos. Noten como entra la batería, pareciera que se va a acabar el mundo. El ritmo es semilento, con la guitarra llorando al fondo, la voz de Bono suena más adolorida y emocional. La letra esta vez no es enigmática, es ridícula, y se nota que fue improvisada prácticamente en la cabina de grabación… pero la música es magnífica. Las campanitas de fondo contrastan con la atmósfera negra y aceitosa, pareciera que una nube negra nos va envolviendo, hasta que llega el coro, pegajoso y optimista con esos “Woho hoho HOOOO” como rayos de luz y el latigueo de Bono chasqueando la lengua. Gran, enorme rola, y que pocos conocen, a mi gusto es la mejor del disco. Quiero resaltar nuevamente el bajeo de Clayton. No es original, es básicamente la misma estructura que Taj Mahal usa para su versión de “Ain’t That a Lot of Love”, aunque con los tiempos más lentos. Aún así, el resto de la canción es totalmente distinta, muy sofisticada, por lo que difícilmente podemos decir que sea un plagio descarado o mal intencionado.

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El final de “An Cat Dubh” se entrelaza con “Into The Heart”, la siguiente rola, y aquí es donde nos empezamos a perder en el disco como totalidad. Esta es una canción mucho más luminosa que la anterior, con una larga y tranquila introducción par apenas unos cuantos versos muy ambiguos y sin dirección donde se eleva ligeramente el ritmo. Después vuelve a la tranquilidad para terminar en un estado de relax. Es una canción muy simple y donde todo el mérito se lo lleva The Edge.

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Al terminar “Into the Heart”, sin dar un solo segundo de transición sigue “Out Of Control”, con más ritmo (Mullen suena fantástico en la intro) y un riff muy new wavero, pero que funciona. La melodía es muy pop, pero bien lograda. Las letras refieren al adolescente que se da cuenta que se está volviendo adulto y debe tomar control de su propia vida. Hay buenos juegos de ritmo, ya que continuar con la vertiginosidad del inicio haría la canción muy pesada. No es mala, pero aquí ya se empiezan a perder las canciones en la textura del disco.

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El sexto track es “Stories for Boys”, con otra batería fantástica por parte de Mullen y un riff mucho mejor estructurado en la guitarra. Durante el inicio hay un momento en que calla la batería y el bajo hace una tremenda línea al segundo 25, para después unirse todos los instrumentos alrededor de la voz. Grandes construcciones de armonías, juegos de tonos, cambios de ritmo. La canción en sí es muy buena, todos los instrumentos suenan gigantes, y bien pudo haber sido un clásico eterno de la banda… peeeeero, aquí se nota que están usando básicamente la misma fórmula en todas las rolas, hay poca variedad en el seguimiento lineal del álbum. Pero no sé que hubiera pasado si por ejemplo esta canción hubiese abierto el disco.

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“The Ocean” es una canción más atmosférica, o al menos la versión iutuesca de atmosférica. La verdad es que es un track demasiado corto que no sé si valga la pena contar. Es tan breve que ni siquiera alcanza a aburrir, y esta es una de las que añadieron conforme a la marcha en plena grabación.

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“A Day Without Me” suena como The Police, remplazando la chispa de reggae con los ritmos de Brian Eno. Quizá es de las más fechadas en los ochentas por ese punteo con delay de la guitarra. En realidad todo U2 suena a 80’s, sobre todo si tomamos en cuenta que ellos fueron la banda por excelencia de la década, pero bueno, me entienden, esta canción es de las más fechadas y new waveras del disco. Además la letra es arrogante. Bono se pregunta cómo sería un día sin él, en parte egoístamente, gritando al mundo, Hey! Yo también importo! Pero en parte muy adolescentemente... Se supone que está inspirada en algún amigo cercano que intentó suicidarse y que los dejó pensando profundamente en el impacto que tiene una persona en el mundo. Presuntamente que esta rola se conectará con “The Electric Co.”

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Pero vamos antes con “Another Time, Another Place” la novena canción del disco. Tiene otra de esas tremendas bases rítmicas, sencillas pero contundentes, y luego se aceleran en la parte del coro. La guitarra es más chillante de lo que The Edge nos tiene acostumbrados durante los versos. Al 3:40 no sé si es el mismo Bono o The Edge, pero la voz se transforma y suena tremendamente Jaggeriana, incluso la batería, todo ese fragmento suena a los Stones setetenteros, pero luego regresan a su zona de confort. Hubiera sido interesante que toda la rola fuera en este tenor, no?

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“The Electric CO.” Inicia de manera muy cool con un riff muy eléctrico, después un como puente y ya en los versos Mullen está irreconocible, asesinando deliciosamente su batería. La canción es potente, intentando cambios, con un The Edge incisivo y desplegando todos sus trucos. Las letras decía que se podrían conectar con el intento de suicidio, ya que se puede interpretar como un chico que “toma un juguete que le puede abrir un agujero en la cabeza” y termina en un psiquiátrico donde le dan tratamiento con electro shocks. EL final de la canción es muy a la The Who, con un breve fade in, y casi se puede ver a la banda desfogando su rabia mientras despedazan sus instrumentos. Cuando hablamos de influencias Punk, debemos incluir esta rola a la lista.

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El álbum cierra con “Shadow and Tall Trees”. Es mi imaginación o Bono Vox está imitando al Sr. Bowie al mero principio? En fin, esta es quizá la canción más olvidable del debut de U2. Sin ser un escupitajo al cielo, esta vez la batería no salva nada, y falta armonía de inicio a fin. La canción está inspirada del libro “El Señor de las Moscas” y el título es uno de los capítulos. Guarever, no me gusta. Incluso se repiten demasiado cuando al final empiezan con la coda de “Shadows-Shadows-Shadows” que suena muy similar al “cácharo” al inicio del álbum (chácharo, jajajaja). Un cierre muy flojo para un álbum que da la impresión de empezar tremendo e ir perdiendo fuerza a cada segundo.

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Y pues eso. El disco es sólido canción por canción, pero ya como unidad suena repetitivo; vaya, aquí ni siquiera hay cortes entre las canciones y por eso parece que se pierde dirección cuando se escucha completo. Un álbum conceptual? Nah, U2 jamás ha sido TAN pretensioso, y si acaso el tema de los problemas juveniles hila el álbum, no es con la intensión de convertirlo en unidad.

Además desde nuestra perspectiva, suena a cliché. Aclaro, en su momento fue una fusión tremenda de estilo que jamás habían confluido en una misma música, pero U2 siguió repitiendo la fórmula no sólo en todo este álbum, sino en toda su discografía. Los demás álbumes no son sino el Boy II, Boy III, Boy IV y así sucesivamente, mostrando algunas evoluciones, tomando algunas nuevas influencias, pero siempre usando esta base. Por eso hoy suena a cliché; suena iutuesco.

El final de una era y el inicio de otra. Es un disco de transición no de un grupo, sino de la época clásica del rock a la era moderna, y además un debut bastante bueno por parte de la banda más grande de los 80’s. Algunos fans dicen que este es el mejor trabajo de la banda. Me parece exagerado, vendrán después el “Joshua Tree” o el “Achtung Baby” donde U2 deja de lado sus vicios para mostrarnos su cara más madura. Y tampoco es el peor, aquí la banda se arriesga bastante para los tiempos, no es complaciente ni fácil como en el “All That You Can’t Leave…” o el “How To Dismantle…”. Ya lo decía, no es fácil reseñarlo. Muchos dirán que es bueno o que es malo. La verdad es que resulta muy complicado llegar a algo definitivo, porque para uno mismo, puede ser bueno o malo dependiendo del estado de ánimo y del momento en que se escucha. Pero eso sí, su importancia histórica es innegable.

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Por Corvan 

5/May/2009

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Letras de El Traductor De Rock

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