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NO LINE ON THE HORIZON (U2, 2009)

Artista: U2 (C+)
Fecha de Grabación: 2008
Fecha de Lanzamiento: Feb 27, 2009 Irlanda – Mar 03, 2009 US (otra vez lo traemos antes!!!)
Discográfica: Interscope Records
Productor: Brian Eno, Daniel Lanois y Steve Lillywhite
Calificación: 
7

 

 

Era: New Wave (1976-???)

Subgénero: Post New Wave (1990-???)

Mejor Canción: Magnificent, sin duda.

Canciones: 1) No Line On The Horizon; 2) Magnificent; 3) Moment Of Surrender; 4) Unknown Caller; 5) I’ll Go Crazy If I Don’t Go Crazy Tonight; 6) Get on Your Boots; 7) Stand Up Comedy; 8) Fez – Being Born; 9) White As Snow; 10) Breathe; 11) Cedars of Lebanon.

 

Después de colocar en el mercado tremendas porquerías como el “How To Dismantle An Atomic Bomb”, que son un insulto a la inteligencia de cualquier escucha, U2 nos trae un disco decente, lo mejor al menos en 12 años desde, el “Pop”. No es una obra de arte, pero la banda se acuerda de que alguna vez supo hacer grandes sonidos y no solo ruido pop comercial y estúpido que servía de fondo a los sermones del reverendo Bono. Aquí hay música. No hay muchas novedades ni experimentación, lo que U2, tenía que aportar lo hizo en los 80’s y desde entonces repite la tónica y trucos, pero en esta ocasión, a primera oída, la música es mucho más agradable y menos enfadosa que los últimos dos discos.

De entrada, uno pudiera pensar que el cambio radical en el sonido de este disco se debe a algún cambio de productor. La verdad es que Lillywhite y Eno estuvieron presentes también en el “How To Dismantle…” y en el “All That You Can’t Leave…” Quizá la diferencia entonces radica en Lanois, ya que la última vez que los tres productores estuvieron juntos fue ni más ni menos que en el Achtung Baby. Rolling Stone de hecho compara estos discos y dice que esta entrega es una obra de arte del mismo calibre. A mi me parece exagerado, como todo lo que dice RS: el Achtung es una de las obras que coronan la transición de 80’s-90’s; el No Line sin duda es bueno, pero su mérito únicamente radica en el regreso de U2 a la música de calidad, en el saldo de una deuda que los Irlandeses mantenían con su público desde hace mucho, pero no definirá el sonido de ésta primer década del Milenio.

Hay algo que es necesario mencionar. Originalmente este disco lo iba a producir Rick Rubin, conocido por dotar al sonido de una agresividad y crear potentes murallas de sonido que bien pueden encajar con Metallica, y Korn, pero no con U2. Teniendo ya grabadas algunas canciones, U2 decidió empezar desde cero, componer más de 60 rolas, seleccionar mejor su material y regresar a los productores de su mejor disco de los 90’s, con un resultado que vale la pena. Así que tal vez pudo haber estado cualquier productor, pero siendo honestos, se nota un mayor compromiso de la banda con la música y su gente desde las primeras notas y en la manera en que tomaron con total seriedad el proceso compositivo, de grabación y producción. Un compromiso que habían olvidado en 12 años y que los tenía en estado “Numb” haciendo música complaciente y predecible, sin la más mínima intención que la de ganar millones de verdes y vernos la cara de idiotas mientras los grammys los llenaban de premios por trabajos mediocres y lamentables.

El disco está hecho con la enjundia de unos novatos y la experiencia y madurez de una banda de casi 30 años. Los rockers rockean con todo, hacen vibrar, tienen verdadera energía, riffs grandes y no son meras guitarras distorsionadas que suenan a imitación de imitadores de U2, como las infames Elevation o Vertigo. Los detalles están bien cuidados, hay una instrumentación más elaborada, y esta vez si aparecen teclados y orquestas para dar soporte a la caja de pedales de The Edge. Los requintos son fríos y matemáticos como todos los de U2, pero en general están bien realizados y encajan a la perfección en las rolas, siendo una extensión de las mismas y no un pegoste forzado para “lucimiento” del guitarrista. Escuchen por ejemplo Magnificent. Las canciones tranquilas, salvo la última, logran atmósferas sublimes y muy conmovedoras.

En este disco, U2 se sale del estereotipo que se habían creado ellos mismos. No es que no suene a U2, ni que usen todos los trucos y mañas que estos viejos lobos de mar han aprendido con los años, pero nos presentan canciones multipartes y rolas de mucha mayor duración a lo que nos tienen acostumbrados. Y es sobre todo, el regreso de U2 a las armonías elaboradas e inteligentes. No son sorpresivas ni demasiado arriesgadas porque llevan la marca de U2, pero tenían 16 años sin hacer algo parecido, un manejo maestral y diabólico de armonías, salvo en contadas canciones sueltas.

El disco abre con la canción que titula al álbum. "No Line On The Horizon" inicia una base de bajo lineal y punteada, un Larry Mullen más bien discreto pero acompañando el ritmo frenético de Clayton y un The Edge haciendo ruidos y experimentos sonoros con su caja de pedales, que suena como un teclado muy atmosférico. Bono, con su típica voz aguda, casi al límite, comienza con “I know a Girl, who’s like the sea…” Qué no le habíamos escuchado algo así a “Sin Bandera”? Jaja, no pude evitarlo. La armonía vocal es pegajosa y pop pero fuerte y segura en los versos. La batería y la canción van tomando más fuerza, mientras la guitarra comienza a tomar más impulso y a sonar como… ehr… como guitarra? hasta ese coro encantadorsísismo al más puro estilo de U2. No es adorable Bono cantando “No-no line on the horizon-no, no line” y luego ese OOOoooooooohhhh! Ho ho ho Whooo ohhhhh! Una canción de pop energético, con tintes rockeros, sonidos que recuerdan los buenos momentos del POP del 2007 y del pop característico de U2. Hay un buen puente al 2:30 con un cambio de tonos sencillo pero efectivo para bajar la intensidad casi al silencio. La coda, con una guitarra sonando casi electrónica, dando notas de teclado como de campanitas casi infantiles, con un nuevo juego de tonos inesperado hacia el final que deja con un buen sabor de boca tras escuchar este primer corte del disco.

La segunda canción es "Magnificent", que realmente es magnífica y la mejor de esta placa. La rola inicia con un guitarreo casi sucio de The Edge, muy a la The Who, y con una batería cadente y pausada, casi a ritmo cardiaco por parte de Mullen. Se va creando tensión de esta manera, y casi al medio minuto entran unos teclados (esta vez si son teclados y no la caja de pedales!) hace un arreglo que da va dando más intensidad a la canción hasta que esta explota de lleno al :45, tras un largo redoble de batería para dar pie a un buen riff de The Edge, que establece una gran base armónica para toda la canción. Tras otro redoble, la larga e impresionante intro termina al 1:15 e inicia Bono con versos bien construidos, en tonos medios y casi susurrados, que esta vez le funcionan muy bien. Los coros están bien logrados en base al riff que nos mostró The Edge, y con letra U2esca: “Only love, only love can leave such a mark, Only Love, Only love can leave such a scar”. Adam Clayton hace un trabajo perfecto con una base de bajo sencilla pero imprescindible para el efecto total. Hacía mucho que U2 no trabajaba en equipo de esta manera. Al 3:40 hacen un pequeño puente en el que Bono se queda gritando agudísimo como a el le encanta, el grito se va en un fade out para casi encadenarse en el mismo tono al requinto de The Edge, que incia con una nota en el mismo tono en que Bono se quedó. Esto genera la impresión de que la voz se transforma en guitarra. El requinto por cierto, es muy bluesero, me agrada bastante a pesar de que es muy corto. Volvemos a los coros que se convierten en una coda intensa y, bueno, como decirlo…? Magnífica! Lo mejor del álbum sin duda alguna, conjugando todo los puntos buenos de U2 en una sola canción.

Seguimos con otra rolota. “Moment Of Surrender” es una canción delicada, con una impecable construcción de atmósferas que le da a la canción un aire muy espiritual, reflexivo, gospeliano. La secuencia de tonos es muy característica de la banda hasta los últimos dos de la secuencia, que se salen de las escalas que frecuentemente usa The Edge. Bono se saca el alma en esta canción, con voz gritada y adolorida, sonando convincente y conmovedor. La letra es hermosa y reflexiva, sin los típicos sermones, sino más bien tendiente a la introspección, muy acorde a la deliciosa melodía que generan los instrumentos. El coro es igualmente lento y pegajoso, y de repente se empiezan a escuchar más voces, no sé si son más Bonos sobrepuestos o el resto de la banda. Me parece más esta última opción. El puente instrumental al 4:30 es muy bueno, con un piano minimalista que termina para dar paso a un requinto adolorido y de nuevo con alguna carga de blues. Suena más a Keith Richards que a The Edge, y esto es un cumplido, aunque de nuevo es demasiado corto. Al minuto 6 inicia la coda con unos guitarrazos de The Edge que encajan a la perfección. La canción se alarga más allá de lo acostumbrado, más de 7 minutos, pero a pesar de llevar siempre un ritmo lento, la banda hace gala de todos sus recursos para mantenerla interesante en todo instante, convirtiéndola en una canción delicada y exquisita, llena de arreglos adecuados, luciendo por momentos minimalista. La canción vale por la excelente armonía y por las atmósferas que logran, recordándome por instantes la sencillez y honestidad de Miss Sarajevo, aunque aquí no cuentan ni con orquestas ni con tenores de talla mundial. Una canción de 10.

En "Unknown Caller" vuelven a alargar la intro hecha a base de arpegios y figuritas muy monas de guitarra que van subiendo de intensidad hasta el 1:22 cuando empiezan con un Ohhh OhhhOOOOhoooo! Que es marca del sonido de U2. Auí la banda suena ya un poco más repetitiva, usando los recursos de siempre y con cosas muy muy parecidas a lo que hicieron en “The Hands That Built America”, usando las mismas inflexiones de voz y casi la misma secuencia de tonos. El coro mejora un poco, con ese OooohhhhOOOOhhhhoo pegajoso y popero, pero que contrasta con la excelente armonía del “Go, Shout it Out, Rise Up…” nuevamente con varias voces que esta vez parecen ser varios Bonos al mismo tiempo. Al 4:22 hay un pasaje instrumental con un órgano como de Iglesia y una orquesta que de repente suena muy beatlesca, para dar pie al requinto, esta vez más largo y otra vez de gran elaboración. The Edge no es un guitar hero a la Clapton, pero cuando se propone usar su guitarra sin tanta faramalla puede lograr algunas cosas buenas. La canción acaba con las notas de guitarra y el tecladito psicodélico-de-iglesia. Una canción por momentos muy predecible, pero con algunos buenos detalles.

La quinta canción es “I’ll Go Crazy If I Don’t Go Crazy Tonight” otra rola regular y con los típicos clichés iutuianos. Dulce rayando lo empalagoso, sacada del mismo molde del que sacaron “Sweetest Thing”, que puede ser encantadora por sí misma, pero una segunda parte ya es demasiado. La armonía de cualquier manera es linda, con un riff cargado de delay en la guitarra. El puente del 2:40 parece insertado con tirabuzón. No tiene nada que ver ni con los tonos, ni con los ritmos y ni con las letras. Parece que fuera un pedazo de otra canción que quisieron meter a la de ahuevo en el disco. El requinto que le sigue tampoco es muy bueno. Cargado de delay, se aleja del blues de los anteriores requintos y suena tremendamente al inicio del solo de clavicordio de "In My Life” de los Beatles. La banda se acerca aquí a los anteriores trabajos, mostrando su cara más comercial, banal y predecible.

Después de este bache, vuelven las buenas rolas. “Get On Your Boots” es otra canción movida, pero que para nuestra sorpresa, tiene algunos matices orientales, muy a la “Taste Of India” de Aerosmith, aunque no tiene nada que ver con esta canción. No me gustan los versos y el fraseo que hace Bono, casi rapeando, pero el coro es pegajoso, así como el riff que hace The Edge. Lo mejor es ese puente después de los coros donde hay un guitarreo “You don’t know how beautiful, You don’t how beautiful you are…” OK la letra es tan buena y profunda como “These Boots Are Made for Walking” de Nancy Sinatra, si saben a lo que me refiero, pero la canción es movida, con gran riff, tintes orientales, un excelente bajeo y un punch bastante agradable. Un buen rocker que no tiene más intensión que esa.

Sigue otra canción con un riff monumental. “Stand Up Comedy” es un tributo de The Edge a Jimmy Page y a Jack White, haciendo uno de los riffs más poderosos y memorables que recuerde, muy por fuera de su estilo. Clayton por su parte hace una línea que según él intenta homenajear “Come Together”. No le encuentro mucho de ello, pero tuiene tintes funkys y sirve para darle mucha, mucha, mucha energía a la canción. Seamos honestos, esto es casi una canción de Hard Rock. U2 nunca había hecho algo así que yo recuerde. Y lo hace bien. La verdad es que rockean bastante fuerte, no sin sus dosis de pop en algunos pasajes, pero The Edge hace un papel más que destacado, llevando su guitarra a los límites, sonando por momentos a algún riff de Tom Morello. Numerosos cambios de ritmo, puentes, regresos hacen muy dinámica la canción y nada pesada, a pesar de ser de lo mas Heavy de U2 en toda su historia. Esta vez la letra no es ligera como en el rocker anterior, sino que Bono nuevamente encamina a la gente a pararse y pelear por su amor. Larry Mullen también hace un gran trabajo en la batería… Dónde estuvo este trabajo en equipo durante 12 años? Dónde estuvo este Power escondido tanto tiempo?

“Fez- Being Born” es la última gran canción del disco, y a partir de aquí se caerá cada vez más. La Intro, (presumiblemente la parte llamada “Fez”) dura un minuto y es absolutamente innecesaria, con arreglos suaves de teclado y unas voces femeninas al fondo. Después del minuto empieza en forma la canción, con un ritmo de batería casi electrónico y la guitarra haciendo efectos cargados de eco otra vez. Bono lanza un Ahhhhhhhhh!! AHHHHHHH que ya a estas alturas comienza hartar por lo fastidioso y repetitivo de este recurso, que es tan molesto como los excesos vocales de Robert Plant. La canción por otro lado es buena. No me agrada en lo particular la armonía vocal ni los gritos de Bono, pero la música es genial, una multipartes que va cambiando de colores constantemente para regresar a esa secuencia de bajeo endemoniado. La canción me agrada bastante, pero Bono le rompe mucho de su encanto. Si hubiera sido un instrumental la habría marcado en rojo.

Viene después “White As Snow”, una balada acústica que recuerda mucho a los arpegios de Mazzy Star. Es una canción delicada, intimista, pero que termina siendo un panfleto ecologista que se pierde en el dramatismo exagerado de las letras. Al 2:10 hay un arreglo de teclados que otra vez recuerda un poco a los Beatles, y la canción sube ligeramente de ritmo a partir de aquí, tomando la guitarra un sonido de mandolina. Luego regresa al arpegio, con tonos aún más azules y depresivos que al inicio. Le falta fuerza a la balada, aunque tiene algunos buenos momentos. El problema es el tono de sermón con que nos canta Bono-Mesías.

El penúltimo track es “Breathe” nuevamente movida, pero con menos fortuna que los anteriores rockers. El riff es flojo y el fraseo de Bono hace recordar los tiempos mediocres de principio de milenio. No estoy seguro si eso que se escucha de fondo es una sección de chelos o la guitarra de The Edge con su trillón de efectos y un arco de violín a la Page. El coro levanta ligeramente. No es ofensiva, pero es un sonido repetitivo de U2, que suena reciclado y falto de ideas.

Para cerrar este final en picada, tenemos “Cedars of Lebanon” en la que Bono se pone en el papel de un corresponsal de guerra y recita, más que cantar, una letanía moralista. La canción es básicamente un cambio de un par de tonos, que intenta ser reflexiva, pero suena muy desnuda y repetitiva. Se acuerdan lo que decía al inicio de la reseña que en los dos disco anteriores sobre el ruido pop comercial y estúpido que servía de fondo a los sermones del reverendo Bono??? Pues saquen sus conclusiones. Francamente creo que hay mejores maneras de dar mensajes a la gente. Si quisiera oír sermones, iría a misa, no espero oírlos en un disco de rock. Además dura 4 minutos. 4 MINUTOS INFINITOS!!!!

 

En fin, un mal cierre de disco, que se va cayendo a pedazos y se va alejando del U2 renovado que se leía en las primeras 8 canciones. Aún así el disco es bueno, cargado de pop, pero de mucha mejor manufactura, sonidos inteligentes, gran producción y algunos toques muy roqueros y blueseros que vuelven interesantes a la mayoría de las canciones.

Un buen regreso. Son mis nervios o algunos gigantes que andaban oxidados se están acordando de como hacer rock??? Quién sigue? Un regreso de a deveras de Guns & Roses???? Decidí ajustarle la calificación a 7 ya que a pesar de que hay elementos que me agradaron bastante, riffs potentes que sin dejar de ser comerciales, son bastante inteligentes y agradables al oído, también hay tropiezos y vicios que recuerdan lo peor de ese enorme bache. Eso y que la próxima reseña tendría injustamente la misma calificación, por lo que tras mas oídas y ya en frío, regresamos al 7 que le puse originalmente. Lo cierto es que U2 arriesga poco en este disco, aunque lo hace mucho más que en el “How To Dismantle…” y “All That You Can't Leave…” sobre todo en las largas intros de algunas canciones. Aquí demuestran que son los amos del pop, y que el género no necesariamente tiene que estar en guerra con las neuronas, aunque están lejos de las obras de arte de fines de los 80's…

Vale la pena darle una escuchada por el puro morbo de. Siendo honestos, lo más probable es que no lo podamos evitar. Este año vamos a tener un bombardeo de U2 en la radio y TV… pero en esta ocasión me parece que no cambiaré de estación.

 

Por Corvan 

27/Feb/2009

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