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THE DOORS

 

"When the music is your special friend, 

Dance on fire as it intends,

Music is your only friend…

Until the end..." 

"B+" 

Década Principal:

60's

Eras Principales:

La Psicodelia (1966-1969)

Hard Rock (1968-???)

Miembros Clave:

Jim Morrison, Vocalista

Ray Manzarek, Teclados

Robbie Krieger, Guitarra

John Densmore, Batería 

Canciones Clave:

Light My Fire, The End, When The Music's Over, L.A. Woman, Love Me Two Times, RIders On The Storm, Heloo I Love You, People Are Strange, Gloria, Love Her Madly, The Crystal Ship, Roadhouse Blues, Break On Through, Alabama Song, Five To One, Backdoor Man, Touch Me, The Soft Parade, Maggie McGill, The Changeling, Spanish Caravan, Moonlight Drive , Strange Days, Not to Touch The Earth, The Unknown Soldier, Wild Child, Waiting for the Sun

 

Los Doors fue la tercer banda que me cimbró de pies a cabeza. Lo primero que escuché fue una recopilación de éxitos de Electra, que contenía lo más básico, dejando de lado los temas épicos como “The End”, o “When The Music’s Over”. Aún así me alcanzó para descubrir los sonidos místicos e hipnóticos, la poesía obscura de las letras, la furiosa voz que coquetea con el grito, los ambientes psicodélicos y ácidos que no dejan de tener tintes sombríos, logrando hacer de los Doors un sonido único e irrepetible en la historia del rock.

Los Doors siguen siendo una de las bandas más sonadas a pesar de haber quedado acéfalos hace más de 26 años. Cuando los escuché por primera vez me parecieron una banda que más que nada hacia música por puro desmadre. Y es fácil irse con la finta, muchas de esas primeras canciones eran de las más movidas y con letras más banales, curiosamente las más conocidas del repertorio. Canciones como Light My Fire, Love Me Two Times, Break on Trough, se prestan para levantar el ánimo en cualquier bar y la gente las corea de principio a fin. Pero poco a poco fui dándome cuenta de que los Doors también sabían tomarse muy en serio su trabajo, logrando excelentes canciones que en su mayoría no se escuchan en FM y que tienen mucha más profundidad y valor musical.


Los Doors irrumpieron en escena cuando la revolución musical ya estaba en plena marcha, durante aquel agitado 1967. No fueron los creadores, pero se subieron al carro muy a tiempo y supieron colocarse a la cabeza con su sonido y sus letras provocativas y de claras referencias sexuales, a veces, o de contenido filosófico y paráfrasis de los poetas malditos, en otras. En cualquier caso no era un mero incitar al desmadre por el desmadre. Los Doors incitaban a una violencia contra el sistema y convocaban a una rebeldía con dirección: Una dirección interna. El canto a las drogas no es un mero acto de autodestrucción, sino un ritual para encontrase con el yo, una búsqueda de algo que el entorno no era capaz de dar y que es un reflejo muy marcado de Jim: la angustia, rabia e insatisfacción con la vida. Quizá por ello siguen tan vigentes, no? La experiencia con las drogas y el canto que hacen a ellas es más parecido a un ritual chamánico que a una fiesta en el club de moda. Sus canciones épicas de más de 6 minutos son en su mayoría grandes catarsis musicales, que van llevando a través de diferentes estados de ánimo, desde la tranquilidad angustiante de la realidad hasta la explosión visceral del ritmo y la voz.

En este aspecto quiero hacer énfasis, los Doors son quizá los mejores creadores de tensión musical que existen. Van trabajando las canciones desde una aparente calma, llevando con una batería casi jazzera, adornos y arañitas blueseras en la guitarra, ritmos lentos e hipnóticos en los teclados y una voz lenta, limpia y a veces erótica… Sin que nos demos cuenta, casi imperceptiblemente inician un crescendo, formando esa tensión que hace impostergable el colapso en el coro o en el solo, en un gran orgasmo musical provocado por los instrumentos y la voz de Morrison.

Musicalmente hablando, los Doors son excelentes en sus instrumentos: Robby Krieger no es Pete Thousend ni Jimmi Page, y no hace solos bestiales a la Hendrix, pero sabe ser preciso, sabe encajar su alma bluesera al estilo del grupo y sabe hacer riffs memorables cuando se lo propone. Quien no tiene tatuadas las primeras 20 notas del solo de Light My Fire? La guitarra es parte integral del sonido doorsesco. Constantemente está haciendo adornos, notas aquí y allá, escalas, arpegios, minisolos muy discretos que muchas veces quedan en segundo plano bajo el teclado y la voz, pero definitivos para el sonido total. Creo firmemente que si Krieger hubiera estado en cualquier banda promedio hubiera sido la figura a seguir., pero lo prefiero mil veces en su discreto papel tras Jim y Ray.

John Densmore aporta el toque jazzero en la batería. Tampoco será un virtuoso, pero aporta mucho al inconfundible sonido de la banda. Es mas bien mesurado y parece ser el más moderado, sin embargo tras estar en una banda interpretando algunos de esos temas, sé que la batería en los Doors (a diferencia de otros grupos) es quien va imprimiendo el ritmo, quien da pautas, marca cuando es calma y cuándo tormenta, va guiado al resto de los instrumentos y al vocalista en el diseño de esa tensión. Los demás responden al ritmo que imprime Densmore, y es preciso, logra cambios de velocidad, intercala tresillos y otros efectos de jazz con soberbia precisión cuando las canciones parecen ser psicodélicas o blueseras, por lo que NO es un elemento prescindible. A veces pienso que es el tipo de banda en el que a Charlie Watts le hubiera gustado estar para explayarse a su entera satisfacción. Y es que esa es una cualidad enorme de los Doors, sigo sin quitarme la idea de que se divertían enormidades creando esa música, es algo que se transmite. A pesar de lo obscuras que puedan ser algunas canciones, cada miembro se maneja con total libertad e independencia, incluso en estilos totalmente diferentes que convergen prácticamente sin explicación.

Ray Manzarek es el cerebro, el genio de la banda. Por el pasan las melodías y es quien brinda el toque místico y psicodélico al grupo. Tal vez sea el único virtuoso, y no porque sea endiabladamente veloz con el teclado, sino porque sabe crear armonías exquisitas, de variadísimos estilos, recreando sonidos de los clásicos o siendo innovador hasta el extremo. Qué sería de “Light My Fire” sin ese complicadísimo intro de órgano o “Riders in the Storm” sin esa tremenda coda? Ray lograba conjugar secuencias de tonos que parecen imposibles. A la vez es el encargado de llevar sobre los hombros la atmósfera que tendrá la canción. Si será oscura, carnavalesca, parrandera, sutil, jazzera, etc. Es decir, si la batería es el cimiento, y la guitarra el alma, el teclado constituye los acabados. Para mi Manzarek sí sería un virtuoso porque, lo he dicho: cantidad no es igual a calidad. Ray no es tan veloz como otros tecladistas pero es mucho más diverso, arriesgado, preciso y eficaz. Por si fuera poco, es el quien interpreta la inmensa mayoría de las secuencias de bajo en las canciones a través de un pequeño organito que tocaba con la mano izquierda. Aunque en este aspecto puede ser muy repetitivo (yo toco el bajo y a veces me duermo tocando a los Doors), es de mucho mérito que logre algunas figuras demasiado complejas para un bajo estándar, sobre todo en las rolas épicas y unitonales, y más aún que las toque mientras se encarga con maestría del resto de los teclados. Si bien algunas veces contaron con un bajista de estudio, finalmente él era quien diseñaba las secuencias para poder interpretarlas en vivo. Una anécdota mas o menos conocida es que Jerry Scheff, bajista de Elvis en los 70’s, comentó que Ray era un bajista mediocre. Ray respondió retándolo a la sesión de grabación de L.A. Woman, canción prácticamente de un solo tono en el que Scheff se arranca el alma y toca como nunca en su vida para callarle la boca a Ray. Pero no por ello Manzarek pierde valor como bajista. Bien visto, los DJ’s actuales tienen mucho que agradecerle por ser el primero en crear ese tipo de secuencias, con mucho más maestría y complejidad que muchos de los top tens que suenan en los clubs hoy en día.

Morrison es punto y aparte. El es el frontman, la cara y la voz del grupo. Un símbolo sexual en los sesentas y una de las mejores voces que ha habido en el rock. Pero vamos por partes. Primero que nada, se supone que James Douglas Morrison se consideraba un poeta, bastante letrado y nutrido por gente como Walt Whitman, Baudelaire, Poe, Rimbaud y toda la generación de poetas malditos, y más indirectamente, por Wilde, Kerouak, Bukowski, por supuesto Huxley y algunos de los mitos griegos. El tipo era letrado, pues, y muchas de sus referencias aparentemente sexuales y desmadrosas tienen un origen literario en alguno de estos autores, o bien los cita o los parafrasea. Por ello es que logra un buen efecto lírico en general, sin plagiarlos necesariamente. No hablaba de las mujeres como lo hacían los Beatles o los Beach Boys, en sus primeros discos, de manera tímida, inocente o indirecta. Las letras ya estaban maduras en los primeros LP’s de los Doors a consecuencia de ensayos con la pluma de años atrás. Así, cada palabra parece estar mucho más calculada que la misma música, la cual da impresión a veces de ser una sublime improvisación. La voz no. A pesar de las improvisaciones o diálogos con el público que muestra en directo, Jim es en esencia un tipo tímido que en los inicios se sube al escenario de espaldas al público para no petrificarse con el monstruo de mil cabezas, y que después sería idolizado y lo mismo le llevó a ser un tipo demasiado calculador, con la necesidad de subir drogado al escenario para lograr el performance que se esperaba de él. Que lo sobrepasó a veces… Cierto! Prueba son los arrestos por masturbarse en pleno concierto y la sobredosis de heroína (a la que no estaba acostumbrado), que lo mató. Morrison se volvió un ícono mucho más fuerte con el paso del tiempo que Lennon, Dylan, Jagger o Hendrix debido en parte por su tremenda presencia y carisma (calculado o no), por su tremenda voz, por su aplastante mensaje desde el tornamesa o desde el escenario, por su status de sex symbol y porque finalmente todo esa figura mítica que generó era precisamente lo que los sesentas estaban esperando absorber con ansias. Lo que es estar en el lugar y en el momento preciso… No me malinterpreten, no demerito a Morrison para nada en cuanto a voz, capacidad lírica ni como frontman, pero es muy probable que si surgiera una figura semejante en estas épocas no encontraría para nada el mismo status de deidad que tiene Jim. Por qué? Porque ya no existe causa que atacar, el rock ya no está en contra del sistema, sino a favor de él. La lucha por libertad sexual por la que pugnaba tanto ya no existe. Morrison tiene su lugar en la historia no por ser parte del club de los 27 (y dudo aún… Si no hubiera muerto seguiría siendo la figura que es?), sino por representar casi todas las caras que la contracultura podía representar en 1967, mandando un mensaje político sin decir ni una sola palabra política, como por ejemplo lo hacía Dylan.


Finalmente, la voz basta por si misma para convertir a Morrison en una de las figuras míticas del rock. La voz, entre barítono y tenor, es decir, la tesitura grave pero potente de Jim, la convierte en una de las mejores y más educadas de la historia... Sigo sin creer que al inicio no se atreviera a cantar de frente al público.

Los Doors, finalmente son una banda integral, que saben conjugar “Y” jugar con estilos, teorías, escuelas, tanto líricas como musicales para crear esquemas musicales irrepetibles y que crean atmósferas aparentemente banales cuando están significando algo muy serio. Los Doors son venerados tanto por la gente común y corriente (ya mencioné que son imprescindibles en cualquier banda de covers), como por la crítica más especializada. No son un grupo que se haya quedado en un mensaje de desmadre, sino que en sus épocas, y aún en estas, su mensaje sigue siendo muy válido, logrando crear una inquietud de introspección como no lo tenían Led, los Beatles o los Rolling.


Es por ello que ya no me molesta ver más playeras de los Doors o de Morrison que de los Beatles o los Stones, porque ciertamente el mensaje de unos ya caducó y quedó fuera del contexto global, pero el de la Puertas de la Percepción, tal como el libro, seguirá abierto a quien quiera cruzarlo por muchos y muchos años. Curiosamente, quienes mas portan estas playeras son los de mas bajo estrato social, y curiosamente ellos jamás se pondrán una playera del TRI. No son tan malandros como parecen… Simplemente entienden mejor el mensaje hoy en día.

Los Doors, señoras y señores son una de las más grandes influencias de nuestros tiempos, y si no se resisten a las canciones menos conocidas como yo lo hice en un principio, si se dejan llevar por la gama de figuras, ritmos, y atmósferas que fueron capaces de entregar en 6 álbums de estudio (no cuento los 2 discos post-Morrison), encontraran una diversidad de texturas, sonidos y mensajes que es difícil encontrar en cualquier otra banda desde el ya lejano ‘67 hasta la fecha. Cabe resumir que desde esa época no se encontrará hasta hoy una diversidad tan grande entre los miembros del grupo, una diversidad tan bien conjugada que el resultado total es ÚNICO!!!
Este es el fin…

Alineación: 

John Densmore: El alma jazzera en la batería- Digan lo que digan, y a pesar de que Jim era el gurú generacional, el era el gurú musical de la banda, dando toques de Jazz donde menos te lo puedas imaginar.

Robby Krieger: No es espectacular, pero es acaso más imprescindible que el sonido de Densomore. El sello bluesero de la banda, necesario para entender el sonido del grupo y sobre todo en los últimos dos discos con Jim. En este único caso que conozco en que la guitarra es magistral e imprescindible, pero opacada por el teclado.

Ray Manzarek: Si no fuera porque Jim me quiso dar la contra con todo éxito, matándose, diría que Ray es la esencia de los Doors. De los mejores tecladistas del Rock, versátil, desde el piano discreto hasta los primordiales solos. A MI MUY PARTICULAR GUSTO, mucho mejor que Keith Emerson.

Jim Morrison: Una voz endiablada, el frontman y el feeling de los Doors, el grito del jaguar, el tipo que le imprime un sello a la dualidad letras-voz. Ocasionalmente armónica y más ocasionalmente maracas o pandero. Divo y Gurú de los 60’s. Una de las mejores voces del rock. Demostróó con su muerte y con la terquedad del resto del grupo el hecho de que sin personalidad, una banda está muerta por mas talento que tenga.

Ladies and Gentleman, from Los Angeles California… THE DOOOOOOOOOOORS!!!

 

 

Por Corvan  

15/Sep/2007

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