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BECAUSE OF THE TIMES (Kings of Leon, 2006)

Artista: Kings of Leon (D)

Fecha de Grabación: 2006

Fecha de Lanzamiento: 03 de Abril del 2007, USA

Discográfica: HandmeDown, RCA

Productor: Ethan Jones & Angelo Petraglia

Calificación: 8

Era: Indie (2001-???)

Subgénero: Southern Rock 

 

Mejor Canción: On Call, por mucho.

1) Knocked Up; 2) Charmer; 3) On Call; 4) McFearless; 5) Black Thumbnail; 6) My Party; 7) True Love Way; 8) Ragoo; 9) Fans; 10) The Runner; 11) Trunk; 12) Camaro;13) Arizona.

 

La cuestión con las bandas dominantes del Indie Rock de mediados de los dosmiles es que, casi todos lanzaron buenos debuts y segundos discos. Pero en general todos eran muy semejantes. Arriesgaron poco en sus segundas entregas. Refrescaron el Rock, no hay duda, sus segundas entregas en general fueron mejoras respecto al debut, corrigiendo esos errores de novatez, y además les dieron mucha mayor proyección. Es decir, realmente la rompieron con el segundo álbum, que fue una especie de confirmación de promisorios debuts. El problema es que ninguna de estas bandas podía  repetirse en un tercer disco. Si bien surgieron como una clara respuesta retro contra el dominio electrónico con el que arrancó el milenio, para mediados de la década era reinventarse o morir, dar un cambio, expandir su sonido, correr los riesgos que no corrieron en los segundos discos. En esa reinvención, algunas bandas dieron pasos acertados, y otras no tanto, pero sin duda, aunque pudiera parecer un retroceso, era un cambio urgente con tal de no morir como una banda del montón.

Los Kings Of Leon pertenecen a esta categoría. El tercer disco es un paso atrás, pero solo para tomar vuelo y poder dar el brinco definitivo más tarde. Bueno, no nos adelantemos. Está claro que seguir con el estilo cuasi puro del Youth and Young Manhood o del Aha Shake Heartbreak hubiera sido un suicidio. Es decir, a todos nos encantó la historia familiar, con un pasado religioso, viajando por todo el país de los hermanos (y primo) Followil. A todos nos encantó esa mezcla sureña de Creedence con los Allman con Lynyrd Skynyrd con Thin Lizzy y una pizca de The Clash. Pero un tercer disco igual y ya nadie los habría tomado en serio. Así que ellos mismos se lo tomaron muy en serio para no caer en ese error.

Después de la colosal gira del Aha Shake, se metieron al estudio durante varios meses del 2006 a experimentar, a expandir sonidos, a pulir un poco ese estilo desgarbado, y a incorporar influencias más modernas, desde otros grupos contemporáneos de Indie Rock, hasta influencias iutuescas, de los Pixies, de los Black Crowes...

La guitarra líder de Matt es la que más cambios sufre, le baja al fuzz y pareciera que le pide prestada la caja de pedales a The Edge para jugar con los sonidos: tremos, delays, phaser… cada canción parece traer una sorpresa distinta en cuanto a guitarras. En general toda la banda suena instrumentalmente más sofisticada, más compleja, enfocada a dar más detalles y crear atmósferas. El bajeo es más profundo y tiene mayor presencia con el pequeño Jared animándose a hacer más arreglos, algunas buenas líneas, círculos elásticos, etc. Nathan también suena más seguro y en algunas canciones hace ritmos mucho más complejos. El disco es más oscuro, y tiene un mayor porcentaje de baladas y temas lentos, que es donde más brillan. Sin dejar de sonar con influencia sureña, de laguna forma suena menos campirano y más cosmopolita. El sonido del disco es un reflejo del look de la banda, que apareció más rasuradita y peinada por estas fechas.

El gran “Pero” es Caleb. Mientras los demás evolucionan, Caleb parece obstinado en aullar como un John Kay al que le hubiera caído la motocicleta encima. En muchas canciones no parece estar en sintonía con el giro que está dando el resto del disco. Y si bien es cierto que tiene grandes momentos, como en “The Runner”, y otros hasta sublimes como “On A Call”, que es de mis favoritas de la banda, en otras suena realmente insufrible, abusando de la potencia y los agudos y de ese timbre tan característico suyo. Particularmente “Charmer” me es imposible de oír porque arruina una buena canción con esos gritos o aullidos taladrantes que nunca he podido entender. Me obliga a saltarme siempre esta canción, quizá la peor en toda la discografía de los KOL. Quién se cree??? David Lee Roth???

La banda sabía del riesgo y de ahí el título del disco. Caleb lo resumiría así: “if the record sells, it’s because of the times; if the record fails, it’s because of the times”. Algo como “Si el disco vende, es por los tiempos, y si fracasa, es por los tiempos”. De alguna forma es quitarse la responsabilidad. Al final les terminaría resultando, sobre todo en Europa. Y como no, si el cambio de sonido trae un olor británico, londinense, donde la gente los había acogido como héroes, y de mucho mejor forma que en su propio rancho…

El disco arranca con “Knocked Up”. Un fade in del bombo de Nathan, que emula vagamente un latido. Luego el bajeo entra de forma casi tímida, jugueteando con los dos tonos, para luego abrir paso al sencillo juego de armónicos agudos y otra guitarra punteando los mismos tonos del bajo. La atmósfera es sensacional. Oscura, nocturna, amenazante. Caleb canta bien en media voz fraseando para calzar los versos. La música es envolvente, minimalista, encantador, y de repente, sin previo aviso, un tarolazo al minuto 2 revienta un explosivo estribillo “And I'm Dancing Saying Don't Know…”. Hay un algo incendiario, épico, muy potente. Además la línea de bajo aquí es excepcional. Después del segundo coro hay una especie de requinto con mucho delay, dando a la vez cierta fiereza y melancolía. Letras que aluden a un embarazo adolescente en un pueblo chico: “Don't Care What Nobody Says, We're Gonna Have A Baby”. Todo es perfecto… hasta aquí. La canción es magnífica, pero desgraciadamente la vuelven una épica de 7 minutos, un jam que va perdiendo sentido a pesar de los “whoa-oh whoa-ohhhh” de los Followil, de los fills de batería… el jam se extiende sin demasiadas novedades. No hay algún requinto ni nada, simplemente van alternando lo que ya mostraron, por los que resulta innecesario. Para extender este tipo de rolas necesitas ser un viertuoso, un bluesero o de preferencia ambos dos. Aquí la segunda mitad se siente como una de esas épicas de Creedence… Sin John Fogerty. Si la hubieran recortado un poco sería de las mejores del disco. Pero no es mala, solo demasiado larga. Aun así da buena cuenta del giro en el sonido que traen con este disco, y se nota cierta influencia iutuesca en este tema.

“Charmer”… uff. Qué manera de echar a perder una rola. Un bajeo profundo, un riff muy guitarrero y grungero. De hecho la guitarra tiene algo entre Soundgarden y Pearl Jam y la estructura recuerda algo a los Pixies. Un gran requinto a doble guitarra. Hasta la melodía es de las más memorables! Mucha, mucha actitud. Pero Caleb… Caleb echa todo por la borda con esos gritos agudísimos que siempre me destemplan los tímpanos: “WEOOOOOOOOOOOWWWW”. No entiendo el propósito. Un gritito o dos a la David Lee Roth hubiera sido pasable, pero después de un rato, Caleb me obliga a brincarme esta canción. Es realmente insoportable y tristísimo como tronó una buena canción de una forma tan absurda e innecesaria.

Afortunadamente llega “On Call”, la mejor canción del disco, y una de las más bellas del catálogo de los KOL. Sintetizadores etéreos, angelicales haciendo una majestuosa intro que nos lleva hasta las nubes. Caleb canta con sobriedad, sin abusar del grito, y aprovechando ese tono rasposo para dar el toque perfecto de nostalgia. Jared hace una línea de bajo simplísima pero preciso, básicamente 2 tonos en los versos con eventuales desfases. Las guitarras van obrando cada vez más importancia, aumentando su presencia con ese fuzz apagado que no satura la rola y que revienta entre cada “to beeeeee there”. Una melodía intoxicante y pegajosa de principio a fin. Al 2:05 la banda hace a coro el puente “I'd Come A Running” mientras al fondo Matt va iniciando tímidamente el requinto que termina estallando como espectacular pirotecnia china. Ganchos por doquier, melodías intoxicantes, una letra esperanzadora, esa aura nostálgica pero a la vez llena de optimismo, y ese final en que Caleb canta una línea y la banda le responde hacen de esta una verdadera pieza de colección que siempre me da más razones para adelantar “Charmer”. Una joya. Si bien los KOL no alcanzan del todo su punto máximo de madurez en este disco, “On Call” ya nos da un vistazo de lo que vendrá en el “Only by the Night”.

Sigue “McFearless”, con versos un tanto caóticos, pero que destacan por el complejísimo patrón de batería de Nathan. Que tiempo es? Parece ir en total desfase con sus compañeros! La melodía vocal es rara, con una guitarra contrapunteando con incisivos agudos. El estribillo es más melódico, con más capas de guitarra. Pero bueno, salvo la batería, hay pocas cosas memorables aquí.

Con “Black Thumbnail” regresan a un estilo más sureño, como unos Allman del siglo XXI. Me encanta en particular cómo suena el bajo tremolado de Jared. Matthew va haciendo buenos arreglos en agudo con su guitarra, también con algo de delay, que da un efecto potente, pero como si estuviera en una caverna. Los coros estallan con potencia, un tanto saturada. Es curioso como arranca con las guitarras sucias y muy country y conforme más avanza la canción se va sintiendo cada vez más una sensación de refinamiento, un sonido de avanzada, situación que se repite con el requinto. Es decir, se nota que son los Kings of Leon, pero también se nota de inmediato que es un sonido MUY distinto al del par de discos previos.

“My Party” no me gusta nada. Los KOL intentando rolas bailables? Y oscuras a la vez? Es decir, el bajo elástico y distorsionado de Jared me encanta, pero me parece desperdiciado en una rola demasiado superficial. Un solo con feedback, una letra estúpida. Es decir, lo entendería como una rola de relleno de Franz Ferdinand, pero los KOL tratando de copiar a los escoces no es en definitiva un buen resultado.

Seguimos con “True Love Way”, una baladita un tanto sacarosa. La melodía y juegos de tonos son lindos, pero la letra parece que la escribió Caleb en secundaria: “Oh We'd Be So Free, Happy Alone, Sharing A Smile, So Far From Home”. La guitarra es un poco demasiado crujiente, al igual que la voz, que no terminan de cuadrar con el ritmo lento y esa atmósfera baladesca. Hacia al final hay uno de los mejores solos del álbum, que salvan a la canción cuando por fin entra en ritmo. Y los “Hu- Oh-oh oh-oh ohhh’s” suenan muy bien. Pero de nuevo Caleb parece fuera de lugar en el mood del tema.

Con “Ragoo” comienza a subir de nuevo el nivel del disco. Sin que sea de las mejores, el ritmo alegre, chisporroteante y juguetón es contagioso. Country reggae? No. Espero que no sea lo que intentaron. Pero suena bien, sobre todo los puentes, en los que hacen un dramático cambio de ritmo, el bajeo hace una línea circular espectacular (de hecho ern toda la canción luce enorme) y le meten más oscuridad a la rola. Las melodías vocales vuelven a ser memorables, y las letras mucho más consistentes: “Here's to the kids out there smoking in the streets, They're way too young but I'm way too old to preach, They know it all but they still ain't seen the truth”. Y al final se vuelven a combinar los cuatro para cantar a coro de manera alegre. Le faltan acaso más cambios, pero es buen tema.

Luego tenemos “Fans”, que inicia con una guitarra eléctrica cargada de feedback que presagia un tema rockero. Pero de inmediato entra un tibio y agradable guitarreo acústico y el punteo del bajo. La canción es muy melódica, con guitarras que me recuerdan alguna de las rolas acústicas de Zeppelin. La eléctrica va cobrando más presencia y la rola comienza a tomar velocidad, con un gran ritmo. Jared de pronto cambia el punteo en un solo tono a uno alternando octavas, para un efecto retro y medio disco. Las guitarras cobran potencia y de repente estamos en un buen solo, muy rocker, mientras Nathan inserta redobles de buena manufactura. Luego, al regresar a los versos, Caleb canta casi a capella por un par de vueltas, viene otro redoble y entran de nuevo a un ritmo espídico. Una especie de dedicatoria a sus fans, en especial a los británicos, que mencionan como no queriendo en la última estrofa.  Gran tema, que inicia una buena seguidilla.

“The Runner” es una especie de Vals-Country-Gospel muy extraño. Lenta, muy lenta. Caleb canta muy inspirado, quizá recordando su infancia yendo de un lado a otro con supadre pastor: “Hard Times As We Go, We Know What Times Will Change, I Talked To Jesus, Jesus Says I'm Okay…” De hecho, pensaría que las letras son un tanto sarcásticas si no creyera quealgunas líneas  son una especie de tributo a Leon Followil. En fin, la canción es simplísima, pero los cambios de ritmo, los distintos adornos que van alternando con distintos instrumentos, y en general la manera desparpajada en que canta, además el final divertidísimo, cantando todos con un efecto etílico, hacen que de alguna manera, este tema lento funcione.

“Trunk” arranca como Soundtrack de una escena Western de Tarantino. Unos e puede casi imaginar a los empistolados (o enkitanadas) frente a frente. Luego entra esa formidable línea de Jared y le da un giro refinado, aunado a la batería más Jazzy. Aprovecho para resaltar el nivelazo de Jared, y resaltar que cuando el chico se unió a la banda, mas a fuerzas que por gusto, apenas sabía agarrar el bajo. Aquí no es un John Myung, pero es muy creativo, y se hecha muchas veces el peso de las canciones. El bajo tiene en este dico un mayo papel y afortunadamente la producción le hizo justicia y le dio un volumen y profundidad suficientes. Y bueno, regresando a la canción, se siente una tremenda tensión de principio a fin. Licks de guitarra que crean suspenso con el tremo, puentes más luminosos con slide: pareciera que la película pasó de un Western a aun thriller policial, y luego a un drama agridulce con los arpegios y los “Whhh-uhhh UuUuUuh!” Una canción que no estalla, pero que hace un manejo de tensión impresionante y a la vez un cambio de atmósferas que resulta brillante. La letra es estúpida, pero lo pasaré por alto.

Llegamos a “Camaro”, que es una estupenda road-song, con un toque sureño, pero modernista. De principio a fin mantiene esa sensación espídica de ir a 170 por hora en alguna carretera desértica. Excelente combinación de las guitarras, que se van alternando en Power Chords, el agudo riff circular que a veces se extiende en minisolos, el estupendo bajeo. Al 1:50, de hecho, el bajo hace una gran combinación con la guitarra y se quedan sosteniendo la rola cuando baja un poco la intensidad. O más que bajarla, le ponen una especie de suspenso, y entre Nathan y Matt van preparando una nueva explosión. La letra otra vez es algo boba, “She looks so cool in her new Camaro”, pero venga, cuando hemos visto una road-song filosófica? Otro de los puntos destacados del disco.

Cerramos con “Arizona”, con la que vuelven a bajar el ritmo. Hacen una atmósfera más dulce con una guitarra distorsionada y otra más ensoñadora, con delay y slide. Es linda, con una melodía muy mona y memorable, pero sin demasiados cambios. Tanto Caleb como Nathan repiten sus figuras sin mucha variación, y eso hace que la canción no destaque tanto. Pero es un buen cierre, tranquilo y pausado.

Y bien. El Because of the Times es un buen disco. Se nota la intensión de evolucionar por parte de la banda y por momentos lo logran de gran manera. Al menos instrumentalmente. Y cuando Caleb se muestra a la par que sus hermanos y primo, es cuando brillan con ganas. Instrumentalmente están mucho más refinados, siguen sonando potentes y sureños, pero más modernos. Las guitarras se combinan mejor, y experimentan con una gama de sonidos mucho más amplia, dando más variedad de texturas y atmósferas en un solo disco. Jared crece como bajista, insisto, no en cuanto a técnica, sino en cuanto a capacidad de insertar líneas fuertes que se echan encima el peso de las rolas. Nathan también tiene momentos brillantes con las baquetas, dando incluso matices jazzy y haciendo mejores fills. Caleb es quien, como decía, no avanza al mismo ritmo. En el aspecto lírico no salimos de las chicas ni de la carretera, y si realmente quieren demostrar una evolución, deben mostrar una mayor madurez lírica. Y en cuanto a la voz, tampoco atina siempre a meter freno y dar más pausa y tranquilidad a su peculiar voz. Con todo, es un álbum consistente, arriesgado, que les serviría de puente para llegar a su madurez como banda y lanzar posteriormente su mejor trabajo a la fecha. No es el mejor disco de los KOL, pero como disco transicional, se notan grandes destellos. A final de cuentas, no es bueno ni malo por culpa de los tiempos… verdad Caleb?

Por Corvan 

1/Mar/2013

Letras de El Traductor de Rock

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