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LA REVOLUCION DE EMILIANO ZAPATA (Álbum, 1971)

Artista: La Revolución de Emiliano Zapata
Fecha de Grabación: 1971
Fecha de Lanzamiento: 1971, MEX
Discográfica: Polydor
Productor: ?
Calificación: 
10 (MUST HAVE)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era: Rock Hispanoamericano de los 70's

Subgénero: Rock Hispanoamericano de los 70's 

Mejor Canción: Nasty Sex o Mel-Ynda

Canciones: 1) Nasty Sex; 2) Mel-Ynda; 3) I Wanna Know; 4) If You Want It; 5) Shit City (Ciudad Perdida); 6) A King’s Talks; 7) Still Don’t, Not Yet; 8) At The Foot Of The Mountain; 9) Under Heavens.

La Revo es una banda que hoy día es casi desconocida, y cuyo momento de mayor fama fue a principios de la década de los 70’s. Igual que los Spiders, tuvo el talento necesario para colocar fuertemente su material en USA y Europa, pero en México los problemas de represión tras Avándaro apagaron cualquier posibilidad de convertirse en un histórico mundial.

Los fundadores fueron Javier Martín del Campo, un excelso guitarrista con calidad de exportación (único miembro original hoy en día), y Óscar Rojas, vocalista portador del frondoso bigote que explicaba el nombre del grupo. El sonido de la Revo siempre estuvo basado en la incisiva y rápida guitarra de Martín del Campo, que era capaz de hacer unos solos impresionantes y riffs pegajosos y bastante buenos, dotando de una personalidad propia a las canciones y con un sonido mucho más latino que Los Spiders, pero sin llegar al extremo de Santana. Este era un Hard Rock también limpio, aunque más lejano al blues que los Spiders. En 1971 lanzaron éste disco homónimo, una verdadera pieza de colección que rápidamente logró escalar los rankings nacionales, y para sorpresa de todos, también los mundiales. De este disco, lanzaron como sencillos la celebérrima “Nasty Sex”, “Still Don’t Know Yet” y “Shit City”, tres grandes joyas del rock nacional, con las que consiguieron discos de oro en México. La grabación logró trascender fronteras y pronto los discos de oro también les llegaron de Alemania, Inglaterra, Francia y USA, para un total de cinco, algo nunca antes visto. Aunque nadie tenía idea de dónde diablos había salido esta banda ni su nombre raro, la gente reconocía por primera vez a nivel masivo el talento de una banda mexicana más allá de la frontera, algo que sembró esperanzas en los demás grupos.

Con el vertiginoso éxito, la agenda se apretó cada vez más y el ritmo se volvió sofocante. Tuvieron que declinar su ansiada participación en Avándaro en parte por las giras programadas y en parte por las tensiones internas que ya existían y comenzaban a fracturar el grupo, por lo que después vinieron cambios en la alineación, los problemas de represión por parte del gobierno a todo el movimiento del Rock que apenas despegaba en México, pero alcanzaron a editar los discos “Nada del Hombre me es Ajeno” de 1972 y el EP “Congore Tumbero a La Mar” de 1973.

Ante la disyuntiva de seguir peleando por el rock de avanzada o comercializar su sonido para conseguir nuevamente un lugar, los roces entre los integrantes llegaron al punto de una desbandada de varios miembros en 1974, entre ellos Óscar Rojas, frontman y vocal de la banda, quien harto de todo, un día simplemente agarró sus maletas y regresó a Guadalajara con todo y mostacho. Así la Revo dejó en 1975 los sublimes y majestuosos sonidos rockeros por baladas melosas y complacientes, que les dieron de comer, pero los alejó 180° de su escencia y verdaderas capacidades musicales. Es por ello que este disco tiene tanta relevancia. Me ha sido difícil encontrar los demás materiales de rock de la banda, pero sin duda este disco es más que suficiente para concederles un lugar importantísimo en la historia del Rock Mexicano. Nos quedamos pues, sólo con el primer disco de la banda que amerita un 10 y estrellita en la frente.

El disco inicia con la canción más conocida de La revo, “Nasty Sex”. Es verdad que es un descarado plagio de “Born On The Bayou” de Creedence, e incluso llegaron a reconocer que la rola nació de estar palomeando la canción de los Creedence, pero los arreglos que lograron meter, sobre todo en la guitarra, sobrepasa con mucho los de Fogerty, y la convierten en un producto único con sonidos vagamente mexicanos y sin necesidad de incluir mariachis o sonidos cumbieros. Nasty Sex, más allá del nombre que genera morbo y las letras simplonas, está perfectamente manufacturada por Javier Martín del Campo. El riff principal de la canción es una gran joya, y no deja de agregar arreglos aquí y allá, conjugando velocidad con un estilo muy personal, y añadiendo pequeños requintos que nacen de ese riff bestial y latino tras cada estrofa. Finalmente Javier incorpora un solo larguísimo que nace alrededor del minuto tres, añadiendo arreglos inteligentes, que no suenan a nada hecho antes (nop, ni siquiera a Creedence) y que se alarga casi hasta el minuto seis, para dar pie a otra estrofa y pasar inmediatamente a una bestial coda donde la canción siempre sube y baja de intensidad a antojo de la guitarra hasta el final definitivo, cerca del minuto ocho. Ese es otro punto a mencionar. Aunque para edición de radio se cortó gran parte de los solos, esta canción fue un parteaguas al ser una de las primeras hechas en México en rebasar el tiempo normal de 3 o 4 minutos impuesto por las disqueras. Y definitivamente esta fue la que alcanzó mayor éxito antes de que fuera algo más común 20 años después. Una canción gloriosoa que por si misma da para levantarle un monumento a estos bigotudos.

La segunda canción es “Mel Ynda”, otra de las rolas grandes. Aunque habla de amor, es una canción llena de energía, con guitarrazos al inicio ala The Who, un fuzz bastante agradable y una armonía vocal bastante pegajosa y fresca. La voz de Rojas no es demasiado destacada, pero suena siempre joven, afinada y llena de vida. La pronunciación no es perfecta como la de Vierling, y este es el único punto flaco de La Revo, que a veces lo pocho y masticado del inglés afea un poquito las rolas, pero se entienden perfectamente las palabras, no sólo en esta canción, sino en general, en todo el disco. La canción, por la estructura, por los tremendos redobles de batería, por los coros, da un aire general a The Who, pero tampoco suena a un plagio, y logran movimientos más armónicos y optimistas que los británicos. Ah, se me olvidaba! Escuchen esa línea impresionante de bajo!

"I Wanna Know” es una balada con una melodía muy linda y simple. No es una canción que destaque, pero tiene un juego de armónica y flautas bastante interesante. No estoy seguro, pero no creo haber oído antes un diálogo entre estos instrumentos de viento en ninguna otra canción. Jamás. La pronunciación nuevamente mancha un poco la canción, que es sencillota y no sale del mismo círculo, pero tiene detalles que llaman la atención y la canción no se cae.

El ritmo sube con “If You Want It”, donde nuevamente entra en juego la magistral guitarra Hardorckera de Martín del Campo balanceando la canción, y los juegos de voces contraponiéndose en el coro. Los solos también son destacados, siempre tendiendo a los sonidos agudos y regresando al mastodóntico riff principal con total naturalidad. Me encanta el coro donde una voz dice “I Got no Money” y otra contesta “Ohhh! But I got Soul”, un resumen de lo que era la banda en esa época. A mitad del solo principal, al 2:20, el efecto de guitarra cambia a un fuzz más grave donde se nota una cierta experimentación y la banda comienza a jugar con la armonía a partir de ese momento en un jam muy disfrutable. La línea de bajo de esta rola es de antología, uno de los mejores trabajos en equipo de la banda, y la calidad total de la canción va muy de la mano con la gran técnica individual mostrada por cada integrante.

La quinta canción es “Shit City” y fue otro de los sencillos del disco que lograron colocarse en Europa. También inicia con un gran riff y ritmo vertiginoso, básicamente es una canción instrumental donde Martín del Campo demuestra sus excelentes habilidades técnicas con las guitarra. Además del solo de Javier, también encontramos grandes arreglos de bahjo y un solo al 2:50, además de fragmentos donde se crea un vacío en el que la batería se discute con buenos redobles. Cerca del minuto tres Rojas comienza a hacer una segunda voz imitando exactamente los sonidos del requinto, subiendo lentamente la intensidad de su voz hasta sonar realmente desquiciado y fuera de control, al igual que la guitarra, y logrando en conjunto un efecto simplemente espectacular.

Después está “A King’s Talks” que en los arreglos de inicio no sé si es mi imaginación o la influencia del título, pero tienen una reminiscencia a algunos sonidos del LP “In The Court Of The Crimson King”. Después de la primera parte con letra y donde hay influencias Crimsonianas, comienzan las multipartes con un guitarreo tremendo que inicia al 1:40 y el arpegio da pie a un requinto furioso y desbocado, para un nuevo cambio al 3:05, con un nuevo arreglo arpegiado y cargado de eco. Hey! Un Momento! Ese arreglo lo conozco! Lo usa Molotov en Gimme The Power 2 (Hit Me). Que Revo tan descarada, Dios mío, venirle a piratear este fragmento a los Molotov 30 años antes! Jajajajajajajajaja! Pa que vean que los Revos son más influyentes de lo que realmente imaginamos, jeje.

Sigue “Still Don’t, Not Yet”, donde el bajo funky de Paco Martínez se echa al hombro toda la canción. Además hay una buena armonía vocal, aunque a la voz le falta más intensidad y suena un poco forzada. Pero en sí es una gran obra. Al 1:20 el riff de Paco cambia a otro arreglo magistral (este instrumento se lleva la rola por completo) para que el requinto inicie. Y es bueno, pero no luce como en otras rolas. Al 2:25 queda solo el bajeo inicial sosteniendo la rola sin ninguna otra instrumentación, y con la voz más grave de martín Del Campo dando un efecto muy “creepy”.

“At The Foot Of The Mountain” vuelve a bajar la intensidad del disco. Regresamos a una balada con una armonía sencilla pero de armonía delicada y hermosa. El juego de tonos, el efecto del bajo que de nuevo resplandece ante los arreglos minimalistas de las guitarras y las voces dulces y pacíficas resultan en una atmósfera muy dulce, perfecta. Después del solo de bajo, al minuto 3 aparece un solo de flauta para terminar de redondear esa aura de tranquilidad exacta.

Finalmente “Under Heavens” se encarga de cerrar el disco. La canción tiene una pequeña intro arpegiada, pero enseguida inician con un guitarreo rítmico para que la voz haga su aparición. Al segundo verso la guitarra líder comienza a hacer arreglos, subiendo la intensidad cada vez más, hasta llegar a los coros, donde el grito de “Freedom!” destaca junto al buen arreglo de guitarras. Una buena canción para el cierre, pero de alguna manera a ratos da impresión de sonar desnuda y sin suficientes arreglos.

 

En fin, un disco enorme por donde se vea, y en el que las canciones más débiles pudieron haber sido el éxito de la vida de cualquier otra banda mexicana de la época. Las tres rolas marcadas en rojo sobresalen incluso por encima de algunas canciones de bandas norteamericanas. El detalle de la pronunciación la verdad pasa desapercibido ante tan buena calidad musical. Un disco de 10 donde no hay desperdicio, la Revo se muestra a tope y cuyo sonido jamás ser repetirá.

Sinceramente los recomiendo. Veo difícil que muchos de nuestros visitantes lo conozcan por su falta de difusión hoy en día, y porque si de por sí es raro verlo en México, en otros países debe ser imposible, pero pues les dejo como siempre el link reiterando la invitación a que confíen en mis gustos, y si coinciden, traten de difundirlo en sus respectivos blogs.

Por Corvan

19/Jun/2009

 

 

 

 

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