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LIVE AT POMPEII (Pink Floyd, 1972)

Artista: Pink Floyd (B+)
Fecha de Grabación: 4-7 Oct, 1971
Fecha de Lanzamiento: Septiembre de 1972, UK
Discográfica: (N/A) Distribuidora: Universal Home Video (!!!)
Productor: Steve O'Rourke, Michele Arnaud & Reiner Moritz
Calificación: 
10 (DISCO ICÓNICO)

Era: Progresivo (1968-???)

Subgénero: Live Album 

Mejor Canción: Echoes

Canciones: 1) Intro (Pompeii); 2) Echoes Part 1; 3) Careful with That Axe, Eugene; 4) A Saucerful of Secrets; 5) One Of These Days; 6) Set the Controls for the Heart of the Sun; 7) Mademoiselle Nobs; 8) Echoes, Part 2.

Válgame. Ahora si me volé la barda… 
Corvan, pero si este no es un disco, es una película!!! Muy fumada por cierto. Es verdad… Si se fijan, no pude agregar discográfica porque este fue un concierto en película lanzada en 1972. Ni siquiera se puede decir que sea un Soundtrack tal cual, jamás se lanzó oficialmente en LP o CD. Entonces, porqué diablos estoy haciendo una reseña de una película?

Diablos, me acorralé a mi mismo y ya no sé qué contestar. Corvan corre y se esconde bajo la cama, aferrado a su copia de Live At Pompeii. Jajaja. La verdad es que es un concierto que me ha influenciado muchísimo y que no merecía brincármelo. A fin de cuentas, la mayoría de los conciertos estaban destinados a este formato, una película o documental que terminó convirtiéndose en un disco por cuestiones prácticas o comerciales. El Live At Pompeii musicalmente es tremendo. Me es imposible seguirme de largo con el Obscured By Clouds simplemente porque lo considero el mejor concierto de Pink Floyd.

Qué? Y qué pasa con el Is There Anyboy Out There, del Tour The Wall? O el Delicate Sound Of Thunder? Y el PULSE???? Ah, claro, esos fueron lanzamientos más formales, ya con el montón de éxitos de la banda y en un formato de concierto masivo. Y cuando digo MASIVO, no bromeo. Pink Floyd no fue una banda muy energética que digamos, en el sentido de ponerse a brincar, correr por todo el escenario y contagiar con su energía al público. Se los imaginan armando slams??? Más bien eran muy serios, se paraban en su lugar, tocaban, cantaban, hacían su magia, hipnotizaban, y ya (como si fuera poco). Pero cuando la armaron en grande, y conforme se fueron convirtiendo en una banda de Estadios, el show que armaron para complementar la música y esa “seriedad” se volvió realmente mítico. Desde lásers, las pantallas enormes que marcaron pauta desde finales de los 70’s, los enormes globos de cerdos, las portentosas murallas para el The Wall. Los conciertos de Floyd se caracterizaron por ser siempre de los más avanzados, espectaculares y revolucionarios del mundo, y corría el rumor de que el juego de lásers y pirotecnia se podía ver desde la luna. Y los rumores de lugares inusuales en los que se presentaban eran de antología, desde La Muralla China, Venecia, la mítica reunión en Egipto al pie de las Pirámides para recibir el año 2000, y hasta el increíble rumor de un concierto en la Luna tras la breve reunión en el Live 8 en 2005. Rumores simplemente, pero de qué nivel!

Pues bien, todo ello empezó en Pompeya, que es el único lugar extraño donde realmente tocaron. Porqué es mi concierto favorito de Pink Floyd? Porque es exactamente el punto de inflexión de la banda. Imagínense al grupo en su mejor nivel, tanto creativo como instrumental, lanzando ya los grandes éxitos de los 70’s, desde el Dark Side hasta el The Wall. Pues bien, aquí tenemos ya a esa banda, madura, a tope, en su mejor nivel, sólo que en lugar de interpretar clásicos de su etapa climática como “”Shine On You Crazy Diamond”, “Comfortably Numb” “Time” o “Sheep”, tocan y mejoran enormidades lo mejor de su repertorio inicial. Este es el Pink Floyd maduro y progresivo rehaciendo por completo las rolas del Pink Floyd germinal y Psicodélico, y dándoles un Punch impresionantísimo, llevándolas a otro nivel, mejorándolas enormidades y haciendo un concierto con una vibra y espontaneidad, de forma que mejoran enormidades las rolas, cosa que difícilmente puedo decir de los todos conciertos posteriores. No cometeré la idiotez de decir que son conciertos malos, ni mucho menos. También tienen un tremendo nivel. Es simplemente que en dichos discos el grupo se siente ya más acartonado y Gilmour se vuelve frío y matemático. No que aquí no lo sea, pero aún se le ve cierta espontaneidad y capacidad e improvisar.  Aquí no sé si es el aura mítica del lugar, pero en cada nota hay una especie de misticismo que envuelve e hipnotiza. Hay algo mítico en las ruinas de Pompeya que impregnan de una energía oscura a cada nota. Y por momentos las canciones alcanzan un clímax atemporal, en las que casi se puede sentir el Vesubio arrasando con todo a su paso. Es un Soundtrack perfecto de esa devastación de hace 2000 años, con explosiones, llantos, fantasmas, y un poder oculto que no he encontrado en ningún otro disco, ni de Floyd ni de nadie más. Aquí se encuentra el sentido real de “Echoes” y de “Set The Control”, como rolas mitológicas,  como un viaje a un pasado devastador que ha quedado vibrando en el tiempo. Además, este disco fue el que me permitió dar el salto cronológico para empezar a escuchar a los Floyd germinales. Es un puente perfecto, ya que aceptémoslo, poca gente llega a este grupo por el Pipers; lo hace a través de sus discos maduros y se va recorriendo hacia el origen, y no siempre es fácil.

Si Pink Floyd tiene un disco conceptual por excelencia es este. WTF? Un disco en vivo conceptual? Para 1971 el poder de Pink Floyd como banda en vivo era ya algo mítico, y no porque brincaran como Iggy Pops enafateminizados, sino por las atmósferas sobrecogedoras que se complementaban con los (entonces) económicos pero efectivos efectos visuales. El único documento en vivo oficial era el disco I del Ummagumma, de 1969, por lo que para 1971 comenzaron a planear grabar un nuevo concierto. Entre las ideas descabelladas, surgió la de grabar en un anfiteatro de la ciudad de Pompeya, en ruinas desde hace 2000 años tras la ya conocida erupción del Vesubio, que cubrió la ciudad de lava sin dar oportunidad a una evacuación. De alguna forma consiguieron permiso del gobierno italiano para rodar el concierto, pero por obvias razones, no ese les permitió llevar público, por seguridad tanto de las ruinas como de la gente, ya que se podía venir abajo. Es pues un “falso en vivo”, pero no tanto porque así lo hubieran planeado. Adrian Maben dirigió la cinta, y la película se grabó entre el 4 y el 7 de Octubre de 1971, a días del lanzamiento del Meddle. Para la grabación del audio, usaron pistas de 24 canales y lo mejor de la tecnología disponible para obtener la mayor fidelidad de los instrumentos. En Pompeya se grabaron “Echoes”, “A Saucerful Of Secrets” y “One Of These Days”, que viene siendo la columna vertebral del disco y las que mejor encajan a la atmósfera espectral de Pompeya. Las demás canciones se grabaron en un estudio en París mediante un montaje, y se puede percibir que falta la barba de Rick Wright. A las ya grabadas, se aunaron una breve “Intro”, “Careful With That Axe, Eugene”, y “Mademoiselle Nobs” que en el disco se llamaría “Seamus”. Esta es la versión que vale realmente la pena, de 62 minutos, y que fue estrenada en cines en Septiembre del ‘72, meses después del lanzamiento del Obscured, ya que es la que contiene la idea “conceptual” que se pierde por completo en otras versiones.

Para 1974 se lanzaría una versión extendida (theatrical versión) que incluía parte de las sesiones del Dark Side of the Moon en los estudios Abbey Road, llegando a los 80 minutos. Yo prefiero ver el documental del DSOTM por separado para no mezclar peras con manzanas.  Y hay una tercera versión, The Director’s Cut del 2003, con más entrevistas y material, pero que echan a perder el original. Aquí muchas de las escenas astrales originales con aires de Kubrick se remplazan por unas más modernas que dan al traste ese aire retro. Eviten esta versión y vayan a las previas, de preferencia la original.


El LP o CD nunca fueron lanzados como tales. Sólo están las movies, pero la tecnología actual permite encontrarlos en formato Mp3 o ya está disponible la película en YouTube. Vamos ahora a la música desde una perspectiva que no creo que hayan escuchado nunca…

 


El concierto arranca con una pequeña "Intro", muy esotérica y que recordara ese beat de latidos con que abrirá el DSOTM. Gongs con efectos lentos, el pedal de Mason emulando un corazón, un rugido extraño que nos remite de inmediato a una época remota, platillos zumbando…. El efecto es mejor si se escucha con audífonos. Recuerda algo oscuro, es como si fueran los tremores que estuvieron sacudiendo esporádicamente en la bahía de Nápoles desde semanas antes y que ese día comenzaron a aumentar por la tarde. Una calma tensa, llena de presagios.

Luego las notas de radar de "Echoes Part I". Dulces y peligrosas a la vez mientras la cámara se va a cercando lentamente desde lo alto del anfiteatro. Al minuto 2 Mason hace un redoble y entramos a la segunda parte de la Intro, con la guitarra respondiendo dolorosamente y el bajo marcado, con mayor protagonismo que en la versión de estudio. Cada instrumento suena mucho más nítido, supongo que porque esta vez consiguieron una mezcladora de muchos más canales. La intro es mucho más larga y melancólica, y tiene algo mitólógico con esas notas de teclado a través del Leslie. No sé si estaban improvisando o estaba perfectamente calculado, pero se siente de entrada una versión más libre y salvaje, mientras se ven rostros de estatuas antiquísimas que escaparon a la lava. Al 3 viene el pequeño crescendo que da pie a la entrada de voces, en el que comparten el liderazgo tanto Dave como Nick, en una perfecta armonía. La canción fluye de manera perfecta, vienen las escalas oscuras de guitarra, las escenas de la banda caminando entre charcos de azufre y luego el requinto, con la cámara enfocando a Gilmour y su guitarra Stratocaster negra que se multiplica en 12 cuadros. Supongo que esta es de las partes montadas en estudio. Podemos ver cómo Mason lleva perfecta sincronía en los redobles con una técnica perfecta mientras construyen ese primer exquisito clímax. Todo el minuto 7 es de Nick, que luce espectacular en las baquetas y en la película muestra que no hace un solo overdub. Al 7:35 viene la parte en que cambian de ritmo y el bajo toma liderazgo con una línea marcada y profunda. La guitarra ruge como un volcán herido. Uff, de verdad que no pudieron escoger mejor escenario. Hay algo verdaderamente amenazante en la forma en la que tocan, como si fuera una advertencia, como si viajaran 2000 años al pasado y estuvieran tratando de advertir del inminente mensaje. No es casualidad que inicien en la tarde, poco antes de la puesta del sol. Había una boda de nobles en Pompeya. Mucha gente de Herculano había viajado a Pompeya. Los temblores cada vez más fuertes sirvieron de advertencia para unos pocos que regresaron a sus casas, o prefirieron salir de la región ante el olor a azufre y las nubes de vapor que comenzaban a salir. Plinio el viejo documentó todo desde su casa en la costa, que estaba protegida por un risco. Envió advertencias al festejo, pero no le hicieron caso. Iba a tomar una embarcación, pero decidió quedarse a documentar lo que sabía, sería un evento fascinante y terrible, y que le costaría la vida. El sol comienza a caer con las notas, pero también queda oculto con la espesa capa de humo. De mientras podemos ver perfectamente las técnicas de Roger al bajo con eventuales close ups, y cuando más tensión hay en el ambiente, la guitarra de Dave chirria en una escala descendente hasta apagar la canción al 11:26. En realidad la tocaron en una sola toma, pero en la peli aparece dividida en dos partes y es aquí cuando acaba la primera. De verdad impresionante la manera en que mejora la canción. No sabría decir qué es lo que mejora, o si es simplemente el sonido, o el aura que dan las ruinas, o el hecho de viéndolos ejecutar la canción, pero hay algo que realmente hace de esta versión superior a la del álbum.

Sigue “Careful with That Axe, Eugene”, con la que también logran crear una atmósfera añeja, salvaje, mística. El bajeo crea un sensación de péndulo, de tiempo que se acaba, con imágenes de una calavera pintada de hace más de 2000 años. Los suspiros incrementan esa aura paranoica, mientras el grupo se ve tocando de noche, con mil focos al fondo como planetas. Aceleran al 2:30 y luego bajan la intensidad de nuevo para que Roger regrese con esos malévolos susurros y el asfixiante grito al 3:10. Es realmente espeluznante. Tras caer el sol, viene un momento de silencio (el comienzo de esta rola). Un silencio en el que no se oyen ni pájaros ni perros ladrando. Una calma terrorífica según Plinio. Luego de nuevo el tremor. La rola se acelera al minuto 3, y con el brutal grito de Waters, el domo explota, la tierra se revuelve en un poderoso terremoto mientras el Vesubio vomita fuego y lava. El orgasmo musical con los 4 instrumentos haciendo un solo, un colapso musical mientras los ríos ígneos avanzan devorando todo a su paso. Todo es un mar naranja. Volvemos a bajar la intensidad. Es una hipnosis casi dolorosa. “Lo más horrible después del terremoto fue ver cómo se comenzaba a formar una espantosa nube negra en la cima…” La guitarra hacienda arañitas y escalas, el órgano con misticismo aterciopelado y el cierre con un rostro romano en agonía. El terror que inspira esta versión no tienen nada que ver con la de estudio, que siempre me pareció buena a secas, pero sin nada particularmente fascinante. Esta es un verdadero ambiente de pesadilla capaz de dejarme sin dormir una semana. Insisto, no sé exactamente qué ha cambiado, pero la diferencia es como entre la noche y el día.

Luego tenemos “A Saucerful of Secrets” con todo el caos de esta especie de suite. La banda va creando tensión hasta que Gilmour hace esos como disparos con un tubo de metal a manera de slide. “Enormes piedras llameantes cayeron por toda la ciudad…” Sorprendente que hagan todos los efectos en vivo, sin oberdubs. Mason hace ese efecto de batalla, Waters golpea platillos, mientras Rick hace un caos calculado con el magnífico piano. Roger recorre el escenario al minuto tres, agarra el mazo, toma impulso y le da tremendo golpe al gong. Un caos. La nube de piroplasma bajó a toda velocidad, ardiendo por dentro y barriendo con todo a su paso. La mayoría murió cuando la densa nube pasó sobre Pompeya y Herculano, calcinando, dejando una estela de muerte, sin dar oportunidad a huir. Un caos brutal y despiadado. No me fascina particularmente la suite, pero al menos podemos ver a Nick haciendo ese complejo redoble que abarca casi toda su batería. David ni siquiera se ha molestado en colgarse la guitarra, la toca llena de delay y con el slide sentado, con el instrumento entre las rodillas (Sin albur). Tras la tormenta viene la calma. Al 5:30 viene una sección más tranquila, dominada por los teclados casi religiosos de Rick. Dave se cuelga ahora si la guitarra y la hace llorar sobre las notas solemnes del teclado. Plinio quedó a salvo de la mortal nube, y continuó escribiendo lleno de terror. “Después del terremoto y la nube negra, se hizo un silencio más espeso que la muerte. Parecía que ya había pasado lo peor…” Mason entra en ritmo y comienzan el crescendo, mientras vemos el valle cubierto de cenizas sobre las que ya no creció vegetación, las ruinas de la antigua ciudad. Dave se lamenta dramáticamente ya casi al cierre, como los gritos de los pocos sobrevivientes que comenzaron a sonar por las calles. Tomas aéreas del volcán, y ese cierre en tono mayor que termina como un rayo de esperanza. Esta versión dura un poco menos que la de estudio, unos 2 minutos, y parece que le cortaron un poco las partes más caóticas del principio. Aún así, sigue teniendo esa parte desorganizada, más potenciada. Lo que me sorprende es que puedan recrear todo ese caos ellos cuatro.

Enseguida viene otra de las más grandes interpretaciones en vivo que haya escuchado.“One Of These Days” es en sí misma magnificente, poderosa, aterradora. Pero aquí cobra nuevas dimensiones. Es la lluvia de fuego tras la erupción. EL espectacular pero devastador río de magma bajando, en un principio lento, luego cobrando velocidad. Desde la bahía se veía como avanzaba implacable, devorando lo que había quedado de los bosques tras la nube, creando un hipnótico resplandor ígneo que delineaba la montaña contra la noche… El impresionante riff de bajo es de una fiereza inusitada, implacable. Mason se encarga de que los platillos suenen como navajas que van y vienen, así como las ráfagas de teclado. Todo es hiriente y malévolo. El sol se ha ocultado por completo. Redobles violentos y la guitarra rugiendo con el overdrive a todo. No es una creación de tensión lo que hace la banda, ya que la misma está a tope, es mantenerla siempre al borde del estallido, al límite... Al 2:30 se queda el bajo con ese efecto punzante, Roger recorriendo el brazo y las 4 cuerdas llenas de un raro delay, mientras nuevamente van subiendo la intensidad, suena la negra amenaza con la voz procesada y revienta ahora sí en el sanguinario requinto. Es como sui por fin se desbordara toda la energía del Vesubio, y la tensión que había estado contenida, explotara al fin en un espectáculo de belleza y destrucción. Los ríos de lava avanzan ya incontenibles, imparables por lo que queda de la ciudad, petrificándola. Plinio el viejo se asoma a su ventana y sabe que ni siquiera tiene caso escribir esos últimos momentos porque todo lo consumirá el fuego, corre y entrega lo que lleva escrito a su sobrino, y lo embarca lo más rápido posible. Él Se queda a morir asfixiado. Esta versión en vivo es mucho más tensionante que en el Meddle, aunque ligeramente más corta. Pareciera que realmente la van armando al aire, de forma mucho más agresiva, y con una explosión más brutal.

Sigue “Set The Controls For The Heart Of The Sun”, que inicia con la banda envuelta en humo y Roger haciendo Gongs espectrales. Esta es la rola más mística y oscura de la banda. Un riff como mantra. La muerte paseándose por las calles de una ciudad entera. 25,000 vidas en cuestión de minutos. Un grito colectivo resonando en silencio, hasta nuestros tiempos… El beat hipnótico con las baquetas con cojines en las puntas, y los teclados creando un terciopelo remoto, el suave toque de la muerte. La canción acelerándose. Mason haciendo un gran despliegue, la guitarra se carga de distorsión al fondo, Roger canta con un tono impersonal, oscuro, como un mantra lejano, y la letra cobra al fin sentido. Todo tiene una atmósfera lejana, etérea, fantasmal. Rick se lleva esta versión con los increíbles arreglos de teclado, y el tremendo solo en la sección media. Es noche cerrada. Lo que aguantó la nube, quedó enterrado por la lava. Estatuas que quedarán petrificadas en gestos de dolor ardiente. Los ríos ígneos llegan a la costa y levantan nubes de vapor. Las llamas consumen lo poco que queda en la medianoche fluorescente. La canción se va difuminando, al igual que el fuego… 

“Mademoiselle Nobs” es el tema que más desencaja en el disco. Evidentemente ésta fue grabada en estudio. No es sino una versión de lo que aparecería en el Meddle como Seamus. Roger a las guitarras, haciendo un patrón base de blues, con slide. Suenan dos liras, pero en la película sólo se ve Roger tocando, mientras Dave toca la armónica. Rick tiene la importantísima misión de grabar al a mismísima Mademoiselle Nobs aullando en compañía del tristísimo y simple arreglo. Nick no se ve, posiblemente lo mandaron por croquetas. Tardé un rato en encontrar la forma en que encajaba con la idea del álbum. Ésta es una broma del Meddle!!! Qué hace aquí? Pues bien, tras la catástrofe, lo único que debió cortar el silencio hace 2000 años en Pompeya, fueron los aullidos de los pocos perros sobrevivientes llorando a sus amos. No son unos malditos genios?

Terminamos con la segunda mitad pendiente con “Echoes Part II”, que en la película aparece dividida en dos partes. Aquí iniciamos justo después de que la rápida escala descendente hace una breve pausa para iniciar con un ambiente lóbrego, con un fondo líquido, con la guitarra haciendo efectos de gaviotas, los teclados dando un ambiente acuoso y cargado de eco, aún más marcado que en la versión de estudio. En la película se ve aún el agua hirviendo. Vemos los frescos milenarios cuarteados, tal como quedaron tras la erupción. Evidentemente, como la canción se grabó en una sola toma, estamos de nuevo de día. Simbólicamente ya amaneció. Al minuto 4 inicia el teclado en forma, los “pings”, la guitarra punteada, y el tremendo platilleo de Nick, que en conjunto van armando tensión con algunas notas de esperanza. Al 7:40 volvemos al tema central, con las voces coordinadas de Dave y Rick en perfecta armonía: “And no one sings me lullabies, And no one makes me close my eyes, So I tore the windows wide, And call to you across the sky…” y luego el monstruoso riff de guitarra, mientras vemos tomas aéreas del volcán y de las ruinas actuales de la ciudad. Mason se multiplica tras el doble bombo, y la banda acelera para un sprint final intensísimo. Luego bajan de nuevo y se entretejen los solos de guitarra y teclado para una atmósfera melancólica. Así como iniciamos acercándonos al grupo, la canción cierra con la cámara alejándose lentamente. El bajo y la batería callan para dejar vibrando las últimas notas de Dave y Rick, hasta desvanecerse por completo.

 

AHHHHHH!!!! Ahora entienden porqué digo que no sólo este es el mejor concierto de Pink Floyd, sino además un Concierto Conceptual? Son unos malditos genios. Ni siquiera estoy seguro que haya sido su intensión hacer una crónica de las diferentes fases de la destrucción de Pompeya y Herculano, pero al escucharlo me fueron surgiendo demasiadas pistas que son demasiado para ser coincidencia. El relato de la destrucción lo leí de los escritos que dejó Plinio el Viejo, y al ir armando canción por canción, uno se da cuenta de la perfecta sincronía. Si hay quien cree en el Dark Side Of The Rainbow, a mi la verdad me parece más evidente la intensión aquí, cada tema perfectamente calculado para hacer una crónica monumental. Desgraciadamente la película da apenas algunas pistas, pero se queda corta en la terrible belleza que debió ser ese fenómeno. Eso me llevó a ver este concierto con otros ojos.
Como sea, haya sido intencional de la banda o no, musicalmente el concierto vale por sí mismo. La claridad del sonido es mucho mayor que en los discos, y las canciones alcanzan versiones mejoradas, más intensas, recortando las partes excedentes o agregando solos que nutren. Además podemos verlos ejecutando las rolas, para dejar de lado las dudas de si eran capaces de reproducir en vivo esa complejidad instrumental. Lo son. Por ello Pink Floyd es de las mejores bandas de la historia. A mi gusto, aquí ya estaban en ese nivel inalcanzable, en su absoluta madurez que los llevaría a ser amos de los 70’s. Y ese es el trato que le dan a las rolas. Las magnifican. Cierto, no viene ninguno de los “grandes clásicos” porque evidentemente esa etapa estaba a punto de comenzar. Pero el manejo que le dan a las rolas aquí es ese, el de clásicos, y al menos las de rojo son las mejores rolas de esa primer etapa. Un álbum de antología, que desgraciadamente fue muy poco reconocido o comprendido y fue tratado más como una de las loqueras de Floyd que después daría pie a disparatados rumores de conciertos inexistentes. Con todo, es un disco mítico, Icónico. Y mi recomendación es que vean la película (con la secuencia original de 8 canciones) lo antes posible, y disfruten ese viaje al pasado.

 

Por Corvan 

18/Jul/2012

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