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PICTURES AT AN EXHIBITION (Emerson, Lake and Palmer, 1971)

Artista: Emerson, Lake and Palmer (C)

Fecha de Grabación: 26 de Mar del ‘71

Fecha de Lanzamiento: Noviembre de 1971, UK

Discográfica: Isalnd-Manticore

Productor: Greg Lake

Calificación: 7.5

 

Era: Progresivo (1968-???)

Subgénero: Live Album 

Mejor Canción: The Sage o los Baba Yaga’s

Canciones: 1) Promenade; 2) The Gnome; 3) Promenade (reprise 1); 4) The Sage; 5) The Old Castle; 6) Blues Variations; 7) Promenade (reprise 2); 8) The Hut Of Baba Yaga; 9) The Curse Of Baba Yaga; 10) The Hut Of Baba Yaga (reprise); 11) The Great Gates Of Kiev; 12) Nutrocker.

 

Alguna vez escucharon algún tema clásico y se preguntaron cómo sonaría en una versión rocker? Yo sí. Bueno, no precisamente. A finales de los noventas, aun con Moby Dick, soñaba hacer versiones en rock de canciones de Silvio Rodríguez, con arreglos potentísimos y majestuosos que sonaban increíbles en mi cabeza. Desgraciadamente lo dejamos para luego, o mejor dicho, mis compañeros me dieron el avión. Años después debo agradecer que los Bunkers me arruinaran el plan… Quizá fue lo mejor, en mi cabeza sonaban algo más oscuras, pero no sé si hubiera podido hacerlo mejor que los chilenos.

En fin, por esas fechas también se dio un boom de bandas que grababan sus grandes éxitos en versión sinfónica. Vaya, cuando hasta Metallica y el Tri lo hicieron, terminó volviéndose un cliché. El caso es que no siempre hubo esa comunión entre la música clásica y el rock como nos acostumbramos en los 90’s.

El Pictures at an Exhibition fue quizá el primer intento de tender un puente. No quiero decir que no haya habido intentos previos, Moody Blues y Deep Purple ya habían usado orquestas enteras, y desde la psicodelia fue común ver arreglos de instrumentos clásicos y sinfónicos con las bandas. Peeero, nunca se había hecho el intento de trasladar una suite clásica entera al idioma del rock.

Estoy casi seguro que la idea fue de Keith Emerson. Después de todo, él es el que se hecha la mayor parte del disco al hombro. El disco es el primer álbum en vivo de ELP, basado enteramente en la obra del siglo XIX del compositor ruso Modest Mussorgsky. No voy a alardear diciendo que he escuchado la original, por lo que no tengo un verdadero punto de comparación.

El disco fue grabado el 26 de Marzo de 1971, en el Newcastle City Hall al norte de Londres. El lugar fue escogido porque tenía un órgano tubular que Keith necesitaba para la introducción y algunos otros fragmentos. Ya venían presentando algunas piezas en sus conciertos. Cronológicamente, fue grabado antes que el Tarkus, pero los ejecutivos de Island no tenían aún la confianza necesaria en el novel trío como para lanzar un rarísimo disco en vivo que no sonaba a nada parecido hasta entonces, y les dieron luz verde para buscar otra disquera exclusivamente para el lanzamiento de ese disco. Pero los chicos no quisieron meterse en tanto lío y las cintas se archivaron. Sin embargo, en Junio se lanzó el Tarkus y fue un trancazo, por lo que desempolvaron los masters del Pictures of an Exhibition y la disquera dio luz verde para trabajar con ellas, siendo Lake el encargado de pulirlas como productor. 

Musicalmente es muy raro, como se podría esperar. Creo que el hecho de haberlo grabado en vivo fue un acierto, que le da un toque más humano que si hubiera sido grabado en estudio. Sin embargo, uno esperaría las multitudes rugiendo… o al menos tímidos aplausos… o una tos nerviosa! Ok, el público quizá no se capturó a propósito o quizá la gente en verdad se lo tomó como una interpretación clásica y por respeto, guardo compostura hasta el final. Lo que si se alcanza a percibir es la energía pura de la banda, la pasión y creatividad sobre el escenario, y que raramente se puede transmitir desde estudio.

La banda en general trata de respetar el formato de la suite de Mussorgsky, agregando, quitando, con las letras sobrepuestas de Lake, insertando “The Sage” como único original además del fragmento "The Curse of Baba-Yaga" que está lejanamente basado en “The Hut Of Baba Yaga”, y cerrando con el “NutRocker” de Tchaikovsky. Los teclados de Emerson llevan el rol primordial, no sólo dando el aspecto clásico, sino también con el uso de ruido. Los momentos más bajos son quizá esas partes experimentales en que hace el cambio al Moog y empieza a intercalar ruidos pseudoespaciales que desentonan con la suite. Pero en general, Keith hace una labor destacadísima, llevando el peso del álbum y demostrando porqué es uno de los mejores tecladistas del mundo mundial.  Lake le da ese filo setentero, y luce mucho cuando toma la guitarra, sobre todo en “The Sage”, donde muestra sus cualidades como guitarrista clásico con arreglos formidables que no desentonan con el aire solemne de la suite. Y Palmer hace también una buena labor, con una batería muy jazzy. El disco por momentos puede no tener una dirección. No sé si la suite original la tiene, e imagino que con orquesta toma una dimensión muy distinta. Pero lo que sí es que el trío suena muy cohesionado, mezclando a la perfección sus distintas influencias y conjugando melodías con disonancias, potencia con momentos calmos, y logrando ese empalme del Clásico con Rock.

El problema acaso es esa falta de dirección. A pesar de sonar una banda cohesiva y que se conoce muy bien, en muchas partes parecen estar haciendo un jam extremadamente pretencioso, carente de emotividad, y que por lo mismo, no logra enganchar. Me recuerda algunos discos de Dream Theater, ya en los dosmiles, en los que parecen simplemente estar tocando para demostrar que son los mejores, pero sin el toque humano.

El disco inicia con “Promenade”, una especie de Intro y además hilo central de la suite, ya que la figura se irá repitiendo con algunas variantes. Emerson la interpretó en el órgano tubular del Newcastle City Hall que databa del siglo XIX. La idea de la suite y del disco, intenta recrear la impresión de un hombre ante la exhibición de pinturas de Viktor Hartman, un amigo del compositor ruso. Esta pieza solo dura 2:45 y en teoría es idéntica a la de Mussorgsky.

Después de esta introducción, sigue “The Gnome”, una pieza biazarra, con constantes cambios de tiempo, constantes cambios de sintetizador, una extrema mezcla de jazz y rock y ese aire extraño pero a la vez fascinante que le da ELP. Tras el inicio entrecortado, entran en un medio tiempo majestuoso y oscuro que recuerda fragmentos del Tarkus. Podemos escuchar como Lake inicia con algunos licks de guitarra y se cambia luego al bajo, dando ese toque oscuro y amenazador y sirviendo de respaldo para que Keith haga lo suyo. Por cierto, Emerson hace constantes cambios del Hammond al Moog, lo cual le da una textura experimental y urgente. Me gusta la parte en que el Moog suena como sirena, pero en general creo que el instrumento suena algo desfasado, demasiado futurista, en su momento, porque actualmente suena fechado, como una mala película de sci-fi de los 60’s. Palmer por su parte es una máquina con los constantes cambios, llevando la intensidad y con una labor remarcable al ser, creo, el instrumento más difícil de insertar en la suite.

Sigue otro “Promenade (reprise 1)”, en la que retoman la figura inicial y el órgano de tubos, pero Lake agrega letras pretenciosísimas con rimas que intentan alcanzar el secreto de la vida: “From seeds of confusion, Illusions dark blossoms have grown”. Greg tiene una gran voz, una de las mejores del Prog, pero algunas de sus letras son un pésimo intento de copia de Baudelaire: “My life’s course is guided, decided by limits drawn on charts of my past ways and pathways since I was born.”

Continuamos con “The Sage”, un tema original, en el que Emerson nuevamente cambia al Moog y en un principio parece que estamos en un videojuego de navecitas de Atari. Tras un minuto de estos efectos, Keith por fin calla y deja solo a Greg y su guitarra acústica, con un tema melancólico a puro arpegio mientras acompaña la voz. Nuevamente usa letras rimbombantes, como “You and I are yesterdays answers, The earth of the past come to flesh”, pero la melodía es hermosa. Al 2:30 da un giro a la interpretación, haciendo espectaculares arreglos de guitarra clásica. No es Paco de Lucía ni Ottmar Liebert, pero la canción luce mucho, con gran preciosismo y sin perder el aura clásica de la suite. Hacia el final regresa a los arpegios para una última estrofa cantada. Al final por fin oímos aplausos!

Luego viene “The Old Castle”, con Emerson jugando otra vez con el Moog. No dudo que en 1971 fuera un objeto experimental y de culto, pero aquí parece el sonido de dos niños jugando pistolas juguetes láser chinas, y después como un preludio de R2D2 con neumonía y enloquecido. Palmer intenta lo que puede al fondo, pero esa primera mitad es nefasta. Hacia el 2:15, Lake hace una estupenda línea de bajo y el teclado por fin toma melodía. Sigue siendo experimental y rara, por momentos sonando como un mosquito, pero ya con alguna forma, mejorando constantemente.

La pieza se une vagamente a través de una progresión de la figura del bajo a “Blues Variations”, en la que ya cambiaron tanto el tema original que definitivamente se lo acreditaron como propio. Es un jam, más rápido que el anterior. Y más espectacular. Me gusta mucho más como suena el Hammond, y tanto Lake como Palmer suenan más cohesionados, y a la vez libres para hacer arreglos increíbles. Insisto, es un jam, pero no cualquier jam, sino de 3 virtuosos mostrándose en su mejor nivel y con la potencia que dan las presentaciones en vivo.

Sigue otro “Promenade (reprise 2)”. Pero es el último, lo prometo. La novedad es que se escucha la batería de Carl Palmer, y hay que decir que lo hace estupendamente bien, considerando la dificultad de insertar una batería de ese nivel en una pieza como ésta. Greg lleva un bajeo saltarín marcando los tonos.

Enseguida llega “The Hut Of Baba Yaga”, que de alguna manera me hace pensar en Jabba The Hut… Como sea, dura apenas 1:15, pero por momentos como este vale la pena el disco. Un bajo poderosísimo, el Hammond incisivo y cargado de creatividad, una demoledora batería! No sabemos si es jazz, si es prog, si es hard rock o clásico. En realidad es todo junto, mezclado de una manera exquisita.

“The Curse Of Baba Yaga” da cierta continuidad, basado vagamente en el tema anterior, pero con suficientes cambios para ser acreditado al trío. Bajan notablemente el tiempo al principio, siendo el bajo la figura estelar en la primera mitad. Lake le mete un efecto raro (un wha?) al bajo, para crear una sensación acuática y elástica. Luego de la intro, Greg se discute con un riff descomunal que se va intercalando con los efectos estrambóticos del Moog. Palmer hace un tamboreo destrampado y hacia el 1:45 hacen ese colosal riff tipo Tarkus y se desbocan los tres en un clímax enorme. Hacia la mitad, Lake canta algo con una velocidad indescifrable, pero con un grito final que da gran intensidad. El final ya es más un jam de Emerson volviéndose loco, pero en general el trío suena espectacular y bombástico.

El tema se vuelve a ligar con “The Hut Of Baba Yaga (reprise)” que toma la figura musical de “The Hut”, pero con la velocidad e intensidad de “The Course” en apenas poco más de un minuto.

La suite de Mussorgsky Cierra con “The Great Gates Of Kiev”, majestuosa, bella, con una formidable melodía de las líneas insertadas por Greg. El problema nuevamente son las letras, con una imaginería que no atino a saber si es surrealista o qué. El tema en general es bello y el trío de nuevo logra un gran ensamble. Me encanta esa parte casi mágica al 2:20 en que el teclado hace una figura de oleadas que llega de alguna forma al tema de “Promenade” mientras Carl hace sonar una campana, hasta estallar en un enorme orgasmo musical. Pero hacia el 3:40, Keith de nuevo empieza con su experimentación sónica (o es Lake jugando con el feedback?), lo cual agrega innecesario ruido a un tema que iba muy bien. Luego una última estrofa, con Lake cantando muy solemne: “They were, sent to the gates, Ride the tides of fate”.

El disco Cierra con “The Nutrocker” de Tchaikovski”, en una versión muy juguetona y soleada, contrastando con la solemnidad del resto del disco. Es el equivalente de ELP a la rola de Ringo en cada disco Beatle. Parecieran estar diciendo “ven? No todo es seriedad en nosotros, también nos sabemos divertir!” La versión es bastante disfrutable, y es otro gran despliegue de las habilidades de Emerson como uno de los mejores de la historia. Lake hace crujir su bajo a una velocidad sorprendente y Palmer es un verdadero pulpo haciendo una especie de solo con tresillos de jazz. Y el público por fin despierta!

En fin. De alguna manera se siente como un retroceso respecto al Tarkus, pero sabiendo que en realidad fue grabado antes, me parece que fue un ensayo general en el que pudieron pulir sus errores y dar ese gran paso al Armadillo Acorazado. Haciendo alegoría con el título, el Pictures At An Exhibition es como entrar a una galería y apreciar las pinturas de la banda: Tenemos lo mejor, con piezas que conjugan el virtuosismo y la influencias del trío, las grandes melodías, el poder vocal de Lake y la majestuosidad y potencia. Pero también hay pinturas horribles, entre abstractas y avant-garde, y en ocasiones, pinceladas de estas sobrepuestas en piezas hermosas, echando a perder el resultado. Así es ELP. Por cada Baba Yaga tenemos que aguantar toneladas experimentación sin sentido. De alguna forma, se entiende el porqué los fans lo consideran un disco de culto, pero a la vez el porqué los Punks lo tomaron como su principal excusa contra el Prog. De cualquier forma, vale la pena entrar a esta galería y darle una escuchada a las pinturas, al menos una vez, para hacerse una opinión propia… te podrías sorprender regresando eventualmente!

Por Corvan

22/Jul/2014

 

 

 

 

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