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PLEASE PLEASE ME (The Beatles, 1963)

Artista: The Beatles (A)
Año de grabación: 1963
Fecha de Lanzamiento: 22 de Marzo de 1963, Reino Unido
Discográfica: Parlophone (EMI)
Productor: George Martin

Calificación: 7

 

 

 

 

 

Era: Rock & Roll II, Early Sixties (1960-1966)

Subgénero: La Invasión Inglesa

 

Mejor Canción: Twist & Shout

Canciones: 1) I Saw Her Standing There; 2) Misery; 3) Anna (Go With Him); 4) Chains; 5) Boys; 6) Ask Me Why; 7) Please Please Me; 8 ) Love Me Do; 9) P.S. I Love You; 10) Baby It's You; 11) Do You Want To Know A Secret; 12) A Taste Of Honey; 13) There's A Place; 14) Twist And Shout.

Y los Beatles dijeron “hágase el Please Please Me”, se metieron al estudio, y grabaron su primer álbum en 12 horas y vieron que era bueno… Jajaja, OK no es para tanto. En definitiva el Please Please Me no es el mejor disco musicalmente hablando de los Beatles, pero es el que definiría en muchos puntos su estilo en los primeros años y además los catapultaría a la fama fuera de Liverpool e Inglaterra.
Los Beatles eran para ese entonces un tornado en Liverpool. Ya se habían convertido en la mejor banda de la ciudad que atascaba noche tras noche La Caverna, el local donde se presentaban. Los jóvenes hacían cola de más de una cuadra para poder entrar a ver a esta bandita local que había salido quién sabe de dónde con un sonido bastante profesional y salvaje. Esto hay que mencionarlo: los Beatles en vivo se enfocaban mucho más hacia los rockers salvajes y llenos de energía que lo que demuestra este primer disco. La cosa es que tras esa imagen de chicos malos en un inicio con sus chamarras de cuero y jeans rotos, y posteriormente tras el cambio de imagen que les hizo su manager Brian Epstein, al obligarlos a usar trajes con cuello mao y prohibirles fumar y emborracharse en escena, los Beatles parecían una banda venida de otro planeta por la calidad y energía de su sonido. Y en parte es cierto. Los chicos no salieron de la nada, sino que duraron años depurando ese sonido en bares de mala muerte de Hamburgo, tocando a veces hasta 8 horas seguidas por las noches, sirviendo de banda de apoyo a Tony Sheridan, haciendo música para que las strippers se desnudaran o siendo la banda principal. Así que el sonido que tenía el grupo tras volver a su tierra no era casual ni por generación espontánea.


Con todo el ruido que estaban haciendo el Liverpool (literal y metafóricamente), Brian Epstein, un magnate dueño de una tienda de muebles y discos, se decidió a escucharlos en persona cansado de los chicos que preguntaban por un sencillo grabado con Tony Sheridan llamado My Bonnie. Así Epstein se metió a la Caverna y quedó fascinado con la presencia y fuerza de los muchachos, (particularmente de John) y pronto se convirtió en su manager, les cambió la imagen y les consiguió la grabación de su primer álbum en Parlophone, una subsidiaria de EMI.
El productor de esta disquera era George Martin, que tenía experiencia como productor de comedia y música clásica, pero no con bandas de rock. Sin embargo nunca se cerró a nuevas cosas y por el contrario, su extraordinario oído y creatividad dio pie a una de las simbiosis más efectivas en la historia del rock. Los Beatles se metieron a grabar este disco el 11 de febrero de 1963 sin saber lo que lograrían en tan sólo 12 horas en el estudio. Un tiempo récord si consideramos que el Sgt Peppers les costaría más de 7 meses tan sólo 4 años después. Pero en parte la rapidez se debió a que todas eran canciones que dominaban totalmente en el escenario y hubo muy pocos errores en las primeras tomas, además de que fue grabado prácticamente en vivo dentro del estudio y no instrumento por instrumento como en los posteriores discos.


El disco tiene, a mi punto de vista una autocensura muy fuerte respecto al sonido que realizaban en vivo. No es que los Beatles no se caracterizaran por tocar hermosas baladas con tremendos arreglos armónicos y vocales, pero su sello en definitiva era el poder que desplegaban con rockanrolitos. Hay unas grabaciones con pésimo sonido de cuando tocaban en el Star Club de Hamburgo en el que se nota esta fuerza a la que me refiero, y que se pierde en el álbum debut. En fin, en parte por cuestiones mercadotécnicas impuestas tanto por Epstein, por Martin o por ellos mismos, lo cierto es que el disco nos presenta unos Beatles con tendencias a las baladas y al pop melódico, pero en definitiva los platos fuertes resultan los rocanrolitos y las cancioes más movidas como I Saw Her Standing There, Please Please Me y en definitiva, Twist & Shout.
Curiosamente, a pesar de no contener tanta potencia como sus presentaciones en The Cavern, este disco salvó al rock de una muerte inminente, y en parte por ello es una calificación tan alta. La industria musical estaba nuevamente bajo control de los empresarios tras el boom del rock & roll desatado en la segunda mitad de los cincuentas, en la que figuras como Chuck Berry, Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Fats Domino y Little Richard, por mencionar algunos, arrasaban en los charts y en los salones de baile a pesar de los puritanos. A inicios de los sesentas los empresarios a ambos lados del Atlántico lograron colocar cantautores con tendencia más hacia la balada y los viejos ídolos que eran considerados una amenaza, poco a poco iban desapareciendo. Había un complot para desaparecer el rock y ante la ausencia de una presencia fuerte que lograra darle nueva vida o un nuevo sonido, las bandas de rock estaban desapareciendo ante el avance de los baladistas. Parece sacado de una mala película de espías pero es cierto. Aquí es donde el Please Please Me toma más valor, pues este disco fue un trancazo y un revulsivo en el Reino Unido, mucho por la astuta mercadotecnia de Epstein, pero aún así logró ser la punta de lanza de la invasión inglesa, dando nueva vitalidad al rock, renovando el sonido de éste, y evitando en Inglaterra que los grupos de éste género se extinguieran, y alcanzando su influencia a los Estados Unidos casi una año después, ya junto en el segundo álbum de la banda y con el fenómeno llamado Beatlemanía, que daría un nuevo rumbo a toda la década.


El disco tiene una lista de canciones cuidadosamente seleccionada. Comienza con un rockanrol bastante movido e interesante, "I Saw Her Standing There". Esta es una de las originales de la banda, que además era de las favoritas de sus seguidores en la Caverna y aún hoy día Paul la toca ocasionalmente en sus conciertos. Es cierto, el one, two, three, four del inicio le da una mayor intensidad al ritmo con que empieza la canción, y es uno de los puntos altos que resaltan en la canción. La canción es un tanto idiota, pero es pegajosa y uno no puede evitar llevar el ritmo con un pie o con la cabeza. Además el Ahhhhhhhhhhhhh!! Que suena al 1:32 y que de pie al solo de guitarra creando una especie de éxtasis dentro de la canción. Uno se puede casi casi imaginar a John y a Paul sacudiendo sus melenas en esta parte. En fin, la rola contagia su energía y su humor positivo. Creo que no pudieron elegir mejor para abrir el disco.


Sigue "Misery", una canción con un mayor pesimismo escrita por John (quién si no?). Sin embargo no es una canción propiamente introspectiva, sino de un desamor más bien puberto e inocente. Uno no alcanza a notar sinceridad por parte de John como después lo lograría por ejemplo en Help! Sin ser una balada ni un rock & roll, es más bien un pop melódico, donde George Martin ya mete mano con pequeños arreglos de piano, pero no es una de las canciones más memorables del cuarteto de Liverpool.


La tercer canción es "Anna (Go To Him)", la mejor balada del álbum. Este es un cover de Arthur Alexander cantado por John, con ese estilo vocal con la garganta desgarrada tan típico de él en la primera etapa. Aquí, aunque la letra no es de él, por lo menos se nota mayor emotividad y sinceridad al ser cantada. La balada lleva un hermoso riff que se repite casi toda la canción sin enfadar, y cuenta con coros en perfecto empalme por parte de Paul y George (me encanta como suena ese Aaaaaana medio difuminado y con voz como chiqueada). La canción en sí está muy bien lograda y sería quizá el mejor cover del disco si el mismo tu incluyera al final el mejor cover de la discografía de los Beatles.


A continuación vienen dos canciones sin pena ni gloria: "Chains", que se coloca en un ritmo medio y en voz de George, en lo que sería el inicio de esa tradición de que Harrison cantara al menos una o dos rolas  por disco. No es mala, está bien ejecutada, sobre todo las armonías, pero la canción en sí es algo gris, poco memorable.


Luego está "Boys", interpretada por Ringo. Esta es un rockanrolito bastante vivaz, pero un tanto desangelado musicalmente (no sé por qué no me termina de llenar) y vocalmente suena muy raro escuchar la voz más grave de los Beatles impersonando una mujer. Ringo tiene una voz rara, no es mala del todo, pero creo que no todas las canciones le quedan bien. Si acaso algo alcanza a dotar de vivacidad a la canción son los gritos de Paul desgañitándose la garganta en el fondo y los deliciosos coros que hacen John y George: Bap Shuba, Bap bap Shuba…


Continúan con "Ask Me Why", y no me pregunten por qué incluyeron esto en el set list teniendo tantas mejores de donde elegir. La canción es apenas interesante armónicamente, pero es lenta, repetitiva, sin puntos altos, sin letras que llamen la atención ni ganchos melódicos. Nada. Incluso contiene una de las frases mas idiotas jamás escritas por John: I can´t believe it happened to me, I can´t conceive of any more misery… aunque en realidad toda la letra de la canción es estúpida.

 

Afortunadamente sigue otra de las canciones destacadas: "Please Please Me", que da título al disco. Los cambios de ritmo en esta canción son perfectos, llevándola de un ritmo medio a uno más rápido, haciendo cambios en el puente y regresando al inicio. Son destacadas las escaleras de tonos que hace George en la guitarra en cada “Last Night I Said These Words to my Girl…”, ascendente antes del verso y descendente después para entrar al C’mon, c´mon, c´mon que resulta un gancho fascinante. Vocalmente John lidera pero Paul y Goerge hacen estupendos coros prácticamente en los dos minutos de duración. La canción está pues, perfectamente estructurada, es pegajosa, es rítmica y es de las que llevan el estilo Beatle tatuado en cada nota.


Sigue "Love Me Do". En lo particular tengo sentimientos encontrados con ésta. Debo reconocer que es una de las canciones más monótonas de la historia, con apenas dos tonos en toda la canción y una letra digna de un estudiante de poesía en kínder declarándosele a su primer novia. Sin embargo hay algo en la rola que obliga a escucharla de principio a fin sin que uno se anime a adelantar el disco a la siguiente. No sé si es el gancho que crea Lennon con la armónica o la estructura que logran conjugando las voces, tomando la primera voz alternadamente John y Paul y encontrándose de vez en vez.


Después llega "P.S. I Love You", otra balada bien lograda, escrita y cantada por McCartney. Es cierto, no puede ser más empalagosa, pero está bien estructurada en armonía y vocalmente. De hecho, si a estas alturas no lo han notado, casi todo el disco se lo llevan las voces más que los instrumentos. En fin, es una especie de bolero en el que no puedo evitar escuchar la sencilla batería de Ringo casi casi como maracas y escuchar a un trío como los que se usaban por acá para llevar serenatas. Se puede decir que es una canción “Cute” o linda, sin ser tampoco una de las más grandes creaciones del cuarteto. Destacan las constantes escalas de tonos que hace George en la guitarra. Y esto comienza desde ya a convertirse en una marca distintiva de Harrison, quien suele hacer escalones de 4 o 5 acordes para hacer un cambio de un tono a otro. Es decir, crea adornos melódicos donde otros guitarristas simplemente habrían hecho un cambio sencillo, y esta “semicomplejidad” se vuelve a la larga en una parte del estilo Beatle.

Siguen con el estilo de balada al proseguir con "Baby It’s You", otro cover cantado por John. Tampoco se sale del promedio y continua con la marca del resto del disco: lo más destacado son las intercalaciones vocales, la voz principal y los coros. Podemos decir que el 90% del encanto de la canción son los Shala lala láaaa Shalalala láaa que cantan George y Paul.

Sigue "Do You Want To Know a Secret", de John, pero cantada por George. Y lo hace bien, con un estilo que por momentos se parece mucho al de Lennon! La canción es linda muy melódica, con las escalas de acordes que gustaban tanto en la primer época. John y Paul  hacen los coros en armonías "Do ra doooo". La canción es encantadora, como la inmensa mayoría de los temas iniciales. Es adorable, pegajosa como chicle, inocente y con un trillón de ganchos. La cuestión es que muchos de los temas de los Beatles por esta época son adorables, simples, y quizá demasiado inocentes. Un buen día la podría marcar en rojo. 

 

Después sigue "A Taste of Honey", que me resulta tremendamente aburrida de principio a fin. Este es otro cover interpretado por Paul. Bastante desangelado y uno de los puntos más bajos del LP. Uno diría que es la canción, pero he escuchado covers de esta rola hechos por otros grupos que no suenan tan mal… Afortunadamente dura solo 2 minutos.

Luego llega una canción con tiempo más movido, "There´s a Place". Tampoco es que sea una obra de arte. De hecho, lo que más resalta de ella es que está después de una bomba soporífera como A Taste of Honey. Lo mejor del disco está reservado para el final: Llegan los Beatles que la gente conoce en escena, agresivos, salvajes, con sus mejores juegos de voz.


"Twist & Shout" es un cover que sin duda hicieron suyo totalmente y lo hicieron más famoso bajo su interpretación que el mismo original. Potente, con un riff delicioso, letra pegajosa, una voz desgarrada de John a todo lo que da y que apenas pudo para 2 tomas, y una impresionante escalonación vocal en los puentes. Es sorprendente como van sucediéndose con las voces en ese Ahhhh Ahhhhh Ahhhhhhhh que va creciendo hasta convertirse en un grito de las tres voces para retomar de inmediato la estructura original. Imposible no escucharla y seguir consciente o inconscientemente los coros de Paul y George que responden a cada frase de John. Salvo que se me escape de momento alguna otra canción, me atrevo a asegurar que este es el mejor cover que jamás lograron los Beatles, un dignísimo cierre para un disco que ya se nos estaba alejando demasiado de su esencia rockera. Siendo pocos los rockanrolitos en este disco debut, hay que destacar que este cover en particular fue de vital importancia en el proceso que mencionábamos anteriormente: rescatar al rock de una muerte anunciada.

Señoras y señores, no es el mejor disco del universo, pero los Beatles tienen un debut mucho más afortunado que el de muchas otras bandas de su época. Aunque seguirán evolucionando casi con cada disco, se notan ya en plena forma, con un estilo propio bastante definido y una idea musical que no existía en ese entonces. Y a pesar de notarse la autocensura y sonarnos ñoño hoy día, este disco contenía algunos sonidos mucho muy agresivos para su época y su éxito contribuyó a que muchas otras bandas salieran del anonimato y comenzaran a encumbrar nuevamente el rock en ambos lados del Atlántico. No es una obra de arte, pero su valor no radica solamente en lo musical, sino en lo que este LP, grabado en tan solo 12 horas, significó para la historia de la música. Sin él, el papel de los Beatles en la historia de la música habría sido tomado quizá por Paul Anka. Imagínense!

Por Corvan   

12/Jul/2008

Letras de El Traductor de Rock

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