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...AND JUSTICE FOR ALL (Metallica, 1988)

Artista: Metallica (C)

Fecha de Grabación:  Ene – May del ‘88

Fecha de Lanzamiento: 25 de Agosto de 1988, USA

Discográfica: Elektra

Productor: Metallica y disque Flemming Rasmussen

Calificación: 9

Era: Metal (1970-???)

Subgénero: Trash

Mejor Canción: One. Por mucho.

Canciones: 1) Blackened; 2) ...And Justice for All; 3) Eye of the Beholder; 4) One; 5) The Shortest Straw; 6) Harvester of Sorrow; 7) The Frayed Ends of Sanity; 8) To Live Is to Die; 9) Dyers Eve.

 

El Polémico y famoso cuarto disco de Metallica… Es realmente el último gran disco de Metallica? Vamos por partes. Antes de ahondar hay que irnos un poco más atrás. El Master of Puppets es sin duda la obra maestra del grupo, y como tal los catapultó a alturas insospechadas, al menos para un género como el Trash que había estado en el underground hasta entonces. Ganó Oro casi de inmediato, y les valió para abrir el Tour de Ozzy en el ’86 en USA, comenzando el 27 de Marzo en Kansas. Poco después iniciaron el Damage Inc. Tour, en el que recorrerían el resto de USA y parte de Europa como banda principal. Durante la parte americana de la gira, vino el primer aviso: Hetfield se rompió la muñeca mientras esquiaba, pero continuaron con las presentaciones con John Marshall, parte del staff, tocando la guitarra rítmica mientras James cantaba con un yeso.

En Septiembre el grupo voló a Europa. No era la primera vez, pero ahora venían con mucho mayor cartel y ante mayor público. El primer concierto fue en Gales el 10 de Septiembre y en dos semanas dieron 10 conciertos recorriendo las Islas Británicas. Posteriormente fueron a Suecia, donde se presentaron en Lund el 24 de Septiembre. La siguiente escala fue en Oslo, Noruega, donde empezó un temporal fuerte en la península escandinava, pero se negaron a cancelar. Al día siguiente, con mejor clima, regresaron en su camión a Suecia, esta vez a Estocolmo, donde darían su último concierto bajo la alineación “original”. La última canción que tocó Burton fue “Blitzkrieg”.

La leyenda dice que los compartimentos del autobús en que viajaban eran particularmente incómodos. Esa noche jugaron cartas y apostaron elegir cubículos, ya que durante la gira tenían lugares asignados desde el principio. Se supone que Cliff ganó con un as de espadas, y escogió el lugar en el que usualmente dormía Kirk Hammet, básicamente nomás para molestarlo. Poco antes de las 7 de la mañana, el conductor perdió el control del camión y se volcó, sabrá Dios la razón de. Cliff salió despedido por una ventana y el camión le cayó encima. Los demás tenían rasguños y lesiones menores, pero no tardaron en darse cuenta de que Burton estaba debajo. Trataron de levantar el camión con un gato hidráulico para sacarlo, y de hecho lo levantaron un poco, pero el peso fue demasiado, el gato se venció y el camión cayó de nuevo al suelo… encima de Cliff.

Hetfield estaba furioso con el conductor. Se desapareció un rato, en parte para recuperarse del shock de saber que su amigo había muerto y en parte para regresar por la carretera buscando rastros de “hielo negro” que hubiera podido hacer patinar el autobús. Pero no había nada. De hecho las autoridades descartaron hielo porque el temporal había mejorado y la temperatura era más bien cálida. Así que James asumió que el conductor iba borracho y lo tuvieron que contener para que no se le acercara para matarlo a patadas. Al final, las autoridades descartaron que hubiera alcohol de por medio, e incluso que se hubiera dormido, ya que varios compañeros atestiguaron que el conductor iba descansado, y quedó libre de cargos. Cliff Burton murió el 27 de Septiembre de 1986, a los 24 años, y en su funeral sonó “Orion” a manera de despedida. Dave Mustaine, al enterarse de la muerte de Cliff, escribió de una sentada “In My Darkest Hour”, ya que habían sido amigos cercanos en los orígenes de Metallica, y de hecho era el único con el que se seguía hablando frecuentemente.

Metallica suspendió la gira como era de esperarse. Tras unos días de recuperación, James, Kirk y Lars se reunieron para decidir si seguirían o no. El golpe era muy fuerte y nadie se sentía con ánimo, pero debían confirmar si se cancelaban definitivamente las fechas programadas o no. Se dice que Jan Burton, madre de Cliff, sospechando que la banda se estaba resquebrajando, los mandó llamar, los sentó en su sala, les sirvió tazas de té, y con lágrimas en los ojos, les rogó que llegaran a lo más alto posible en memoria de su hijo, porque Cliff le había dicho que ese disco era apenas el principio. “Ustedes pueden llegar más lejos”, y con ello los miembros restantes tomaron su decisión.

 

No sé cómo se dieron las audiciones para ocupar el bajo de Metallica. Sé que fueron más de 40 aspirantes los que probaron suerte. Sé que mandaron a volar a Les Claypool en una decisión que aún no sé si fue demasiado estúpida o demasiado sabia (el nivel técnico de Claypool quizá supera incluso al de Burton, pero no sé si su estilo hubiera encajado). Como ya todos sabemos, escogieron a Jason Newsted (aunque aún nadie sabe por qué), quien había tocado en Flotsam and Jetsam... Y con ello Metallica perdió una cuarta parte de su poder, al menos para el siguiente disco. Tocaron un par de conciertos en California para hacer la presentación oficial del aún aterrado Jason, y regresaron al Tour a terminar los compromisos que tenían pendientes en Japón y a inicios de 1987 de vuelta a Europa.

La banda deseaba entrar al estudio, pero tenían agenda llena todo el ’87 con apariciones en festivales y las fechas del Tour. Además James aún no se recuperaba del todo del accidente que le lastimó la muñeca y quería estar a tope para la grabación, por lo que se fue aplazando. Durante estas fechas, en la gira, los integrantes dirían que mataban horas muertas viendo CNN. Las canciones que empezaron a cobrar forma en el camino iban llenas de metáforas y letras directamente relacionadas con la guerra e injusticias del gobierno.

Las sesiones se programaron para iniciar el año nuevo del ’88, en los estudios One on One de LA. La banda deseaba volver a tener a Flemming Rasmussen como productor, pero no estaba disponible para esas fechas, por lo que arrancaron con Mike Clink, quien había producido el Apettite For Destruction el año pasado. No hubo química con Clink, y después de 3 semanas relativamente estancados, Lars le rogó a Rasmussen que los ayudara y finalmente logró abrirse un hueco. Sin embargo, por diversos compromisos, no siempre estuvo presente en las grabaciones. La banda solía grabar en vivo, con la batería aislada y en 3 canales. En la cabina de batería había micrófonos ambientales para dar mayor profundidad con el ligero reverb, pero el ingeniero de sonido olvidó encenderlos y el efecto es una batería inusualmente seca, plana y violenta, que de repente no luce como debiera, sobre todo tomando en cuenta que es quizá el mejor performance de Lars en estudio. James en algunos casos ni siquiera tenía listas las letras completas y las lanzaba mientras tocaban. En general todo era desorganizado. Las canciones muy largas, y de repente Kirk exclamaba “Hey esta rola tiene ya 5 riffs!” James reía y replicaba “Sólo cinco?” a lo que Hammet respondía “Tienes razón, que sean ocho!!”. Parecía que no sabían qué hacer después del Master of Puppets, y simplemente dijeron “hagámoslo más grande”. Y de hecho lo hicieron más grande, demasiado…

Había mucha improvisación, y Jason no terminaba de acoplarse a los métodos de grabación, que en sí, eran los más caóticos que había tenido la banda. Su bajo quedó en el mismo canal que la guitarra de James, además de que prácticamente espejeó el sonido de la guitarra, sin líneas propias que se despegaran. En su antigua banda, todos tocaban la misma figura creando un muro de sonido, sin crear armonías instrumentales, y básicamente aquí sigue ese mismo patrón. No sé si es debido a los errores de producción, o si los demás le bajaron el volumen (o lo desconectaron) a propósito, o si se conjugó el hecho de espejear a James y estar en su mismo canal, pero el caso es que en este disco Jason Newsted es totalmente invisible. Si no se hubieran separado los White Stripes podría perfectamente entrar como su bajista sin arruinarlos, al menos por lo hecho aquí.

Las canciones pues, son endemoniadamente largas. La más corta dura 5:45 y un par se acercan a los 10 minutos. El …And Justice For All sería el último trabajo de Trash de Metallica (hasta el Death Magnetic), pero es el único al que también se le puede colgar la etiqueta de Prog. La banda va escalonando riffs, cambios de ritmos de manera sorprendente. No siempre funciona, algunos son un poco largos, pero en general creo que sufre por el montón de circunstancias que lo rodearon. Me pregunto a qué alturas habría llegado este disco simplemente con la presencia de Cliff empujando con sus líneas, totalmente independientes de la guitarra, o con una producción la mitad de buena que el Black Album. La duración puede ser un contra tomando en cuenta el resultado final. Algunas de las más flojas (aunque no hay ningún relleno realmente) duran demasiado mientras que temas fuertes son los más cortos y tenían más potencial. El sonido seco y plano, y la ausencia de bajo también son puntos que le restan brillo a lo que debió ser. No deja de ser una maldita obra maestra, y no por nada se considera de los 4 grandes discos de Metallica, pero faltó un productor de más peso (o presencia al menos) para que éste disco sobrepasara a su antecesor.

Creo que éste junto con el Black Album, es donde James logra su tope vocal, aunque de nuevo, el sonido aquí no ayuda. Pero aquí es donde logra dominar por completo su estilo personal, de cantar con la garganta para lograr el rugido Hetfield tan peculiar.  Líricamente es un gran avance. Creo que es el punto más alto de James como letrista. Similar a los discos previos, no es un disco conceptual, pero todo gira alrededor de un tema. En el Master of Puppets fue el Poder y Control; en Ride The Lightning fue la Muerte; en el Kill ‘Em All, ehmm… bueno el poder pateatraseros y lo cool que es ser un metalero, supongo. Para este disco James se mete de lleno en cuestiones políticas y críticas al gobierno y a la sociedad, desde temas ambientalistas, codicia, la guerra, la justicia, corrupción, discriminación… “Harvester of Sorrow” y “Frayed Ends of Sanity” tocan el tema de las enfermedades mentales, que ya era un tema recurrente en la banda. “To Live is to Die” es un instrumental con algunas líneas recitadas en memoria de Cliff. Se supone que son líneas que había dejado grabadas Burton y que la banda rearmó y Newsted regrabó para hacer una pieza monstruosamente larga y que por momentos no parece tener dirección. El problema es que el bajo es casi imperceptible, incluso en la rola tributo a Burton, y la falta de dirección es demasiado para los casi 10 minutos que alcanza. La última rola es un “tierno agradecimiento” de Hetfield a sus padres por la forma en que lo criaron en su niñez.

El disco dura unos 65 minutos. Es un álbum de contrastes porque al menos los 3 integrantes originales están a tope en sus respectivos instrumentos, en nivel creativo y técnico, son sus letras más furiosas, pero quizá las más políticas y maduras que jamás les escucharemos… pero la producción hace que el disco se vuelva casi monstruoso. Escuchada canción por canción, todas son muy buenas, pero ya oyendo el disco de corrido uno apenas se da cuenta cuando cambia una canción a otra, excepto por “One”, que es absolutamente memorable, tanto que la banda rompió su juramento de jamás grabar un video para MTV para no volverse mainstream (pausa para lanzar una carcajada).

 

El disco arranca con “Blackened”, Si querían arrancar con una rola pateatraseros, lo hicieron muy bien. Arranca con sonidos atonales de guitarras (grabadas al revés?) que van en un lento crescendo y dan nota de que este disco se viene experimental. Al :35 Lars lanza un tremendo redoble, Kirk ataca con un incisivo riff de guitarra, y luego se entrelazan para lanzar la canción con todo. La combinación resulta explosiva, oscura, densa, poderosísima. Al 1:15 cambian a otro riff, con el que James empieza a cantar de forma furiosa, y demostrando que ha perfeccionado su estilo vocal. Para el estribillo, si se le puede llamar así, hace un nuevo cambio de ritmo, Ulrich hace un brutal despliegue de bombo, y Hetfield casi escupe un pulmón mientras canta “FIIIIIIIRE, To Begin Whipping Dance of the Dead, Blackened IS THE END”. Es difícil seguir a Lars con las capas de guitarras y la voz dominando, pero lo que hace aquí es verdaderamente magistral. Otro verso y estribillo y al 2:35 lanzan un Power Chord como mazazo para hacer un cambio de ritmo, bajar la velocidad para empezar un crescendo con un nuevo riff, espectacular! Y luego James empieza a recuitar todas las palabras habidas que terminan con “ation”. Líricamente no es evidente en la primera parte, pero en esta sección, se hace evidente que es una canción ecologista, por decirlo de alguna forma. La negrura no es la del demonio consumiendo tu alma, sino la de la contaminación en tierra, ríos, mares aire, que se están llevando todo al carajo y tarde o temprano nos van a dejar sin Madre, como dice la canción. Pero a fin de cuenta, todo esto es culpa de nosotros como humanidad. Alrededor del 4, precisamente después del “See your mother die”, inicia uno de los requintos más memorables de Metallica, primero con el famoso tritono a doble guitarra, y luego Kirk se despega y hace un solo agudo, melódico, oscuro, potente. Paran un instante y luego regresan con toda la velocidad del Trash, y es como si el fuego se apagara un instante solo para revivir con más intensidad. La letra, bueno, es imposible hacer un tema ecologista sin caer en ciertos clichés, pero me parece que James lo hace muy bien y es signo de la madurez que está alcanzando con la pluma dando esa imagen de un planeta ennegrecido. Todos los cambios de ritmo, solos, escalonación de riffs están perfectamente calculados para hacer una canción compleja, pesada, pero fascinante, y de la que es imposible despegarse un instante. Un tema redondo, y de los emblemáticos de Metallica.

No alcanzamos a recuperarnos cuando vienen las agridulces notas acústicas de “…And Justice For All”, el tema titular del álbum. La tranquilidad y tristeza de la intro da una falsa sensación de que estamos ante una balada, algo limpio, relajante… supongo que como debería ser la justicia. Y como realmente es, se va ensuciando con ráfagas potentísimas y cargadísimas de guitarra, y la metralla de Lars, que hace unos formidables destiempos, cada vez más rápido, hasta que básicamente es un redoble que termina en un Power Chord que da paso al riff principal al 1:20. Y estamos ante un apocalipsis oscuro, cargado, lleno de distorsión, como realmente es la justicia que se degrada a corrupción. Brinca la línea con que inicia James: “Halls of Justice Painted Green, Money Talking”. La justicia tiene precio, es la primer y demoledora línea que nos receta en una de sus mejores letras. El riff y el patrón de batería van progresando, retorciéndose, volviéndose más complejos, regresando al inicio. Ulrich se vuelve un pulpo, mientras uno se puede imaginar a Hammet con la guitarra casi a las rodillas, tocando con sangre en los dedos… De hecho, el tema es tan complejo y difícil, que sólo lo tocaron durante el tour promocional del disco y lo dejarían de lado hasta el 2007. El mismo Ulrich diría que simplemente era demasiado para él. Por lo mismo es imposible ir siguiendo cada cambio, es un tremendo multiparte que por momentos suena algo excesivo, llegando casi a los 10 minutos. El solo al minuto 5 es muy bueno, arrancando con una línea melódica memorable, acelerando cada vez más hasta que Kirk termina a la velocidad de la luz para volver a un nuevo riff. Sin demeritar la complejísima estructura, lo mejor de la rola son las letras, sobre todo en la parte que funge como estribillo: “Justice Is Lost, Justice Is Raped, Justice Is Gone, Pulling Your Strings (la justicia es un títere, esta línea es monu mental!), Justice Is Done, Seeking No Truth, Winning Is All, Find it So Grim, So True, So Real!!!”. Después del largo break instrumental James regresa para lanzar un “Lady Justice Has Been Raped”. Parece simplemente increíble que años después se declararan no solamente fervientes republicanos, sino que apoyaran ciegamente a Bush y a su injusta invasión a Afganistán e Irak. Pero bueno, independientemente de que sea excesivamente largo (algunos dirán épico), es una rolota, y uno de los temas más emblemáticos de Metallica.

Continuamos con “Eye of the Beholder”, con una intro espectacular, pirotécnica, mucho más melódica, pero igualmente aplastante. El riff es en un mediotiempo, volviéndose más lento para el puente-estribillo “Doesn't Matter What You See, Or into it What You Read”. La melodía vocal es buena, de las más memorables. Lars va implacable con el doble bombo, manejando maestralmente los dificilísimos cambios de ritmo de 4/4 a 12/8. Tenemos otra vez un solo con el tritono peculiar de Metallica, y como ya es costumbre Kirk luego hace un despliegue individual, aunque esta vez más corto. La letra es sobre la libertad de expresión y las preguntas sobre qué es la verdad y la libertad: “Truth Is an Offense, You Silence for Your Confidence” o “Choice Is Made for You My Friend”, que son dardos venenosísimos para un país que navega con la (falsa) bandera de la libertad. Insisto que me parece increíble que cantaran esto y años después mostraran una actitud totalmente opuesta, aunque bueno, esta rola tampoco la tocaron completa después del Damaged Justice Tour del ’88-’89, acaso fragmentos en medleys. Generalmente se le considera una pieza menor del disco, aunque a mi me parece sobresaliente y ya una ligera probada de lo que lanzarían en el ’91.

“One” es una maldita obra maestra, que casi le compite a “Master of Puppets” el puesto de honor en la discografía de la banda. Se le considera una Power Ballad por el inicio acústico, con un suave arpegio de notas amargas que caen como lluvia en una  trinchera de la Primera Guerra Mundial. De hecho al inicio podemos escuchar explosiones y metralletas, pero por la producción son apenas audibles. La intro es magnífica, majestuosa, hermosa, triste, emotiva. Recuerdo que cuando comenzaba a tocar guitarra precisamente cuando el Black Album despegó y la discografía de Metallica en retrospectiva se hizo obligatoria, debías saber tocar esta intro en acústica para que los demás guitarristas de tu edad te consideraran algo serio. Pecando de honestos, a mi nunca me salió igual. Bueno el caso es que es un tema épico, basado en la película (basada a su vez en el libro) “Johnny Got His Gun”, sobre un soldado de la Primera Guerra Mundial, que llega a un campo minado y pierde las extremidades, ojos y oídos. Pero su mente queda intacta, sólo que encerrado en un cuerpo inservible. Musicalmente es una joya. Uno de los crescendos más espectaculares de la historia del Rock. El término de Power Ballad no me parece justo porque después de la mitad es una de las piezas más pesadas de la banda, pero el cambio o progresión son sutiles, no tan forzados como en los demás temas del disco. Aquí todo fluye de una manera perfectamente natural, desde la sublime intro con ese riff histórico con el que empieza James: “I Can't Remember Anything, Can't Tell If this Is True or Dream…” y el soldado empieza a darse cuenta que está vivo, pero sin sentidos. Hetfield refleja la impotencia y la banda mete distorsión para el minipuente “Hold My Breath as I Wish for Death, Oh Please God, wake me”, y regresan luego a la guitarra limpia arpegiada. Repiten verso y puente en el que sigue suplicando que lo maten, y luego al 3:10 las guitarras se combinan para un preciosísimo solo, melódico, limpio, perfecto. Después ya la rola no deja de subir de intensidad. Van agregando escalas ascendentes, la batería va ganando lentamente en potencia, y sin darnos cuenta cómo, Lars está lanzando una poderosísimas metralla de triple bombo que se conjuga con las ráfagas de Kirk. James narra cómo lo peor es estar encerrado con la memoria intacta de los horrores de la guerra torturándolo y recuerda el campo de minas que lo ha dejado en ese infierno en vida. La rola va creciendo más y más en potencia. Más metrallas, y al 5:45 Hammet arremete con otro requinto a la velocidad de la luz, una joya perfecta nota por nota que al terminar deriva en un tritono más pausado (usualmente lo hacen al revés). Las guitarras suenan como verdaderas piezas de artillería, la canción que inicia de forma casi dulce, es un verdadero campo de batalla y como tal refleja esa desesperación, angustia, miedo, incertidumbre. Una canción icónica de Metallica, considerada como una canción antibélica al reflejar los devastadores efectos que tiene la Guerra no sólo en los vencidos, sino también en los ganadores. Con este tema Metallica rompería su promesa de no grabar videos, ya que hicieron un promocional tomando imágenes de la película de 1971 en la que se inspiraron.

A partir de aquí el disco decae un poco. No es malo pero hasta ahora los errores de producción quedaban opacados con el despliegue técnico y la calidad de las rolas. En la segunda mitad el nivel compositivo no se mantiene a tope, las fallas se vuelven más evidentes y el disco se hace algo más unidemensional.

Sigue “The Shortest Straw”, con una gran intro de guitarra distorsionada atonal hacienda chugga-chugga, hasta que entra el riff principal más agudo y dominante. Entra con mucho poder pero de alguna forma los riffs parecen retrabajos de los que ya usaron en “Eye Of The Beholder”. Lars sigue como un metrónomo fuera de control, a punto de reventar. Las melodías en los versos no son tan memorables, aunque en los estribillos James te mueve a levantar el puño y gritar el título de la rola. Las letras hablan sobre los Blacklists del gobierno. Supongo que el de Usa, pero aplica al de todos. Te ponen en la mira y te vuelven un blanco mediático, acabando con tu vida. Me recuerda una película, “Enemigo Público”, creo, aunque salió mucho después que el disco. El solo de Hammet es quizá el más rápido y desafiante del disco, aunque no tan melódico y memorable como otros. La canción no es mala en absoluto, pero ya empezamos a tener cierta sensación de deja vu.

Luego viene “Harvester of Sorrow”, con una intro sofocante, pesadísima, espesa, negra. La canción lleva un tiempo lento, guitarras que crean murallas que parecieran avanzar devorándose el mundo en el día del juicio, y una batería marcial, entre militar y primitiva. Es verdaderamente una intro apocalíptica y terrorífica de casi minuto y medio. Luego entra james cantando rabiosamente en el papel de un tipo que se va desquiciando lentamente por el odio a su familia hasta que queda totalmente loco en amargura, hasta que al final mata a todos, incluso a los niños. Pero lo espeluznante es la música, quizá lo más pesado que ha hecho Metallica. La cuestión es que es tan pesada que por momentos resulta sofocante el efecto de las guitarras. Supongo que es la intensión. Nuevamente no es mala, de hecho se tinta ligeramente de rojo, pero me parece que el tema, al menos la parte instrumental la retrabajaron para perfeccionarla en “Sad But True”, en la que la misma ambientación funciona mil veces mejor.

“The Frayed Ends of Sanity” continua con el tema de la locura y enfermedades mentales. La intro es apocalíptica, tomada de una escena de El Mago de Oz, cuando los soldados están marchando fuera del Castillo de la Bruja, sólo que aquí suena realmente como un ejército demoniaco. Un riff incisivo, que se acelera cuando entra la voz, y va cambiando de tiempo constantemente. Los cambios so destacados en la batería y lo que hace Ulrich es impresionante, aunque otra vez, queda algo oculto por las capas de guitarra, las cuales por cierto, realmente van cambiando casi cada 10 segundos, en tremendas progresiones. La cuestión es que al no cambiar de tono ni de efecto, parecen las mismas y comienzan a hacerse cansinas. La letra es sobre un tipo que va cayendo en la locura al ver que no ha hecho gran cosa en toda su vida, y recae en “viejos hábitos”. Salvo la intro, que es espectacular, la canción parece no llevar mucha dirección y se comienza a hacer evidente que empezaban a encajar riffs nomás por el gusto de, no porque fuera necesario.

Después llega “To Live Is to Die”, que es prácticamente un instrumental, que arranca con una guitarra acústica, tristísima, muy melódica la cual da la falsa impresión de que será otra balada tipo “One”. Pero luego entra la artillería pesada y la distorsión a todo. Este es un homenaje a Cliff Burton, en la que aparece coacreditado como autor. La rola en sí son pedazos de líneas que grabó Cliff y se quedaron sin usar. La banda simplemente las tomó para tratar de armar una pieza “coherente”, por decirlo de algún modo. Pero en lugar de usar las líneas (supongo que por las diferencias en tono), Jason las toca para dar mayor uniformidad (?).  Creo que el tributo está bien, era necesario y merecido. El riff de Kirk al 2:50 es muy bueno, pero después va perdiendo dirección, los solos no son los mejores, o no se nota un sentido de homenaje en ellos. Al contrario, Kirk parece esforzarse en borrar al bajo, lo cual no es necesario porque sigue sin escucharse en absoluto. Me gusta el cambio más tranquilo al minuto 5, creo que debieron dar más énfasis a esta parte y quitar la sección pesada. Las primeras líneas del poema que recita James hacia el final fueron escritas por el poeta Paul Gerhardt, y las líneas “All this I cannot bear to witness any longer. Cannot the kingdom of salvation take me home?” son de Cliff.  Tiene buenas secciones, pero quisieron utilizer todo lo que tenían de Cliff y la hicieron demasiado larga y desarticulada.

Cerramos el álbum con “Dyers Eve”, en la que regresan al Trash espídico. De hecho parece se “Battery” pero más rápida. James suena furioso, y las letras son venenosas, atacando a sus padres y recriminándoles por, bueno, por criarlo de una forma que no le gustó: “Dear Mother, Dear Father, What Is this Hell You Have Put Me Through”. Nuevamente parecen ir con más ímpetu que cabeza. La rola es violentísima, metrallas de notas, y quizá el más complicado performance de Lars Ulrich en su vida, controlando ese ritmo de un trillón de baquetazos por minuto y luego los parones repentinos. La letra, bueno es una catarsis y no puedo juzgar la niñez de Hetfield ni a sus padres, la verdad nunca leí una biografía, pero en las fotos de su infancia parece que estuvo bien alimentado, fue a buenas escuelas, y terminó siendo ícono del metal, por lo que no sé que tanto las canta con verdaderos hardfeelings o si es un personaje más del disco. Como sea, la banda suena un tanto sobrerevolucionada, y aunque el papel de Lars es enorme, creo que es la rola más débil del disco en cuanto a calidad, aunque tampoco mala.

 

Contestando la pregunta que hacía al inicio, es este el último gran disco de Metallica? Sí y No. Aún entra en el patrón de Trash de los 4 grandes discos lanzados durante los 80’s. Es el más experimental, el más Prog, pero por momentos se vuelve excesivo y monstruoso. Técnicamente es el punto a alcanzar por bateristas y guitarristas que intentan emular a Metallica, es EL reto. No deja de ser un gran disco pero tenía potencial para superar al Master of Puppets, aunque Rasmussen no es el único culpable. Parafraseando a Led Zeppelin: “What is and what should have been”. La respuesta es Sí, si lo consideramos el último disco de Trash de Metallica, al menos en unos 20 años, y que a pesar de sus fallas, es parte de la tetralogía de culto de los fans de hueso colorado. Y no porque, a pesar de que con el Black Album darían un giro más comercial, ese disco aún es una maldita joya y no me hubiera molestado ni tantito que siguieran por ese camino el resto de su carrera. Es decir, el …And Justice For All es un gran disco, pero no es necesariamente su último gran disco. Hay mejores, además del Master. Que los fans hardcore lo prefieran al epónimo, eso es otra cosa.

De cualquier manera, es un disco épico, poderosísimo, y con al menos una primer mitad impresionante. E independientemente de que te guste el Metal  como género o no, o que te guste el Trash o no, o que te guste Metallica o no, “One” debe ser una de las mejores canciones jamás escritas, y que todo buen rockero debe haber escuchado al menos una vez en su vida. Y que cualquier guitarrista novato debe haber intentado, aunque le salga mal…

 

Por Corvan 

6/Sep/2013

Letras de El Traductor de Rock

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