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SPEAK & SPELL (Depeche Mode, 1981)

Artista: Depeche Mode (C)
Fecha de Grabación: Dic ‘80 – Ago ‘81
Fecha de Lanzamiento: Diciembre 7, 1981. UK
Discográfica: Mute
Productor: Depeche Mode, Daniel Miller
Calificación:
 3 
 

 

Era: New Wave (1976-???)

Subgénero: New Wave (1976-1990)

Mejor Canción: Puppets? Photographic? Any Second Now?

Canciones: 1) New Life; 2) I Sometimes Wish I Was Dead; 3) Puppets; 4) Boys Say Go!; 5) Nodisco; 6) What's Your Name; 7) Photographic; 8) Tora! Tora! Tora!; 9) Big Muff; 10) Any Second Now (Voices); 11) Just Can't Get Enough;

BONUS TRACKS: 12) Dreaming Of Me; 13) Ice Machine; 14) Shout; 15) Any Second Now; 16) Just Can't Get Enough [schizo mix].

Sí; este es de los pocos 3’s que le pongo a un disco, pero se lo merece, igual que el debut de los RHCP. Este es igual de trágico, al menos musicalmente. Lo malo, es que se lo tomaron mucho más en serio que los Peppers. La buena noticia es que Depeche Mode jamás irá mas abajo que en este debut. Jamás sonará tan amateur, colorido, infantil, optimista y superficial y popero. A partir de aquí todo será subida durante un buen rato hasta lanzar verdaderas obras de arte, que lograron trascender el electrónico y llegarle incluso a los rockeros más acérrimos y puristas.

Otra buena noticia es que los fans de Depeche pueden culpar de este disco a Vince Clarke. Es lo más fácil y obvio. Él es el que llevó el peso como compositor, no? Pero vayamos al principio. Depeche Mode se formó en 1977, cuando Vince Clarke (voz entonces) y Andrew Fletcher (en el bajo) formaron una banda. Para el ’79 Clarke ya manejaba la guitarra en otro grupo, pero sin deshacer su proyecto con Fletcher. En marzo del ’80 incorporaron a Martin Gore, que hasta entonces había tocado la guitarra en un dúo, para llamar al trío Composition of Sound. En esta primera formación Vince Clarke se quedó como vocalista y guitarrista, Gore en los teclados y Fletcher en el bajo. Pronto se dieron cuenta que como trío, no alcanzaban a llenar el sonido, no eran Cream precisamente, así que Clarke y Fletcher se compraron sintetizadores con la idea de crear todos los sonidos por sí mismos. Después de todo, esa es la esencia del New Wave y Synth Pop, música dominada por los teclados, que imitaban burdamente todos los demás instrumentos, incluyendo el beat. En un principio la idea pudo parecer increíble y revolucionaria, pero de verdad que a la larga sería lamentable y apenas 3 o 4 bandas lograrían dominar el género y colocar verdaderas joyas a puro sintetizador. El caso es que poco después, Clarke escuchó a un chico palomeando “Heroes” de David Bowie, y quedó tan impresionado con la voz profunda, que lo invitó a participar en su banda. El chico, por supuesto era Dave Gahan. Días después cambiaron el nombre al de una revista francesa de modas, en una especie de burla, aunque en un principio el grupo efectivamente parecía ir siguiendo las tendencias de moda en la música, y su vestimenta también era muy cuidada y muy fashion. Para Mayo del ’80 ya estaban presentándose con el nombre de Depeche Mode. Meses después, en una tocada, los escuchó Daniel Miller, creador de Mute Records, una pequeña disquera interesada sobre todo en música electrónica, de modo que llegaron rápidamente a un acuerdo. En Enero del ’81 lanzarían su primer sencillo, “Dreaming of Me”, que no se incluyó en el tiraje original del Speak & Spell, pero aparece como Bonus en las reediciones. El sencillo tuvo cierto éxito, de manera que lanzaron otro casi de inmediato, “New Life” con el que alcanzaron el #11 en las listas británicas. La canción era más ligera juvenil e inocentona, de manera que el grupo se dirigió hacia ese sonido con su tercer sencillo, la archiconocida “Just Can’t Get Enough”, que sería un trancazo y la que definiría a Depeche Mode durante sus primeros años. Tras haber probado el éxito con los sencillos y al haberse posicionado en Inglaterra, se metieron al estudio a completar su primer disco, llamado Speak & Spell por un juguete electrónico de moda. El disco llegó al número 10 de las listas británicas.

Como ya mencioné, Depeche Mode está aquí a siglos luz de su mejor nivel. La banda aún estaba en formación, y es obvio que los chicos buscaban exprimirle la mayor cantidad de sonidos a los 3 sintetizadores, pero aún no los dominaban con la maestría con la que lo harían a mediados de la década. Aún suenan muy arcaicos, a veces incluso casi como midis. Y Clarke a cargo de la composición es mucho más ligero, con letras burdas y melodías para brincar como zombie en el antro. Si pretenden encontrar las clásicas atmósferas oscuras, casi góticas, sobrecogedoras, decadentes y amenazantes de Gore, están en el lugar incorrecto. Este disco suena a chicos de kinder muy fashion con sus juguetes nuevos, demasiado pop y repetitivo, con melodías débiles, lo cual lo hace un disco casi imposible para los que no toleran (toleramos) mucho del synth pop.

Pero está la semilla de Depeche. Por momentos los 3 sintetizadores se entretejen muy bien. Se notan ideas que irán evolucionando hasta el Depeche que conocemos en su mejor nivel. Por instantes se nota esa obsesión en los detalles que no alcanza su plenitud por la falta de madurez y conocimiento de los chicos. Después de todo, hoy es muy fácil hacer música sin instrumentos, cualquier idiota puede agarrar una computadora e intentar hacer música, pero en 1980 hacer música sin guitarras y sin batería no era tan fácil. Así que hay cierto mérito. En un descuido incluso te sorprendes llevando el ritmo con los pies o hasta coreando los pegajosos “I just can’t get enough, just can’t get enough!!!” que sigue siendo un clasicazo en los conciertos.

El disco abre con “New Life” uno de los temas rescatables y más promisorios, sobre todo por la manera en que se entretejen los sintetizadores. Es cierto, la atmósfera es ligera, esa especie de riff es más bien juguetona, junto con la melodía pegajosísima. La canción es ágil, la banda crea una muralla de sonido que no suena saturada, sino agradable, a pesar del la ligereza del mismo tema, e incluso funciona ese truco de eliminar todos los instrumentos salvo el beat al 1:50. Ahí Gahan demuestra la calidad de la melodía al mantener él solo la rola. Hacia el final, Depeche repite ese truco beatlesco de “Twist & Shout” al ir sobreponiendo voces para hacer un pequeño estallido. De lo más decente del álbum.

Los problemas comienzan con “Sometimes I Wish I Was Dead”, que nos hace, efectivamente desear estar muertos. Una introducción casi midi, burda e infantil. El beat con el teclado-bajo es ridículamente repetitivo y algunos trucos que le van insertando al sonsonete no logran que haya variedad. Ni siquiera sé si esto es bailable. Después de 2 minutos uno está al borde del suicidio tras escuchar tantas veces ese “riff”, deseando estar muerto. La canción es TAN boba, que resulta insultante.

“Puppets” mejora un poco, siendo la canción más sombría y que logra mejor impresión en este disco. Un riff de sintetizador tipo violín, rápido y agudo con el que abre, y otro lento y dramático más adelante, después de que David dice “I’m in control”, se conjugan muy bien. La canción es pues ligeramente más compleja que el resto, con más de un riff, un buen puente, y con arreglos que logran funcionar sin que se vuelva progresiva. David contribuye a esa aura oscura con su voz lejana y casi carente de emociones. Buena rola, con una atmósfera negra, pero que no deja de ser pegajosa. Con unos retoques podría haber entrado en el Sounds of Universe y nadie notaría la diferencia. Ni la edad!

Desgraciadamente luego viene un bachezote que inicia con “Boys Say Go!”. Qué digo bache, es un abismo horrible. Un Synth pop absolutamente superficial, armada en torno al beat bailable y en el cual ninguno de los tres tecladistas fue capaz de insertar ni melodía, ni un arreglo, ni un mísero gancho memorable. Este es el tipo de canciones por el que el Synth Pop no tiene muy buena fama. A la basura!

“Nodisco” sigue en el mismo tenor. La rola está en un tono tan bajo, que incluso Gahan, que tiene una voz muy profunda, se siente incómodo desde el principio. Al menos tiene más melodía, pero suena ridículo en el coro con la voz distorsionada cantando “This ain’t no disco”. En la parte media intentan agregarle algunos cambios de tono y ritmo, pero no así logran sacarnos del aburrimiento.

Luego está “Whats Your Name” para llegar a lo más patético de este bache. La canción es tan lamentable que Martin Gore y Andrew Fletcher se avergüenzan de ella y aseguran que es lo más patético que tocaron jamás con Depeche Mode en sus vidas. Y es cierto. La canción es tan ligera, banal y popera que hasta Britney Spears o Miley Cirus se negarían a cantarla.

Afortunadamente “Photographic” es ligeramente más interesante e inteligente. Cuando parece que nos van a matar de hastío con otro beat, entra la voz oscura, y comienzan con una atmósfera más trabajada, con juegos de voces y una especie de coro robótico. La canción logra reflejar cierta angustia, Dave suena otra vez carente de sentimientos, casi inerte y sobrecogedor. En esta ocasión los sintetizadores se van mezclando con buenos efectos y buenos arreglos para construir con detalle ese ambiente cargado, futurista y paranoico. La letra es de lo más rescatable en el aspecto lírico del Speak & Spell.

Con “Tora! Tora! Tora!” debuta Martin Gore como autor. Se nota ya su toque más oscuro y complejo, alejándose del pop un poco, con letras mucho más trabajadas y tocando temas más profundos. Tampoco es que sea una obra de arte, la melodía vocal suena forzada y repetitiva, sobre todo en los remates de las últimas sílabas, pero se nota la semilla de las futuras composiciones. La rola suena más bizarra y tiene más cambios que cualquier otra canción del disco. Es casi escalofriante. No es de las que me puedo imaginar en un club para juniors bailando alienados, a diferencia de casi todas las demás.

“Big Muff” también es de Gore. Igualmente bizarra, con un riff paranoico. Es una canción instrumental con un sintetizador que siempre me pareció que tenía cierto sentido de urgencia, parece una voz queriendo decir algo. Lo demás son arreglos al azar que van metiendo Fletcher y Clarke. El mérito es de Gore con ese teclado muy vivo. Tampoco es una maravilla, pero resulta interesante ir siguiéndolo. El detalle es que es demasiado larga para ser instrumental y al final termina muy asfixiada.

Luego está “Any Second Now (Voices)”, que canta Martin Gore. Suena bastante más humano y expresivo que Dave. La música es minimalista y la canción se basa casi completamente en la voz de Martin, pero los arreglos de teclado logran eventuales ganchitos muy monos. La canción es simple, pero con una buena melodía vocal, está bien cantada y tiene bastante encanto para sostenerse bien con muy poco. Otro tema de letras nostálgicas bien logradas.

Para cerrar el disco original tenemos la archifamosa “Just Can’t Get Enough”, que es el manual del Synth Pop para innumerables bandas que inundarían los ochentas de basura. Es pegajosísima, de eso no hay duda. Desde el blando riff de teclado de la intro que se convierte en el esqueleto de la canción y que termina adhiriéndose a ti como sanguijuela, hasta ese coro tóxico que se volvería icónico en la cultura gay. Generalmente la marcan entre las destacadas por ser de los temas más completos y recordados del disco. No los culpo, la canción está bien hecha y cumple con su papel de no soltarte jamás, a pesar de odiarla, uno se puede ir a la tumba tarareándola. Si uno lo piensa, es una canción que bien podría cantar hoy cualquier Boys Band, Los Backstreet Boys o NSync. Pero ese es más bien el problema. No estamos oyendo una Boys Band, sino a Depeche Mode!!! Esta canción es lamentable por lo que representa: darle la espalda a lo que podrían estar haciendo (Puppets o Any Second) y en cambio venderse por un lugar seguro en las listas de popularidad. La canción es adictiva, y los fans de Depeche incluso se lo han perdonado y la corean en conciertos, pero eso no quita que es absolutamente ligera y superficial.

 

Los Bonus tracks son más de lo mismo. Temitas con un beat a los que les enjaretan un intento de melodías, arreglos simplones que se hacen con un dedo en el teclado, y que terminan siendo como canciones infantiles de Barney, como “Dreaming Of Me”. O intentos repetitivos con arpegiador como “Ice Machine”, que efectivamente, suena con menos gracia que una máquina de helados. O la lamentable ”Shout” en el que se pusieron a jugar con los efectos del sintetizador a ver cuáles eran los sonidos más excéntricos y feos que había como excusa para la horrible intro, a la que le colgaron una de las melodías menos inspiradas de la historia. Luego la versión instrumental de “Any Second Now” que se vuelve verdaderamente lamentable sin la voz de Gore. Y finalmente una versión remix de “Just Can’t Get Enough”, aún más patética, comercial, vacía y antrera que la original.

El disco no es malo… es malísimo. Hay dos o tres detalles apenas rescatables, pero en sí, este Depeche Mode suena inmaduro, inexperto, jugando al pop con sus juguetes Casio o Yamaha, y además, tomándoselo totalmente en serio. El disco es muy ligero, repetitivo y carente de recursos. Evidentemente mejorarán tras la salida de Vince Clarke, pero este sería un pésimo precedente para un sinfín de grupitos que, al igual que estos inexpertos Depeche, estaban movidos por beats fáciles y dinero más que por verdaderas razones musicales. Con el tiempo Depeche Mode se convertiría en una banda gigantesca, y una de las que guiaron a los buenos grupos electrónicos, dícese Tears For Fears, Pet Shop Boys, Kraftwerk, Soft Cell, Erasure (al que iría Clarke) o Eurythmics, de los que me acuerdo. Desgraciadamente la mayoría de los 80’s estaría viciada y más cercana al Speak & Spell que al Music for The Masses.

Por Corvan 

25/Feb/2011

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