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SURFER GIRL (The Beach Boys, 1963)

Artista: Beach Boys (C)

Fecha de Grabación: May – Jul del ‘63

Fecha de Lanzamiento: 16 de Septiembre de 1963

Discográfica: Capitol

Productor: Brian Wilson

Calificación: 7.5

 

Era: Rock & Roll II, Early Sixties (1960-1966) 

Subgénero: US Early 60's

Mejor Canción: In My Room o Surfer Girl

Canciones: 1) Surfer Girl; 2) Catch A Wave; 3) The Surfer Moon; 4) South Bay Surfer; 5) The Rocking Surfer; 6) Little Deuce Coupe; 7) In My Room; 8) Hawaii; 9) Surfers Rule; 10) Our Car Club; 11) Your Summer Dream; 12) Boogie Woodie.

Brian Wilson era un genio, de eso no hay duda. Lo que nunca he sabido es hasta dónde habría llegado si no hubiera tenido que lidiar con dos demonios. Uno, Capitol, que viendo la minita de oro que podían llegar a ser los Beach Boys, y considerando los ciclos de vida y éxito de los grupos de la época, les exigió lanzar una cantidad exorbitante de discos. Y dos, Murry Wilson, su padre y manager, que estuvo totalmente coludido con Capitol para tratar de extraer lo más posible de los 5 chicos y los controló, manipuló y asfixió creativamente para lograrlo. Hay que considerar que entre 1960 y 1962 el Rock & Roll estaba prácticamente muerto en los Estados Unidos por la presión gubernamental sobre las disqueras para mantener las “buenas costumbres”. Los viejos ídolos de los 50’s habían perdido por completo su fuerza, y el mercado estaba plagado con sosos e inofensivos baladistas. Así que el que un quinteto de chicos con pose de surfers hubiera puesto un sencillo y un LP de éxito, siendo lo más “sanamente peligroso” para el sistema, de inmediato hizo babear los bolsillos de Capitol. Y de Murry.

El que cargó con ello fue Brian. Ya lo dice en “In My Room”. Pero lanzar 2 discos en un lapso de 6 meses es algo excesivo, y 3 en un año, inhumano. Es cierto, en este álbum hay grandes avances, es el primero donde se puede ver la semilla de lo que muchos, muchos discos después florecerá en el Pet Sounds, tenemos cuatro o cinco rolas clásicas, absolutamente encantadoras, infaltables en cualquier recopilatorio del grupo. Pero también es cierto que, como en casi todos los discos tempranos de los Beach Boys, hay un montón de relleno, generalmente pasable, intrascendente, y un par de temas apestosos. Curiosamente son los covers, y curiosamente son instrumentales.

Por otro lado, todas las demás canciones son originales, un porcentaje altísimo para 1963. Brian se echa encima el peso creativo de la banda, y aunque a estas alturas el álbum suena decrépito, supongo que en sus momentos, la producción llegó a ser revolucionaria, por los arreglos de cuerdas, arpas, metales, los overdubs vocales, las cada vez más complejas armonías, y todas las ideas de Brian que en su momento requirieron el apoyo de músicos de estudio, porque sus compañeros no las podían ejecutar. Era algo absolutamente innovador para la época, aunque hoy en día sea difícil de apreciar. De hecho, es la primera vez que Brian es acreditado como productor, a diferencia de los discos previos, en lo que aparecía toda la banda. 

Los temas siguen siendo simples y cortos, siendo los dos más largos de 2:30. Esto cumpliendo los estándares radiofónicos de la época. Lo que nunca he sabido es si los temas de las rolas fue algo impuesto por Capitol debido a la misma censura que pesaba sobre el R&R en USA. Es decir, está claro que se alejan de la jerga de finales de los 50’s, donde se usaban dobles sentidos para referirse al sexo. Así, aquí tenemos de la forma más clara posible, los 3 temas centrales del grupo en esta primera etapa: Basta ver los títulos de las primeras 5 rolas. El Surf, aunque hay quien duda que ninguno de los 5 se haya parado jamás en una tabla. Luego los coches, por supuesto. Y las chicas, de la manera más empalagosa e inocente posible. Y ya. Eso era lo más “rebelde” que los jóvenes norteamericanos podían oír. Y pues les funcionó. Curiosamente, Brian colocaría aquí el primer tema introspectivo, que se sale de estos temas, “In My Room”, en la que habla de un espacio o santuario para escapar de la presión del mundo.

El disco es ligero, de apenas 25 minutos. Incluso los covers instrumentales, por más enfadosos, no son taladrantes, pues son muy cortos. Las baladas son las que muestran un mayor crecimiento, tanto de Brian como compositor, como del grupo, en el manejo de ese exquisito tapiz de armonías vocales. De los Rockanrolitos, sobresalen “Catch A Wave” y “Little Deuce Coupe”, que llegaría a ser el más exitoso Lado B de la banda. “Hawaii” también es sólida y divertida. El resto de los originales es paja inofensiva.

 

El álbum arranca muy bien con “Surfer Girl”, que supuestamente fue la primer composición de Brian, cuando tenía 19 años, basándose en la melodía de “When You Wish upon a Star”. Como sea, es una de las mejores y más emocionales baladas de Brian, con una melodía excepcional, con vaivenes que evocan un atardecer en la playa, mirando a su amada. Una voz cristalina, intercalando falsettos, con las intrincadas armonías sirviendo de vestidura al suave y simple arpegio. Es un tema bellísimo, en el que incluso las letras, algo simples, quedan muy ad hoc. Mantienen un majestuoso aire de fines de los 50’s, pero sigue sonando fresca y emotiva. Por rolas como estas fue que los Beach Boys se convirtieron en una de las pocas bandas fuertes en USA en la primera mitad de los 60’s.

Seguimos en gran nivel con “Catch a Wave”, un rockanrolito ligero y ameno,m que recuerda el mood de “I Get Around”. Aquí se aprecia el avance técnico de Brian en estudio, al hacer overdubs vocales, mientras sigue haciendo excepcionales combinaciones armónicas con sus compañeros, haciendo de las voces el instrumento principal. Está plagada de ganchos que funcionan muy bien, desde las palmas, los coros que hacen “waaah-woooh-waaaah-woooh-waaaah” simulando las olas, el arpa que tocara la hermana de Mike Love, Maureen… Al minuto tenemos un pequeño solo de órgano, que en este tema suena bien, y enseguida un requinto breve, muy surfer, de Carl. El estribillo es un chicle melódico, y podrás gustar del Surf o no, pero mientras dura la rola, es imposible no concordar con ellos: “Catch a wave, you’ll be sitting on top of the world”. La canción dura apenas más de 2 minutos, pero aunque nunca se lanzó como sencillo, es otro de los temas clásicos de esta etapa temprana de los Beach Boys.

Luego tenemos “The Surfer Moon”. Es también una linda balada, con elegantes vestiduras orquestadas. Eso que suena de inicio es arpa? Es linda, quizá demasiado. Un tanto empalagosa con los arreglos de violines, pareciera que quisieran parecerse al montón de baladistas que prevalecían en su época. Tampoco pierden su esencia, siguen las armonías y melodías, pero con la orquestación, pareciera que quedaran en un segundo plano. Fue también de las primeras composiciones de Brian, pero se la había dado a un amigo, que la terminó grabando y publicado bajo el nombre de Bob & Sheri. La rescatarían para completar el disco, pero, aunque es bella, el estilo tipo Frank Sinatra meets The Beach Boys como que no queda. Luce más el estilo fresco de baladas como “Surfer Girl”

“South Bay Surfer” es otro relleno, aunmás olviodable, con melodías pegajosas, pero muy forzadas y repetitivas. Estiran demasiado la primer sílaba. Y la voz grave también resulta algo chocante y cortante, con un volumen muy alto que desequilibra. No hay un estribillo evidente. Se rumora que aquí entró un cesionista en lugar de Dennis para hacer esos remates de batería, que tampoco es que luzcan muy complicados. Afortunadamente es muy corta.

“The Rocking Surfer” es una canción tradicional a la que Brian le hizo arreglos. No demasiados. Y no muy buenos, Un tecladito aflautado haciendo ese sonsonete machacón de feria de pueblo una y otra vez. Un requinto de Carl intenta salvar en la mitad, pero sigue siendo muy genérico. Relleno, del malo, pero en su defensa, de algún lado se tenían que agarrar para llenar 3 discos en un año.

Afortunadamente sigue otra buena racha que inicia con “Little Deuce Coupe”, un alegre rockanrolito con un discreto piano boogie liderando, en el que homenajean su carro retro (un Ford Modelo B de 1932). Nuevamente las voces toman un rol protagónico, y hay que agradecer, pues los Beach Boys no son precisamente virtuosos en los instrumentos, pero cuando se aplican con las voces son celestiales. Sobresale el estribillo, con el que inician, en el cual entretejen segundas y terceras voces en agudos y en graves. La melodía es muy amena, en un ritmo que no es demasiado rápido, mientras Brian chulea su pequeño carrito, al que se refiere en femenino, y casi casi idolatra como a una chica. El único pero es que es demasiado corta, con apenas 1:40, y que no hayan insertado siquiera un pequeño requinto para alargarla, aunque en vivo lo hacían, aprovechando para presentar a cada miembro de la banda con este tema. Otro de los clásicos de los Beach Boys. El tema sería un trancazo, a tal grado, que su siguiente LP la repite y lleva dicho título.

Luego tenemos “In My Room”, donde retoman esa atmósfera de ensueño cálido, Tiene un ligero aire y tiempo similar a “Surfer Girl”, aunque la melodía y letra es muy distinta. Una de las pocas canciones que no son de amor. Ni de coches ni de Surf!!! Es algo rarísimo no sólo para los Beach Boys, sino para la época. De hecho, es bastante introspectiva, no oscura, aunque si refleja un poco del hartazgo de Brian Wilson: “There's a world where I can go and tell my secrets to, In My Room… In this world I lock out all my worries and my fears”. Se nota un avance en el uso de los recursos de estudio, con un sonido más sofisticado, haciendo overdubs para lograr esa aterciopelada y melancólica sinfonía de voces (me encanta en particular cómocierran, elevando una octava con falsetto). Acompaña el suave beat, el arpegio, un tintineo de un triángulo, y un órgano lejano. No es tampoco la octava maravilla, pero es un avance lírico y de recursos enorme para su tiempo. Y es el primer antecedente de lo que vendría en el Pet Sounds, con letras y arreglos más evolucionados, pero este tema no desencajaría nada en esa obra maestra.

Enseguida llega “Hawaii”, que suena a comercial para promocionar todas y cada una de las islas del archipiélago. Bueno no, es divertida, un rockanrolito alegre, con los falsettos de Brian dominando, lo cual de repente se vuelve cansado y repetitivo. No tiene demasiadas variaciones, o un puente o requinto. Solo la estructura verso-coro verso-coro. No es terrible, pero es algo simplista incluso para los Beach Boys. Aquí si está confirmado que Hal Blaine tocó la batería en lugar de Dennis.

A partir de aquí, el disco transita entre el azul y buenas noches. “Surfer's Rule” tiene buenas armonías, un gran trabajo vocal de hecho. Pero se sienta ya demasiado genérica. Sin ser un autoplagio de alguna canción en particular, suena a un promedio de todas las canciones de los Beach Boys de la época. Incluso el requinto con las palmas de fondo suena tan cliché…

“Our Car Club” mejora un poco, sin ser tampoco de las estelares. El riff  de metales es divertido, y le da un aire más dinámico sin perder frescura. La batería es muy buena, con un intrincado beat, redobles, arrancones y parones, por lo que sospecho que tampoco es Dennis. Entretenida, pero sin llegar al nivel de las mejores.

 Después tenemos “Your Summer Dream”, una bella balada, que quizá brillaría más si tuviera participación vocal de alguien además de Brian. Se extrañan las armonías. No es que no tenga una gran voz, pero cuando hablamos de los Beach Boys hablamos de armonías, y aquí brillan por su ausencia. Y segundo, porque es absolutamente opacada por las otras dos baladas, de mucha mejor manufactura, al menos en melodía.

El disco cierra con “Boogie Woodie”, que es eso. Un jam de boogie a piano y teclado aflautado, ese que tanto detesto con los Beach Boys, alternándose de manera estúpida. Una y otra vez, haciendo básicamente las mismas figuras. Si iban a hacer un Boogie, de menos hubieran llamado a Nicky Hopkins… Si, ya sé, en 1963 era imposible, pero me entienden! Un cierre más bien feo, enfadoso, y sin más fin que el de tragarse casi 2 minutos del acetato y de nuestras vidas.

 

No podemos esperar que Brian escriba 3 malditos discos en un año y que todas las rolas sean buenas. O sí? Su capacidad compositiva no está en duda. Es cierto que en esta etapa no podemos esperar letras filosóficas, o al menos, del nivel del Pet Sounds, ni estructuras musicales muy complejas. Pero cada rola al menos intenta tener su propia personalidad sin perder esencia, son divertidas, están plagadas de detalles y ganchos, y te transportan a la playa. Con este disco se consolidarían como un fenómeno en USA. Sin embargo, me sigo preguntando si los demonios de Wilson no hubieran presionado tanto, y hubieran sacado sólo un disco por año… si hubiera tenido tiempo de dar más detallado en estudio a las canciones, de seleccionar las mejores rolas de cada disco para un solo LP por año, quién hubiera ganado esa guerra trasatlántica? Los Beach Boys, tristemente, son recordados más por singles y temas sueltos que por discos, al menos en esta primera etapa. Pero no creo que haya sido realmente su culpa. Como siempre, los hubiera no existen.

Por Corvan

25/Abr/2014 

 

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