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OK COMPUTER (Radiohead, 1997)

Artista: Radiohead (B)
Fecha de Grabación: Sep ’96 – Mar ‘97
Fecha de Lanzamiento: 16 de Junio de 1997, UK
Discográfica: Parlophone / Capitol
Productor: Nigel Godrich, Radiohead
Calificación: 
10 (MUST HAVE, DISCO ICÓNICO)

 

 

 

 

 

 

 

Era: Alternativo II: La Gran Explosión (1990-1999)

Subgénero: Alternativo

Mejor Canción: Paranoid Android.

Canciones: ) 1) Airbag; 2) Paranoid Android; 3) Subterranean Homesick Alien; 4) Exit Music (For A Film); 5) Let Down; 6) Karma Police; 7) Fitter Happier; 8) Electioneering; 9) Climbing Up the Walls; 10) No Surprises; 11) Lucky; 12) The Tourist.

 

El OK Computer es un disco icónico de nuestra generación. No sé si sea el mejor disco de la década, ni siquiera estoy seguro de que sea el mejor álbum de Radiohead, pero definitivamente viene a ser el disco más representativo de los 90’s, como lo fue el Sgt Peppers para los 60’s, el Dark Side of The Moon para los 70’s o el Joshua Tree para los 80’s. E igualmente podrá gustarte o no la banda o el disco, pero es un trabajo con una influencia tan poderosa, que dudo que alguno de nuestros lectores no haya escuchado por lo menos alguna canción de este disco. Infinidad de bandas trataron de copiarlo, infinidad de vocalistas se unieron desde entonces a la escuela de Yorke, inmensidad de guitarros copiaron los trucos de Jonny Greenwood, y hasta a Phil Selway le salieron algunos discípulos con baquetas. Irónicamente, después del OK Computer todo mundo intentó continuar dicho sonido, excepto el mismo Radiohead, que después de hartarse del superéxito, intentaron desligarse con su siguiente trabajo, el igualmente asombroso Kid A.

La calidad del OK es indiscutible. Todos los temas son sólidos, pueden funcionar como una unidad, aunque la banda no intentó un disco conceptual en ningún instante; pero al mismo tiempo las rolas funcionan muy bien de manera independiente. El disco tiene un carácter propio, texturas nostálgicas, tonos azules por todos lados, ecos, una endiablada inteligencia, y potencia por momentos. Tiene también bastantes influencias, y por ello quizá sea uno de los trabajos más representativos de los 90’s. Sin ser un sonido que pueda encasillarse en un género, toma elementos acústicos del Brit Rock, atmósferas pesimistas y elaboradas, estructuras complejas de matices progresivos, teclados Rhodes que son los que hacen que se asemeje a los sonidos floydianos, por momentos las guitarras se vuelven potentes, casi despiadadas y con cierta influencia grungera, por momentos se perciben melodías iutuescas, melodías vocales influenciados por el Pet Sounds, sonidos alternativos, experimentación electrónica, algunas notas psicodélicas con melotrón… en fin, es un collage delicioso, pero que no deja de oler a los 90’s y seguir fresco al mismo tiempo.

El OK Computer es de esas rarezas que de inmediato unifican alabanzas de críticos y del público, y de la nada, catapultó a esta bandita otrora despreciada y catalogada como “One Hit Wonder”, a alcanzar alturas insospechadas, un status de dioses, de genios, convirtiéndose en la banda más poderosa de finales de los 90’s, agotando los boletos de los tours, llamando el disco “El Nuevo Dark Side of The Moon”. Yo no sé qué tanto se exageró en su momento, pero creo que el reconocimiento es algo que se le debía a Radiohead desde el The Bends, y el éxito del OK, afortunadamente, le dio a su hermano una nueva oportunidad de salir del anonimato y redimensionarse. Yo escuché por primera vez un corte de este disco por MTV, y el video me dejó anonadado. Recuerdo que le dije al amigo con el que lo estaba viendo, quien estaba más divertido con las caricaturas del video que con la música: “Esto va a hacer historia”. Y es que sin duda, la majestuosidad de “Paranoid Android” se detecta desde la primer oída. Supongo que algo semejante pasó en 1967 y en 1973 a quienes les tocó escuchar otros discos históricos.

 

La banda pues, se decidió a grabar un disco que superara en lo musical al The Bends, sin tener ni la menor idea de qué iban a hacer, salvo que querían algo que equiparara la densidad del Bitches Brew de Miles Davies, que querían producirlo ellos mismos, y que lo iban a grabar fuera de la ciudad y no se iban a poner límites de fechas, para evitar las tensiones que se dieron en el proceso del disco anterior. Salvo esto, iban totalmente en blanco. Así que en 1996 se fueron a Oxfordshire, al estudio móvil Canned Applause, que escogieron para estar alejados del ruido y la presión citadina. Pero el estudio, más que eso, era un cobertizo que ni siquiera tenía baño, ni comedor, y para conseguir comida tenían que ir en auto. A pesar de ello, cuando por fin decidieron que el estudio era demasiado incómodo, ya habían grabado “Electioneering”, “No Surprises”, “Subterranean Homesick Alien” y “The Tourist”, y aunque había puntos de vista distintos de cada miembro respecto a la dirección del álbum, los ensayos y grabaciones habían resultado fluidas y con bastante química musical entre los cinco, por lo que salieron bastante optimistas a darse un descanso para una mini gira americana. De paso, usaron esas 13 fechas para presentar las nuevas rolas y pulirlas en vivo. “Paranoid Android” surgió durante la gira, y originalmente era un palomazo de 15 minutos muy floydiano, con solos por todos lados, pero que fueron acortando en vivo hasta que quedaron satisfechos con los casi 7 minutos definitivos.

Tras la serie de conciertos en Estados Unidos, regresaron a Londres a las grabaciones, escogiendo esta vez una mansión victoriana en las afueras de la ciudad, cuidándose especialmente de que tuviera baños. Así que este disco no sólo comparte con el Sgt. Peppers y el Dark Side el haber sido grabado en parte en los estudios Abbey Road, sino que además comparte con el Led Zeppelin IV el haber sido grabado en una mansión antigua, lo que le dio un efecto especial de ecos en algunas partes que fueron grabadas en escaleras de piedra, caso de “Exit Music (For A Film)” o de “Let Down” que fue grabada de madrugada en el salón de baile. El hecho de estar por su cuenta, alejados del ruido, sin fijarse plazos, pudiendo grabar de madrugada si sentían inspiración en ese momento, parar cuando quisieran, sin tener plazos para entregar el material, y con absoluta libertad creativa, hizo que las grabaciones fluyeran maravillosamente. Muchas de las tomas definitivas de la voz de Thom fueron las primeras, y aunque después realizó otras tomas, las sintió más forzadas y se terminó decidiendo por las iniciales. Además, la mayoría de las rolas fueron grabadas “en vivo”, es decir, con la banda completa tocando la canción, y no en partes y pistas, agregando cada instrumento, como normalmente se hace. Y eso también ayudó a que el sonido fuera más acorde a lo que la banda quería. En Octubre regresaron al estudio móvil de Canned Applause para ensayar solamente, redujeron la lista de canciones y regresaron a la mansión de Santa Catalina a terminarlas. En Enero del ’97 entrarían a los legendarios estudios Abbey Road a agregar las secciones electrónicas y de cuerdas, completar los detalles, regrabar algunos fragmentos y para el trabajo de mezclado y masterización. A estas alturas, Nigel Goodrich, quien había sido originalmente contratado como ingeniero de sonido por su colaboración en el The Bends, tenía una aportación tan valiosa que terminó siendo incluido como coproductor.

El resultado fue inmenso, como ya todos conocemos. La cantidad de influencias de los sonidos es increíblemente rica, muchas texturas combinadas con ambientes melancólicos, generando una música expansiva e inclusiva, llena de elementos que definitivamente, por primera vez en años, mostraba al rock avanzando hacia el futuro sin perder su sonido básico, dando un paso al frente y no hacia los 70’s. A pesar de que incorpora muchos sonidos electrónicos, no pierde en ningún momento la esencia rockera, que es su base, y por momentos es muy potente, a diferencia de otras bandas que habían intentado incorporar el electrónico, como U2 con su Pop. Las letras evolucionaron. Cuando iniciaron el proceso de grabación, les quedó claro que no querían un disco tan introspectivo como el The Bends, ya que resultaría aburrido repetirse. A pesar de que el OK es también pesimista, trasciende lo individual para enfocarse en la condición humana, en la dualidad de los mundos materiales y no materiales, y los efectos de la tecnología y la velocidad de la vida moderna y la alienación en las personas: "Up above aliens hover, making home movies for the folks back home / Of all these weird creatures who lock up their spirits, drill holes in themselves and live for their secrets,". En todo el disco hay referencias al trabajo de oficina, las escaleras corporativas, carros de lujo, ambición, la tecnología, la locura, la vida moderna, el capitalismo, la globalización… Yorke dejó atrás la angustia personal con tintes más adolescentes del The Bends para enfocarse a una angustia más universal y madura. Por otro lado, aunque estos temas están presentes en todo el disco, no fue planeado como una obra conceptual, a diferencia del Dark Side; no se trata de una historia lineal en las canciones. Sin embargo, la banda aceptaría que si estudiaron durante un par de semanas la lista definitiva de rolas y el orden en el álbum para dar cierta continuidad. Y es por ello que las canciones pueden funcionar de manera individual, pero el disco cobra una mayor dimensión si se escucha como una unidad.

Todo esto hace del OK Computer una obra genial, con mucho cuidado en los detalles, y que marcaría un antes y un después en la historia del Rock, logrando un efecto tremendo. La banda estaba buscando superar al The Bends, pero nunca intentó realmente hacer un disco tan enorme, ni se imaginaron lo que habían conseguido. El The Bends es un disco brillante, que a veces disfruto más que éste, pero hay que aceptar que es un disco de Rock más que nada, que a comparación, suena crudo, sencillo y más personal, lo cual puede ser tomado como Pro o como Contra, según cada quien. El OK Computer es en cambio una suite que redefinió no sólo el sonido de la banda, sino las reglas del juego para muchas otras. Una verdadera joya de nuestro tiempo.

 

El disco abre con “Airbag”, que es una de las canciones más pesadas y densas del álbum en todos los sentidos. Las complejas texturas brincan desde los primeros instantes. La batería es un loop electrónico mezclado de la batería de Phil, que se encargaron de mezclar, tratando de igualar el sonido con marcados destiempos usado por DJ Shadow. Thom Yorke y Phil Selway se pasaron un día mezclando la batería de Selway con una Mac, pero ambos aceptarían que no se acercaron ni tantito al sonido cortado de DJ Shadow que pretendían originalmente, por su inexperiencia, pero quizá fue mejor así, dando ciertos matices de Trip-hop. La línea de bajo también es novedosa, ya que comienza y se detiene de la nada mientras los demás instrumentos siguen. Colin Greenwood dijo que pensó en llenar los huecos con otras líneas más tarde, pero se le olvidó, y terminó sonando novedoso y experimental. Desde el principio, la complejidad de sonidos dan nota de que hay un giro en Radiohead respecto a su disco anterior, mucho más experimental, Jonny puntea la guitarra como mandolina durante toda la rola y en el solo minimalista al 2:25; se oye un sonido constante que no sé si es melotrón o chelos con cierta distorsión, los teclados se van sobreponiendo en diversas capas, los cascabeles navideños no dejan de sonar desde el principio y dan un aire nocturno, y en general todo crea un ambiente muy oscuro y enrarecido. Hay además falsos finales, como al 2:20 y al 3:30, y ya para la coda hay una parte instrumental con la guitarra enloquecida y Thom sollozando hasta el último segundo. Las letras hablan sobre salir a salvo de un accidente de auto, y originalmente se iba a llamar “An Airbag Saved My Life”, un encabezado de periódico que Thom leyó y que lo impactó mucho, además de influencias del Libro Tibetano de los Muertos sobre la resurrección. Al respecto dijo “cada vez que uno tiene un accidente, en lugar de suspirar y seguir adelante, uno debería salir del auto y correr por la calle gritando ¡Estoy de vuelta! ¡Estoy vivo! ¡Hoy mi vida ha comenzado de nuevo! De hecho, deberías hacer eso cada vez que sales de un auto. Nosotros sólo conducimos en esas cosas - realmente no las controlamos". Uno de los mejores versos aquí y que reflejan lo mencionado es "In an interstellar burst / I'm back to save the earth." La canción en general tiene una actitud un tanto paranoica, pero bien vista, no sin cierta dosis de verdad. A partir de ahora, cada que me suba al carro no podré quitarme esta imagen de que puedo morir en cualquier instante, gracias Thom!

Sigue “Paranoid Android”. Ya les comenté del impactó que me causó la primera vez que la oí. Quedé en shock un buen rato. La noche siguiente tuve ensayo con mi entonces banda Moby Dick, y McFLy, el tecladista, estaba igual de impactado que yo. Recuerdo esto porque ahora es muy común que se diga que “Paranoid Android” es la “Boehamian Rhapsody” de los 90’s, pero esa noche, McFly fue la primer persona de quien lo escuché, antes de que el disco prendiera por completo, la canción conmocionara al mundo y esta comparación se volviera un lugar común. Es cierta en parte. El mismo Jonny Greenwood ha dicho que le parece exagerada la comparación, ya que es “muy simple y tensa” a comparación de la obra maestra de Queen. Pero a pesar de que aceptan cierta influencia de Queen para esta canción, no fue la única banda de la que sacaron sonidos, sino que también hay influencias de Lennon, de los Pixies y de Pink Floyd, según ellos mismos. La canción surgió como una broma, una especie de apuesta a que no podían juntar canciones de distintos miembros de la banda y diferentes estilos (válgame hasta diferentes tonos y tiempos!!!) en una sola, más inspirados en “Happiness Is A Warm Gun” de los Beatles que en “Bohemian Rhapsody”. Se sentían como chicos traviesos haciendo algo malo, palomeando más que tomarse en serio. El mismo Thom empezó las letras más en broma que en serio, inspirándose en un drama que hizo una tipa ebria en un bar cuando alguien le tiró su bebida encima. El título y la letra empezaron en esta escena (el verso “Kicking, squealing, gucci little Peggy” está dedicado a ella), y tomó referencias del Marvin, el irremediable androide paranoico de “The Hitchhiker's Guide to the Galaxy” de Douglas Adams, y era como para resaltar el tono de burla de la canción. Originalmente tenía incluso un solo de teclado a cargo de Jonny, pero conforme la ensamblaban, se la fueron tomando cada vez más en serio, puliéndola, dándose cuenta de su potencial, cortando los sobrantes y combinando finalmente 4 secciones excelsas que conforman la versión definitiva. La rola abre con una sección acústica, con una guitarra punteada de manera vertiginosa, hasta 84 pulsaciones por minuto. La batería es discreta y Thom empieza en un tono confidencial, pero alcanzando registros altos y Colin haciendo una gran línea de bajo. Al minuto 2 el arpegio cambia a un riff más oscuro, entrando la segunda sección, que inicia con “Ambition makes you look pretty ugly” haciendo tonos más siniestros, efectos que llenan de rareza y creando cada vez más tensión. Al 2:42 hay un conato de explosión, pero se frenen un instante para hacer que la rola estalle finalmente un par de segundos después, logrando un efecto magistral!. Hacia el minuto 2:43 Jonny comienza de nuevo con el riff que se termina transformando en un delirante solo que termina hasta el 3:30. En este punto inicia la tercera sección, que reduce el tiempo, cambia el tono e introduce una espectacular secuencia de coros. Esta es de mis partes favoritas, con Yorke cantando "Rain down, rain down on me..." de una manera dulce, casi conmovedora, y lentamente se van agragando más y más Thoms, en un efecto que me recuerda a Morrison en “The Soft Parade”, logrando una atmósfera colosal y majestuosa en un lento crescendo hasta el 5:36. Entonces vuelve al riff de la segunda parte por un breve instante para iniciar un bestial solo para la enorme coda, que ya no bajará de potencia hasta el abrupto final, cerca del 6:20. Podríamos escribir mares de tinta (o de bits) sobre esta rola, pero sólo queda decir que es perfecta. La batería es bestial y marca los cambios de intensidad, el bajo impresionante jugando por todo el brazo, los teclados precisos y matizando, las dos guitarras se entrelazan y juegan de manera sorprendente con la dualidad acústica y los agudos eléctricos, la melodía vocal es hermosa en espacios, salvaje y furiosa en otros, alcanza momentos de intimidad y hay solos delirantes y estallidos orgásmicos… Si tuviera que escoger una sola canción para los 90’s, una sola canción para toda esa década, sería esta. Cabe decir que por los efectos realizados al grabarla, Jonny tardó más de un año en dominar los solos para interpretarlos igual en vivo.

Continuamos con “Subterranean Homesick Alien”, que es ligeramente más simple y accesible que las anteriores. Originalmente se iba a llamar “Uptight”. Aquí la banda usa unos teclados electrónicos, intentando imitar los ambientes densos de “Bitches Brew” de Miles Davies, siendo tranquilos por momentos, y luego acelerándose hasta el delirio de la nada. Así pues, la rola está llena de cambios de ritmo, siendo por momentos un dulce paseo con los sonidos del teclado acariciando como brisa, para después acelerarse abruptamente, con una labor de batería llevándose las palmas al marcar estos cambios de ritmo de manera tan acertada. El título hace referencia a “Subterranean Homesick Blues” de Bob Dylan, pero habla de una abducción extraterrestre en la que el protagonista ve el mundo como le gustaría verlo. Una de las líneas que más me gustan es: "I tell all my friends, but they don't believe me, they think that I've finally lost it completely", que me recuerda mucho a Syd Barret. No es de las que sobresalen respecto a otras rolas, pero es muy buena por sí misma, y es un claro reflejo del resto del álbum: el punto fuerte de la banda es el cuidado del más mínimo detalle, que hace que al final ni una sola nota falte o sobre.

Después llega “Exit Music (For A Film)” que fue echa literalmente para los créditos finales de la película Romeo + Julieta de Baz Luhrmann, de 1996. Thom Yorke había quedado profundamente impresionado con la versión de Romeo y Julieta de Zeffirelli, de 1968, y dice que incluso lloró en la escena final donde ambos quedan muertos, ya que no entendía como dos personas que estaban destinadas a estar juntas no podían hacerlo, por lo que trataron de trasladar el impacto dramático a la música. En la nueva versión, la rola inicia cuando Julieta mantiene un arma apuntando a su propia cabeza. Thom ha dicho que otras influencias en la composición fueron Ennio Morricone en las partes más dramáticas y las canciones del disco At Folsom Prision de Johnny Cash. La canción no fue incluida en el soundtrack a petición de la banda, por lo que la incluyeron en el nuevo disco. El inicio de la rola es acústico (la influencia de Cash?), con Yorke susurrando casi al borde del llanto sobre dos jóvenes amantes que descansan antes de ser descubiertos. Al 1:27 entran unos coros muy góticos, con un contraste de voces muy profundas y muy agudas, que dan mayor dramatismo y sensibilidad a la canción. La batería entra con tremendo redoble al 2:47, junto con la guitarra tocada con efecto de mandolina, un bajeo muy elástico y el melotrón (yo creía que eran sintetizadores distorsionados), haciendo un crescendo impresionante. El clímax final nos muestra Yorke otra vez al borde del llanto repitiendo "We hope that you choke, that you choke…" con sonidos de tormenta al fondo, mientras la música se desvanece. En los conciertos, Jonny usa una moneda como slide y un pedal especial para hacer esos sonidos raros de al final, que en la original, de hecho es la reproducción de una pista de niños jugando, reproducida al revés. El director de la película, Baz Luhrmann, llegó a decir que era una de las mejores canciones de créditos jamás hecha. Salvo por la del Abogado del Diablo, que obviamente no fue compuesta específicamente para la peli, no podría estar más de acuerdo.

La quinta canción es “Let Down”, cuyos arpegios recuerdan más al sonido de The Bends. Muchos la consideran como una de las sobresalientes del disco, pero en lo personal, aunque la puedo disfrutar, no me parece muy destacable en el contexto del disco. La rola tiene buenos arpegios (que insisto, me parecen más del disco anterior) y un piano eléctrico muy mono, semejante al de “No Surprises”, pero que en esta rola me suena un tanto cursi. Otro punto de la canción a destacar es el profundo bajeo, no por espectacular, al contrario, muy simple, pero redimensiona y soporta toda la canción. Además, el solo de Jonny Greenwood, al 2:30 está en un compás totalmente distinto al del resto de la canción. No hay nada malo en la canción, pero tampoco encuentro nada espectacular en ella.

Luego llega “Karma Police”, que presumiblemente, después de “Creep” es la canción más famosa de la banda y por la que la mayoría de la gente retomó el hilo de este grupo. Al menos, después de “Paranoid Android”, es la mejor del disco. La canción es endiabladamente pegajosa, compleja, pero mucho más accesible que la del androide, y se convirtió en la punta de lanza del disco con esa base de piano interpretado por Jonny, la simple pero efectiva batería de Phil y el impresionante despliegue vocal de Thom. El título lo tomaron de una broma muy simple, no sólo basada en el tema “Instant Karma” de Lennon, sino en una broma casi universal de decir, cuando uno hace algo mal, que va a pagar con el karma. La primera parte, donde predomina el piano, tiene una secuencia de acordes muy semejante a “Sexy Sadie” de los Beatles (y quizá algo de la letra también tiene influencia de), desde el inicio y sobre todo en el puente donde queda Yorke cantando “This is what you get…” La banda también ha dicho que hubo cierta influencia de “Aida” de Sara McLachlan. En realidad no importa si es más accesible y si tomaron cosas prestadas de una canción menor de los Beatles, es una canción inmensa y con el suficiente trabajo individual para ser considerada una joya. La rola la presentaron desde la minigira americana de 1996, en un concierto que le abrieron a Alanis Morissette. Esta canción no tiene un coro convencional, sino esos puentes mencionados donde Yorke se queda solo cantando con el piano. Además está compuesta por dos piezas muy distinguibles, la primera con la intro de piano y los versos “Karma Police, arrest this man, He talks in maths, He buzzes like a fridge, He's like a detuned radio…”, en los que se van dando las progresiones de acordes semejantes a “Sexy Sadie”. En esta misma parte vienen los hermosísimos puentes donde cambia el tiempo y la instrumentación se detiene para que Yorke cante “This is what you get when you mess with us”; yo creí mucho tiempo que decía “mess with love”, pero al parecer es otra dedicatoria a la chica que inspiró “Paranoid Android”. En esta fracción, hay un sintetizador análogo que suena como un coro muy discreto al fondo. Al 2:30 inicia la segunda parte: "For a minute there I lost myself", con la voz cargada de eco y una figura muy melódica en los coros como contestando. Ed O’Brien hace un slide con su guitarra mientras todo va cimbrando tintes cada vez más etéreos y nos quedamos con la distorsión del pedal de Ed. Un himno absoluto, de la que no se puede decir más, sino que es magnífica.

El séptimo track es “Fitter Happier”, y enfatizo “Track” porque no es una canción en sí. Es más bien como una lista-poema recitado a través de un sintetizador de voz para eliminar cualquier emoción. La única música es de un teclado tocando notas aparente al azar, con una voz en el fondo y algunos efectos electrónicos. Este track siempre me ha parecido muy sinistro, pero imposible de dejar de asociar a “Karma Police”. Cuando uno pone atención a las letras, es un mórbido ataque a la rutina a la vida. Yorke ha dicho que la escribió como una lista de mensajes publicitarios de la década de los ‘90s, y dijo que la considera como "lo más inquietante que he escrito”. Originalmente era la que iba a abrir el disco, pero al final se decidió ponerla en medio. Insisto, no es una canción tal cual, pero como track cumple su función inquietante de romper los nervios, por lo que no se puede considerar de relleno ni marcarla en azul.

“Electioneering” es la canción más rockera del disco, pero también podría ser la peor. El riff es potente, pero muy repetitivo a lo largo de la rola. La batería luce implacable, y me parece que hasta suena un cencerro. Musicalmente pues no se me hace nada espectacular, aunque tampoco mala. Lo mejor son las letras, que atacan a los políticos y su incapacidad para adherirse a sus principios, si es que los tuvieron. El verso "I trust I can rely on your vote" es una muestra de que a estas Alturas, Radiohead se estaba volviendo cada vez más político, y dicen que se inspiraron en escritos de Noam Chomsky. Decente, furiosa, pero no al nivel del resto.

Con “Climbing Up The Walls” retoman el gran nivel y hacen otra atmósfera escalofriante y detallada. De verdad, esta es una de las canciones más terroríficas que he oído en mi vida, por la ambientación con ruidos como de insectos, la batería metálica, de ritmo lento y casi fúnebre, la voz que también suena solemne, muy solitario y con cierta distorsión. Además las letras también son espantosas (en el buen sentido), haciendo alusión sabe a qué, y en eso radica su horror, no se sabe si a un enfermo mental, al monstruo del armario, a un asesino en serie. La canción se va volviendo cada vez más oscura, con los efectos más densos, es como meterse en una niebla cada vez más espesa, y siempre me recuerda algunas partes de la película Silent Hill. Jonny Greenwood escribió una sección de cuerdas muy compleja, grabada con 16 instrumentos, que termina dando más intensidad. El solo de guitarra al 3:10 es muy pero muy sencillo, pero efectivo ya que recuerda las alarmas contra bombardeos o incendios que tenían ciertas ciudades. Al final Thom termina entre gritando y lamentándose de una forma que te eriza la piel. Impresionante.

Después llega la encantadora “No Surprises” para darle un giro de 180 grados al mood de la canción anterior, la calma después de la tormenta. Viene siendo una hermosísima balada, casi una canción de cuna por el uso del xilófono que le da un toque tierno y juguetón, duplicado por la guitarra de O’Brien, y muy fuera del estilo de lo que la banda nos tiene acostumbrados. La guitarra acústica también sirve para suavizar los sonidos, y entretejen armonías vocales a partir de la segunda mitad de una manera muy delicada, recordando mucho en melodía y armonía algunas cosas del Pet Sounds de los Beach Boys. La música es relajante, no es sencilla, aunque está elaborada para parecerlo, y uno termina con ganas de ponérsela a su bebé para dormir dulcemente… hasta que ponemos atención a las letras, que son contractantes. La lírica de la canción es absolutamente deseseperanzadora, cínica, que muchos interpretan como un grito suicida: “A heart that's full up like a landfill, A job that slowly kills you, Bruises that won't heal”. Hermosa canción, con la banda haciendo una crítica durísima a la sociedad apática, y de paso una de las canciones mejor armonizadas de su carrera. Otra de mis favoritas for ever and ever.

Entramos a la recta final con la penúltima rola, “Lucky”, que tenían hecha desde el ’95 y estuvo fuera del proceso de grabación para este disco, ya que originalmente fue para el disco The Help Album de la War Child. Aunque no fue realizada en el proceso del OK, me parece que entra más en el ambiente del disco que “Electioneering”, y es una de las destacadas del álbum. La canción inicia con Ed haciendo un efecto raro en su guitarra, apretando las cuerdas cerca del cuerpo y usando el tremo para hacer un vibrato con el feedback, dando ese efecto como de grillos, Thom entra con una voz conmovedora. La canción prende al 1:10, sin sonar estridente, pero logrando una enorme impresión por la melodía vocal y los majestuosos arreglos de guitarras. Después del coro, entra otro sintetizador que hace efectos de coros y la canción va a creciendo y creciendo lentamente, dando la impresión de un alma que se eleva y ve su propio cuerpo, como lo intentó de hecho la banda. El coro es majestuoso, "Pull me out of the air crash, pull me out of the lake, 'cause I'm your superhero, we are standing on the edge..." y después del Segundo coro hay falso final, pero las guitarras hacen un Puente instrumental para regresar con ese ritmo semilento e hipnótico, hasta terminar en un delicioso caos. Líricamente retoma la idea de los accidentes, esta vez uno aéreo, aunque es más ambigua.

El disco cierra con “The Tourist”, que me parece una manera brillante de acabar. El grupo se toma las cosas con calma, sin intentar que nada suceda, se entretienen creando las atmósferas, reflejando la intención en las letras "Hey man, slow down". Es una canción bella, sin prisas, de las que uno escucha y no puede evitar sentir calma, relajarse, después del delicioso pero accidentado viaje en montaña rusa del resto del disco. Los arpegios de guitarra de Jonny son muy bien logrados y los que guían toda la rola. De hecho, la canción es prácticamente de él y para él, ya que necesitaba bajar el ritmo, como diciéndose “idiota, ve más despacio”. Muy bien construída, y a pesar d eque parece que no pasa nada, de repente nos encontramos con que, sin saber a qué hora, ha subido la intensidad y hay un espectacular solo al 3:50, la batería hace unos arreglos impresionantes y los coros y teclados vuelven a crear atmósferas mastodónticas al fondo. El final es muy rico, bajando el tiempo abruptamente dejando sólo un bajo punteado y los platillos de Phil para desaparecer con el bling de un triángulo. Uno siempre tarda un instante para darse cuenta de que el disco ha terminado.

 

El disco es enorme, no hay duda. Para muchos, este es el mejor disco de los últimos 15 años. Para los que conocen más de la banda, aún habrá polémica sobre si es mejor que el Kid-A, o el The Bends, pero eso en realidad no importa, su calidad no está en duda. Es un disco prácticamente perfecto, con casi todas sus canciones muy buenas, salvo un par que sin ser tremendas, todavía se mantienen. Marcó las pautas musicales para el nuevo milenio, sirvió de frontera entre las generaciones de músicos (a partir de entonces U2 sonaría a viejos jugando con electrónica), fundó escuela, desde bandas imitadoras como Cold Play, Keane, Muse, etc, hasta en las técnicas vocales, de guitarra y batería (no sé si a Colin también le habrán salido alumnos al bajo, pero no me sorprendería). El OK Computer es un disco fundamental, porque en pocas palabras, podemos decir que es el disco en el que el futuro alcanzó a la música, o viceversa.

Sin embargo, ahondando un poco, tuvo también impacto negativo, como casi todos los discos míticos. Poco después del Sgt. Peppers, Brian Epstein moriría, y marcaría el principio del fin de llos Beatles. El Dark Side Of The Moon fue tan aclamado, que sacó al progresivo del círculo underground, pero tras un par de años, la gente se hartó del virtuosismo, de los solos kilométricos y las letras afiladas, volcándose a la sencillez del Punk y la frivolidad simplismo y vacío del movimiento disco. El Led Zeppelin IV tendría un efecto similar dentro del ámbito del Hard Rock. El OK Computer significó una cima. Una muy alta, una inalcanzable. De pronto, los géneros dominantes de la primera mitad de los 90’s, que influyeron bastante en el sonido del álbum y que de por sí ya estaban presentando un agotamiento, dejaron de tener razón de ser. Y es que el Brit Rock y el Grunge estaban basados en sonidos más básicos, sin influencias electrónicas. De pronto todas las bandas estaban incorporando loops y sonidos computarizados, y tanto el Brit Rock como el Grunge terminaron deteriorándose de tal manera que acabaron su era. Aún algunas bandas sacaron algún material, pero definitivamente sin la misma calidad, sacando cualquier cosa. La influencia electrónica se puso de moda, los DJ’s salieron de los antros y las raves, y la transición del milenio estuvo marcada por una especie de hueco del Rock, con las grandes bandas en franca decadencia.

De cualquier modo, no se puede culpar totalmente a Radiohead de esto. El disco es enorme, una demostración brillante y gigantesca en los aspectos líricos, musicales, en la inspiración de emociones, en la creación de texturas… y es uno de esos trabajos que, independientemente de los gustos musicales, todo mundo necesita oír. No es una escucha fácil, ningún álbum de Radiohead lo es, pero si no lo has oído por alguna extraña razón del destino… qué esperas?? Es tu oportunidad de oro para descubrir que hay algo más allá de Lady Gaga y Britney Spears, algo llamado música de verdad!!

Sirva además para anunciar que esta es la reseña de disco # 100 de La Caverna.

 

Por Corvan 

2/Jul/2010

Letras de El Traductor de Rock

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