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TOMMY (The Who, 1969)

Artista: The Who (B+)

Fecha de Grabación: Sep '68 - Mar '69

Fecha de lanzamiento: 23 de Mayo de 1969, UK

Discográfica: Polydor 

Productor: Kit Lambert

Calificación: 10 (MUST HAVE, DISCO ICÓNICO) 

Era: Hard Rock (1968-???)

Subgénero: Hard Rock

Mejor Canción: Piball Wizard, o We’re Not Gonna take It, o Christmas, o Amazing Journey/Sparks…

Canciones: 1) Overture 2) It's A Boy; 3) 1921; 4) Amazing Journey; 5) Sparks; 6) Eyesight To The Blind; 7) Christmas; 8) Cousin Kevin; 9) The Acid Queen; 10) Underture; 11) Do You Think It's Alright 12) Fiddle About; 13) Pinball Wizard; 14) There's A Doctor I've Found; 15) Go To The Mirror; 16) Tommy Can You Hear Me; 17) Smash The Mirror; 18) Sensation; 19) Miracle Cure; 20) Sally Simpson; 21) I'm Free; 22) Welcome; 23) Tommy's Holiday Camp; 24) We're Not Gonna Take It.

 

Este es un disco mítico. Usualmente es considerado como la primer Rock Ópera de la historia. La verdad es que Los Pretty Things le ganaron a The Who un año antes con la Ópera Rock S.F. Sorrow. Pero la cuestión es que nadie la ha escuchado, o son muy pocos, por lo que tuvo muy poco impacto a diferencia del Tommy, que se convertiría en la semilla para las posteriores Rock Óperas y álbumes conceptuales de la historia. El mismo Townshend diría que se inspiró en S.F. Sorrow para animarse a hacer este proyecto, así que la paternidad del concepto no está en duda, pertenece a los Pretty Things. El detalle es que los mismos, para crear su propio S. F. Sorrow, se inspiraron en “A Quick One (While He’s Away)”, una canción multiparte conceptual de 9 minutos de… adivinen QUIÉN?

La cuestión es que este disco es aclamado por trillones de personas y considerado uno de los mejores de la historia del Rock. Inclúyome. Pero también tiene su buena cantidad de detractores, que lo consideran una farsa, más que nada porque la historia es débil, y según ellos patética. Primero que nada, esos tipos posiblemente jamás habrán escrito nada que no sean críticas ácidas, ya no digamos, algo de música. Escribir y desarrollar una idea para dar forma a un cuento o una novela es algo absolutamente complejo, que nos parece sencillo a simple leída, pero realmente requiere bastante esfuerzo para el escritor. Hagan la prueba. Si en prosa es algo terriblemente complicado, ahora traslademos esa dificultad a un álbum conceptual, donde las canciones no sólo se deben enlazar para hacer en conjunto una historia convincente, en donde cada canción sería el equivalente a un “capítulo” de la novela, con introducción, nudo y desenlace, sino que además se le debe de agregar música, de manera que las emociones y el mensaje queden también reflejados en las melodías y la instrumentación. Ahhh! No suena tarea sencilla, verdad?

Ahora, sobre que la historia es débil, idiota e infantil, no se los voy a rebatir. La historia empieza con Capitán Walker, oficial británico que desaparece en la Primera GuerraMundial. Su esposa da a luz a su hijo mientras él está en la guerra y termina dando por muerto a su marido desaparecido. Después de 4 años, él regresa en 1921 para encontrar que su esposa tiene un amante, se bate con él, y lo mata. Tommy, su hijo, es testigo del asesinato y queda traumado. Cuando sus padres le dicen que “no vio ni oyó nada”, termina tomándoselo muy literal y queda mudo, sordo y ciego, (y medio tarado) para convertirse en una especie de bulto catatónico que transforma sus emociones en música. Una Navidad sus padres se dan cuenta de que Tommy no sabe rezar ni sabe nada de Jesús y se preocupan de que se vaya a ir derechito al infierno. Posteriormente Tommy sufre abuso de su primo Kevin, quien se divierte torturándolo hasta que se harta de que su primo tenga tan poca reacción. Luego, ya más crecidito, un padrote conocido como “The Hawker” le promete a Tommy y a su madre un “método  MUY alternativo” para curarlo, que consiste en que una prostituta llamada Acid Queen lo arregle a través de dosis exorbitantes de sexo y LSD. Tommy no se cura, pero agarra un viajesote de campeonato. Como la cura no sirve, lo dejan con su tío Ernie, que para acabarla de amolar, es un pederasta sádico que sodomiza al pobre Tommy. Después de esto, el muchacho se da cuenta de que tiene una especie de superpoder con el Pinball y le pone una paliza al vigente campeón mundial de Pinball. Lo cual no atino a saber cómo si es ciego, sordo y medio idiota, pero es lo de menos. El caso es que con esto se vuelve una especie de celebridad. Con su fama, el padre encuentra un médico que se ofrece a curarlo, y tras varios estudios, encuentra que el problema de Tommy es psicosomático más que físico, pero no atina a dar con la cura (una lumbrera el doc). Su madre se da cuenta de que Tommy se embebe frente a un espejo, a pesar de que supuestamente no puede ver, así que termina rompiendo dicho espejo y Tommy vuelve a la normalidad milagrosamente. Este “regreso a la vida” lo convierte en una celebridad aún mayor, y Tommy se vuelve una especie de mesías. Durante una de sus presentaciones, una chica llamada Sally, hija de un reverendo, va a escucharlo, y en medio de la turba sale lastimada de la cara por la policía que intenta contener a la multitud. Luego Tommy abre su casa para aquéllos que quieran alcanzar el estado de gracia y pronto se llena, por lo que abre un campamento alrededor de ella, el cual es administrado por su tío Ernie, quien comienza a lucrar con la gente. Finalmente, Tommy, medio vuelto loco por el poder, pide a sus discípulos que se queden ciegos, sordos y mudos para que puedan alcanzar el nivel de iluminación que alcanzó él mismo, y la gente, evidentemente, lo rechaza y lo deja solo.

Todo esto no es tan evidente como lo cuento, por supuesto. Las ideas son muy abstractas y deben ser encontradas en entrelíneas dispersas en las canciones. De hecho, para entenderlo cual tal lo narré, fue necesario que Pete Townshend lo explicara con peritas y manzanitas en múltiples entrevistas, y después ya quedó más claro con la película de 1975 y la obra de Broadway. La cuestión es que la idea principal, un chico sordo, mudo y ciego que se convierte en un gurú del Pinball, suena tremendamente idiota para sus detractores. Y quizá lo es, pero la idea es lo suficientemente simple como para volverse memorable y grandiosa. Al menos es más evidente como concepto que la idea de una Banda de Corazones Solitarios del Sargento Pimienta cantando con un tal Billy Shears un montón de canciones, el cual es el único concepto (si lo hay) del Sgt. Peppers. Y es bastante más simple y memorable que otras Óperas Rock, como el Quadrophenia de los mismos The Who, o el The Wall de Floyd. En ese aspecto, Tommy es bastante más directo y efectivo, y los 24 tracks ajustan perfectamente para narrar la idea que Townshend quiere describir, a diferencia del The Wall, en el que la idea de Waters parece quedarse corta y resulta un tanto confusa por el nivel de profundidad que pretende.

Musicalmente es una joya, y quizá esto es lo que lo diferencia de otras Óperas Rock. Este es el mejor momento creativo de Townshend como compositor. Él escribió casi todos los temas, a excepción de uno de Enwistle, otro de Moon (en teoría lo escribió también Pete, pero se ignora porqué se lo atribuyó a Keith) y un cover de Sonny Boy Williamson. Lo sobresaliente es la cantidad de riffs de tremenda manufactura que hay en el disco. Rolas como “Pinball Wizard”, “Amazing Journey”, “Sparks” “I’m Free”, “The Acid Queen”, “Go To The Mirror”, “See Me Feel Me” y “We’re Not Gonna Take It” son monumentales, pegajosas, y sorprendentemente buenas, responsables en buena parte de que Townshend haya sido considerado por fin como un guitarrista de primera categoría. La mayoría de los temas son además acústicos, aunque no faltas las características explosiones eléctricas, pero ya usadas con mayor madurez y sin tanto feedback. Además de los grandes clásicos, hay temas menores, que van de los quince segundos al minuto y medio, y que sirven de enlaces para la historia, aplicando lo que hicieran en el Sell Out, pero de manera más efectiva. Todo está en función de la historia; la música va creando texturas en función de la ópera, y va alineada con las emociones que pretende transmitir. Y finalmente está ese “tema o figura musical central”, que vendría siendo el de “See Me Feel Me” que se repite varias veces en distintas canciones a lo largo del disco.

Los demás integrantes de la banda también aportan. Roger canta de manera convincente, alcanzando ahora sí un dominio absoluto de su voz, luciendo poderoso con su rugido o conmovedor y emotivo según se requiere, aunque el mismo Pete canta una buena cantidad de temas. El bajo de John sigue creciendo, volviéndose cada vez más “expansivo” y creativo, ya cerca también de su mejor nivel. Keith ya está convertido en un monstruo, y hace un derroche espléndido de técnica a lo largo del disco. La banda ya está pues en plena madurez y lo demás será mantenerse lo más que puedan. Otro detalle es que Pete, Roger y John se las ingenian para hacer algunas armonías vocales triples (en ocasiones se doblan para lograr más) que suenan verdaderamente espectaculares, y además agregan pianos y teclados de manera discreta, pero aún no tan prominentemente como los sintetizadores del siguiente disco de estudio. Tenemos por ahí algunos cornos franceses y pequeños trucos de estudio, pero prácticamente es la alineación normal de The Who, un Power Trio más el vocal haciendo un despliegue virtuoso de técnica, con un sonido básico, pero suficiente. Cuenta la leyenda que Townshend tenía la intención de agregar orquestaciones para dar un sonido más redondeado y psicodélico, pero ya entonces llevaban 8 meses grabando y la disquera estaba exigiendo  la entrega del disco. A final de cuentas, creo que fue para bien, ya que el sonido más “crudo” de la instrumentación es más que suficiente, no falta ni sobra una sola nota, y agregarle más quizá hubiera sido arriesgarse a sobreproducirlo. No es que no me guste el detallado del Quadrophenia, también es majestuoso, pero prefiero la sencillez y efectividad del Tommy. Vámonos con las canciones que son bastantes.

 

El Tommy arranca con “Oberture”, un tema instrumental que sirve de entrada triunfal para la gran obra. La canción es majestuosa, y desde la misma entrada uno sabe que está ante algo diferente y muy especial. La canción tiene varias secciones y cambios de ritmo, recorriendo algunos de los riffs o “temas musicales” que veremos a lo largo del disco. Hay algunos pianos discretos, y John Entwistle se estrena de gran manera como intérprete de corno al hacer algunos buenos solos que le dan una vibra única a la canción. Al 1:30 mas o menos tenemos una angelical melodía vocal con las 3 voces. Ah, y desde la entrada Moon suena colosal, haciendo sus redobles y recorriendo la batería a su peculiar estilo, pero sin asfixiar las canciones. Hacia el 3:50 la canción baja de rimo y Pete se queda con su guitarra acústica haciendo algunos arreglos muy buenos. En los últimos instantes entra la voz y nos da a entender que el Capitán Walker ha sido dado por muerto en la Gran Guerra. Una gran, espectacular intro para esta maga obra.

La Ópera inicia en sí con “It's A Boy”, un tema muy simple, con John nuevamente haciendo un arreglo de corno muy profesional y cálido, y Pete haciendo arpegios muy gentiles mientras el doctor (o la partera) le anuncia a la Sra. Walker que es un niño, y al final de los apenas 40 segundos la banda repite a coro “A Sooooon, A soooon”.

Continuamos con “1921”, que con el simple título (astuto Pete), nos brinca 4 años, con la madre de Tommy con un amante que piensa inocentemente que 1921 va a ser un gran año, y así empieza la canción, muy ligera y optimista, con unos guitarreos, felices. En eso llega el Capitán Walker, quien sentencia al tipo mientas la música se va volviendo amarga, y mata al amante. La madre se pregunta en unos dramáticos puentes “What about the boy”. Y entonces Roger, Pete y John hacen un juego a varias voces en el que se da a entender que ambos padres le recitan al niño: “You didn't hear it.” Y Tommy responde “(I heard it)” ellos insisten “You didn't see it. (I saw it) You won't say nothing to no one (I won't say nothing to no one) Never in your life. (never in my life). Este fragment es importantísimo, porque explica el catatonismo del chicquillo, que no hace sino obedecer el resto de su vida las órdenes de sus padres. Musicalmente es hermosa, una balada que empieza con arpegios cristalinos de piano que después son reemplazados por la misma figura en guitarra. Los cambios van sirviendo para imprimir y reflejar el drama temático, y funciona realmente de principio a fin. Muchas veces no es muy tomada en cuenta, pero la canción está construída con una inteligencia apabullante por parte de Pete, que usa todos los recursos posibles (incluso varias voces) para lograr el efecto. Y Roger por su parte, es capaz de enchinarte la piel por la emotividad con que canta algunos fragmentos. La canción termina al 2:50 con unos rasgueos melancólicos, y un último grito de la madre: “What about the boy?”

Seguimos con “Amazing Journey”, donde inicia Pete muy tranquilo con sus rasgueos y parece que vamos a seguir en el mismo tenor que la anterior cuando al :45, el Sr. Moon se nos desquicia y nos regala un despliegue inconmensurable de artillería que por sí mismo le inyecta un poder impresionante al mismo riffeo del principio. Aquí es cuando nos damos cuenta que Keith ha alcanzado ya su máximo nivel como baterista, síganlo el resto de la canción y vean como es imposible meterle un solo tamborazo más sin perder la elegancia. Roger canta en un tono agudo e hipnótico, y nos narra como Tommy se vuelve ciego, mudo, sordo y tonto. Tommy tiene 10 años y vive metido en sí mismo, en un delirio en el que transforma sus emociones en música. Al 1:35 cambian a un ritmo más festivo y machacón y cierran de nuevo con ese riff como con destiempos, que se liga a “Sparks”.

“Sparks” es otro tema instrumental, con unos efectos psicodélicos de claves grabadas al revés que dan la impresión de chillidos de gaviotas (algo remotamente parecido a “Tomorrow Never Knows”) y un breve sólo eléctrico también grabado al revés. Esto intenta reflejarnos el viajesote mental que vive Tommy en su interior. Al minuto cambian el ritmo y John hace una línea-solo de bajo monumental, mientras también Moon hace lo suyo. Luego bajan las revoluciones de nuevo y nos muestran otro riff combinado de bajo con guitarra del 1:40 al 2:10. A partir de entonces cambian a otro tema musical, más agresivo y dramático, con remates de los platillos de Keith. Este tema se va difuminando hasta cerrar la canción al 3:47. Para ser instrumental es un tema verdaderamente fascinante y sigue transmitiendo emociones distintas en cada fragmento. Escúchenla con los ojos cerrados!

Después tenemos “Eyesight To The Blind (The Hawker)”, un tema original de Sonny Boy Williamson. Townshend tomó un blues del ‘51 y lo redecoró para que quedara como ni mandado a hacer. De hecho no desentona en absoluto. Roger hace una voz amenazante y poderosa, impersonando a un tal Hawker, un padrote que presume a una de sus mujeres, que es tan buena en los suyo que es capaz de curar a los ciegos. Musicalmente hacen una especie de marcha que queda muy a tono con la letra agresiva, perdiendo la esencia bluesera y encajando muy bien al resto del disco, de modo que casi nadie se dará cuenta que es un cover si  no lee los créditos.

“Christmas” es otro de los puntos fuertes del disco que usualmente no son muy tomados en cuenta. Un verdadero despliegue de riffs inteligentísimos y cátedra de batería. El riff con que abre es juguetón y alegre, con Roger cantando sin respiro mientras John y Pete hacen divertidísimas voces de soporte que suenan como gallinas cacareando. Los padres de Tommy se preocupan aquí porque va a ser Navidad y Tommy no parece darse cuenta de su significado, ni de Jesús, y temen por la salvación de su alma. Entonces tratan de “despertarlo”, con ese cambio de ritmo al 1:55, con la madre gritándole histérica “Tommy can you hear me???” otro de los temas musicales que se repetirán. Al 2:30 hay otro cambio, con Tommy respondiendo tiernamente “See Me, Feel Me, Touch me”, aunque sus padres no lo oyen, evidentemente. Si la voz de Daltrey no te conmueve casi hasta las lágrimas en esta sección, entonces ve inmediatamente a tu cardiólogo más cercano para ver qué anda mal contigo.

Luego tenemos “Cousin Kevin” con un arpegio y una batería que van llevando la rola, pero lo que hay que seguir son las armonías vocales entretejidas, agridulces, impresionantísimas. La rola está acreditada a Entwistle, única aportación suya al disco, pero se aprecia que Pete haya permitido una colaboración al menos. Es un tema menor, pero que alcanza momentos dramáticos por el espectacular manejo de los platillos de Keith, haciendo vaivenes todo el tiempo. La rola describe al malvado primo Kevin, un típico bully abusón que le pone unas palizas al indefenso Tommy.

Parece que los abusos surten efecto porque finalmente lo llevan con la “doctora” recomendada por “The Hawker”. Se trata de “The Acid Queen”, una prostituta que intenta curar a Tommy con sexo y LSD. La canción es otro de los grandes clásicos del grupo, con un riff muy guitarrero, una batería de metralleta y una impecable interpretación vocal, esta vez del mismo Pete. El solo es sencillo, con guitarra eléctrica, pero suena salvaje, y la canción en sí logra dar una idea de cómo se lo pasó el pequeño Tommy.

Bueno no. El efecto del ácido corre a cargo de "Underture", que vendría cerrando el primer disco. Es un tema instrumental de poco más de 10 minutos. Muchos lo acusan de ser un relleno vil para completar el disco doble, pero la verdad es que es un verdadero catálogo de riffs y una cátedra de ejecución instrumental, nuevamente revisando los “temas musicales” a lo largo del álbum. Los vaivenes, cambios de mood y ritmo se supone que nos dan una idea de los efectos del ácido y el sexo en Tommy. Seguramente fue toda una experiencia! No dudo que haya sido una especie de relleno originalmente, pero si todos los discos tuvieran relleno de este nivel no habría discos con calificación menor a 8! Cierren los ojos y disfruten del viaje…

La segunda parte abre con “Do You Think Is Allright”, un mini tema de 25 segundos donde destaca la manera en que se entretejen las voces, y los padres se preguntan si deben dejarlo con el Tío Ernie después de que la “Acid Queen” falló en su intento de curarlo.

“Fiddle About” es un tema bizarro y siniestrísimo, donde, si Tommy no era suficientemente miserable, es sodomzado por el tío Ernie. Musicalmente tiene un mood bizarro, desde la intro con cornos, la rara melodía y luego ese coro repetitivo que te crispa los nervios. Si no supiera que esa es precisamente la intención la pondría en azul. A veces me recuerda los temas estroboscópicos de Syd Barret en el debut de Pink Floyd. Dura sólo 1:30, pero el final es tan abrumador que realmente te hace sentir en los zapatos del pobre Tommy. El tema está acreeditado a Entwistle.

Sigue otra obra maestra, “Pinball Wizard”, una de las obras cumbres del Rock, con todas las virtudes de Townshend a la guitarra, desde ese guitarreo acústico que se combina con los Power Chords (me lo puedo imaginar haciendo el moline de viento con su brazo) para un riff potentísimo y clásico. Debe ser una de las intros más perfectas de la historia. Luego la canción revienta para otro riff eléctrico, y Roger sigue cantando a toda velocidad, narrando como Tommy se vuelve un mago del Pinball, convirtiéndose uno con la máquina, sin distractores, y sintiendo cada movimiento del juego,  de manera que le pone una paliza al campeón mundial. La batería es monumental, con un espectacular manejo de los platillos. Al 2:15 la canción parece parar, pero repiten la formidable intro a manera de outro en un fade out. Una joya. Además de ser el tema central del disco, fue uno de los sencillos más emblemáticos de The Who, quizá su canción más famosa y representativa. Si obviamos la letra, es una rola poderosísima y de una ejecución impecable. Dura poco menos de 3 minutos, pero siempre, siempre me deja deseando que durara al menos el doble. Todo un clásico.

“There’s a Doctor” es un temita inofensivo cantado por Pete, en apenas 25 segundos, con un pianito juguetón y en el que describe a la madre que ha encontrado a un doctor que puede curar a Tommy.

Luego está “Go To The Mirror” con un endemoniado riff eléctrico, y una pegajosa melodía vocal en el que el milagroso doctor se da cuenta de que el niño, incapaz de ver, se embebe en un espejo. Luego viene el conmovedor tema de “See Me, Feel Me”, esta vez agregando un “Heal me” tras lo cual el Doc se da cuenta que hay un intento de reacción dentro de Tommy, y que el problema no es físico, sino psicológico. Así se van intercalando los diálogos con los temas musicales, subiendo y bajando el ritmo de manera dramática. EL doctor le pide que vaya al espejo. Al 2:30 entra una tercer sección, llamada “Listen To You”, combinando la potencia y la distorsión con una hipnótica melodía para hacer un cierre épico y majestuoso. En esta canción confluyen todos los temas principales de la Ópera, y Roger y Pete se van intercalando el liderazgo vocal para representar el diálogo o las voces de los distintos personajes.

“Tommy Can You Hear Me” es otro tema menor, muy rítmico y con buenos arreglos de voz. Dura sólo minuto y medio y en él los padres vuelven a intentar comunicarse con Tommy, sabiendo que sigue ahí dentro.

Luego “Smash The Mirror” con una intro muy poderosa en la que se combinan bajo y guitarra con los redobles. Roger suena salvaje personificando a la madre que se da cuenta de que Tommy se queda hipnotizado “viendo” su reflejo en un espejo, por lo que se da cuenta que sí puede ver. Al :40 hay un espectacular crescendo con el bajo marcando la tensión hasta que esta explota con la madre amenazando con romper el espejo, hasta que escuchamos los vidrios rotos y… bueno sacamos nuestras conclusiones. Este quizá, por su construcción y ese manejo de tensión, sea el mejor de los temas menores del disco.

Continúa “Sensation”, en la que Tommy narra las sensaciones al “despertar” después de que se rompió el espejo. Una canción acústica con arreglos de piano, un buen bajeo y unos remates de trompeta muy curiosos, pero no es particularmente memorable. Tommy se vuelve una sensación y hacia el final narra sobre sus primeros discípulos.

Luego “Miracle Cure”, de apenas 12 segundos. Es un Jingle muy al estilo del Sell Out, un spot de radio donde se esparce la noticia de que el maestro del Pinball ha despertado, y da cuenta de que se ha vuelto una celebridad.

"Sally Simpson” aporta poco a la historia. La considero una canción menor de 4 minutos, con una melodía más bien débil. Pero lleva un buen piano y fragmentos con melodías vocales que rescatan la canción. En la historia, cuenta sobre Sally, hija del reverendo Simpson que se enamora de Tommy y está convencida que son el uno para el otro. Se escapa para verlo en uno de sus discursos, pero cuando Tommy se parece, se desata un caos en la multitud, y la policía responde y de pronto se da cuenta que tiene una herida de 16 puntadas en la cabeza. Al final termina con una cicatriz enorme y casada con un rockstar de California. En realidad solo sirve para darnos una idea del nivel de celebridad de Tommy a estas alturas, pero es de las canciones menos imaginativas, al menos musicalmente.

Luego viene “I’m Free”; otro excelente tema, donde comienza el clímax del disco. Es un tema corto, casi de la mitad que el previo, pero el doble de interesante, con un gran riff, incisivo y en escala, que convirtió este en otro de los temas clave de The Who. Daltrey suena angelical, como si verdaderamente hubiera alcanzado la liberación espiritual que predica Tommy. En la historia exhorta a seguirlo hacia la libertad del espíritu, ya convertido en una especie de Mesías. Los arreglos vocales son también celestiales, y a pesar de la agresividad de la guitarra eléctrica y la batería, las voces en general dan una sensación de búsqueda de paz. Hacia el final hacen una especie de reprise del cierre “Pinball Wizard”. En los conciertos arreglarían el orden de las canciones poniendo esta inmediatamente después de “Smash The Mirror” para que tuviera una referencia más directa a la liberación de Tommy de su estado semivegetativo.

“Welcome” es el único tema que me parece malo. Más que nada porque es demasiado lenta, aburrida y los 4:34 que dura parecen eternos. Prácticamente no tiene melodía y parece un track experimental fallido, con todo y el cambio de ritmo al 1:30. En ella Tommy invita a todos sus discípulos a que vivan en su propia casa, hasta que ésta está repleta. Pudo haber sido un tema mucho más corto…

“Tommy’s Holiday Camp” es más lúdica y divertida. Está atribuida a Keith Moon, quien personifica de nuevo al famoso tío Ernie (un mesías no guarda resentimientos), quien administra el campamento que se tuvo que armar para los seguidores de su sobrino, ya que la casa no fue suficiente. Al menos dura un minuto, y la voz de Keith, más la instrumentación con ese órgano eléctrico y el banjo hacen que sea divertida. Al final, el último “Welcome” lo hace con la misma voz negra de “Boris The Spider”, se acuerdan?

El cierre es monumental, a cargo de “We’re Not Gonna Take It”, otro de los puntos fuertes del disco. Con un órgano y un muy buen ritmo, la canción inicia con Tommy dando la bienvenida a sus seguidores instándolos a jugar Pinball, y si quieren alcanzar la iluminación, a taparse los ojos, tapones de oído y corchos en la boca (al menos no les pidió que se mutilaran). Luego empiezan los puentes que dan nombra a la canción, el primero como un susurro, como si el descontento se fuera esparciendo al principio tímidamente. Para el segundo ya es toda la banda cantando, como si la multitud entera protestara. En medio, los coros son magistrales, sobre todo el segundo: “We're not gonna take it, Never did and never will, Don't want no religion”. Con lo que se da un ligero twist a toda la obra, convirtiéndola en una especie de sátira religiosa. Al 3:30, después de que sus seguidores le hacen saber que no se piensan tragar sus enseñanzas y lo piensan olvidar, Tommy entristece y vuelve el tema de “See Me, Feel Me”, con el que parece pedir perdón al darse cuenta que se queda de nuevo solo. Al 4:30 hay un monumental redoble y e insertan la sección de “Listen To You” para una monumental coda que se extiende hasta el minuto 7 en uno de los momentos más gloriosos del Rock. Para esta coda le insertan un par de estrofas que se van repitiendo como mantra, y que quizá es lo más sensato y hermoso líricamente de todo el Tommy. Este cierre nos deja con un gran sabor de boca por su aura magnificente y colosal, encontrando Tommy por fin el veradero sentido y la verdadera iluminación. Épica!

 

Invariablemente uno se queda con la sensación de haber escuchado algo histórico, y que se sigue manteniendo fresco. Sus detractores se quedan con la idea de una historia inspirada en mucha droga (de eso no hay duda) pero que se queda en un niño ciego, sordo y mudo que juega Pinball, lo cual es solamente “Pinball Wizard”, no la obra completa. El guiño religioso de “We’re Not Gonna Take It” me da para ensar que es una sátira mucho más profunda de lo que parece, y que toca puntos que van desde la cobardía de los supuestos héroes de guerra (tómala Waters!!!), la transferencia de culpa de padres a hijos, las protecciones psicológicas que nos armamos nosotros mismos (aquí está el germen de The Wall!!!), los corrompidos lazos familiares, el fracaso de las drogas y el sexo como respuesta a una generación (!!!!), los “enamoramientos” a las figuras públicas, los abusos de la autoridad, los falsos mesías y el fallo de la religión, y finalmente la moraleja de que la iluminación, el nirvana, es único y personal, no impuesto por nada ni nadie. Pero es simplemente una sospecha mía, jajajaja.

La cuestión es que es un disco que a mi punto de vista puede ser mucho más profundo de lo que parece a simple vista. Ese disfraz bobo de cuento psicodélico encierra bastantes cosas si se le mira bien, y de manera más efectiva y menos rebuscada que el ya mencionado The Wall. Por otro lado (y esto aprovechando par responde a una pregunta que me hacían), musicalmente es de primer nivel, con riffs, texturas, armonías, y se puede disfrutar tanto o más atendiendo meramente al poder musical y las emociones que genera la banda sin hacer caso absoluto de la letra. En este aspecto, el Tommy es quizá el mejor ejemplo de ello. La música, y el Rock principalmente, tienen su fundamento en la instrumentación y en la capacidad de transmitir emociones por parte de la mera música. Si además se da el raro caso de que la letra logra aportar, es un plus. Son raros los grupos que lo logran, y me parece que The Who a partir de aquí lo hace con bastante éxito.

Sobra decir que este es un disco histórico, influyentísimo en muchos discos conceptuales posteriores, que aún hoy día sigue significando un antes y un después. La banda duraría 2 años interpretándolo en vivo, sólo 2 veces entero, el resto eliminado los temas menores y dejando una versión “mejorada y aumentada” como diría el mismo Townshend. De éstos conciertos hay un par de grabaciones consideradas entre los mejores conciertos en vivo jamás grabado, el Live At Leeds parte II y el Live at the Isle of Wight. Sólo pienso reseñar el Live At Leeds I (considerado el mejor en vivo de la historia), no la segunda parte, pero ya ahondaremos en el Isle of Wight, donde hacen un despliegue impresionante en la presentación de este disco. Con él, The Who se convertiría en una de las bandas más poderosas de la transición 60’s-70’s, junto con Zeppelin y los Stones, y mantendrían un nivel muy cercano a esta perfección durante sus siguientes dos discos.

No lo diré muchas veces, pero este debe ser uno de los 10 mejores discos de la historia. Por lo tanto, un Must Have y un 10 indiscutible. Si no lo has oído, seguramente eres ciego, sordo mudo y… ya sabes. 

 

 

Por Corvan 

7/Sep/2011

(Primer reseña original en Webs)

Letras de El Traductor De Rock

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