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THIS WAS (Jethro Tull, 1968)

Artista: Jethro Tull (C)

Fecha de Grabación: Del 13 de junio al 23 de agosto de 1968

Fecha de Lanzamiento: 25 de octubre de 1968

Discográfica: Island Records

Productor: Ferry Ellis

Nota: 7.5 

Era: Progresivo (1968-???)

Subgénero: Progresivo   

Mejor canción: A Song For Jeffrey seguida muy de cerca por Beggar’s Farm

Canciones: 1) My Sunday Feeling 2) Someday The Sun Won't Shine For You 3) Beggar's Farm 4) Move On Alone 5) Serenade To A Cuckoo 6) Dharma For One 7) It's Breaking Me Up 8) Cat's Squirrel 9) A Song For Jeffrey 10) Round 

Para el que no lo sepa, Jethro Tull fue un agrónomo inglés que a principios del S.XVIII patentó cierto modelo de cosechadora. Más de dos siglos y medio después de su exitoso invento, una de las bandas de Rock más peculiares de todos los tiempos decidió adoptar su nombre...

La historia del nombre de Jethro Tull surge de la pobre aceptación que tenía la banda en sus inicios. Les costaba mucho que les contratasen para tocar en un local. Que les volviesen a llamar para una segunda o tercera actuación les resultaba casi imposible. Así que cuando nadie les llamaba lo que hacían era cambiarse de nombre y ofrecerse de nuevo al empresario de turno como si se tratasen de una banda  distinta. En cierta ocasión tenían que negociar con un empresario que también tenía negocios en el sector agrario así que cogieron una enciclopedia y se pusieron a buscar un nombre que tuviese relación  con la agricultura pensando que con un detalle como ése se ganarían la simpatía del contratante y el consiguiente contrato, nada menos que en el Club Marquee londinense, donde ya habían actuado con anterioridad como John Evan Smash y como Navy Blue. Se toparon con el nombre de Jethro Tull y lo consideraron lo suficientemente llamativo. Fuese por el nombre o por cualquier otro intangible, en esa ocasión sonó la flauta –perdónenme el chiste fácil- y los J-Tull lograron su ansiada actuación… e inmediatamente después les ofrecieron  volver a tocar. Y luego otra vez y otra más. Y entonces las llamadas y los contratos empezaron a llegar uno detrás de otro -incluído el soñado contrato discográfico-  y Jethro Tull quedó como nombre definitivo. Voilà!

 En cuanto a la archiconocida flauta de Ian Anderson… Ian era consciente de que en aquel verano del ‘67 Eric Clapton estaba muy por encima de todos los demás guitarristas del momento. Detrás de él –según los musicólogos de la época-  venían Jimi Page,  Ritchie Blckmore y Jeff Beck. Fue por aquel entonces cuando irrumpió en la escena un tipo llamado Jimi Hendrix… Anderson veía tan alto el listón –además, en la banda había un guitarrista tan talentoso y solvente como Mick Abrahams- que se fue a una tienda a vender su Stratocaster. No le dieron el dinero que pedía pero le ofrecieron un cambio por algo que viese por allí y le gustase. Lo único que le convenció fue una flauta de estudiante que colgaba de una pared. La noche que Jethro Tull se convirtió en Jethro Tull, en el mítico Marquee, Ian se subió al escenario con aquella flauta en la mano que apenas estaba aprendiendo a tocar.

 Los J-Tull que tocaron durante el primer disco fueron Ian Anderson, Mick Abrahams (guitarra), Glen Cornick (bajo) y Clive Bunker (batería). Muy buenos músicos todos ellos en cuanto a técnica y virtuosismo. La faceta creativa recaía en Anderson y Abrahams a partes iguales. Este  primer álbum, bautizado como This Was, es el típico debut en los que unos jovenzuelos todavía están buscando su sonido (meh! topicazo!). Hay muy buenos detalles que anuncian lo que llegarán a ser en un futuro muy cercano en medio de mucho tema instrumental (cuatro canciones de diez) y de cierto -engorroso y descarado- relleno que podemos intentar justificar con argumentos de falta de experiencia y de contemporaneidad.

This Was abre con My Sunday Feeling que es un blues muy original en cuanto al ritmo pero que no va más allá. Tiene un comienzo repentino en el que da la sensación de que llegamos tarde y que la canción lleva sonando un rato. Lo peculiar de la canción es ese extraño ritmo que parece avanzar a trompicones. Ian juega aquí y allá con una flauta preciosista y Mick se marca un buen solo. Pero aquí la estrella, sin duda, es Clive en la percusión.

Leyendo las crónicas de la época se descubre que Someday The Sun Won't Shine For You es el tema que más aceptación tuvo en un primer momento. Es un blues al estilo clásico en el que los Tull lo bordan. Magnífica asociación de guitarra y armónica con un Anderson pletórico ante el micro. Personalmente me gusta mucho la letra por su sencillez y su deliciosa crueldad, marca de la casa.

Entonces llega Beggar’s Farm y acá estamos hablando de palabras mayores. Estos sí son los J-Tull que conocemos: Riffs de guitarra sencillos y obsesivos, drásticos cambios de ritmo, melodía vocal poco convencional, dramática coda final... y una flauta que se convierte en el centro del universo, magnífica en todo momento. Con un solo que se acerca al nivel superlativo que nos avasallará en clasicazos posteriores como My God, Bourée o Thick As A Brick. Si se animan a montarse un recopilatorio de Jethro Tull, ésta es de las que no pueden olvidar incluir.

Move On Alone es un tema muy amable y tranquilo y muy corto cuya línea vocal por momentos parece más digna de una voz como la de -ejemplo- Sinatra que de la cabrona entonación de Anderson… y de hecho aquí el que canta es Mick!! Esta es la única canción en toda la extensa discografía de Jethro Tull en la canta alguien que no sea Ian Anderson. De lo agradable que es la cancioncilla, se antoja demasiado breve. Resalta de sobremanera la guitarra de doce cuerdas de Mick (a la que le faltaban tres) y  el trabajo en los arreglos orquestales de David Palmer (no, no es el senador de Homeland), quien casi una década más tarde se convertiría en miembro oficial de J-Tull y que muchos (muchísimos) años después, tras una operación de cambio de sexo, se convertiría en Dee Palmer.

 El resultado final de este disco deja la sensación de que se trata de una banda de Blues con cierta influencia de la psicodelia dominante y, por momentos, con una ligera fusión jazzistica. Esto no gustó NADA a Ian Anderson que opinaba que llegaban tarde a la escena blusera y que si querían ser gente importante en el negocio deberían explorar nuevos territorios sonoros (creo que el tiempo acabó dándole la razón). Tampoco Mick Abrahams quedó del todo contento, pero justo por todo lo contrario: temas como el cover Serenade To a Cuckoo no entraban en su encorsetado decálogo basado exclusivamente en los típicos patrones rítmicos y armónicos del Blues. Lo cierto es que se produjo una discusión entre ambos y Mick dejó Jethro Tull para formar su propio proyecto llamado Blodwyn Pig. La inclusión de esta canción en el disco era innegociable para Anderson: Había bien poco que había empezado a tocar la flauta y el primer tema que se aprendió fue, adivinen, Serenate To a Cuckoo –“o eso dice él”, se lee en la letra pequeña del álbum-, clasicazo jazzístico del invidente Roland Kirk, de quien además Anderson había adoptado su tan célebre estilo percutido de tocar el instrumento (frullato). Es una pena el desacuerdo entre Ian y Mick porque lo cierto es que a mi me encanta la sociedad que formaban ambos. Para el recuerdo nos queda, entre otros brillantes momentos, el precioso solo de guitarra de Serenate To A Cuckoo que comienza algo después de los 2 minutos y medio en el que, de pronto, se invierten los papeles y la guitarra pasa a ser la gran protagonista sobre el escenario con la flauta –por una vez- como mero acompañante ocasional.

A partir de aquí el disco decae mucho. Con Dharma For One comienza un trecho del disco que estropea el resultado final. Dharma en realidad es un solo de batería con título. La he tiño de azul porque personalmente no me gustan los solos de batería (salvo contadas excepciones como puede ser, por ejemplo el del In-A-Gadda-Da-Vida). Por lo general los encuentro completamente arrítmicos (algo totalmente contradictorio con el propio instrumento) y aburridos y no me interesan lo más mínimo. Pero estamos en plena psicodelia y en este momento el solo de batería es casi tan obligado (y artificial) como el mismísimo bis al final de cada concierto.

Con It's Breaking Me Up regresamos a  la rueda de 12 compases. La armónica toma papel protagonista junto a una guitarra cargada de links pentatónicos y juntas nos regalan un blues muy sólido, de esos que siempre agradan. Muy al estilo Clapton.

Luego suena el segundo cover del álbum: Cat’s Squirrel. Otro tema instrumental. Peor aún: ¡otro solo! Ahora de guitarra. La rola empieza muy bien, sorprendiéndonos con lo que parece un tema cercano al Hard Rock, con la guitarra arrasando todo a su paso, acompañada por una batería muy potente. Pero tras encadenar un par de riffs y de licks bastante prometedores, de pronto todo se viene abajo. La batería pierde toda su energía y la melodía de la guitarra se transforma en un bodrio infumable y repetitivo que se alaaaaarga tortuosamente. Mick regresa un par de veces al riff principal pero para entonces ya se ha perdido todo el feeling y la cosa ya no funciona. Al final, satisfacción por el objetivo cumplido: lucimiento personal de Abrahams y 6 minutos menos a rellenar en el disco. En mi opinión, con Cat's Squirrel ni Jethro Tull ni tampoco Cream lograron acercarse a la versión de Doctor Ross.

Menos mal que llega A Song For Jeffrey para recuperar el nivel de la primera parte del album. Otro imprescindible en la discografía de los Tull. Es una rola dedicada a Jeffrey Hammond, amigo de Ian que un par de años después se convertiría en el bajista de la banda sustituyendo a Cornick. Lo más curioso es que cuando llegó a los J-Tull, Hammond no sabía tocar el bajo… pero eso ya es otra historia de la que hablaremos en otro episodio del Show de los Tull. La rola comienza muy tranquila y casi minimalista, con la flauta tomando el mando y con el bajo como único acompañamiento. Luego se unen la batería muy dismuladamente y la guitarra que inicia copiando la simplísima línea del bajo. De pronto todo se para y arranca con una variación de la misma línea –algo muy típico en los Jethro Tull- pero ahora con un ritmo mucho más trepidante y liderada por la armónica (que a pesar de lo que puedan ver en los playbacks de la época, quien la tocaba era Ian Anderson) y por la guitarra de Abrahams en una espectacular colaboración que a mi siempre me fuerza a mover cabeza y pierna a ritmo. ¿Quién dijo que los Jethro Tull no pueden ser pegadizos? La melodía se adapta como un guante al peculiar y sobreactuado estilo de Anderson, que aquí suena con una voz extremadamente distorsionada. En el estribillo la música se baja hasta casi perderse mientras Ian entona el Don't see, see, see where I'm goin' to, I don't want to para luego reaparecer con toda su fuerza, repitiendo línea melódica con Ian entonando un verso extra que precede a un pequeño solo de flauta con la banda atronando totalmente desbocada. Llegados a este punto, se repite todo desde el principio pero luego del estribillo, en vez de los versos extras y el solo de flauta, se produce  una repentino y traumático corte en el que el sonido se ralentiza y el volumen  se va apagando hasta desaparecer. Falso-falso-final.

Alrededor de esta canción se produjo una de las historias más célebres de Jethro Tull, pues después de producirse la marcha de Abrahams debían tocar en Rock And Roll Circus de los Rolling Stones. Llegó como nuevo guitarrista el gran Tommi Iommy cuyas falanges aún estaban intactas y que ya había formado Earth (que años más tarde pasarían a llamarse Black Sabbath). A Song For Jeffrey fue la canción escogida para la ocasión. Durante su actuación Tommy se sentía totalmente avergonzado ante el teatral sentido del espectáculo de la banda, muy especialmente de Anderson, así que se pasó toda la canción con la cabeza baja, más preocupado de que el ala de su blanco sombrero le ocultase el rostro que de hacer más creíble el evidente playback. Luego del show, Iommi dijo no sentirse cómodo y regresó junto a Ozzy. Fin de la historia.

El disco cierra con Round. Ooooootro tema instrumental. Es un simple pasaje preciosista con la flauta como protagonista que no alcanza el minuto. Demasiado corto para entusiasmar pero igualmente demasiado corto para hastiar. Un final muy tranquilo para un buen debut que sería fantástico como EP, sin tanto relleno.

Para finiquitar la reseña, el título del disco es idea de Anderson. Ese “This Was” hace referencia a que jamás volverían a tocar un album tan blusero como este. El rumbo a tomar habría de ser bien distinto. La portada del vinilo nos muestra esa icónica imagen de la banda vestidos como mendigos, un poco al estilo del Fagin de Oliver Twist de Dickens. Cuesta hacerse a la idea de que esta gente apenas supera los 20 años. Pero la clave está en la impagable contraportada, en la que, entre otros muchos chascarrillos, puede leerse “This was how we were playing them – but things changes. Don’t They.” ¿Notas algo en la espalda, Mick?

por marlaior

3/Abr/2014

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