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SOMETHING ELSE (Album, 1967)

Artista: The Kinks (C)

Fecha de Grabación: Abr-Jul de 1967

Fecha de Lanzamiento: 15 de Septiembre de 1967, UK

Discográfica: Pye

Productor: Shel Talmy & Ray Davies

Calificación: 9

 

Era: La Psicodelia (1966-1969)

Subgénero: La Psicodelia

Mejor Canción: Waterloo Sunset

Canciones: 1) David Watts; 2) Death Of A Clown; 3) Two Sisters; 4) No Return; 5) Harry Rag; 6) Tin Soldier Man; 7) Situation Vacant; 8) Love Me Till The Sun Shines; 9) Lazy Old Sun; 10) Afternoon Tea; 11) Funny Face; 12) End Of The Season; 13) Waterloo Sunset.

 

Los Kinks nombrarían este disco con un simple “Algo Más”, como si realmente fueran un montón de canciones sin gran valor. La realidad es que los Davies y compañía seguían en una tremenda curva ascendente, y este disco supera al Face to Face, con melodías más fuertes, y aún mejores letras.

La banda no perdió tiempo y volvieron al estudio cuando el Face to Face aún no acababa de salir a los estantes. En estas sesiones iniciales de 1966, aún con la producción de Talmy, surgieron “End of the Season” y “Village Green”, y Ray comenzó a coquetear con la idea de un proyecto más grande, lo que a la larga sería el The Kinks Are the Village Green Preservation Society, pero se dio cuenta de que necesitaba más tiempo, y sobre todo, más conocimiento del estudio. Aunque tuvieron algunos avances a fines del ’66, el grueso del disco se grabaría en la primavera del ’67. Como hijo del Verano del Amor que es, tiene algunas influencias psicodélicas, que ni los Davies con sus raíces en la tradición británica pudieron evitar, pero que le sientan bastante bien, sin ser demasiado exageradas. Hay que resaltar que por esas fechas, las bandas se influenciaban unas a otras, y sin duda hay aquí resquicios del Pet Sounds, del Revolver, que a su vez, debieron tener influencia de discos previos de los Kinks.

Esta sería la última colaboración de Shel Talmy como productor. Talmy ya había perdido a The Who, y al parecer no se creía demasiado competente para los arreglos que Ray pretendía, por lo que les fue dando más libertad. Por estas fechas comenzó a prestarle mucha más atención a una banda australiana radicada en Inglaterra, llamada Easybeats, en la que tocaban Harry Vanda y George Young, quien tenía un par de hermanos llamados Malcolm y Angus… pero esa es otra historia. El caso es que Ray Davies estaba aterrado ante la enorme responsabilidad de producir un disco. Sin embargo, logra un gran sonido, con las guitarras acústicas bien definidas, la batería de Avory sin aplastar los demás instrumentos, un buen uso de efectos, pianos, las voces en stéreo... Tenemos por primera vez coros femeninos en un disco de The Kinks (aportados por Rasa, esposa de Ray), y en “Waterloo” usarían una técnica de eco en estudio que sonaba innovadora, aunque realmente era algo que ya existía, pero estaba en desuso desde los 50’s. Steve Marriot de los Small Faces iría corriendo a preguntarle a Ray cómo diablos lo habían logrado en cuanto la escuchó.

El disco tiene críticas en general muy buenas. Starostin dice que es muy aburrido y con mood similar. Bueno, el Pet Sounds también tiene una atmósfera muy similar, no? Ciertamente los Kinks se habían dado cuenta que no iban a poder seguir compitiéndole en el terreno de los rockers a The Who y los Stones, por lo que se habían metido de lleno al Brit Pop que habían ya dominado con el Face to Face. El Something Else es pues una continuación, o mejor dicho, un perfeccionamiento de ese estilo. Es cierto, el disco tiene de inicio a fin una especie de bruma británica dominical, nostálgica, pero alegre a la vez. Pero no por ello puede ser aburrido, teniendo estilos variados que recorren Bossa Nova, Rag Time, ritmos marciales-cómicos, Music Hall, Psicodelia, baladas, pop-rockers, y la canción-más-bonita-del-mundo… Y vaya que logra sacarle provecho al piano de Nicky Hopkins! Además aquí tenemos a un Ray Davies alcanzando un gran nivel como compositor, y sobre todo, como letrista. Las canciones están llenas de humor negro, cinismo, ironía, pero a la vez logra contar historias completas y desarrollar personajes en apenas unas líneas, y eso es una verdadera rareza en el mundo del rock. Ray logra retratar muy bien el ambiente que se vivía en Inglaterra en 1966-1967, desde una perspectiva no hippie. El álbum tiene esa bruma inglesa, pero a la vez el colorido y alegría de la época. Alguna vez leí que los Kinks en esta época no eran demasiado ingleses por esta época, sino demasiado londinenses, y es cierto. Este disco es el retrato perfecto del Swingin’ London, ése que vivía sus últimos momentos de gloria antes de pasarle la estafeta a San Francisco.

Dave también aporta con 3 canciones, y quizá “Death Of A Clown” sea el mejor tema que escribió. El disco, irónicamente, fracasaría en ventas. Esto se atribuye a que, lanzado en pleno Verano del Amor, suena muy tradicional para lo que las hordas hippies deseaban. Ya saben, Doors, Jefferson’s Airplane, Hendrix, algo que te ayude a trippear; para cuando salió, realmente el Swingin’ London ya estaba en decadencia y Haight-Ashbury había tomado su lugar como foco global. Segundo, porque tuvieron la grandiosa idea de lanzar como adelanto los singles “Death Of A Clown” y “Waterloo Sunset”, las mejores canciones del disco. Si la gente ya tenía lo mejor, para qué comprar todo el álbum? Y tercero, porque a Pye se le ocurrió lanzar casi al mismo tiempo un compilatorio de sus grandes éxitos de rockanrolitos de los Kinks. Genius! Afortunadamente a Ray esto le importó un carajo, y habiéndole encontrado el gusto al estudio, renunciaría a las giras para meterse de lleno a su siguiente proyecto, pero esa es ya otra historia…

El disco arranca con “David Watts”, ese divertido tema de los “fa-fafafa-fa-fa’s”, que de inicio, es un tremendo gancho que se te puede pegar a la cabeza por semanas. No es precisamente un rocker, sino una canción de piano con un tempo acelerado. La melodía de Ray es irresistible, sobre todo en los estribillos, y la letra es un ejemplo del cinismo de Ray, que siempre esconde más de lo que parece. Habla desde la perspectiva de un tipo en la escuela, un chico muy promedio que “Can not tell water from champagne”, y ve con ojos de admiración a otro chico llamado “David Watts”. A través de la canción nos muestra a este personaje perfecto, lleno de dinero, capitán del equipo de la escuela, al que todas las chicas tratan de seducir sin éxito. “He is so gay and fancy free”, dice en otro verso. Al minuto 2, queda sólo el bajo de Pete Quaife sosteniendo la rola, para que Ray entre con esos “Wish I could be like…Wish I could BEEE like…” y de a poco se vaya integrando el piano, los “Fa-fa-fa´s” y el resto de los instrumentos. Algunos críticos dirían que era una canción de envidia, o una crítica a la división de clases inglesa. A fin de cuentas, todos tenemos un David Watts, y a la vez, somos un David Watts para alguien... Ray diría después que David Watts era, de hecho, una persona real, un promotor de conciertos homosexual, que tenía un crush con su hermano Dave. Así pues, la canción es una enorme sátira, y los versos mencionados y la imposibilidad de las chicas para conquistarlo cobran un nuevo sentido. Un maldito genio!

 

Sigue “Death of a Clown”, una de las mejores canciones de Dave en toda la discografía de The Kinks. La canción abre con una espléndida y nostálgica intro de piano de Hopkins, que pinzó las cuerdas del instrumento para obtener ese efecto. Luego viene un cálido guitarreo y la excepcional melodía de Dave, que hace una gran interpretación, adolorida, desolada. La letra habla evidentemente sobre la decadencia de un payaso: “I'm drowning my sorrows in whisky and gin, The lion tamer's whip doesn't crack anymore”. Ray ayudaría a su hermano agregando los “La-la-la’s” que canta Rasa Davies, su esposa en esa espectral línea descendiente. Ray no pediría créditos por ese pequeño aporte. El tema es nostálgico, y detalles como las cuerdas metálicas de la guitarra, el efecto inicial del piano, la etérea voz de Rasa, le dan un pequeño toque psicodélico. Algunos la interpretaron como un reflejo de la falsa felicidad que invadía a los jóvenes británicos. En realidad Dave la escribiría después de una fiesta en la que se sentía como un payaso que tenía que entretener y repetir su rutina una y otra vez. La canción saldría como single a nombre de Dave, no de los Kinks, y fue un trancazo. Esto lo haría considerar lanzar su carrera solista, fuera de la sombra de su hermano, pero tras fracasar sus otros sencillos, se lo pensó mejor.

 

Continuamos con “Two Sisters”, con un clavicordio colosal de Nicky Hopkins. Por esas fechas grabarían también “Village Green”, también con Hopkins al clavicordio. Bueno. “Two Sisters” es el tema más corto del disco, con apenas poco más de dos minutos, pero da una cátedra de melodía y ganchos. Es un tema nostálgico, y la instrumentación aporta con ese sabor agridulce y lejano. Habla de dos hermanas, Sylvilla, que está soltera y se mira en el espejo, y Percilla, casada, con hijos, y que mira su reflejo en la lavadora o en las cacerolas donde les prepara huevos a sus hijos. Percilla está celosa de su hermana, de su vida libre, sus amigos. Un día se harta y decide mandar al diablo los platos sucios, las revistas de ama de casa y mandar a los niños con la niñera para ser libre de nuevo, pero luego ve a sus hijos y se da cuenta que está bien, que no tiene nada que envidiar, y sus celos terminan. De nuevo, un montón de teorías surgieron, pero la realidad es más simple: Ray hablaba de él y su hermano. Dave estaba soltero, era mucho menos introspectivo, más bien el alma de la fiesta, con muchos amigos, mientras que él se sentía atrapado. Pero al ver a su hijo, todo recobraba sentido. Y debo confesar, esta canción me llega, porque también me he sentido así… Independientemente de la fuerza emocional del tema (que es inherente), la instrumentación y melodía son monumentales.

 

“No Return” baja un poco el gran nivel con que había iniciado el disco. Es una Bossa Nova sencilla, corta, donde la cálida guitarra es la protagonista. La melodía no es tan fuerte como a las que nos tiene acostumbrados. Sin embargo refleja ese ambiente de flojera dominical, en la que uno no quiere hacer nada. Habla sobre lo triste que estaría si Rasa no se hubiera fijado en él: “I would walk up and down this lonely room, I would have friends, but be alone…” no creo que el que siga de “Two Sisters” sea coincidencia. La melodía mejora con el puente del final, pero sin ser mala, es de las más flojas del álbum.

 

Luego llega “Harry Rag”, un tema de ritmo marcado, con meticuloso trabajo de Avory en los platillos, sin ahogar el tema, acústico en esencia. Tenemos de nuevo esas melodías marca Davies, que además canta con una gran actitud. Chequen esos “AhhAAA!” antes de iniciar cada estrofa. Los estribillos son pegajosos como chicle, a pesar del bravo fraseo, y uno no puede evitar sumarse cuando todos cantan el título. La letra es nuevamente una oda al cinismo, hablando sobre las clases bajas, un tipo llamado Tom que a pesar de no tener dónde caer muerto, hace lo que sea para conseguir cigarros llamados Harry Rag: “Do anything just to get a harry rag, And he curses himself for the life he's led, And rolls himself a harry rag and puts himself to bed”. Por ahí hay otro par de líneas de antología: “Ah, bless you tax man, bless you all, You may take some but you never take it all”, donde le da su repasada al gobierno. Es un tema extraño, pero sincero. Se siente como si realmente fuera un himno folk de la clase obrera londinense, y Ray nunca aclaró si indirectamente hablaba de mariguana o no. Me encanta además el acento pronunciado con que canta. No será para incluír en recopilatorios, pero es otra de las canciones donde hay más de lo que aparenta.

 

“Tin Soldier Man” mantiene ese beat militar, esta vez aderezada con metales, que funcionan de gran manera. La tuba lleva un papel primordial. Sabían que fue el mismo Ray quien la tocó? De nuevo, la melodía es increíble, y en un descuido, te puedes encontrar no sólo cantándola, sino marchando como idiota. Y de nuevo ganchos como “Wickie wa-waddle doo” y los “pa-ba-pabaaa”. Aquí es más vago el mensaje. Habla simplemente de los soldados de la guardia real, esos que se quedan quietos todo el día y sólo se mueven para los cambios de guardia? O es una crítica al sistema militar británico? No lo sé. Lo cierto es que es otra de esas joyitas tan británicas, simples y encantadoras que McCartney intentaba sin llegar al mismo resultado.

 

Después está “Situation Vacant”, que mantiene la dinámica. Es uno de los mejores momentos instrumentales del disco, con una gran intro de piano y con otra elaborada batería, llevando un beat a la vez tranquilo y energético. El órgano eléctrico replicando la melodía de los estribillos es simplemente encantador, y hay algunos licks eléctricos de guitarra que ya hacían falta. La letra es divertidísima. Habla de una pareja, Suzy y Johnny, que viven felices, hasta que la madre de Suzy mete su cuchara con su ambición, y para mantenerla contenta, termina hasta renunciando a su trabajo de toda la vida, pensando en encontrar algo mejor rápido. Evidentemente no encuentra otro trabajo y queda en “Situation Vacant” sólo para darle gusto a la suegra. Al final la esposa lo deja porque ya no tienen ni para la renta, y se va con su madre, con con esto, finalmente, queda satisfecha.

 

El lado B del disco abre con “Love Me Till The Sun Shines”, de Dave. Un tema pop ligeramente más rockero y con más presencia de guitarras, y el bajeo de Quaife que por fin se escucha y lleva además un rol protagónico. Esto le da un aire algo oscuro y amenazante de inicio, al menos para los estándares de los Kinks. Dave la canta con su estilo más desgarbado, y el piano eléctrico vuelve a aparecer esporádicamente dando pinceladas a la ? & The Mysterians. La letra, bueno, Dave no es Ray y no va a salir con “Death of a Clown” siempre. Habla desde el punto de vista de un chico que le dice a una chica que puede hacer (o no hacer) lo que quiera, lo único que le pide es que lo ame hasta que el sol brille. Básicamente un One Night Stand. El tema no es malo, pero ciertamente, a pesar de la pegajosa melodía, al final termina siendo bastante repetitiva, sobrándole un minuto.

 

Enseguida tenemos “Lazy Old Sun”, que resume muy bien el ambiente de ensueño del disco, y que pudo ser un mejor título para el mismo. Lo cierto es que los Kinks suenan raros haciendo temas psicodélicos, pero este corte les queda bien, con esa guitarra haciendo slides, una melodía letárgica, letra que retrata el inicio del otoño inglés, coros angelicales en el puente, y esos metales, que añaden un toque majestuoso y brillante hacia el final. Los reflectores se los lleva Mick Avory, con un intrincado patrón de batería, que hace recordar a Ringo… en realidad, toda la atmósfera tiene ese aire neblinoso que poco después replicarían los Fab Four en el Magical Mystery Tour y los Stones en Their Satanic Majesties. Coincidencia?

 

“Afternoon Tea” mantiene esa atmósfera de un Londres otoñal, a media tarde. El bajeo saltarín lleva la canción alegremente, con un volumen inusitadamente alto, que lo ayuda a lucir (otro buen tino de producción!). La canción es simple, pero bien armada. Esos “Uhhh’s” susurrando antes de los estribillos son preciosos, y Dave hace buenos licks de guitarra, lo más cercano a un solo en el disco. Para el puente, el trombón replica la melodía “Ba-ba bábara-ba”. La letra es de las más simples de Ray, simplemente reflejando su gusto por el té de las 5 pm, como todo buen británico, aunque me pregunto si la Donna que menciona no esconde algún otro sentido. Simple, cierto, pero irresistiblemente encantadora.

 

“Funny Face” es el tercer tema de Dave, y el más flojo de los que aporta a este disco. Es también más guitarrero, aunque no llega a explotar. Las guitarras suenan crujientes y revientan con el piano. Pudiera pasar por un tema de los primeros discos, con un estribillo flojo, pero ese puente angelical la salva por completo. Además la letra es una total incógnita. Por momentos parece simplemente una canción de despedida y reproche, pero hacia el final aparecen estas líneas: “The doctors won't let me see her, But I can catch a glimpse through the doorway”. Esto me desconcierta. Entonces la “cara chistosa” y los “ojos como píldoras” son porque su amada tuvo un accidente y quedó desfigurada y está tratando de animarla? “Eyes don't smile, all they do is cry”, dice en los puentes antes de cada coro.

 

Sigue “End Of The Season”, con el canto de los pájaros que se difumina mientras el piano entra y Ray anuncia, con un tono que haría aplaudir a Ned Stark: “Winter time is coming, All the sky is grey, Summer birds aren't singing, Since you went away”. Tras esta dramática intro, inicia el tema en forma, con un aire de Chanson Francaise, lenta y elegante, melancólica. Ray canta con aires de crooner de los 50’s, mientras su esposa hace gélidos coros al fondo. La rola retrata muy bien esa atmósfera de finales de otoño. Los platillos y su timbre metálico dan un aire frío, y la voz principal suena distante, también gélida. Al final, los pájaros nuevamente trinan mientras se difumina la canción.

 

El Something Else cierra con la mejor canción del disco, y una de las más destacadas de toda la discografía de los Kinks. “Waterloo Sunset” debe ser seria candidata a la canción más hermosa del mundo. En serio. Desde esa entrada con la guitarra de Dave punteada de manera descendente nos damos cuenta que viene algo magnífico. Entra la guitarra de 12 cuerdas, y Dave hace ese riff característico, dulce, y melancólico, que se convierte en la melodía vocal. Las voces femeninas dan un aire invernal al fondo, intercalando “uhhhh lalás”. Dave sigue haciendo chisporrotear su guitarra con el tono exacto, dando pequeñas notas de optimismo, como últimas llamaradas de la chimenea. Ray hace una de sus mejores melodías ever, y eso ya es mucho decir. La letra muestra el lado introspectivo de Ray, hablando desde la perspectiva de un hombre que es feliz viendo a los demás vivir sus vidas. Ve a la gente en la estación de Waterloo, siempre apresurada, como moscas, hasta que encuentra a una pareja, Terry y Julie, que se encuentran en la estación cada viernes al atardecer, y parecen ajenos a todo, paseando por un puente sobre el Támesis. La canción es perfecta. Tiene ganchos por doquier, con una gran delicadeza y emotividad. Las armonías son celestiales, y hasta los “shalalás” están colocados estratégicamente, justo antes del puente “Every day I look at the world from my window”. Y el piano al final, para dar más intensidad al cierre, con overdubs vocales para una escala ascendente que se va en fade out. Increíble que dure apenas poco más de 3 minutos. Ray logra retratar a la vez la soledad del narrador y el romance de la pareja que ve desde la ventana del tren. Es melancólica y llena de esperanza a la vez. Muy británica, pero igualmente universal. Más tarde diría que la pareja que retrata es su hermana menor y su novio. Cuando tenía 13 años, estuvo un tiempo en el hospital St. Thomas, tras una traqueotomía, y las enfermeras lo llevaban en su silla de ruedas a la ventana, desde donde podía ver el río. La canción se llamaba originalmente “Liverpool Sunset”, pero se dio cuenta que Waterloo sonaba más londinense y ajustó el título, atinadamente, a mi gusto. Una verdadera joya.

 

 

En fin, un disco preciosista, donde los Kinks refinan el Brit Pop que habían comenzado a dominar el año anterior. Con “Sunny Afternoon” y “Waterloo Sunset”, los Kinks completarían la transición de una banda de Garage Rock a una de las más influyentes de la historia, entrando en su época de oro. Aquí hay influencias de las bandas británicas de la época, pero a su vez las influenciarían de manera recíproca en los álbums que estaban por salir. Además, sin ser un álbum de Art Rock, ni mucho menos Rock Sinfónico, creo que también influiría en bandas como Procol Harum y Moody Blues para tratar de ir hacia nuevos sonidos, psicodélicos, pero lejanos del Rock Ácido de San Francisco. Finalmente, y es algo qué celebrar, aquí también completarían la transición de una banda de sencillos, a una que le importaba un comino las canciones, sino el álbum completo. Ray perdería el miedo al estudio, y eso sería crucial para lo que aún estaba por venir.

Por Corvan 

29/Nov/2016

 

 

 

 

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