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MR. TAMBOURINE MAN (The Byrds, 1965)

Artista: The Byrds (D+)

Fecha de Grabación: Ene - Abr 1965

Fecha de Lanzamiento: 21 de Junio de 1965, USA

Discográfica: Columbia

Productor: Terry Melcher

Calificación: 9

Categoría: Folk, Folk-Rock (1940 -???)

Subgénero: Folk Rock

Mejor Canción: Mr Tambourine Man

Canciones: 1) Mr Tambourine Man; 2) I'll Feel A Whole Lot Better; 3) Spanish Harlem Incident; 4) You Won't Have To Cry; 5) Here Without You; 6) The Bells Of Rhymney; 7) All I Really Want To Do; 8) I Knew I'd Want You; 9) It's No Use; 10) Don't Doubt Yourself Babe; 11) Chimes Of Freedom; 12) We'll Meet Again;

Bonus Tracks: 13) She Has A Way; 14) I'll Feel A Whole Lot Better (alternate version); 15) It's No Use (alternate version); 16) You Won't Have To Cry (alternate version); 17) All I Really Want To Do (single version); 18) You And Me.

Es curioso que, siendo Dylan y los Beatles las mayores influencias para la conformación de los Byrds, hayan terminado influenciando enormidades tanto a Zimmerman como a los de Liverpool, quizá más de lo que nos gustaría reconocer.

Este disco es en apariencia simple e inofensivo, con sus cálidas armonías, el jingle jangle de la guitarra, melodías placenteras a las que de momento no se le encuentra fisura, pero que se difuminan rápido. Es cierto, el tiempo lo ha dejado fechado, y salvo el track titular, poca gente recuerda alguna otra canción del disco. Y a pesar de ello, fue un disco fundamental, no sólo como una de las primeras respuestas válidas de una banda estadounidense (que no fueran los Beach Boys) a la Invasión Inglesa, sino siendo un verdadero trancazo, al acercar por primera vez a Dylan y a los Beatles. Y no me refiero a la noche del 28 de Agosto del ’64, cuando los Beatles conocieron a su ídolo Bob en el hotel Dalmónico y éste los inició en la marihuana. Es más bien sobre los sonidos que empezarían a confluir, esos polos que parecían tan lejanos como el Folk y el Rock y que se unirían como piedra angular de la contracultura de los 60’s. Bob no pareció tan impactado con los Beatles como ellos lo estaban con él; en cambio, no dudaba en aparecer de improviso en el Ciro’s para palomear con los Byrds, que se debían saber buena parte de su catálogo. Esto demuestra que le gustaba lo que estos chicos hacían con su música, y tan es así, que el lado A del Bring It All Back Home parece deberle mucho más a los Byrds que a los Beatles. No digo que debemos culpar o agradecer a este disco de la electrificación de Dylan, pero estoy seguro que el sonido de la banda sirvió para aclarar las dudas que el buen Bob pudiera haber tenido. Los Beatles por su parte, lanzarían un Help! mucho más acústico y folksy, y posteriormente un Rubber Soul donde se aprecia el jingle jangle de la guitarra de McGuinn y atisbos de prepsicodelia. Y ya sabemos que en el Rock, y sobre todo, por esas fechas, no hay coincidencias. 

En 1964, en Los Ángeles, los jóvenes Jim McGuinn (antes de cambiarse el nombre a Roger), y Gene Clark, se conocieron los cafés angelinos donde se tocaba Folk. Cada quien tenía su propio grupo Folk, pero ese año inició la Beatlemanía y McGuinn y Clark querían dar a sus respectivas bandas cierta influencia más beatle, sin demasiado éxito. Cuando descubrieron el mutuo interés, formaron un dúo que tocaba canciones Beatles al estilo Folk con armonías dobles. Una noche, en el café Troubadour, David Crosby los estaba escuchando y desde su lugar empezó a hacer tercera voz, para ganarse una ovación de pie de todo el local. Salieron convertidos en trío, con el nombre de The Jet Set. Bajo ese nombre, grabaron una serie de demos en los World Pacific Studios, material que años después sería editado como “In The Beginning”, pero que no se puede considerar como un disco serio. A mediados del ’64 se convertirían en cuarteto con la incorporación de Michael Clarke. En realidad, el tipo apenas sabía agarrar las baquetas, pero tenía buen parecido y encajaba con el grupo, por lo que aprovecharon su conocimiento con las congas para retacharlo en la batería, aunque en realidad empezó con un pandero. Para su primer single con Electra, tuvieron que tocar con bajo y batería sesionistas, y cambiaron el nombre brevemente por el de The Beefeaters. “Please Let Me Love You” fue lanzado  en Octubre del ’67, pero fue un fracaso en los charts. 

Poco después, su manager Jim Dickson, se las arregló para conseguir el acetato aún inédito de “Mr. Tambourine Man” de Bob Dylan, y empezaron a trabajar para adaptarla en su estilo. Dickinson, convencido de que estaba quedando de lujo, pero notando la inseguridad de la banda se las ingenió para invitar al mismísimo Dylan al estudio, que quedó impresionado con la versión, y motivó a los chicos a seguir. Por esas fechas se estrenó A Hard Day’s Night, y se conseguieron instrumentos similares a los de los Beatles en la película: McGuinn se compró una Rickenbacker de 12 cuerdas que le daría su sello distintivo; Clarke se hizo de una batería Ludwig y Clark se equipó con una guitarra Gretsch que terminaría usando Crosby. Chris Hillman se uniría como bajista definitivo para completar el quinteto, y a pesar de traer antecedentes Country, encajó bien con el grupo. Para fines de noviembre firmarían contrato para un álbum con Columbia y cambiarían su nombre a The Byrds, cuya pronunciación tiene un lejano parecido sonoro a The Beatles. 

Para la grabación de su primer single como The Byrds, curiosamente sólo tocó McGuinn, rodeado de sesionistas, que después serían conocidos como The Wrecking Crew. Esto porque los demás miembros de la banda dejaban mucho qué desear en su desempeño con los instrumentos. Les faltaba curtirse, pues. Esto debe ser otro antecedente? Fueron los Byrds una especie de primer Boys Band? Una fachada de imagen para canciones interpretadas por otros? Bueno, al menos para su primer single, sí, lo cual dejaría un precedente para grupos como los Monkees. Sin embargo el sencillo sí tendría presencia vocal de Crosby y Clarke.

Mientras el single se lanzaba, la banda comenzó a hacerse de fans en el circuito de bares angelinos y pronto fueron el grupo más buscado de la ciudad. Una noche llegaría Dylan de improviso y se les uniría algunos temas, creciendo aún más la reputación del grupo en el mítico Club Ciro’s. El sencillo se lanzó finalmente el 12 de Abril de 1965, y era ya uno de los más esperados por su legión de fans, disparándose al #1. Se consideraría oficialmente como el primer tema de Folk Rock por la prensa. 

Para el disco, la idea era que siguiera grabando The Wrecking Crew, pero los chicos insistieron en que ya podían hacerlo ellos mismos. La grabación en teoría se siguió tras el sencillo, pero en realidad se tomaron demasiado tiempo para ensayar y pulirse. Al final, Terry Melcher los apoyaría ante la disquera para que fuera el grupo el que tocara en el álbum, aunque quedaría la leyenda de que fueron los sesionistas. Hillman insiste en que se nota la diferencia de sonidos entre “Mr. Tambourine Man” y “All I Really Want to Do”, sus primeros sencillos grabados por sesionistas, y el rsto del LP, en el que se nota un sonido más crudo y básico, aunque la buena producción lo maquilla.

El LP es lindo. Alguien lo definió como “dulce para los oídos”. Es una cálida llovizna de notas matutinas, optimistas, frescas… y que sin embargo terminan usando la misma fórmula, lo cual hace que al final sea difícil diferenciar los temas. A pesar de los ganchos, sobre todo vocales, pero también los detalles de la guitarra de McGuinn, hacen que las canciones no sean pesadas, sino fluidas, agradables. Pero de alguna forma pierden individualidad al llevar todas el mismo tono de guitarra. Los temas se pueden dividir en 3, y Starostin no es el único ni el primer crítico en notarlo: las canciones de Dylan, incluyendo la pista titular, y temas del Another Side of: “Spanish Harlem Incident”, “All I Really Want To Do”  y “Chimes of Freedom”. Bueno, al menos los Hollies se tomaron la molestia de llamar su disco “The Hollies Sing Dylan”, pero aquí los Byrds fueron de los primeros en demostrar que Dylan se oye mejor en voces ajenas. Otro grupo son las rolas propias, escritas por Gene Clark, que no era un Macca, ni un Ray Davis, o ya siquiera un Brian Wilson, pero mostraba potencial, colocando 5 temas, de los cuales destacan “I'll Feel a Whole Lot Better” y la oscura (para los cánones de la época) “Here Without You”. Y el tercer grupo son otros 3 covers de temas tradicionales y otros músicos Folk, incluyendo “The Bells of Rhymey” de Pete Seeger. El hecho de que no se note la diferencia entre estos grupos de canciones, al menos sin contar las letras, habla del trato que le dieron a los temas, adueñándoselos y añadiendo esa fórmula que había resultado con “Mr. Tambourine”… lo cual puede ser un pro o un contra.    

 

El disco arranca con “Mr. Tambourine Man”. Es mejor que la versión de Dylan? Las discusiones al respecto podrían desencadenar una Tercera Guerra Mundial. Lo cierto es que estos chicos se la adueñaron, y al mencionar la canción todo mundo piensa en los Byrds más que en Dylan. Bob la tenía al menos desde Octubre de 1964, cuando la tocó por primera vez en el Phillarmonic Hall de Nueva York. Jim Dickson se las arregló para conseguir un acetato, no se sabe si un bootleg o una versión preliminar de las sesiones del Another Side of Bob Dylan. La cuestión es que pensó que encajaría con lo que los chicos buscaban, aunque estos de inicio no estaban muy convencidos del potencial de la rola. Por esa época, McGuinn se había conseguido la Rickenbacker de 12 cuerdas, y empezó a juguetear con ese estupendo riff inicial, que ahora parece sencillo, pero era bastante complejo para los estándares de la época. La canción es preciosa, y se prende a uno de inmediato. Toman la base de la versión de Bob para hacer una melodía más fluida, sin el fraseo más cortado de Bob. En vez de la voz nasal, tenemos la suave voz de Jim-Roger, además de las armonías de Crosby y Clarke, que le dan más calidez y profundidad. Y por supuesto, la instrumentación, con la brillante guitarra de McGuinn y su jingle jangle (hay alguna traducción para eso?) como figura estelar, pero acompañada por bajo, guitarra acústica, batería, panderos… Todo complementando esa aura cálida y familiar. Empieza igual, directo al estribillo en armonía y luego los versos cantados sólo por McGuinn. Qué la hace tan especial? No lo sé. No solo es imposible asegurar que sea mejor que la de Dylan, sino respecto a otras canciones de los Byrds… es decir, no es TAN diferente, usarían esta misma fórmula el resto del disco y en otro par de álbumes. Pero esta canción tiene algo, la melodía, las armonías, la letra, los instrumentos, o la combinación de todo, que la vuelve adorable y entrañable. Por otro lado, los Byrds omiten varios versos de la versión de Bob, a decir de algunos, los mejores, aunque debió ser para ajustarse a los límites radiales de 2:30. Y está ese otro detalle de que solo Jim-Roger tocó un instrumento de la banda original. Pero como sea, no sólo es una canción hermosa, sino que crearía una verdadera revolución al conjugar por primera vez el Folk y el Rock. Ningún artista Folk sonaba así, accesible a las masas, radiable, bailable. Y ningún grupo de Rock sonaba así, líricamente hablando, con poesía y matices intelectuales. No bastaba que los Beatles y Dylan se conocieran en el Dalmónico, sino que su música confluyera. Y es lo que logró esta canción. Dylan se electrificaría, los Beatles se harían más acústicos, alguien tomaría las cintas acústicas de Simon & Garfunkel para electrificarlas… y el resto es historia. Como curiosidad, los Byrds, a pesar de que la grabaron en Enero y que contaban con la aprobación de Bob para el cover, tuvieron que retrasar enormidades el lanzamiento del single hasta el 12 de Abril del ’65, para asegurarse de que la versión original de Bob fuera publicada antes, en el Bring It All Back Home, el 22 de Marzo. 

Sigue “I'll Feel A Whole Lot Better”, primera original de la banda, compuesta por Clark, quien además la canta. Supongo que a los faneses (sic) de hueso colorado de los Byrds les será pan comido identificar quién canta, así como a los fanese de los Beatles con el tiempo se nos hizo fácil reconocer al lead vocal de cada rola. El caso es que a mi me suenan prácticamente igual Clark, McGuinn y Crosby, lo cual da cierta uniformidad al sonido y puede ser un pro o un contra. Aquí además se demuestra que una cosa es interpretar temas con letras intelectuales y otra cosa es escribirlas. Sin los covers, no sé qué tan lejos hubieran llegado estos chicos, ya que el material propio no es necesariamente mejor al trillón de bandas promedio que salieron por esas fechas, hablando de chicas, en este caso, una relación a punto de terminar. Este es de los mejores temas originales del disco, emulando el sonido de la Invasión Británica, fluido, con melodía muy pegajosa, bellas armonías beatlescas, y la guitarra de McGuinn haciendo un bello y veloz requinto, sin duda inspirado en Harrison. Por cierto, esa nota con la que acaba la canción… no les parece vagamente muy parecida a la que inicia “A Hard Day’s Night”? 

Viene “Spanish Harlem Incident”. Qué hacer si tu primer single, que fue un cover de Dylan, fue un trancazo monumental? Pues sigue haciendo covers de Dylan! Los Byrds toman el tema original y lo aceleran enormidades, dándole más agilidad a la melodía, brillo con la tintineante Rickenbacker, la triple armonía del estribillo y sacudiéndole esa modorra de la versión original. También en esta habrá debate, ya que difícilmente queda rastro de ese aire gitanillo que imprimió Dylan con toda intensión a su versión. Sin embargo, la fórmula no falla. La canción es linda, sonriente, de apenas 2 minutos de duración. 

Continuamos con “You Won't Have To Cry”, otro original de la banda, con un riff inicial muy bueno, si no fuera porque ya lo escuchamos en “You Can’t Do That”, casi un año antes. Pero bueno, salvo la Intro, el resto del tema si es más original. El buen trabajo vocal es más evidente, con la segunda voz destacando por momentos, a cargo de Crosby, quien según la leyenda, no quería cantar en esta rola. Quizá por ello suena más dramático y termina llevándose los reflectores. Ja! La letra es un intento de profundizar en una canción de amor, pero no deja de ser eso, quizá el primer tema friendzone del Rock. 

“Here Without You” es el otro original fuerte. Es de las primeras canciones compuestas por Gene, aún de su etapa Folk y antes de electrificarse y tocar en el Ciro’s. Esta rola contrasta porque no se parece a nada escuchado hasta ese momento. Es un tema oscuro, melancólico, casi fúnebre, hablando del amor que está a distancia y todo en la calle le recuerda a ella y se quiere cortar las venas con galletas de animalitos. Bueno, obviando la letra, que demuestra que no era el fuerte de Gene, (y aun así es superior a las letras de amor-desamor de la época), el tema es muy bueno. La melodía es hipnótica, con la triple armonía sentando las bases de lo que harían Simon & Garfunkel y The Mamas & The Papas poco después. Pero lo que destaca es ese ambiente sombrío y agridulce que ni el jingle jangle de McGuinn evita. De  los puntos fuertes del disco. 

Viene ahora el primer cover que no es de Dylan. “The Bells of Rhymney”, de Peter Seeger, lanzada en 1958, y que habla de un desastre en una mina. Igual que con “Mr Tambourine Man”, la versión de los Byrds sería mucho más conocida. Le cambiaron el tiempo y el ritmo, volviéndola radiable y más accesible que la cruda versión de Seeger, pero manteniendo el aura poética y acusadora. Hacia el final tenemos una preciosa escala en armonía. El arpegio es hermoso, y sin duda influiría esta vez en Harrison, quien les “devolvería el favor” usando casi el mismo patrón en “If I Needed Someone”. 

Enseguida tenemos “All I Really Want To Do”, quizá el más débil de los covers a Dylan. Aquí mantienen casi el mismo tiempo de la original, pero afortunadamente no incluyen ese falsetto con el que Bob remata las estrofas, sino que hace una preciosa escala ascendente en su lugar. Sería el segundo tema en grabarse después del tema titular. 

“I Knew I'd Want You” es otra composición de Clark, también de la época de Jet Set. Ésta también es dramática y oscura, con un ritmo de vals y tonos menores, que contrasta con la letra cursísima. El tema es bueno, pero me parece una especie de retrabajo de “Here Without You”, y si hay que decidir, me quedo con ésa. Algunos consideran que Procol Harum usaría después la base para componer “Nights in White Satin”. Un buen día la podría marcar en rojo. 

Después llega “It's No Use”, de Gene y Jim, en la que de nuevo se salen de su territorio y tratan de emular los sonidos de la Invasión Inglesa con una rola tensa y amenazante. Estos temas menos floksy dan otro ritmo al disco, y se agradece. Por otro lado, el extraño tiempo, y los desparpajados requintos de Roger, digo, de Jim, tienen ya visos prepsicodélicos, y los Byrds y en particular Jeff Beck, estarían replicando este estilo muy pronto. No es despampanante, pero es buena, incluso adelantada para su época. 

“Don't Doubt Yourself, Babe” es un rellenito agradable, con un tamboreo muy a lo Bo Diddley, e incluso la guitarra tremolada recuerda bastante al buen Bo. La canción fue escrita por Jackie DeShannon específicamente para este disco. Es prácticamente la única rola en la que cambia el tono de guitarra para crear ese efecto de tartamudeo country, lo cual deja la pregunta abierta ¿Qué hubiera pasado si Roger no se hubiera casado con ese tono de guitarra que usa en el resto del disco? 

El último cover de Dylan es “Chimes of Freedom”. Misma fórmula: acelerar el tiempo, guitarra brillante, melodía más rauda. Esta vez Crosby lleva el lead vocal, y la leyenda dice que Terry Melcher se sentó sobre su pecho antes de la toma para lograr sacarle ese tono como asfixiado/dylanesco. De hecho, parece que aún lo tuviera encima, cantando con trabajos. Luego se unen Gene y Jim para las triples armonías en el estribillo y los ganchos propios, como el “didididí” del puente al 2:25, que reemplazaría la armónica de la original. Una buena versión. A pesar de que cortaron casi la mitad de la original, es la más larga de este disco alcanzando casi los 4 minutos. 

El disco original cierra con “We’ll Meet Again”, un cover que hiciera famoso Dame Vera en 1939. Igual que los otros covers, los Byrds hacen imposible deducir su origen o fecha al darle ese trato armónico. Aquí me gustan cómo se entrelazan las 2 guitarras creando distintas “arañitas” al mismo tiempo. Pero por otro lado, es algo meloso, y se acerca más a las baladas que hacían los Beatles un par de años antes. No es mala, en absoluto, pero parece un cierre débil.

 

La reedición en CD de 1996 incluiye algunos bonus tracks.

De éstos, destaca “She Has a Way”, que aunque no cambia el mood general del LP, es una preciosa balada, con armonías en las que de nuevo destaca el agudo de Crosby. El bajo tiene un volumen muy alto, y en ésta toma se puede notar el estilo básico de Hillman, ya que es de los pocos en los que el bajo destaca sobre la guitarra, que por su parte, tiene un lindo riff, pero algo repetitivo.

Luego viene una toma alternativa de “I’ll Feel A Whole Lot Better”, que es casi idéntica a la del LP. La voz principal se escucha algo más clara, pero no sé si por la producción o si en esta toma cantó McGuinn.

“It’s No Use” tampoco varía mucho de lo que ya escuchamos, salvo por un sonido más limpio y guitarra más afilada. De estas versiones alternas, realmente ninguna mejora o aporta mucho a las originales.

En “You Won’t Have To Cry”, la guitarra suena mucho más lejana, con una mezcla sucia en los instrumentos, lo que hace que las voces destaquen.

Luego está “All I Really Want To Do”, mismo caso que el anterior, con el detalle de que esta versión fue lanzada como single.

Los bonus terminan con “You And Me”, un tema instrumental con David Crosby llevando el liderazgo con su Gretsch. Bueno, era de Gene, pero terminaría demostrando que era mucho mejor guitarrista y le podía dar mejor uso. Hillman hace buenas líneas de bajo, saliéndose de su peculiar punteo. En realidad me gusta bastante el temita, aunque sea instrumental, bien pudieron haberlo agregado al disco original.

 

 

En fin. Dulce para nuestros oídos, y no lo digo en manera despectiva alguna. El disco está fechado, es cierto, pero qué disco de 1965 no lo está? En realidad, a pesar de que mantiene el mismo tono de guitarra y utilizan la misma fórmula en temas propios y ajenos, el álbum es muy consistente. No podemos decir que tenga mal relleno, lo cual es casi increíble para ser 1965! Dependen aún demasiado de los covers, pero sin ellos no hubiéramos podido apreciar los 2 o 3 temas propios que colocaron. Además por Dios, estos mozalbetes apenas y sabían agarrar los instrumentos 2 o 3 meses antes! Yo diría que lo hacen bastante bien, e incluso es interesante cómo van tomando más confianza y riesgos, sobre todo la sección rítmica. No hay que perder de vista que se trata de un debut, y que los debuts de casi todas las bandas de la Invasión Inglesa fueron mucho más débiles. Es cierto, llegaron algo tarde a la escena, para mediados de 1965 los grupos del otro lado del charco ya eran unos monstruos. Pero casi todos ellos terminarían aceptando que los Byrds eran su banda estadounidense favorita. Y casi todos, de alguna manera u otra, terminarían influenciados e incorporando sonidos (e incluso de la portada supercool, cof cof Rubber Soul, Between the Buttons, cof cof) de este disco, dulce, simple, pero no por ello menos revolucionario a ambos lados del Atlántico.

 

Por Corvan

4/Jun/2015

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