GREEN RIVER (Creedence, 1969)

Artista: Creedence Clearwater Revival (B)
Fecha de Grabación: 1969
Fecha de Lanzamiento: Agosto 03, 1969. US
Discográfica: Fantasy Records
Productor: John Fogerty, Saul Zaentz
Calificación: 9 

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Era: Country, Country Rock y Sureño

Subgénero: Southern Rock 

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Mejor Canción: Green River o Lodi

Canciones: 1) Green River; 2) Commotion; 3) Tombstone Shadow; 4) Wrote A Song For Everyone; 5) Bad Moon Rising; 6) Lodi; 7) Cross-Tie Walker; 8) Sinister Purpose; 9) The Night Time Is The Right Time.

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Aquí es donde John Fogerty se convierte en una máquina compositora de hits, llegando por fin a su madurez como autor. Y de qué manera!!! Aunque el disco es corto (poco menos de 29 minutos) y tiene 9 temas, sólo uno de ellos es un cover, y resulta ser el más débil track del álbum. El material propio es impresionante, soberbio, y no le pide nada a los covers que se habían llevado las palmas en los discos anteriores por el magistral trato que les habían dado. John deja de hacer impostaciones de letras a blues genéricos para sus originales y utiliza todos sus recursos como guitarrista para colocar enormísimos clásicos con melodías fuertes, llenas de ganchos, de energía y recursos.

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Este disco supera con creces al Bayou Country. Ya no hay jams largos y aburridos. Casi no hay covers, y los originales son sólidos y no pueden ser acusados de ser plagios, evolucionando de la fórmula country blues para entregar melodías realmente creativas. Líricamente Fogerty también evoluciona y madura como letrista; sin convertirse en un Dylan, logra letras más elaboradas y cohesionadas.

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La banda había alcanzado un éxito considerable precisamente con el Bayou Country a inicios de año, y aún estaban enfrascados en las giras y colocando sencillos de dicho LP en los primeros lugares cuando lanzaron este 2 de 3 de 1969. Insisto en que no sé si Fantasy Records les obligó a lanzar tres LP’s en el mismo año. Lo cierto es que es admirable que lanzaran dos discos tan fuertes casi de manera simultánea. No sólo eso, sino que John se decidió a eliminar los traspiés de los álbums anteriores, eliminar los jams para llenar espacio y quitar canciones de relleno, notándose una evolución. Sin duda lo logra en este disco, y fue un acierto lanzarlo precisamente cuando tenían los reflectores puestos en ellos, ya que el éxito del Green River les permitió ser considerados como una de las bandas estelares del Festival Woodstock, unos días después del lanzamiento. Así pues, la carga creativa no se nota en absoluto en este disco, al contrario, se nota una banda más comprometida y un autor más maduro. El precio lo pagarían en Noviembre con el tercer disco del año, Willy And The Poor Boys, que sin ser malo, no logra mantener el mismo nivel de éste, aunque se repondrían con su obra maestra, el Cosmo’s Factory.

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Así pues, el disco es ágil, divertido, con atmósfera pantanosa y cargada de blues; y de 9 temas logra colocar 4 como clásicos absolutos de la banda: “Green River”, “Commotion”, “Lodi” y “Bad Moon Rising”, aunque a mi gusto ésta última es ligeramente inferior y me gusta más “Sinister Purpose”. El álbum los consagraría, ya que curiosamente su presentación en Woodstock fue más bien mediocre a decir de el mismo John, y tuvo poca atención por parte de la gente porque Grateful Dead se extendió enormidades en su presentación y a Creedence le tocó pasadas las tres de la mañana, por lo que la banda ya estaba fundida, al igual que el público. La mayoría de la gente se fue a dormir, pero al día siguiente la presentación de Creedence se esparció como un rumor casi mítico y al terminar el festival muchos corrieron a conseguir el recién lanzado álbum para ver de qué se habían perdido. Supongo que no se decepcionaron, ya que el disco se posicionó muy bien, pero continuaron con la “maldición” con los sencillos, alcanzando varios #2 (Creedence irónicamente tiene el record de más #2 singles con 6 en dicho puesto; nunca alcanzaron un #1)

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El disco inicia de manera colosal con “Green River”, una rolototototota absolutamente potente, con una atmósfera oscura, casi amenazante. La intro a pesar de iniciar a pura guitarra, está cargada de una fiereza tremenda, logrando un riff de ésos históricos, y ya después se incorporan el resto de los instrumentos. La voz de John está cargadísima de un eco que suena como si estuviera metido en una caverna, y ese “Weeeeeeeeeeeeeeeell” lento con que inicia y que agrega en cada puente contrasta con el fraseo de los versos, mucho más rápido. La canción está llena de ganchos maravillosos, pero es sobresaliente el soberbio trabajo de guitarra, en el que Fogerty vuelve a regalarnos un excepcional diálogo con su guitarra, haciendo arreglos espectaculares y siempre distintos que dan un gran dinamismo a toda la rola. Sin duda la música te transporta a ese ambiente campirano a la orilla del río que describe la letra. Una de mis favoritas for ever de Creedence.

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Sigue “Commotion” otra espectacular canción con un ritmo vertiginoso, una de las piezas de boogie más rápidas que hay. La intro es bestial, con la guitarra acuchillando en tonos agudísimos, mientras la bataca de Cosmo Clifford va entrando en un fade in hasta que de pronto ya estamos a toda máquina. Esta canción DE HECHO me recuerda el andar furioso de un tren, a diferencia de la fallida “Graveyard Train” del disco anterior. En fin, la fórmula es muy semejante, verso, arreglo de guitarra, verso, puente instrumental, etc. Pero aunque Creedence utilice esta fórmula, cuando lo hace con creatividad, nunca se repite, nunca hace figuras similares, y le da una vida impresionante a las canciones que nunca cansan. Es decir, podemos esperarnos que salgan con dichos juegos y diálogos de voz-guitarra, pero nunca sabemos con qué trucos nos van a salir, por lo que no se le puede llamar predecible a esta banda. Además aquí la batería en general suena espectacular. Gran canción que se va volando, y a pesar de su aire oscuro, nos deja moviendo un pie siguiendo el ritmazo.

“Tombstone Shadow” es el siguiente corte, donde John Fogerty nos muestra lo mejor de su técnica, con una guitarra furiosa a lo largo y ancho de la canción, además de un excelente solo (casi a una nota) al minuto 1 y de nuevo cerca del 2 (ésta vez con las guitarras haciendo espejos). Podría ser un blues genérico, o al menos la estructura no deja de serlo, pero la manera sublime con que trata la guitarra hace que esta rola sobresalga entre los blues genéricos de los anteriores discos. No sólo eso, sino que confirma que John Fogerty es un magnífico guitarrista, uno perteneciente a las grandes ligas. Quizá no de la altura de Clapton, Hendrix o Townshend, pero casi, y con el valor agregado de que su estilo no se parece absolutamente en nada al de ellos y de nadie más. De hecho, el estilo de Fogerty es tan excepcional que, a diferencia de los Guitar Heros mencionados, no dejó escuela en absoluto. No porque no sea bueno, sino porque ese “feeling” que le da a la guitarra es inimitable.

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Continuamos con “Wrote A Song For Everyone” es una balada sencila, en el que dan un giro a los trucos que habían utilizado hasta ahora. Esta vez se van más a la buena melodía vocal, la intensidad de la voz y una instrumentación suave, casi delicada para los estándares de Creedence. Incluso el solo al 2:05 es muy tranquilo, sin esa furia que suele acompañar a John, pero no por ello es malo, sino que funciona muy bien esa carga melancólica que tiene en cada nota. La canción no deja de oler a campo, aunque la letra es más bien un tributo a la clase trabajadora que se queda atascada por culpa de la burocracia del gobierno, metiendo crítica social de manera aún un poco tímida que llegará a su clímax con “Fortunate Son”, pero se puede sentir la ironía mientras canta “Wrote a song for everyone, and I couldn't even talk to you”. Quizá un poco larga, pero no deja de ser una gran rola.

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La cuarta canción es “Bad Moon Rising”, regresando al lado rítmico de la banda. La melodía vocal es adorable y es la que se lleva las palmas en la canción, ya que los arreglos que va desperdigando John con la guitarra lucen ligeramente más discretos, y la canción es más rítmica que técnica. El requinto nuevamente es sencillo, pero absolutamente pegajoso y vibrante, siendo quizá uno de los más recordados del catálogo de Creedence. La canción me encanta, y entiendo perfectamente que esa buena vibra que tiene toda la canción (aquí no hay esa como atmósfera amenazante de otras rolas) la haya convertido en un clásico.

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Sigue “Lodi”, una balada rítmica. Es impresionante el genio de Fogerty, que si bien puede hacer rolas donde la guitarra es incisiva y salvaje, también es capaz de regalarnos joyas como ésta, muy rítmica, con un guitarreo casi acústico y sin necesidad de demasiados trucos. La belleza de la melodía y del riff que se repite eventualmente son todos los elementos necesarios para hacer una gran canción. Y además, estás es quizá la letra más profunda que nos presente con la banda. No es broma. En parte autobriográfica, en parte un retrato de infinidad de cantores folk de mediados de la época, y el enorme juego de palabras que hace con el nombre del pueblo Lodi CA, que se pronuncia “lou dai”, igual que low die, hace de esta una de mis letras favoritas, trascendiendo los temas de pantano y ríos. Una canción harto sencilla, pero con una magia implícita que la vuelve encantadora.

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La séptima canción es “Cross-Tie Walker”. No tiene una melodía tan buena como las dos anteriores, ni los impresionantes ganchos de “green River” pero es un buen rocker al viejo estilo, con algunos efectos de guitarras rasguñadas entre verso y verso, los platillos estallando dos veces tras después de cada verso y un riff descendente de bajo que funciona muy, muy bien. No es la quinta maravilla, ni está entre los clásicos, pero la rola funciona a la perfección.

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El penúltimo track es “Sinister Purpose” que tiene otra intro bestial, y una melodía vocal que se conjuga con la hechizante guitarra para crear esa atmósfera “maligna campirana”. Una atmósfera que no tiene nada que ver con la malignidad de Black Sabbath, por ejemplo. Es una malignidad sin intención, casi ingenua, casi inofensiva. Pero fascinante. El solo al 1:15 es de nuevo la cosa más sencilla del planeta, prácticamente jugando a estirar una cuerda en el mismo tono, pero hasta para ello hay que saber cómo y cuándo hacerlo. Además en este solo destaca un recurso muy utilizado por Creedence, en el que debajo del solo hay otra guitarra vibrando muy tenuemente con feedback, casi como mosquito, y que en conjunción suenan tremendas y magnifican ese efecto “Siniestro” del título.

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En la última canción, “The Night Time Is The Right Time”, hay casi consenso universal en que es la más débil del disco y le quita algo de brillo. Por qué? Porque es repetitiva hasta el cansancio, cantando (o gritando) hasta el hartazgo la misma línea una y otra vez. En defensa debo decir dos cosas. Primero que es un cover. Segundo, que la canción fue incluida para ser de esas que generan una comunión con el público en los conciertos, permitiendo que John cantara una línea y la gente le contestara. Ignoro si funcionó, no es precisamente una de las canciones más memorables, pero entiendo el propósito, ya que tampoco era una banda que anduviera brincando por todo el escenario a la Daltrey. Su carisma era otro. Así hay canciones hechas expresamente con estos fines, como “We Will Rock You”, que musicalmente no ofrecen mucho, pero que en vivo se vuelven monstruos infaltables. Aún así coincido en que pudieron haber hecho un original que cerrara un disco casi perfecto.

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En fin, difícilmente se van a encontrar tantos clásicos y rolas buenas en un solo disco. Es simple, casi cualquiera que esté iniciado en la guitarra puede tocar estas canciones, pero es de esa simpleza que se vuelve majestuosa, y que, después de todo, nadie más hizo. El disco es poderoso y salvaje por momentos, es delicado y sensible en otros, las letras mejoran, prácticamente no hay rellenos, casi todo es material propio, y los ganchos que crean son realmente adictivos e intoxicantes. Esto es Creedence en su mejor nivel, superado únicamente por el debut y el Cosmo’s Factory. 

 

Por Corvan  

14/Oct/2009

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