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The Rolling Stones, Olé Tour 2016

17 de Marzo del 2016

Foro Sol, Ciudad de México

Los que ya andan por más de los 30’s recordarán esa serie llamada “The Wonder Years” o “Los Años Maravillosos”, en los que se narraban las aventuras y tragedias del clasemediero adolescente Kevin Arnold, ambientada a finales de los 60’s e inicios de los 70’s. Ésa con la gran intro de “With A Little Help From My Friends” en versión de Joe Cocker y que nos dio una brutal perspectiva de la época a los que fuimos hijos precisamente de dicha generación. A qué viene todo esto? Bueno, recuerdo perfectamente un capítulo en el que se supone que los Stones se presentarían en un lugar cercano del lugar donde viven Kevin, Winnie y sus amigos, un bar pequeño en el que supuestamente el dueño es amigo de Keith Richards, y los chicos se escapan y pasan mil desastres para darse cuenta que fue una farsa (no del todo), pero al final pasan la mejor noche de sus vidas. El caso es que recuerdo que en algún punto de dicho capítulo, mencionan que dicha gira de 1973 es posiblemente la última de los Rolling Stones. La ÚLTIMA!!! Esto se viene rumorando desde hace más de 40 años!

Siendo honestos, nunca pensé que me tocaría ver a los Rolling Stones en vivo. Por ello, en cuanto escuché de la gira y la fecha en México, no dudé un segundo. Bueno sí, los boletos de la primer fecha, el lunes 14 de Marzo, volaron en segundos, desde Noviembre del 2015. “Al cabo que ya están viejos” intenté consolarme, “y hay que viajar hasta CDMX o cómo sea que se llame”. Pero cuando abrieron una segunda fecha, me puse de acuerdo con anticipación con El Rojo, amigo mío desde la época de Moby Dick, y compramos boletos. El plus es que  iríamos con un tío suyo, Jaño, que había vivido toda esa época y que en nuestra adolescencia, nos había enseñado un par de trucos en la guitarra durante los ensayos de Moby Dick. A Jaño lo acompañaban George y Agustín a.k.a. “Angus”, todos eruditos del Rock, que vivieron en directo la época de oro del Rock. Así que el viaje fue de lo más divertido, escuchando anécdotas de los 60’s y 70’s, intercambiando datos de bandas, y viendo ese espectáculo en el que Rojo y yo parecíamos los adultos y ellos los chicos. 

Ya en CDMX salimos del aeropuerto y nos paseamos un rato por Coyoacán mientras hacíamos tiempo hasta la hora del concierto. Hacia el atardecer llegamos al Foro Sol, donde empezaban a fluir los ríos de gente. No era de extrañar con una banda como los Stones ver a 5 generaciones reunidas, portando playeras negras con la lengua de fuera, husmeando entre los vendedores de mercancía pirata.

Desde horas antes que iniciara, la vibra era inmejorable. El inmenso Foro se comenzaba a llenar. Hacia las 8 abrió el concierto Little Jesus, banda mexicana que es algo así como Indie Psicodélico. Pasaron sin pena ni gloria. Yo francamente los desconocía, e ignoro porqué los Stones los eligieron por sobre otras bandas. Terminaron tras unos 25 minutos. La cerveza comenzaba a fluir, las nubes de humo (no necesariamente de cigarro) se elevaban, y las tres gigantescas pantallas tras el escenario se iluminaron y comenzaron a pasar imágenes del logo de los Stones adquiriendo diversas texturas, con una nitidez sorprendente. Antes de iniciar debo hacer notar que ya me habían advertido lo que me esperaba. David ya me había avisado que el concierto en Perú, un par de semanas antes, era el mejor que había visto en su vida, superando el de McCartney. Y un compañero de trabajo también había quedado alucinando con el primer concierto en CDMX. “Después de todo, es su última gira…”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dieron las 9 pm. Los Stones tienen fama de puntualidad inglesa. Pasaron aún unos minutos y las luces por fin se apagaron. Euforia total. Las 3 pantallas gigantes se iluminaron con la bandera mexicana y el logo de los Stones en lugar del escudo. Una voz presentó a la banda y comenzó un video increíble, personalizado para la Ciudad de México, mostrando la ruta de los Rolling por Sudamérica junto con la banda en diferentes épocas, portadas de sus discos, e imágenes que simbolizaban sus canciones, al más puro estilo psicodélico e hiperrealista de la intro del Beatles Rock Band, durando poco menos de minuto y medio.  Luego un rugido, que simplemente presentó a la banda: “Ladies and Gentlemaaaaan, THE ROLLING STONES!”

Y entonces sucedió… El furioso, poderoso, increíble riff de “Jumpin’ Jack Flash”, con una explosión de luces, para delirio de las 60 mil almas. Yo estaba en éxtasis total, gritando a todo pulmón la letra, y delirando con esa guitarra mágica de Keith Richards, con afinación en Sol abierto y que le da ése toque casi sexual a uno de los mejores riffs de la historia. Keith salió con un saco azul brillante y una Telecaster verde. Mick se paseaba por todo el escenario en forma de T que le permitía adentrarse un poco entre el público. Salió con saco y camisa, pantalón negro, y una actitud y energía demoledoras, que ya las quisiera yo. Ronnie con un saco azul-verde, enfundando también con una Telecaster y su indomable greñero. Charlie con una sencilla playera verde oscuro, muy serio al fondo, como siempre. Darryl Jones con un traje gris, tocando con el bajo casi vertical por momentos a manera de tributo a Wyman, poco captado por las cámaras. La versión, fiel a la original, con un toque más moderno, con una increíble interacción entre Keith y Ronnie, obligando a las 60 mil gargantas a gritar el estribillo “But it’s AAAAALL right now, in a fact is a gas, but is AAAAAAAAAAAAAALL right now, I’m Jumpin’ Jack Flash it’s a gas, gas, gaaaaas!” ese tono, ese guitarrazo que hace Keith justo después del estribillo y antes de arrancar el siguiente verso… La perfección pura hecha rock. Arrancaban con una de mis tres rolas favoritas de toda su discografía, creo que de mejor manera que con “Start Me Up”, con la que iniciaron la primer fecha.

Keith salió un momento a cambiar guitarra, una Epiphone Sheraton negra, creo. Luego Keith hizo una intro de lo que creí era “Carol”, pero era simplemente para dar tono a Mick para arrancar con “It’s Only Rock n’ Roll”. Quizá no es su mejor rola, pero es la que define el espíritu y filosofía de los Stones, un himno. Tonos amarillos inundaban el escenario, mientras las guitarras chisporroteaban con el R&R del título. La euforia no se hizo esperar, y la gente al frente comenzó a brincar al ritmo, y a corear el estribillo con un rugido monumental, mientras levantábamos el puño con cada “I Like it”. Richards y Wood mezclaban sus guitarras como quien lleva 40 años tocando juntos, intercalando roles en esa mezcla de Blues y Rock & Roll. La canción subía y bajaba de intensidad a placer de Mick, con los licks intercalados de Richards. El concierto arrancaba con todo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Thank you, Thank you very much! Muchas gracias, hola México”, gritó Jagger tras la ovación. Siguió el cadencioso inicio de “Tumblin’ Dice”, del mítico Exile. El logo de los Stones se transformó en un enorme dado antes de volver a enfocar a Mick, que se contoneaba de un lado a otro del escenario, con ese impaciente movimiento que lo caracteriza. Sasha Allen, la espectacular corista que traían, ya daba nota de su poderosa voz, y la sección de metales también se hizo sentir. “You got to Ro-ohhh oooll me and call me the tumblin', diiiice”. Woods se hace cargo del solo, mientras Keith sigue dando guitarrazos, se unen al centro, sonríen, se nota que están disfrutando enormidades, mientras empiezan a elevar la intensidad para la coda, que todos seguimos con las palmas. “You got to roll me…” La canción se apaga con los dados inundando las tres megapantallas.

“Qué chingón estar de vuelta! Espero que este segundo concierrrtou sea totalmente mejorr que el primero”, dijo Mick en un español medio atropellado (pero que se agradece el gesto), para dar paso a Darryl Jones, ahora sí en pantalla, quien inició con la oscura línea de bajo de “Out Of Control”, del Bridges to Babylon, la canción más “nueva” que tocarían en toda la noche. Ronnie aportaba con una Gibson Les Paul llena de wha. Es increíble cómo Jagger maneja esos crescendos espectaculares a pura voz, generando una tensión que revienta en el estribillo con la incorporación de las 2 guitarras y un Watts a toda máquina. Jagger bailaba desenfrenado por todo el escenario, con la ambientación oscura de los barrios bajos londinenses, de manera casi sigilosa en los versos, y aumentando la intensidad a la par de la canción, lanzando el saco rojo y desabotonando su camisa en algún momento del tema. Hizo además un gran solo de armónica. Keith, con su bandana con colores reggae en la cabeza y ya había sacado su mítica Telecaster 1953, con los que insertaba los Power Chords y generaba las explosiones sónicas.

“Ahora canción la que voutarrron.. This is spectacular!”. Continúan con “Let’s Spend The Night Together” que es el tema que habían dejado abierto a votación y la que yo ansiaba oír sobre las otras opciones. Una lástima que una de las sacrificadas fuera “She’s a Rainbow”. El tema fue explosivo, modernizado, con un bajeo mucho más dinámico y refinado a cargo de Darryl. En lo personal, parte del encanto de la original, es el burdo bajeo con púa que tocó Keith. Desde un inicio, las 60 mil gargantas del Foro Sol se unieron para hacer los coros “Pararará Papa-parara!” El escenario cambiaba de tonos azul a violáceos. Esta noche no habría pirotecnia debido a la contingencia ambiental que sufría la ciudad. Mick salía de nuevo con la camisa roja abierta y desfajada. “Let’s Spend The Night Together, Now I need you More Than Ever…”. Me encanta ese momento en que parece que la rola se apaga y la reencienden con aún más energía.  “Pararará Papa-parara!”

La mayoría de las luces se apagaron y la iluminación de los celulares inundó el Foro. “Esto es para los mexicanos romanticous”, dijo Mick, mientras Keith corría por una guitarra española, para dar el tono acústico de los primeros tonos de “Angie”. La iluminación teñía de nostálgicos tonos morados. Esta canción reemplazaba a “Wild Horses” en el set, pero no importó, al menos a mi. La belleza del tema me recorrió por completo. Chuck Leavell, a cargo de los teclados, agregaba esas preciosas escalas de piano, mientras todos coreábamos “With no loving in our souls and no money in our coats…” Fue ese momento en que me llegó de golpe y porrazo la magnificencia de esta banda, de este pedazo viviente de historia de Rock & Roll, del gigantesco legado, del significado de la preciosísima canción que Keith le compuso a su hija Ángela, que fue el tema que sonó la acompañó al altar para entregarla en su boda, y no pude sino sentir el primer nudo en la garganta y soltar algunas lágrimas, un poco abrumado por todo. “Comon Baby, dry your eyeeeeees”. Ronnie acompañaba a Keith con una Strato negra y cigarro en la boca. Mick susurró los versos para hacer aún más íntimo el ambiente. El tema terminó con un gigantesco aplauso, y creo que a más de alguno le pasó lo mismo que a mí.

Mick entonces contó un chiste sobre Trump. “Oí que la siguiente semana se presenta aquí mi amigou Roger Waters, presentando The Wall, y como invitado especial estará Donald Trump”. El chiste no pegó, pero dio tiempo a que Keith tomara su Telecaster ’53 y pusiera ese efecto de sitar negro… Las notas ácidas de la oscura intro recorrieron mi espina dorsal. Charlie empezó con el furioso golpeteo del tum de piso que daba marcha a “Paint It Black” y el Foro se volvió una locura. Inesperadamente fue una de las canciones más aclamadas. Mick incitaba a llevar el ritmo con las palmas. Por momentos se vieron vasos de cerveza volando. El espíritu de Brian Jones fluía en el efecto de guitarra, aunque no pasaron imágenes suyas. Yo estaba en éxtasis. Había estado cantando todo el concierto, pero creo que ésta me emocioné de más porque en algún punto me di cuenta que todos a mi alrededor me miraban como a bicho raro. Bueno, no soy de los que se sabe sólo los estribillos, yo había cantado con Moby Dick la mayoría de los temas, por lo que me los sabía completos. La gente coreaba el Uuuhh Uhhh uHHH de la coda, creando un efecto demoledor que cimbraba todo. Mick se paseaba de un lado a otro “I Wanna see it painted… PAINTED BLACK!” Uhhhh uuhhh Uhhh. Keith hizo algunas arañas de su falso sitar, y tras la gigantesca ovación, aún nos quedamos un momento haciendo la melodía, para alegría de Mick, que agradeció. No fue igual al a original, pero fue bastante más similar que la versión que traían aún a mediados de los dosmiles. Tras esa rola comencé a quedarme ronco, pero quedé en éxtasis total.

Luces amarillas colorearon el gigantesco escenario mientras un cencerro comenzaba a repicar. Ronnie inició ese juguetón riff y Keith se le unió para hacer los licks que daban inicio a “Honky Tonk Women”. Mick se volvió a quitar la camisa roja con movimientos provocativos mientras cantaba “She tried to take me upstairs for a ride”. Todos nos unimos al pegajoso estribillo, opacando casi la poderosa maquinaria de sonido de la banda. Mick recogió un ramo de rosas que alguien lanzó, Keith hizo su requinto y Chuck Leavell tomó total control de la canción para la coda, convirtiendo el recinto en una cantina con su espectacular solo. 

“My goodnes!” Exclamó Mick. “La pasamos increíble, comimos tacos de chapulines y gusanos de maguey, uno se la pasa increíble en México, siempre que vengo respiro aire fresco” – Ironizó con el tema de la contingencia por contaminación. Esta vez sí le celebramos la broma. Aprovechó para presentar a la banda, empezando por los músicos de soporte y coristas, todo en español. La guapa Sasha Allen se llevó la mayor ovación del staff. Luego presentó a Mr. Ronnie Woods, quien pasó al frente para recibir el cariño levantando los brazos. “En baterría, Charlie Watts” quien se levantó, hizo una breve sonrisa y caravana y regresó adusto a su banco. “En Guitarrra, mi compadre Keith Richards!” quien corrió al frente, ya sin el saco y payaseó un poco, antes de tomar el micrófono. “Muchas Gracias, I’m gonna play this song, You Got The Silver”. Tomó una guitarra acústica, y empezó a cantar con su aguardentosa voz, mientras Ronnie se acercaba con una hermosa Gibson Memphis, con la que se lució con los slides country. El tema sirvió para dar algo de pausa tras el implacable ritmo con que se había ido volando la primer hora. El escenario quedó casi a oscuras, y de nuevo se vio la constelación de celulares en el público. Supongo que soy de los pocos de la vieja guardia que aún saca su encendedor…

Keith agradeció “Is great to be here… I want to make an announcement: Today is my wife’s birthday, so I want to say Felizzzz cupleaññññosss… is that right? Yes is right. To Patricia. For her I’m gonna play Happy”. Tomó su Telecaster verde, y tras algunos acordes, no parecía contento con el tono o la afinación. Se tomó su tiempo para quedar satisfecho y entonces Charlie insertó ese redoble y entró la rola a toda máquina. Ronnie se sentó para tocar el Steel Guitar sobre una mesita, cigarro en boca, mientras hacía vibrar el poderoso slide. “I need a love, to keep me happy… Happy! Happy!” Éstas dos canciones son quizá las que más me gustan de Keith, y me alegró que tocara “Happy” en lugar de “Before They Make Me Run”, del primer concierto. Richards disfrutó la rola, se paseó por todo el escenario, sonrió, mandó besos a la que es su esposa desde 1983, y lució con la rítmica, aunque ciertamente estaba algo desafinada. “Muchas Graciasss!”

El escenario se volvió a pintar con tonos azulosos. Mick salió enfundado con un saco plateado y comenzó a tocar la armónica, pegado a Ronnie, y entablando un diálogo con la reluciente Gibson Les Paul que traía. Keith salió del otro lado con su Telecaster favorita y empezó el riff machacón de “Midnight Rambler”, para elevar la intensidad en un segundo. Un tema épico, que sirvió para que improvisaran, brincaran, alternaran solos, unos de blues, otros de Rock & Roll. Mick se quitó nuevamente el saco y bailó por todo el escenario como si tuviera 20, generando múltiples aplausos. Cómo es posible que tenga 72 años y se siga moviendo así??? El tema bajaba hasta casi apagarse por completo, y entonces Mick lo rescataba con “Ohhh Yeah?” el cual espejéabamos en masa mientras Keith jugueteaba con arañitas, enfundado ahora en un saco blanco con motas negras. El público totalmente entregado, mientras Watts reencendía motores con un implacable beat. Silencio de nuevo. Jagger se arrodillaba y nos hacía gritar como changos mientras interactuaba, primero con Charlie y luego con Wood. Los instrumentos no dejaban que la canción se consumiera por completo, creaban constante tensión. Reencendieron con la parte de los parones y arrancones, hasta entrar en ritmo, lentamente, como una locomotora a la que le cuesta iniciar la marcha, pero una vez que agarra potencia, nada la detiene. El final fue apocalíptico, creando un tremendo estallido sónico y ocasionando una de las ovaciones más largas de la noche. No porque “Rambler” sea de las favoritas, sino por el tremendo despliegue de energía y la interacción con a gente que mostraron en el escenario por casi 15 minutos. Estos tipos son los malditos dioses del escenario!

 “Are you doing goooooood? Canten conmigo!” Sonaron unos acordes de piano eléctrico. Mick tomó una Stratocaster negra, comenzó un rasgueo disco, y de inmediato sonó la armónica y el poderoso bajeo de “I Miss You”. Se dan cuenta que Darryl ya lleva más de 22 años siendo un Stone no oficial? Este es quizá mi bajeo favorito de Wyman, uno bastante complicado que me tocó años sacar, por lo es otro de los temas muy significativos para mi. Posiblemente la segunda mejor canción disco de una banda no disco. Mick se quitó la guitarra a media canción, justo antes del “I've been walking Central Park, Singing after dark, People think I'm craaazy…” para pasearse de manera provocativa por el puente entre la gente. La canción bajó de intensidad y Mr. Darry Jones aprovechó para hacer su solo slapeado, solo con una base de platillos de Charlie. Mick bailaba (qué energía, qué bruto!) y Keith y Ron payaseaban, ya con chamarras de color claro. “Canten conmigo México” y todos coreábamos el “Uhhh UUUh Uhh UhUU uhuhhh”, con una marea de celulares “You got it!” La canción se extendió con un solo de sax antes de un cierre intensísimo. “COME ON, COME ON!” rugió. Aún seguimos unos instantes coreando en masa el “Uhhh UUUh Uhh”, hasta que Mick dijo “Ustedes cantan muy bonitou, México”, para dar paso a la siguiente canción.

Las primeras notas casi hacen que me desmayara. Sasha Allen y otro corista iniciaron con ese devastador, escalofriante, poderosísimo susurro “Uhhh Uhhh UUUh”, mientras Keith sacaba esas notas llameantes de uno de mis riffs favoritos de toda la historia. Charlie hizo un redoble para entrar y “Gimme Shelter” cobró esa fuerza demoledora de un río que despedaza todo a su paso. Mick salió con una camisa de seda azul “Oh, a storm is threat'ning, My very life today,  If I don't get some shelter, Oh yeah, I'm gonna fade away”. Wood insertaba guitarrazos como truenos. Sasha poco a poco iba cobrando más relevancia. Las guitarras se unieron al centro y Keith hizo su primer solo, que me llegó al alma, haciéndome un nudo en la garganta. Sasha pasó al frente, mostrando pierna, y lanzó ese desgarrador grito “Waaaaaaaaaar, children, it's just a shot away, It's just a shot away”, que me desarmó y desanudó la garganta. Por segunda vez en la noche me ganó la emoción de estar ante este pedazo de historia. Jagger y Allen se lanzaron un formidable dueto, alternando a veces. La canción se extendió con Keith improvisando y dando cátedra de guitarra. La canción iba menguando, para dejar esos amenazadores “Uhhh Uhhh UUUh” en un lento fade out. El Foro entero se rindió en ovación.

Yo tardé un poco en reponerme. Continuaron son “Start Me Up”, que fue con la que abrieron el concierto previo. Quizá porque había quedado totalmente en shock con el despliegue en “Shelter”, o que “Start Me Up” no es particularmente de mis favoritas, pero me dejó algo indiferente. Ronnie hizo el solo, la gente se entregó y coreó. Yo para esas alturas casi no tenía voz. Mick seguía bailando como si fuera la primer rola. “You, you, you make a grown man cry…”

Las luces se apagaron. Comenzó ese ritmo de Samba con maracas y congas, y las tres pantallas se pintaron con rojos diabólicos, pentagramas y efectos alucinantes. Calaveras, demonios, cruces, símbolos místicos, machos cabríos, ríos de fuego entre una niebla roja. El Foro entero se unió con los “Uhh-Uhhh” de “Sympathy for the Devil”. Mick salió con un abrigo-capa de plumas rojas “Please allow me to introduce myself, I'm a man of wealth and taste…” Charlie llevaba el ritmo al fondo, mientras el piano salpicaba notas. “Pleased to meet you, HOPE you guess my NAAAAME!”. Las guitarras aún no entraban, pero la tensión era enorme, prácticamente nadie de la audiencia hacía un sonido. Para el segundo estribillo, Keith entro en acción, con Power Chords, y después un solo. “Uhh-Uhhh…”  Para la parte de “Just as every cop is a criminal, And Aaaaaaall the sinners saints”, Jagger prácticamente estaba convulsionando. Richards seguía lanzando solos. La sección rítmica nunca entró de lleno. Es decir, no como la original, le quitaron el rock para dejarla como una enorme samba de principio a fin, eso sí, con Keith luciéndose, y un Mick que no dejó de bailar durante la extensa coda. “Uhh-Uhhh” el Foro era una sola voz aún después de que la canción se difuminó. Sus Satánicas Majestades hicieron una caravana tras la entrega del público.

“La última y nos vamooos”, anunció el incansable Mick. Keith se agachó casi hasta el suelo para arrancar con el mítico riff de “Brown Sugar”, con la que no dejaron que el ánimo declinara. Ráfagas de adrenalina hechas guitarra. “Brown sugar, how come to taste so good, now?”, gritamos a una voz mientras saltamos y creamos efecto de una marea viviente. Ronnie hace la labor de Taylor sin pedirle nada. Keith sigue metiendo licks. Viene un largo solo de sax. Jagger corre por la pasarela y por un momento parece que se va a lanzar al público, pero se detiene un instante antes. “I said yeah, yeah, yeah Whoooo”. La coda se extiende con los metales dominando y esto es una enorme fiesta. Keith se roba el show con su Telecaster ’53, que lleva rato sin soltar. Delante de mi unos chicos de unos 12 o 13 años bailan y cantan. Le digo al Rojo “A cómo vamos, en 10 años así vamos a estar con nuestros chicos”. La energía de la banda es increíble, y me hace pensar que realmente tienen un gigantesco respeto por su público si hacen esto en cada show, o realmente saben que se están despidiendo y por ello están dejando hasta la última gota de sudor, de energía. Richards terminó de rodillas en el suelo. “México es lo más chingón” dijo Mick, antes de que se apagaran las luces y salieran para el pequeño descanso del encore.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El momento sirvió para los Oléeee olé-olé-Oléees obligados del público, aplausos pidiendo su regreso, el “Oootra, oootra”. Entre tanto, el coro Elemntuum ocupó su lugar en una tarima a la izquierda del escenario. Eso me pareció un gran detalle, que la banda escogiera un coro local en cada una de sus paradas para “You Can’t Always Get What You Want”. Las pantallas se encendieron, el escenario se tiñó de azul, y los miembros de Elementuum iniciaron con esa celestial Intro, que arrancó un mar de aplausos. Luego el rasgueo del riff, a cargo de Mick, que enfundaba una guitarra española y una boina negra. El pequeño solo de corno francés y Mick entró con la preciosa letra “I saw her today at the reception, A glass of wine in her hand”. Tras la primer estrofa, dejó la guitarra con un ayudante. Ronnie hacía los licks con una Gibson Les Paul, y Mick, ya con más libertad, se paseaba de nuevo por el escenario e interactuaba con el coro cada que éste le respondía una frase. El piano de Leavell dejaba caer sus melancólicas notas. En el público intentábamos sonar más fuerte que el coro en el estribillo “You can't always get what you wa-aaaaant”. Las guitarras se unen al centro para un doble requinto, mientras el coro inicia con ese orgásmico y lento crescendo, que parecen mil ángeles cantando. Antes de que estalle, Mick para todo de golpe, y nos pone a cantar el estribillo, una vez él y una vez nosotros. Ahora sí viene la coda a toda máquina, acelerándose aún más que en estudio, con el piano liderando a ritmo de boogie. Todos llevamos el ritmo con las palmas, hasta ése último y atropellado “But if you try sometimes, you might find… You get what you need”. El público delira.

Mick grita “Están Listooooos?” y Keith no espera la respuesta para arrancar con el mítico riff circular de “Satisfaction”. Keith le puso a su Gibson un efecto hardrockero tipo overdrive, en lugar del encantador y sesenterísimo Fuzzbox de la versión de estudio. Eso no evitó que cantara a todo pulmón siguiendo la letra “I can't get no!!! I can't get no!!!”. Mick no dejaba de bailar. “Hey hey hey hey, That’s What I said!!” Para cuando acabaron lo que debía ser el tiempo normal de la canción, Keith hizo un largo solo, adentrándose en la pasarela, corriendo entre el público. Luego Mick tomó el control y de nuevo nos hacía repetir cada verso que cantaba, convirtiendo todo en un carnaval. Hasta Charlie sonreía esta vez “Thank you very much everybody, Muchas gracias Méxicoooo!” El Foro Sol con las palmas arriba llevando el ritmo. Los metales hicieron su incursión espejeando el riff. Jagger se echó una carrera de extremo a extremo del escenario, así, tras más de 2 horas de no parar, se le veía aún fresco cual lechuga “I can’t GET NO!!!”. Richards seguía incansable, dándole una y otra vuelta al riff más famoso de la historia del Rock, hasta que hicieron un remate y al fin la banda se animó a lanzar un poco de pirotecnia para cerrar el espectáculo. “Thank you so much”. La banda pasó al frente, mientras volvía a retumbar el “Olé olé olé, stooones, stooones”, hicieron una caravana, y salieron muy sonrientes. La esperanza de un tema más se desvaneció con las luces del recinto, que se reencendían lentamente, y la música del sonido local, que indicaban que la magia había terminado.

Una noche épica, para recordar toda la vida. Es difícil decir “Éste es el mejor concierto al que he ido en mi vida”. Hay muchos factores que influyen, si fue el concierto con el mejor mood (el de Paul), el más potente (el de Metallica), el más técnico o impresionante en cuanto a efectos (el de Waters con el DSOTM)... Pero creo que fue una gran combinación de todo que me hacen pensar que quizá sí, que es el mejor concierto al que he ido, con perdón de Macca. Con él vi a una cuarta parte de los Beatles, aquí vi a 2/3 partes de los Stones originales, la vibra fue increíble, y posiblemente yo no hubiera podido escoger un mejor setlist, aunque quedaron a deber canciones para aventar (con un catálogo como el de ellos nos pudimos amanecer, así que no es queja).

Debo reconocer algunas cosas. Los Rolling Stones distan mucho de ser una banda acabada. A sus setentaytantos años de edad, 54 rodando, y derrochan más energía que bandas veinteañeras que se dan su taco y dan conciertos de una hora y venite. Los Stones tienen gran respeto por su público. Aunque distan de dar shows perfectos (por ahí se notan errores, un acorde más, o una cuerda desafinada) esos detalles dan más vida y muestran que no es playback. Al contrario, la banda contagia energía y buena vibra, no tocan copias al carbón de los discos, pero respetan la esencia de las canciones. Creo además que debo aprovechar para rectificar y decir que los Rolling Stones son gigantes, no a pesar de, sino incluyendo el legado durante 80’s, 90’s y dosmiles. Es decir, en éstas décadas, tan criticadas por mi en la Intro, aún han sido capaces de colocar una buena cantidad de canciones de gran nivel, que ya quisieran algunas bandas. Y por último, disculparme por lo dicho en la Intro acerca de Ronnie Woods. En este concierto me ha callado la boca, me ha demostrado que se puede hacer cargo de los requintos con maestría, que tiene talento, energía y que se ha ganado su lugar como Rolling Stone a pulso. Me quito el sombrero ante Ronnie. 

En fin. Nos retiramos afónicos. Sin la certeza de si anunciarán su retiro en las próximas semanas, o si anunciarán nuevo disco (uno de Blues, como se rumora) y los veré de nuevo en 4 o 10 años, en compañía de mis hijos. Lo cierto es que les he visto y que no me olvidaré de esta noche. Alguna vez les contaré a mis nietos, “Yo fui de las últimas generaciones que vio en vivo a los Rolling Stones, la Banda Más Grande del Mundo”.

Por Corvan 

8/Abr/2016

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