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RIGHT WORDS, RIGHT TOUGHTS, RIGHT ACTION (Franz Ferdinand, 2013)

 

Artista: Franz Ferdinand (D)

Fecha de Grabación: Abr – May 2013

Fecha de Lanzamiento: 26 de Agosto del 2013, UK

Discográfica: Domino

Productor: Joe Goddard, Alex Kapranos, Alexis Taylor, Todd Terje y Björn Yttling (eso explica mucho)

Calificación: 5.5

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era: Indie (2001-???)

Subgénero: Indie Rock (2001-???)

 

Mejor Canción: Love Illumination, de lejos…

Canciones: 1) Right Action; 2) Evil Eye; 3) Love Illumination; 4) Stand on the Horizon; 5) Fresh Strawberries; 6) Bullet) 7) Treason! Animals; 8) The Universe Expanded; 9) Brief Encounters; 10) Goodbye Lovers and Friends.

 

Cuando hice la última oleada de reseñas de Indie, a inicios del 2017, me salté este cuarto disco de Franz Ferdinand. No es que fuera totalmente a propósito, sino que la urgencia por avanzar con la oleada Prog y nuevas bandas me comió, y como podrán notar, este disco no me fascina, por lo que se fue rezagando.

La cuestión es que los mismos Franz Ferdinand parecían haberse quedado atrás respecto a las otras bandas de Indie Rock. Mientras que la mayoría lanzaron su cuarto disco a fines de los dosmiles o a inicios de la segunda década del milenio, los escoceses esperaron todavía un buen rato para lanzar su cuarto álbum. Quizá por las críticas que destrozaron el Tonight y no sabían qué rumbo tomar.

La reseña me resulta aún más difícil al encontrar que la mayoría de las demás críticas son bastante favorables. “Un espectacular regreso tras el tropiezo del Tonight”, “Raya la perfección” o “El disco que debió seguir tras el debut”. La cuestión es que estas reseñas no cambian en lo más mínimo la idea o la calificación que le doy, a pesar de que lo volví a escuchar varias veces para ver si me perdía de algo. Nop. La banda sigue metida hasta las cachas en la corriente electro-pop que iniciaran en el Tonight, y cundo intentan salirse del cliché, hacen temitas pop muy monos como “Fresh Strawberries” que no es más que un vago intento de repetir lo logrado con “Eleanor Put Your Boots On”. El disco es básicamente un puñado de temas para club, donde pudo haber tenido mucho Groove y circulación, con la gente bailando los temas en remixes, pero para cuestiones de Rock, es un disco sin demasiada sustancia. Y vamos, no es que jamás hayan sido filosóficos ni nada por el estilo, de hecho, si hay alguna mejora es en el aspecto lírico, donde Kapranos madura un poco y se vuelve más cínico. El problema es musical. Suena demasiado homogéneo. La producción es impecable, eso sí, con cada instrumento bien definido, y el bajo de Hardy haciéndote saltar en cada nota, pero de no ser por esos silencios entre canciones, es difícil diferenciar una de otra. Hay pocos ganchos memorables, poca melodía, y hay más riffs de calidad en “Take Me Out” que en todo este disco. La banda intenta y logra sonar muy cool, pero es en gran medida por la producción y no por el armado de las canciones. Y hay que notar que entre el montón de productores, varios son DJ’s. Este es un disco para antros, con la guitarra siendo un adorno en la mayoría de los temas, dejando a los sintetizadores el plano principal. Tras terminar el disco, se difumina por completo en la memoria, y eso nunca es bueno. En los noventas le llamábamos música chicle.

Lo peor de todo es que se nota que la banda se está esforzando por no repetir lo que les ocurrió en el Tonight. Pero a la vez, intentan no perder al público de clubs que se ganaron con dicho álbum. El resultado es un disco en que tratan de sonar innovadores como en los primeros dos discos, pero dando un terminado que no suena al de una banda de Rock, sino Dance, y por lapsos uno no sabe si está escuchando a Franz Ferdinand, a una mala copia de The Killers, o un disco de Justin Timberlake…  En realidad, el disco es un licuado de las 3 cosas.

 

La banda comenzó a trabajar en el nuevo disco desde Febrero del 2010, pero Kapranos reconoció en una entrevista que no querían publicitar demasiado el nuevo trabajo porque el Tonight tuvo muchas filtraciones. Digamos que se lo tomaron con demasiaaaada calma. Tras un descanso de los escenarios de casi 2 años, Franz Ferdinand volvió a los conciertos en Mayo del 2012, tocando en varios festivales. Desgraciadamente, el Hype por las bandas de Indie Rock que dominaran a inicios de los dosmiles ya había pasado, y tanto tiempo de descanso no les favoreció mucho que digamos. La banda estuvo estrenando varias de las canciones en conciertos durante el 2012 e inicios del 2013.

Las canciones fueron grabadas en la primavera del 2013 en varios estudios, como el Black Pudding de Alex Kapranos, o el Sausage Studio de Nick McCarthy, estudios en sus respectivas casas. Otros lugares de grabación fueron el Club Ralph en Londres, y el estudio de Björn Ytting en Estocolmo (también casero?). Bueno, en estos días es solo cuestión de tener buena tecnología para hacer un buen disco, no? Ah cierto, también hace falta buen material!

No grabaron todo de golpe, sino que intercalaban sesiones con la gira europea en la que estaban, al no tener presión de tiempo y tener la libertad de hacerlo en sus casas. Kapranos decidió darle un sentido más optimista y cínico, al menos líricamente, ya que la instrumentación sigue sonando a noche, a sudor, a luces de neón londinenses, aunque hay algunos temas bastante luminosos para los estándares de Franz Ferdinand. El título intenta reflejar ese optimismo, y a decir del mismo Alex, todo el grupo pasaba por un buen momento, quizá por estar un rato alejados de la presión mediática.

Kapranos es el productor principal, pero otros artistas co-produjeron varios temas: Joe Goddard, Alexis Taylor, Todd Terje y Björn Yttling. El sonido no es malo, como ya mencionaba. El bajo predomina con un sonido brutal de Bob Hardy, y en este aspecto no se nota la mano de tantos productores. Pero en general se siente una falta de unidad y dirección en el disco, que termina siendo bastante repetitivo y carente de ideas

 

OK, vayamos a los temas. El disco arranca con “Right Action”, producido por Alexis Taylor , y que inspira el título del álbum. Los escoceses no pierden el tiempo y desde el primer segundo nos enjaretan uno de los mejores temas del disco, con la guitarra haciendo un buen riff, juguetón y muy dinámico, y la sección rítmica haciendo un ritmo galopante. La canción tiene un lejano aire a los Talkin’ Heads, algo inquietante, extraño, pero a la vez adictivo. La melodía es buena. Sin ser espectacular, el estribillo en el que canta todo el título del álbum es quizá la única parte del álbum que se te puede pegar por semanas al subconsciente, y los detalles esta vez van en función a la canción. Por ejemplo, esos “AH!” que lanzan Kapranos y McCarthy de vez en cuando, o los puentes, mucho más dantescos y sombríos, con un beat mucho más lento, antes de regresar al desenfrenado beat. Otro gran gancho son esos “Duru-duruduru-dut”, pero quizá lo mejor es esa parte al 2:30 en que Kapranos se queda cantando con apenas la guitarra oscilando 2 tonos y un efecto como de sitar al fondo, justo antes de la explosiva coda. Los 3 minutos de van muy rápidos y la banda logra su mejor nivel, creando falsas expectativas para el resto del disco. Por otro lado, las letras muestran desde el principio un giro que tomará todo el álbum: “Come home practically all is nearly forgiven”. Si los 3 discos previos son  - líricamente – un tributo al Sábado por la noche, aquí parecen haber madurado un poco y haber llegado al Domingo. El protagonista deja la fiesta para llegar a su casa a enfrentar el mundo real. Al menos en las letras, ya que musicalmente, el disco es más dance que nada. El tema sería el primer single del álbum, y de alguna forma me da la impresión de que intentaron hacer otro “Take Me Out” por los diversos cambios de ritmo (además de que los videos son vagamente similares). No le llega, por supuesto, pero es de los (pocos) temas fuertes de éste álbum.

 

Seguimos con “Evil Eye”, producida por el DJ Todd Terje. La canción es como un funk-dance-indie malévolo. Bob Hardy tiene un papel preponderante, no sólo en este tema, sino creando líneas de bajo muy bailables y poderosas a lo largo y ancho del disco, y que sin embargo, no siempre alcanzan para rescatar las canciones. En este caso hay mucha influencia Funk, y si el tema anterior recuerda de lejos a los Talking Heads, éste no viaja demasiado en el tiempo al tener aires a The Clash. Esta vez inician con un grito de película de terror antes de enfrascarse en ese ritmo semilento e hipnótico. La producción del DJ noruego se nota con los sintetizadores de fondo haciendo esos agudos típicos del hip-hop y llenando de detalles electrónicos, coros femeninos y múltiples capas de voces. La letra es muy rara:

 

“What’s the color of the next car?,

(red you bastard) Yeah red you bastard”

 

Suponiendo que estamos en pleno domingo, este es un escupitajo directo al “día del Señor”, con una postura muy rara en la que Kapranos se declara ateo “Don’t believe in god don’t believe in that shit”, pero posterioremente asegura poder ver las almas de los demás aunque nadie le crea. Aunque son letras difusas, supongo que es un ataque a la hipocresía religiosa, y al menos muestra algún avance respecto a los temas que tocaba anteriormente. No es una canción extraordinaria, pero a pesar de la producción excesiva, es pasable y disfrutable con ese mood Funky setentero y oscuro.

 

“Love Illumination” no sólo es el mejor track del disco, sino que es el único donde retoman el nivel brutal que traían en los primeros dos discos, con mucha más influencia Rocker que Dance. La guitarra de McCarthy brilla con ese riff incisivo y cargado de fuzz. Fue precisamente Nick quien empezó a juguetear con el riff mientras grababan en el estudio Sausage, en su casa. Kapranos diría que de inicio le pareció demasiado rockero y crujiente, pero al final le gustó y terminaron armando la canción sobre ese incendiario Riff a doble guitarra, terminándola en apenas un fin de semana. Aunque también tiene un beat bailable, en el que Hardy esta vez puntea tonos (pero sigue con volumen altísimo), la guitarra lleva un rol principal, y no nos recuerda a bandas setenteras, sino al Franz Ferdinand del 2004-2005, cuando no dependían tanto de los sintetizadores y las dos guitarras se entretejían de forma espectacular. La melodía además es genial, pegadiza, y el estribillo, aunque no es tan memorable como el de “Right Toughts” al ser más complejo, también es infeccioso. Además juegan con la tensión de forma exquisita, creando apenas una perceptible calma en los versos antes de reventar los estribillos, con coros de fondo. Incluso las breves apariciones de sintetizador son acertadas. Tenemos además un solo al 2:20, no muy complejo, pero que alcanza a lucir sobre todo en la segunda vuelta cuando se agrega una la guitarra de Kapranos. La letra además es de las que más me gustan. Kapranos diría que es sobre la época de insatisfacción en la que vivimos, buscando algo que nos ilumine. Sin embargo, por el estilo cínico del disco, lo veo más como una crítica a la búsqueda de autoestima en las redes sociales, la búsqueda de likes y followers para sentir un falso amor, por las primeras líneas y por el coro: “We could love, we could love you, If you need somebody to love you”. Hasta aquí el disco va muy bien, con un final muy promisorio y fuerte. Desgraciadamente, se nos empezará a caer a pedazos.

 

“Stand on the Horizon” inicia como una dulcísima balada, con arpeggios crsitalinos, una línea descendiente de bajo, y un Alex cantando con una emotividad desgarradora. Estamos ante la siguiente “Eleanor”? No. Claro, al :35 arruinan el mood perfecto para lo que pudo ser una balada épica para convertir el tema en una desaforada canción disco. Esta vez Paul Thompson ni siquiera intenta matizar el beat totalmente Disco, mientras que Hardy, aun luciendo, fanfarronea con los sleapeos típicos de la música Disco de los 70’s. Nuevamente producido por Todd Terje, tenemos muchos matices electrónicos perfectos para la pista de baile. No es del todo mala, hay música de pista que me gusta, y los arreglos de sintetizadores emulando un crescendo de cuerdas al final con el montón de Kapranos multiplicándose, suena bien. Pero el tema anterior deja claro que no es su fuerte.

 

“Fresh Strawberries” es ahora sí la balada del disco, pero siendo francos, me conmueven más los primeros 30 segundos de “Stand on the Horizon” que los 3:20 de ésta. No es mala, y esta vez la canción tiene una clara influencia de los Kinks, llevándonos a un Brit Pop lindo, con coros que estallan luminosamente, y apoyo vocal por parte de Roxanne Clifford para crear esos efectos satinados. Tras el primer estribillo, al fondo se alcanza a escuchar un sintetizador aflautado y etéreo que sale sobrando totalmente y que rompe un poco con el efecto del tema. El puente al minuto dos, haciendo una escala oscura y tensa, tampoco me parece que encaje del todo. La letra, por otro lado, me parece que se pasa del intento filosófico:  

 

“We are fresh strawberries

Fresh burst of red strawberries

Ripe, turning riper in the bowl

We will soon be rotten

We will all be forgotten”

 

La banda termina enredándose y complicándose en demasía en un temita que tenía todo para ser bello y simple, además de que evidentemente, éste es un intento de replicar la delicada hermosura de “Eleanor Put Your Boots On”. No es que fracasen miserablemente, pero lo pensaron demasiado y perdieron por completo la frescura y espontaneidad de la primera.

 

Hasta aquí pudo ser un buen EP de unos 17 o 18 minutos. Pero como montaña rusa, tras el lento ascenso, viene la caída en picada. “Bullet” es… un intento de Punk? Va a toda marcha, con un ritmo machacón, bajeo punteado, y apenas un puñado de tonos. La cuestión es que le falta toda la actitud Punk. Kapranos puede cantar en tonos muy oscuros cuando quiere, pero aquí canta de manera muy melosa, con overdubs haciendo armonías, e incluso con falsettos. Johnny Rotten debe estar retorciéndose en su tumba… esperen, no ha muerto? Bueno, hsta sintetizadores hay. En lo que si coincide es en que es muy básica, y muy repetitiva. Al final los “Get out of my head, Get out of my head now” se vuelven una verdadera bala en la cabeza. Afortunadamente, como Buena pieza punk, no llega a los 3 minutos.

 

Y si en “Bullet” son muy simplistas, en “Treason! Animals” se complican enormidades, con un sintetizador casi unitonal que resulta taladrante y sin sentido todo el tema, excepto en el puente al 2:20, con Kapranos cantando una especie de mantra al fondo, en quizá la única parte interesante de la canción. Aquí… Soy yo o por momentos suenan a Joy Division? La segunda parte de la canción, mucho más oscura, logra funcionar por momentos, y Alex suena alienado como Ian Curtis (Si no me creen, esperen al cambio al último instante de la canción, cuando vuelve a cantar con SU voz). Parecen dos temas inacabados y completamente distintos que forzaron en una sola canción. Ambas tenían potencial, pero la primera parte está arruinada por el insoportable sintetizador unitonal (bien pudieron usar un silbato), y la segunda parte me gusta más, pero sigue inacabada. En combinación, no funciona, suena demasiado bizarra, y en las letras esta vez se pasa con un debraye verdaderamente incomprensible. Moraleja: no aceptes pastillas de cualquier idiota en las discos, o terminarás coronándote a ti mismo como rey de los animales y los árboles.

 

“The Universe Expanded” es muy ambiciosa y experimental, pero mejora un poco, con un arranque de sonidos grabados al revés, mientras el bajo entra marcando los dos tonos en un lento fade in, y posteriormente la guitarra hace un lindo arreglo con mucho eco. No es propiamente una balada, ya que es oscura, con un aire de extrañeza y tensión constante, e incluso algunas disonancias que llevan a cambios de tono. Finalmente explota en el estribillo, algo más optimista. La letra es bastante interesante, con el concepto más arriesgado del disco. Alex crea imágenes en reversa, como “Stars fall back into the sky, Cork the wine, Unbake a cake…”, pareciendo armar una teoría de que la historia regresa hacia un vacío, hasta dar una especie de giro con los últimos versos:

 

“We’ll part as happy strangers

From a long friendship

That grew from

Such a love”

 

Al final es una especie de historia de amor, pero muy poco convencional. Esta vez me recuerda al video de “The Scientist”, aunque musicalmente también tiene un aire a Coldplay (me podría imaginar a Chris Martin cantándola). En fin, los escoceses al menos se arriesgan algo más aquí, y aunque no me parece el gran tema, es de lo más salvable de la segunda parte del disco. 

 

Luego bien “Brief Encounters”. Alguien por favor desconecte el sintetizador! O mejor aún, mate al tipo que lo toca! Este es un… Reggae??? OMG. La melodía es terrible, la banda entera parece estar tocando con una tremenda apatía. “We are bored, We are married, We are Young”, canta Alex. El estribillo es un taladro con “Car keys, choose your keys” repitiéndose hasta el cansancio. Candidata a la peor canción ever de FF.

 

“Goodbye Lovers and Friends” no se queda demasiado lejos. Abre con una guitarra low-fi, y luego se van a una intro oriental y remota, de tintes bizantinos muy extraños. Se escuchan acordes como de sitar, la batería hace un tamboreo tribal, la guitarra una escala claustrofóbica. Una marea de instrumentación exótica. Al :35 se van a un puente minimalista con Alex cantando casi a capella y de forma casi fúnebre el título de la canción. Los ganchos que hace, “OhhhOOOOH!” que al principio funcionaban, comienzan a volverse cansinos. Y no tardamos mucho en darnos cuenta que básicamente el tema es una transición entre estas dos partes, salvo por un puente, que también parece una tercera canción metida con calzador. De que va el tema? Sólo Alex Sabe: “Don’t play pop music, You know I hate pop music” inicia, pero termina con un enigmático:

 

“Goodbye lovers and friends…

…you can laugh as if

we’re still together

but this really is the end”

 

Que muchos tomaron literal, es decir, como una promesa de que Franz Ferdinand llegaba a su fin o que sería su último disco.

 

 

Para bien o para mal, no fue así. No es una gran canción, pero hubiera sido una manera muy cool de despedirse. El disco pues, es bastante mediocre en el aspecto creativo. Tuvieron tiempo de sobra para trabajar en él, pero en lugar de innovar, decidieron imitar sonidos ya existentes, y en la mayoría de los casos, sin demasiada gracia. Cierto, tenemos mucha variedad, desde los Kinks, los Pistols, The Clash, The Talking Heads… pero Franz Ferdinand, ésa banda descarada que sedujera al mundo a inicios del milenio, se asoma apenas en un par de temas. Usan excesivamente los teclados, y muchos temas parecen a medio cocer, pero maquillados por la producción. Palabraqs correctas, ideas correctas, pero acción equivocada.

No, Franz Ferdinand no está muerto. Sabemos que en 2015 se unieron a Sparks para lanzar el supergrupo y disco FSS, en el que ambas bandas combinaron sus estilos para crear algo totalmente distinto y que creo que benefició bastante a los escoceses. En Julio del 2016, Nick McCarthy anunció que abandonaba la banda. Se especuló mucho sobre las proféticas palabras, pero Franz Ferdinand regresó a su alineación, deshaciéndose de Sparks y reclutando a Dino Bardot en guitarra y convirtiéndose en quinteto con Julian Corrie en teclados y guitarra. No sabríamos del impacto de la pérdida de McCarthy al sonido del grupo hasta Febrero del 2018, cuando lanzaron su quinto disco, Always Ascending, pero esa ya es otra historia, por lo que ni siquiera puedo decir que éste sea el peor disco del grupo.

 

 

Por Corvan

01/may/2018

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