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ALICE IN CHAINS (Álbum, 1995)

Artista: Alice In Chains (C+)
Fecha de Grabación:  Abr – Ago ‘95
Fecha de Lanzamiento: 7 de Noviembre de 1995, USA
Discográfica: Columbia
Productor: Toby Wright, AIC
Calificación: 
9

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era: Grunge (1989-???)

Subgénero: Grunge (1989-1997)

Mejor Canción: Grind, Over Now o Heaven Beside You, o Grind

Canciones: 1) Grind; 2) Brush Away; 3) Sludge Factory; 4) Heaven Beside You; 5) Head Creeps; 6) Again 7) Shame In You 8) God Am; 9) So Close; 10) Nothin’ Song; 11) Frogs; 12) Over Now.

 

Alice In Chains fue la banda más diversa del movimiento Grunge porque no tenía sus bases en una raíz fija como el Punk (Nirvana) o el Hard Rock (Soundgarden y Pearl Jam) sino en el Metal, y como tal, podía explorar en todos los recovecos de ese enormísimo subuniverso. No tenían pues, límites, salvo la creatividad e Cantrell y Staley, y por ello eran capaz de reinventarse disco a disco, (casi canción a canción) como lo hicieron del oscuro y casi violento Dirt, al delicado y emotivo EP Jar of Flies.

Ya habíamos analizado como, después de debuts muy enérgicos, muchas bandas Grunge colocaron sus obras maestras en sus segundas entregas. Y bueno, sin ser tampoco una ley general, muchas no lograron superar las expectativas con el tercer disco. Sin ser una racha de discos malos, las terceras entregas no alcanzaron la excelencia, potencia y frescura de los previos, y de alguna manera comenzaron a marcar el declive del efímero movimiento. Este es el caso del disco epónimo de Alice In Chains.

En un inicio estaba decidido a ponerle un 10, pero a pesar de que no trae ningún relleno y en general mantiene un estándar muy alto en cada rola, no creo que tenga el mismo nivel de perfección. Después del LP Dirt y el EP Jar of Flies, AIC parecía haberse colocado a la punta del movimiento con tan tremendas entregas. Sin embargo, poco después de la salida del Jar of Flies (primer EP de la historia en llegar al #1 de Billboard), Layne entró a rehabilitación de heroína. Tuvieron que cancelar un día antes de iniciar el tour de verano que tendrían junto a Metallica y Suicidal Tendencies para que su vocalista pudiera recuperarse. De hecho, desde 1993 no habían podido girar en forma por este problema. Por otro lado, Jerry Cantrell acababa de romper con su novia de 7 años y no se encontraba bien de ánimo, precisamente. La banda entró en un receso. Staley entró al supergrupo Mad Season, junto con Mike McReady de Pearl Jam, John Baker de los Walkabouts y Barret Martin de los Screaming Trees, con los que grabó un disco de relativo éxito. Cantrell comenzó a preparar demos para un posible disco solista, que comenzó a palomear en enero junto con Mike Inez y Sean Kinney. En Abril, Jerry y Layne platicaron y limaron asperezas. Realmente no se habían peleado, pero sentían que estaban traicionando ese hijo mutuo llamado AIC con sus respectivos proyectos individuales y había resentimientos, así que Staley dijo adiós a  Mad Season y Cantrell redirigió las canciones en las que estaba trabajando hacia el tercer disco de Alice In Chains.

Ese mismo Abril entraron a los estudios Bad Animals de Seattle de la mano de Toby Wright como productor. Además de los demonios internos que los abrumaban, estaban los externos. La disquera los presionaba con un nuevo disco, y la presión de los fans y la crítica les exigían al menos los mismos estándares que los mencionados Dirt y Jar of Flies. Y por si fuera poco, la presión de la muerte de Cobain, que los dejaba como la única banda capaz de salvar el Grunge, que iba ya en picada. El Alice In Chains terminó siendo el último disco con Staley y el primer LP con Mike Inez al bajo tras la salida de Michael Starr. Es un disco raro. No puedo decir que sea malo, de hecho, como mencionaba, le iba a poner un 10, pero francamente no está al nivel del Dirt. Ya escuchándolo a detalle, se echa de menos a Layne a plenitud. Aquí está ya mermado por las drogas, y sin el nivel brutal de los discos previos. En algunas canciones, aunque la melodía es buena, se olvida de esos magistrales ganchos vocales, y ya tampoco se exige demasiado en rango. Cantrell pone de su parte con esas agridulces armonías y con las tremendas guitarras para lograr que funcionen las canciones, pero se nota que la mancuerna aquí ya no chisporrotea esa magia de los dos previos, y si fuera sólo por Layne, varias rolas serían repetitivas y planas. Staley en ese punto realmente le importaba un bledo la banda, pero Mad Season tampoco había sido lo que esperaba para llenar ese vacío de las drogas. Comenzaba a tocar fondo, y la muerte de Cobain, a pesar de que no fueron los grandes amigos, lo tenía muy deprimido. Sabía que sería el próximo mártir del Grunge y las letras son su testamento, reflejando ese agujero existencial en que se encontraba, de manera quizá menos cruda que los anteriores discos, pero quizá de forma más profunda y reflexiva; insisto, sabía que sería el próximo. Las mejores rolas definitivamente son las de Cantrell, y de alguna manera son las más suaves y melódicas del disco, no precisamente acústicas, pero casi. Por ello se tildó este como el disco más “Soft” de AIC (Soft, teniendo trolas como “Grind”?). Con todo y todo, no me parece que haya un relleno en sí. Las canciones son de gran nivel, algunos riffs demoledores, requintos que vuelan la tapa de los sesos, con momentos verdaderamente oscuros, las rolas de Cantrell tienen de las mejores armonías vocales de los 90’s, y al menos “It’s Over Now” y “Heaven Beside You” me parecen las mejores de la breve discografía con excepción de “Man In The Box”, mi favorita del grupo. En cierta forma es el disco más variado de AIC,  pero no muchos lo vieron como algo positivo en su momento.

“Grind” se encarga de abrir como una verdadera avalancha, con ese riff apocalíptico y cuasimetalero que te tumba de la silla. Mientras el riff principal resulta oscuro, denso y asfixiante en combinación con la sección rítmica, Jerry hace formidables y angustiantes arreglos con el wah. Al :35 entra la voz, esta vez es Jerry, con un timbre muy semejante al de Layne, dando un filo desesperante. Staley hace segundas arrastrando la voz con un macabro efecto zombie la última sílaba de los versos y armonizando como sólo este par puede en los intoxicantes estribillos. Es curioso como contrastan la oscura angustia de los versos con un tono más cálido y brillante durante los coros. Al 2:50 tenemos un estupendo solo de Jerry, que arranca desde el final del estribillo, con un gran dominio del wha, para después regresar al denso riff. La letra es tremenda y premonitoria: “In the darkest hole, you'd be well advised, Not to plan my funeral before the body dies, yeah”. Cierto, no es de Layne, sino de Jerry, y se refería más bien a que no cantaran la muerte de AIC antes de tiempo, por el montón de rumores sobre su separación, pero ya a posteriori, a uno se le eriza la piel. Una gran canción, de una potencia desgarradora y donde todos se conjugan a la perfección, aunque ligeramente larga.

Sigue “Brush Away”, una canción más dinámica, con un arranque arpegiado que de inmediato explota con un gran ritmo y una gran combinación de Mike y Sean. El bajeo hace un vaivén que le da esa especie de oscuridad, y se combina al a vez con el tremendo fuzz de la guitarra. El efecto que logran es muy cool, redondeado con la melodía de Layne. La cuestión es que además de esto la rola no tiene mucho. El estribillo, claro, en el que hacen una buena escala instrumental para aumentar el tono amenazador. Pero salvo esto no hay puentes u otros ganchos o variaciones. El solo es algo experimental, nuevamente con wha, pero no es de los mejores de Cantrell. Las letras son nuevamente sobre el encadenamiento a la heroína de Layne, obvias en los estribillos: “I try to get away, and yet I stick around, So fall and crawl away, and brush away loose ground”. En los versos describe los efectos de la adicción, con la consiguiente pérdida de responsabilidad, culpando de ello a la droga. No son malas, pero no me causa el mismo efecto aterrador de los discos previos. Con todo la canción es dinámica y potente, pero le falta algo…

Con “Sludge Factory” retoman buen nivel, con un riff cataclísmico, y con ese aire aterrador de los álbumes previos. Cantrell construye un riff simple, pero que resulta tremendo con ese Power Chord que deja al final vibrando.  Nuevamente no hay demasiados cambios, pero ésta vez logran mayores combinaciones al hacer más variaciones en la entonación (con esos falsettos), extendiendo las sílabas, con algunos cambios de tiempo, los “by the way, by the way, by the way”, los “uhhhhUUUHHHuhhh ah yeah”  en perfecta armonía, y la mayor potencia de los estribillos, los susurros al 4:40... Es decir, logran acomodar más ganchos que dan mucha vitalidad a la rola a pesar del tiempo lento. El solo es extrañísimo, disonante, angustiante, pero le sienta bien a la rola y aumenta esa sensación de claustrofobia. La letra algo críptica, pero de nuevo hay líneas que resultan escalofriantes: “Now the body of one soul I adore wants to die, You have always told me you'd not live past 25, I say stay long enough to repay all who cause strife”. Al final, en la parte de los susurros con otro requinto es un poco largo, extendiéndose hasta pasados los 7 minutos, pero en sí la canción es muy buena, retomando ese nivel oscurísimo de AIC.

Luego está uno de los platos fuertes del disco. “Heaven Beside You” es de las rolas emblemáticas del grupo y del Grunge. Es otro de los temas de Jerry, cantada por él mismo, en un tono frío y desolador. La combinación acústica con ese slide para construir el riff es magistral, hipnótico, bello y triste a la vez, con un mucho de blues (Blues y Grunge!!???). La letra habla de la ruptura con su novia, con la que duró 7 años. Como tal la canción tiene esos claroscuros que van de la mano con la letra, con estupendos puentes ascendentes que van generando tensión hasta los contundentes estallidos eléctricos pesados, llenos de fuzz: “So there's problems in your life, That's fucked up, and I'm not blind”. Versos enormes, resignados, pero que siguen reflejando su amor por ella: “Do what you wanna do, Go out and seek your truth, When I'm down and blue, Rather be me than you”, no sin cierta ironía, y con fenomenales estribillos en los que se incorpora Layne con tremendas armonías: “Like the coldest winter chill, Heaven beside you... Hell within”. Uff, que línea, un poema de 5 palabras que narra lo difícil de la relación, en la que no se puede vivir con ella, pero tampoco sin ella. El manejo de los tiempos e intensidad es increíble, regresando a la parte bluesy y tranquila después de las explosiones. El solo es caótico, amargo, poderosísimo. En fin, una gran canción en donde la instrumentación y la lírica van muy de la mano, llevándonos del cielo al infierno en cuestión de segundos, lo cual es una muestra de la gran inteligencia de la banda. Señora rola.

Continuamos con “Head Creeps”, donde volvemos a lo más negro de Alice In Chains. Un riff espeso, violento, rayando en el metal. “No more time… just one more time.” Canta Layne, para después entrar en los versos, con un fraseo apresurado, en armonía agridulce con Jerry, y la guitarra espejeando la melodía vocal, palabra por palabra, pero logrando un gran efecto. El puente al 2:10 es escalofriante, demoledor, elevando la intensidad, aunque realmente la rola se mantiene siempre en un medio tiempo hipnótico. Faltan quizá algunos ganchos que den mayor variedad. La letra es desoladora, ésta vez enteramente escrita por Layne. Un tanto críptica, pero habla sobre la forma en que los medios y la gente lo ataca sin sabr realmente qué pasa con su vida: “So let me be defamed, Your redundancy stains, Tired of infantile claims, Like puppets on a string”. La coda es terrorífica, con gritos y ese efecto de la voz lejana, como en una cueva. La batería es descomunal, quizá el mejor momento de Kinney en este disco. Quizá es un poco larga, y la falta de cambios hace que la duración resalte, pero la atmósfera apocalíptica a mi gusto justifica esto.

Sigue “Again”, con otro riff monumental. Son solo dos tonos, pero la manera en que Jerry ataca la guitarra y Sean le pega a la batería hacen una combinación volcánica. Layne canta con una desesperante frialdad. Y es desesperante si le pones atención a lo angustiante de las letras. Realmente Staley estaba en un agujero sin fondo: “Hey, let them do it again, yeah, Hey, you said you were my friend, Hey, turn me upside down, Oh Hey, feelin' so down”. La melodía vocal es adictiva, con las armonías explotando para esos especies de estribillos en sube y baja. Al 2:10 hay un parón, queda la guitarra machacando y viene el solo con unos divertidos “doooh doops”  que contrastan con lo negro de la canción. La canción es oscurísima, pero hay algo en el riff , en las explosiones y en esos doooh doops”  que suena casi disco. Ese contraste hace que la canción suene enorme.

Después de tanta potencia, vuelven a bajar un poco el ritmo con “Shame In You”, una balada que da un respiro. Los versos son muy tranquilos, con la guitarra tintineando en un dialogo con la batería. Layne canta con cierto desgano, extendiendo las sílabas enormidades, y luego subiendo un tono para no sonar tan plano. Luego la guitarra se carga de delay, hace un arreglo y la rola empieza a subir de intensidad para lo que vendría siendo el estribillo, aunque más bien es una segunda parte, ya que dura tanto o más que los versos. No llega a explotar, pero las guitarras y batería son mucho más potentes. Jerry remata con un minirequinto y regresamos a la cadencia de los versos. La canción es buena logrando su intensión depresiva, pero un tanto monótona por esa especie de uniformidad tonal que mantiene Layne toda la rola.

“God Am” es quizá la rola más grungera del disco, con un riff machacón y muy sucio. Los versos son muy punteados y no me gusta mucho la melodía, pero Sean ataca con un gran redoble y entramos al estribillo más melódico, con capas de guitarra con fuzz al fundo y otra chirriando en agudos. Básicamente repiten la tónica toda la canción, salvo al final con el atisbo de requinto. Es quizá uno de los momentos más simples de AIC, pero tampoco creo que sea para marcarla en azul.

“So Close” me recuerda al Pearl Jam del VS en el riff de la entrada, aunque no sé precisamente qué canción. El riff se mantiene igual, ligeramente más lento para los versos, y luego hacen cambio de tono y le dan más oscuridad en el estribillo: “Yeah, so close now”. La letra es una especie de ironía las presiones de la disquera por un nuevo álbum, aunque Layne sabía que era por dinero, no por preocupación hacia su estado mental, y hay una parte en que deja bien en claro: “Nothin thrilling me too much, yeah” repitiendo el verso una y otra vez por si queda alguna duda. Otra canción relativamente floja, pero nótese que las rolas flojas de AIC tienen ciertos aire Pearljamianos, por lo que no pueden ser malas.

“Nothin’ Song” sigue la tónica regular de las dos previas. Para la entrada tenemos guitarras que quedan como en suspenso, hasta que Layne lanza una especie de grito y entramos en ritmo. La melodía nuevamente es floja y Jerry además la espejea. Los versos son algo repetitivos y cansinos, pero el coro estalla con mejor tónica, las guitarras con un efecto de sierra y Layne regresa con mucha mejor melodía y ganchos, hasta falsettos otra vez. El regreso a los versos es con una buena transición, un tamboreo tribal y maligno y buenos licks de guitarra, pero cuando regresa la voz de Layne se vuelve a hacer un poco cansina la rola. No hay más trucos, la canción va alternando estas partes hasta casi 6 minutos, lo cual la hace algo pesada. Ésta y “So Close” son los temas más débiles del disco.

Con “Frogs” retoman el buen nivel, con una oscuridad escalofriante. Un riff denso y sobrecogedor, y luego esa guitarra negra  y filosa como cuchillo. Armonías perfectas, en lentos vaivenes ácidos, depresivos… Cuando estamos cayendo en una especie de hipnosis, entra el puente con la guitarra tambaleándose y comienzan a subir el ritmo: “Why's it have to be this way…” pero nos quedamos con ganas de una explosión. Regresamos al arpegio, per Jerry comienza a hacer trucos, agregar licks y efectos acuosos, lejanos, algunos rasgueos acústicos sobrepuestos, y pareciera que hay unas 4 o 5 guitarras distintas alternándose. Al 5:15 Layne empieza a balbucear en volumen bajo y lejano. En realidad son letras, aunque casi ilegibles. Líricamente, (no esta parte, sino en general) es de las mejores de Staley, y que muestran  más claramente la situación en que se encontraba: “What does friend mean to you? A word so wrongfully abused”, en un punto en que cuestionaba incluso la Amistad de Jerry. O “The sounds of silence often soothe” o al final, en la parte susurrada: “And don't fuck with me again...”. Todo este fragmento resulta letárgico. Muchos opinan que es innecesario y aburrido, haciendo que la rola se alargue más de 8 minutos, pero además de poner atención a las letras (quizá el testamento de Layne), Jerry se las ingenia para mantener la tensión e ir agregando detalles interesantes.

El disco termina con “Over Now”. Un pedazo de rola, el Réquiem final de la banda y quizá del Grunge entero. Es otra de las composiciones de Cantrell, en la que él mismo lleva el liderazgo vocal, y que originalmente habla sobre el rompimiento con su novia, aunque bueno, quedó justo como última canción del último disco de estudio del grupo, y además del último gran disco de Grunge en forma, antes de que las bandas se dispersaran o tomaran tintes más alternativos. Por ello digo que es el canto del cisne, no sólo del grupo, sino del movimiento. Inicia con el toque de trompeta fúnebre que usa el ejército estadounidense en los funerales militares, con un efecto de acetato viejo que le da un aire muy cool. Luego entra ese formidable riff descendente, que mantiene la misma escala a pesar de los cambios tonales. Está construido con una guitarra acústica al fondo, un tanto opacada por la guitarra eléctrica que lleva una ligera distorsión, y a la cual se sobrepone eventualmente una más limpia haciendo licks. Da la impresión de ser acústica supongo en parte porque es más “suave” que las demás rolas del disco, y también porque la versión que quedó en la memoria colectiva es la del Unplugged, en la que Jerry prescinde por completo de la distorsión. De hecho, en el sencillo, la cara A es la versión acústica y la B viene siendo esta de estudio. En fin, la canción es magnífica, con una melodía vocal de antología, donde Jerry canta de manera firme, emocional, pero sin la resignación de “Heaven Beside You”. La letra va de la mano con la interpretación y el riff nostálgico, pero firme: “Yeah, it's over now, but I can breathe somehow”. Sí, se acabó, duele, pero seguiré adelante con mi vida sin ti, aunque la certeza se difumina con la línea: “Could you stand right there, Look me straight in the eye and say, That it's over now”.  El puente formado por el verso anterior (no podría decir que es el estribillo) también es perfecto, acelerando un poco la rola y cambiando el tono para eliminar la uniformidad. Aquí Layne se une para crear esa segunda o tercera voz que es marca registrada del grupo. Jerry comienza a hacer más licks eléctricos, y hay que hacer mención especial a Sean Kinney, quien hace una espectacular labor de batería a pesar del medio tiempo, llenando de remates y manejando la intensidad. Poco después del minuto 3 tenemos un puente instrumental, más lento, con arpegios haciendo deliciosas escalas que recuerdan un día gris y lluvioso y la eléctrica llorando con lo que vendría siendo un requinto lento y emocional. La canción continúa alternando las secciones y al 5:30 tenemos otro requinto en la misma tónica, lento y fúnebre, mientras Seann sigue dándole la vuelta a la batería sin sofocar la rola. Un acorde queda en suspenso al final, responden los arpegios lagrimeando y la canción se apaga con el llanto lleno de delay. Majestuosa. En un inicio me gustaba más la versión Unplugged, y fue la que me enganchó en la banda y me hizo buscar sus discos. Con las escuchas le he tomado más aprecio a esta versión por el feeling distinto que dan las guitarras eléctricas. No pudieron escoger mejor ni el inicio ni el cierre del álbum.

 


En fin, el disco, también llamado Tripod por el perrito cojo de la portada, vendría siendo el último de estudio con Layne. Posteriormente grabarían el Unplugged, donde sería la única vez que tocarían en vivo algunas de las rolas del álbum, ya que después la banda quedó en suspenso, en un descanso indefinido sin formalizar la ruptura por los problemas de Layne, hasta su muerte en Abril del 2002.  El Unplugged me parece muy bueno, pero no estoy convencido de que hayan mejorado las versiones originales, por lo que de momento no tengo planeado reseñarlo. Ya veremos. Como ya dije, es difícil evaluar este último álbum de estudio. Creo firmemente que es uno de los discos de Grunge más sólidos de ese año, en el cual el movimiento comenzaba a declinar y a ceder terreno frente al Brit Rock. Comparado con otros discos de ese año merecería el 10, es muy sólido, diverso, no llega a cansar a pesar del tono oscuro y tiene un gran nivel instrumental y vocal respecto a las armonías. Sin embargo en el contexto de la banda, creo que queda un poco atrás respecto a la crudeza y frescura del Facelift y a la madurez y perfecto equilibrio del Dirt, teniendo además 2 o 3 rolas que si no son malas, son flojas. Por ello no creo que merezca el 10. Con todo, es un disco muy recomendable, donde la banda, aunque no está en su mejor nivel, se muestra con una inteligencia y dominio instrumental superior al de otros grupos a tope. El Alice In Chains fue, sin querer, el canto fúnebre del Layne, de AIC y del Grunge en general. Un movimiento que estaba destinado a morir joven, igual que sus más emblemáticos representantes…

Por Corvan  

8/Ago/2012

 

Letras de El Traductor de Rock 

 

 

 

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