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BIMEXICANO: Nuestros Clásicos Hechos Rock (V/A, 2010)

Artista: Various Artists
Fecha de Grabación: 2010
Fecha de Lanzamiento: 13 de Septiembre del 2010, MEX

 

Era: Covers 

Subgénero: Covers  

Mejor Canción: Cielo Rojo, seguido de cercas por Vámonos

Canciones: 1) La Martiniana (Jaguares); 2) La Cigarra (Natalia Lafourcade); 3) Vámonos (Enrique Bunbury); 4) La Llorona (Ely Guerra); 5) De Qué Manera Te Olvido (Jumbo); 6) Un Mundo Raro (Aterciopelados); 7) Cielo Rojo (Hello Seahorse!); 8) El Rey (Le Baron); 9) Sombras (Kinky); 10) Bésame Mucho (Sussie 4); 11) Cucurrucucú Paloma / Yo Camaleón (Jesús Báez de Zoé y Ana Karla); 12) El Son De La Negra (Flavio Cianciarulo y Alberto Lomelí).

 

Esta es una especie de segunda parte del Mariachi Rock-O pero al revés. Aquí en lugar de tomar temas clásicos del rock para convertirlos en versiones de mariachi, hacen exactamente lo contrario, o sea, tomar temas clásicos del cancionero ranchero mexicano para convertirlos en rock. Es de agradecer por una parte que no hayan quemado la idea original del extraordinario Mariachi Rock-O haciendo un volumen dos, pero de alguna forma da continuación al proyecto haciendo un buen giro, y mostrando ahora la otra cara de la moneda. No es la primera vez que se hace. Anteriormente varios grupos habían ya realizado diversos tributos a artistas como José Alfredo Jiménez, a José José, o a Los Tigres del Norte, entre otros, por lo que este disco retoma estas ideas con la novedad de que no es a un artista en particular a quien se le rinde tributo, sino a la historia musical mexicana: compositores e interpretes inmortales como José Alfredo, Lola Beltrán, Vicente Fernández, Consuelito Velázquez, Pedro Vargas, Javier Solís…

Ya lo he dicho en el Mariachi Rock-O, como mexicanos nacemos con esta música en la sangre, del mismo modo que los brasileños nacen con la samba, los argentinos con el tango, los cubanos con la salsa o nuestros hermanos españoles con el flamenco, entre otros muchos… no es que sean clichés, son todos géneros que nos enriquecen como latinoamericanos, pero además nos dan identidad como nación; y en México la canción ranchera, sus ídolos, su cultura es algo de lo que no se escapa, independientemente que seas rockero, metalero, o popero. Es como ponerse la playera de la selección nacional! Así que esta fue una excelente elección para que la comunidad rockera en México, más algunos invitados iberoamericanos que se unieron al proyecto, se unan a los festejos del Bicentenario del inicio de la Guerra de Independencia en México.

Sin embargo el resultado no es TAN excepcional como el mencionado y laureado Mariachi Rock-O. Si en aquél todos los temas manejan cierta unidad por la semejanza de arreglos a pesar de que los temas originales no tuvieran mucho que ver, aquí pasa exactamente lo contrario: Los temas son extraídos del catálogo popular mexicano y tratados de manera diferente conforme al estilo de cada artista, de manera que por momentos el disco luce muy disperso, y disparejo, con altibajos, y encontramos desde ska, rock suave, rock más alternativo, canciones con matices jazzeros, canciones que mantienen su espíritu ranchero y hasta sonidos electrónicos, que son los que predominan en el álbum.

Respecto al grupo de músicos que participan, debemos reconocer que son muy buenos nombres, reuniendo algunos de los grupos más experimentados y ya consolidados en el Rock Latino, así como unos que no llevan tanto tiempo pero se han abierto paso fuertemente en los últimos años. Así tenemos a los veteranos Jaguares, que por fin se ponen las pilas y presentan una canción bastante más que decente. Sussie 4, Kinky, Le Baron y Hello Seahorse! dan el toque más fresco y con matices electrónicos. Chucho de Zoé y Jumbo representan los sonidos alternativos mexicanos, y Ely Guerra y Natalia Lafourcade dan el toque femenino. Por parte de la legión extranjera, los que participan son todos músicos que han adoptado México como una segunda patria, y a quienes se les reconoce la sinceridad de su participación: Los Atercipoelados son uno de los grupos consentidos en México. Mr. Flavio, bajista de los Cadillacs, está casado con una mexicana y vivió en México un buen tiempo, por lo que la mitad de su corazón está en estas tierras. Y de Enrique Bunbury ni se diga! México es su segunda casa, el tequila corre por sus venas, y su tema fue uno de los que quedaron más naturales y con más sentimiento.

El director de Ocesa Seitrack, Alex Mizrahi, aseguró que este proyecto no tiene la finalidad de negocio, cada grupo tuvo la libertad creativa para grabar en su lugar de trabajo y con su equipo. Así que el Bicentenario fue la excusa perfecta para este buen disco, que ha tomado los reflectores desde su lanzamiento. Otra curiosidad es que su distribución ha sido mayormente a través de las tiendas Starbucks (malinchistas! Jajajaja) y con un precio relativamente accesible. Parte de lo que se recaude se tiene la intención de donarlo a agricultores cafetaleros de Chiapas.

 

El disco abre bien con “La Martiniana”, interpretada por unos Jaguares que se acuerdan del buen trato que eran capaces de darle a canciones tradicionales para crear interesantes híbridos como lo hicieran con “Mariquita” cuando aún eran Caifanes. Muestran un enorme respeto por el contenido folclórico y mezclan excelentes arreglos de guitarra, que luce ágil y atinada a lo largo de toda la canción, dialogando con una marimba, aunque no sé si todas las guitarras son del Vampiro López. La canción es un son jarocho y mantiene la forma, dando matices rockeros, pero sin perder ése aire añejo y porteño, movido, pero con matices agridulces. Por cierto que Alfonso André luce tremendo con la batería, haciendo arreglos bombásticos, mientras que Saúl tiene una buena participación vocal, ya sin llegar a tonos altísimos y sin forzar demasiado su garganta, pero la canción le queda bien. De lo mejor que le hemos escuchado a los Jaguares en mucho rato.

Sigue “La Cigarra” con Natalia Lafourcade, que hace una muy buena interpretación con esa voz tan peculiar que tiene, aniñada, con tonos jazzeros, dulce, juguetona. La canción es minimalista, de matices oscuros, con una guitarra arpegiando tímidamente mientras teclados hacen notas sostenidas para darle mayor drama al tema, de manera que la voz resalta y se lleva la canción con una vestimenta sencilla que pero que adorna a la perfección. Para los puentes, la canción es ligeramente más luminosa y con arreglos lúdicos, que dan pie a un coro inocente. Me encantan los matices que le da Natalia a su voz para crear diversas emociones, es curiosona. Esta chica tiende más al pop, pero hay que reconocerle la voz y el talento, que le han ganado el respeto de la comunidad rockera.

Después está “Vámonos”, que no podía ser interpretada sino por Bunbury. Estoy seguro que si Enrique Ortiz se hubiera esperado un par de años más en cambiarse el apellido artístico por la influencia de Wilde, se hubiera terminado llamando Enrique Jiménez. La canción le viene como anillo al dedo. Ya se sabe de su admiración por México y en particular por José Alfredo, por lo que la canta con total naturalidad, con arreglos sencillos, y la canción nos la podemos imaginar en cualquiera de sus discos. Su interpretación vocal es maravillosa, mostrando una desesperación conmovedora en los versos y una gran esperanza en esos deliciosos coros. Una de las mejores del disco.

Después viene “La Llorona”, en la que Ely Guerra hace una interpretación casi suicida, lenta, depresiva, pero en buen sentido, logrando un excelente resultado. Varias de las canciones del disco siguen está fórmula minimalista en la que la musicalización está hecha de manera que la voz luzca. Aquí la atmósfera es densa, oscura, aplastante, pero no funcionaría si Ely no tuviera capacidad de llenar la canción con su deliciosa voz. Además es de destacar que no se contente con rehacer una de las múltiples versiones de esta canción, sino que le da su propio toque, casi escalofriante.

El tremendo comienzo del disco se ve cortado con “De Qué Manera Te Olvido” de Jumbo. Jumbo me agrada bastante, pero me parece que aquí hacen una versión muy blanda de una de las canciones de despecho más grandes del cancionero popular mexicano. Sobre todo tomando en cuenta que la versión más conocida es la realizada por Vicente Fernández, una de las voces rancheras más potentes que hay. Jumbo fracasa al tratar de mezclar los distintos colores que conforman la canción, haciendo los versos lentos y depresivos, buenos a secas, pero luego haciendo un cambio de ritmo absurdo que da a l traste con el dramatismo de la canción. Además la voz de Clemente Castillo suena absolutamente ahuevonada, como cantando a fuerzas, contrastando con la intensidad de la versión más conocida de don Vicente. Tache!

Enseguida llega “Un Mundo Raro”, otra de José Alfredo, esta vez interpretada por los Aterciopelados, que desde Colombia se unen al homenaje. La canción mantiene su forma ranchera, pero con instrumentación más alternativa, nuevamente sin demasiados arreglos, pero funcionando bien. Andrea Echeverri logra con su cadente voz que no sean necesarios espectaculares adornos. Tiene una profundidad suficiente para cargar de despecho la canción y lograr una buena entrega.

“Cielo Rojo” es a mi gusto la mejor canción del álbum, curiosamente por uno de los grupos más jóvenes, pero que están haciendo un gran trabajo en México: Hello Seahorse!. Esta es de las rolas que sufrieron un cambio más significativo. Apenas musicalizada por una magnífica línea de bajo, un pianito muy mono y una base de betería simple, que se entretejen para que los versos suenen simples, pero potentes, amargos, deliciosos, y totalmente distintos a la versión original. Denisse nos embruja con esa voz magnífica, impresionante, angustiada durante los versos, dulce y soñadora durante los coros. Por cierto que los coros cambian totalmente de ritmo, eliminando la sección rítmica y alargando las palabras con sólo un sintetizador de fondo para crear una sensación onírica. Hello Seahorse! sorprende con el celestial trato que dan a uno de los más grandes clásicos, dando cátedra de cómo mantener los cimientos apenas, cambiando toda la estructura de forma radical, pero de manera inteligente y delicada. Cabe mencionar que “Cielo Rojo” es una de mis canciones rancheras favoritas junto con “Gema” y “Malagueña”, y me encanta el resultado de esta versión, redimensionándola, con el grupo imprimiendo su huella con total éxito, manteniendo el drama de la original y sin deshacer la canción, y por eso me parece la mejor rola del disco. Aplausos a esta joven banda!

Sigue “El Rey” que es como un segundo himno en México. Y desgraciadamente la interpretación de Le Baron queda débil, con voces flojas. Los acompañamientos son decentes e interesantes, pero esta es una canción en donde se demuestra carácter del narrador, y los acompañamientos y la voz no van acorde con esa intención de la original. No es desagradable ni mala realmente, sólo que ahora sí no guarda nada que ver con la original y no suena congruente.

A “Sombras” le pasa casi igual, sólo que la atmósfera bizarra que crea Kinky ayudan un poco. Esta es una de las canciones más oscuras de Javier Solís, llamado “El Señor de las Sombras” por la amargura de sus composiciones. Aquí de entrada el tono parece festivo, pero la voz de Gil y los arreglos posteriores le alcanzan a dar un tono agridulce, que igual sirve para saltar con el intenso beat, pero conserva cierta negrura. Un arreglo electrónico muy bizarro, no hay otra palabra,  que no alcanza a funcionar.

“Bésame Mucho” también tiene un gran nivel de experimentación electrónica, esta vez más lounge. Susie 4 se arriesga haciendo una de las canciones más covereadas no sólo en México, sino en el mundo, y logran darle su propio sello, tranquilo, con atmósferas complejas y profundas, cargadas de ecos y delays, jugando con los tiempos y con la delicada voz que de nuevo logra notas sobresalientes. Un viaje muy disfrutable a través de estas atmósferas oníricas.

Después está “Cucurrucucú Paloma” en la que Chucho, tecladista de Zoé se encarga de la curiosa musicalización, con una especie de arpegiador de bajo y efectos muy raros y etéreos al fondo. Ana Karla presta su voz y lo hace bien a secas, sin tener una voz impresionante, la lentitud y los efectos de delay combinan muy bien con el aura melancólica de la canción, aunque me parece que pierde gran parte de la emotividad de la original.

El cierre es una total pachanga por parte del Sr. Flavio con “El Son De La Negra”. El bajista y cerebro de los Fabulosos Cadillacs hace una versión con una voz rasposa que nos pone a brincar desde el primer instante, pero no precisamente zapateado, sino ska. Ya he comentado que Flavio Cianciarulo está casado con una mexicana, por lo que toma esta canción que no era de las que uno se hubiera podido esperar una versión tan dinámica, pero queda como anillo al dedo la dedicatoria. La instrumentación es festiva como la original, con trompetas y un ritmo desaforado, pero es el bajo el que hay que seguir, donde el Sr. Flavio hace unas escalas muy buenas que se llevan la rola. Un buen cierre de disco, aunque sin duda lo más fuerte está en la primera mitad.

 

Y eso es todo. El disco es bueno en general, aunque con sus altibajos. Las canciones en su mayoría conservan esa cualidad de la música ranchera en que pasan de la mayor de las tristezas a tonos más alegres en cuestión de segundos. Lo cual va muy de la mano con nuestro carácter, capaz de sacar alegrías y reírnos de la vida en medio de la mayor de las desgracias. La mayoría de los temas se trataron muy bien, y a algunos otros se quedaron en buenas intenciones pero les faltó redondeo. De cualquier manera el disco vale la pena y es una excelente manera de recordar temas vernáculos (jajaja, vernáculos!! siempre quise escribir esa palabra en una reseña pero no había tenido oportunidad!!!) y darlos a conocer a las generaciones más jóvenes en un idioma más accesible para ellos: el Rock.

 

Por Corvan 

24/Sep/2010

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