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TURN! TURN! TURN! (The Byrds, 1965)

Artista: The Byrds (D+)

Fecha de Grabación: Jun – Nov del ‘65

Fecha de Lanzamiento: 6 de Diciembre de 1965, USA

Discográfica: Columbia

Productor: Terry Melcher

Calificación: 8

Era: Rock & Roll II, Early Sixties (1962-1966)

Subgénero: Folk Rock

Mejor Canción: Turn! Turn! Turn! o It's All Over Now Baby Blue si contamos los bonus.

Canciones: 1) Turn! Turn! Turn! (To Everything There Is a Season); 2) It Won't Be Wrong; 3) Set You Free This Time; 4) Lay Down Your Weary Tune; 5) He Was A Friend Of Mine; 6) The World Turns All Around Her; 7) Satisfied Mind; 8) If You're Gone; 9) The Times They Are A-Changin'; 10) Wait And See; 11) Oh Susannah.

BONUS TRACKS: 12) The Day Walk (Never Before); 13) She Don't Care About Time (single version); 14) The Times They Are A-Changin' (version 1); 15) It's All Over Now Baby Blue; 16) She Don't Care About Time (version 1); 17) The World Turns All Around Her (alternate mix); 18) Stranger in A Strange Land.

Este disco sería magnífico de no ser por un detalle… es casi una copia al carbón del disco debut. No se puede culpar a los Byrds. Las bandas en aquélla época no era que pudieran cambiar totalmente su estilo de un disco a otro, incluso en los Beatles, su evolución fue sutil y gradual. El problema es que es una especie de “disco gemelo malvado”, al estilo del Dire Straits/Communique, o del In The Court of the Crimson King/In The Wake of Poseidon, donde las canciones, si bien no son iguales, tienen un orden, estructura y rol muy similar. Es como di dijeran, “si el primero les gustó, éste no puede fallar”.

No por ello es un mal disco. Sigue siendo azúcar para los oídos, en el buen sentido. Pero se perdió el factor sorpresa, la frescura y la innovación. Pareciera precisamente que fuera un Vol. II del debut, siguiendo con el mismo mood, las mismas texturas, armonías y, por supuesto, el mismo jingle-jangle. La calificación menor no es solamente por estas cuestiones, sino que en general, no parecen mantener el enorme nivel del debut, sobre todo al final. A favor, tenemos más temas originales, la mayoría a cargo de Gene Clark, que les iría dando más confianza como compositores, dependiendo menos de los covers, aunque éstos siguen siendo la columna vertebral dl disco. Tenemos además los primeros coqueteos de la banda con el Country, muy matizados aquí con los arreglos pop, pero hacia el cual apuntarían por completo en algún tiempo.  

Aprovechando el trancazo del single “Mr. Tambourine Man”, los Byrds dejaron pasar apenas una semana del lanzamiento de su LP debut para volver al estudio y comenzar a trabajar en su siguiente disco. Recordemos que en esa época la idea era explotar la gallina de los huevos de oro lo más posible porque era inconcebible que una banda se mantuviera en la cresta de la ola por más de 18 meses, y por ello no extraña que el sonido sea tan similar, si las sesiones entre discos apenas tuvieron interrupción. El Mr. Tambourine Man no sólo puso a los Byrds en la cresta de la ola llamada Folk Rock, sino que abrió las puertas a otros números como The Turtles, Cher, Simon & Garfunkel, The Mamas & The Papas y Barry McGuire, que comenzaron a dar una respuesta estadounidense a la cada vez más potente Invasión Británica. Irónicamente, el segundo single de los Byrds, “All I Really Want To Do”, no tuvo el éxito que esperaban, opacada por la versión de Cher.

Por ello, cuando entraron a los Columbia Studios de Hollywood el 28 de Junio del ’65, nuevamente con la producción de Terry Melcher, iban con la obsesión de encontrar un demoledor tercer sencillo. La idea inicial era repetir (aún más) la formula del primer LP escogiendo otro tema de Dylan, “It's All Over Now Baby Blue”, del Bringing It All Back Home. En su lugar, se decantaron por “Turn! Turn! Turn!”, de Peter Seeger, que en este álbum toma el rol central.

Las sesiones, sin embargo, fueron mucho más ríspidas que las del primer disco. Los choques iniciales fueron entre el productor Melcher y el manager Jim Dickson. Melcher iba aumentando cada vez más su esfera de poder en los chicos, y Dickson a su vez tenía la intensión de producir él mismo el álbum, por lo que pronto empezaron las discusiones por sus opiniones fuera de sus estrictas funciones. Además, el resto del grupo veía como Gene Clark se llenaba los bolsillos con las regalías de sus composiciones, de forma que Jim McGuinn y Dave Crosby llegaron con varios temas suyos. La mitad del disco son canciones originales (o casi), pero de ellas, 3 son de Gene, una es un arreglo de McGuinn a un tema tradicional, otro tema suyo y otro coescrito con Crosby. Dave tenía la impresión, no del todo falsa, que el resto del grupo conspiraba para evitar incluir sus temas. Crosby terminaría “regalando” varios de sus rolas a otros grupos, como Quicksilver, Blackburn & Snow, Dino Valenti y Jefferson Airplane, con tal de obtener algún dinero por derechos de autor. A la vez, el hecho de que Gene se mantuviera como principal compositor lo fue aislando más, y generó que un par de temas buenos fueran descartados, o relegados a lados B, como “The Day Walk (Never Before)”, o “She Don't Care About Time”, que al menos pudo haber reemplazado al mal chiste con que cierra el disco original. Estos temas, afortunadamente se rescatarían en la reedición de 1996, junto con otros descartes y tomas alternas que no agregan mucho. Sin embargo, en su momento, fue factor decisivo para que Clark abandonara la banda a inicios de 1966, mientras que a Melcher también le dieron las gracias al terminar el disco y Jim Dickson se quedaba con el control completo.

El disco arranca con “Mr. Tambourine Man” que es un… Ehrr, no! Me he confundido!!! Éste inicia con “Turn! Turn! Turn! (To Everything There Is a Season)” cuya mayor diferencia es que no fue escrita por Dylan, y por lo mismo, hubiera sido universalmente desconocida de no ser por esta versión. Ya en serio, a pesar de que ocupa exactamente el mismo rol y fue hecha con la misma intención, la versión de los Byrds es genial y merece ser el punto central del disco y que se haya convertido un clásico inmortal, siendo de los pocos puntos del disco en que alcanzan el nivel del anterior. El riff principal, con el arpegio en escala descendente de la Rickenbacker de 12 cuerdas de McGuinn es simple, pero espectacular. La melodía vocal mejora un millón de veces la de Seeger (que sin demeritar su contribución al Folk, siempre me ha parecido que canta medio dormido). Por cierto, Peter escribió el tema a fines de los 50’s tomando casi letra por letra el libro del Capítulo 3 del Eclesiastés, por lo que, en teoría, la letra la escribió el Rey Salomón hace unos 30 siglos, lo que la hace la canción pop con letras más antiguas ever. Volviendo a la versión de los Byrds, todo les funciona de maravilla, desde ese jingle-jangle de la intro, las armonías a 3 voces en la que Jim-Roger tiene apenas un poco más de volumen que los demás, y la fenomenal estructura, muy dinámica, en la que combinan la parte más pausada “To everything - turn, turn, turn” cuya melodía también va en descendientes, con la parte ligeramente más rápida e intensa “A time to be born, a time to die, A time to plant, a time to reap…”, rematando la cuarta línea del estribillo de forma más lenta, preparando para iniciar de nuevo. El tema además lleva varios parones y arrancones (uno al 2, antes de esa especie de solo arpegiado, y otro antes de la coda), van variando la intensidad, y está cargada de ganchos a diestra y siniestra. La canción dura casi 4 minutos, que era una eternidad para la época, pero insisto en que la manera en que la armaron, y esos parones y arrancones que hacen una especie de subdivisión dentro de la canción, lograron que funcionara tanto para los fans como para los críticos, y la radio no tuvo opción más que airarla hasta el cansancio. Los chicos sabían que esté tema sería su siguiente #1 en las listas, y por ello no escatimaron en tiempo y detalles, tomándoles 78 tomas y 5 días en conseguir la versión definitiva. La canción, curiosamente, sería tomada como uno de los primeros símbolos del pacifismo con la Guerra De Vietnam comenzando a cobrar relevancia, aunque la letra, evidentemente no tenía nada qué ver. Lo cierto es que, su intención de volver a poner a los Byrds de nuevo en la cima, les funcionó de maravilla.

El segundo track es “It Won't Be Wrong”, escrita por Jim McGuinn y su amigo Harvey Gerst en 1964. La canción había sido lanzada en ese año en una versión muy diferente, titulada “Don’t Be Long”, cuando el grupo aún se llamaba The Beafeaters. Es una especie de rocker, que incluso en el orden del disco intenta tomar el lugar de “I'll Feel A Whole Lot Better”, del debut. Aunque no es tan buena y es algo más lenta, la canción funciona, con ese riff con cierto toque oriental que presagia los sonidos del siguiente álbum, con cambios de tiempo, ese gran cambio de menores a mayores entre versos y estribillo, y de nuevo algunos parones y arrancones que relanzan de buena forma la canción. La letra es algo cursi, pero ésos “Please let me love you and it won't be wrong” de los coros dan un toque siniestro, acorde al inusual tono oscuro de la instrumentación, algo más compleja que los estándares de la época.  

Continuamos con “Set You Free This Time” es el primero de los tres temas de Gene Clark, en la que además canta y toca la guitarra acústica y la armónica. La canción sería el primer coqueteo del grupo con el Country, y por ello parece tan fuera de lugar en la etapa inicial de los Byrds. Clark diría que la escribió de un sentón, a mitad de la gira británica del grupo, cuando conoció a Paul McCartney en el Club Scotch of St. James de Londres. Es el primer tema donde no hay un acompañamiento de armonías, y el hecho de que Gene lleve el lead vocal, y además intente imitar el acento dylaniano, la hacen que no tenga el sonido Byrd. Sin embargo, la letra es poética, narrando un rompimiento amoroso, y hacia el final tenemos una coda con armónica en el fade out, que resalta ese feeling Country. La canción sería lanzada como sencillo con “It Won't Be Wrong” de lado B, pero le fue mal, y Columbia decidió promover más el Lado B, con lo cual llegaría al #63 de las listas con un relanzamiento en Febrero del ’66, teniendo el orden invertido. El mundo aún no estaba listo para el Country de los Byrds.

 

El primero de los dos covers de Dylan es “Lay Down Your Weary Tune”, con el que además retomamos el estilo típico de la banda en su etapa inicial. La canción fue uno de los descartes del The Times They Are a-Changin', que el manager de Bob les había hecho llegar, porque la consideraba buena. La banda pidió la aprobación de Dylan después de grabarla, y éste quedó impresionado. En algún momento le diría a McGuinn “Hasta ahora creí que eras sólo un buen imitador, pero a ésta le has agregado muy bien tu Feeling”, que es lo más cercano a un cumplido que jamás le diría a alguien. La canción retoma los arpegios luminosos, las armonías a triple voz y ese aire lento y tristón, con un ritmo de vals fúnebre. Sin embargo, aquí resalta el bajeo de Chris Hillman, con mucho mayor volumen y con un ligero fuzz, llevando el peso de la canción con notas simples, pero dinámicas, y creando un efecto muy cool, semejante al usado por McCartney en algunos temas del Rubber Soul. Es imposible alguna influencia de un lado a otro, ya que ambos discos se grabaron al mismo tiempo y fueron lanzados con 3 días de diferencia en Diciembre del ’65… o no? Starostin hace notar muy bien que este tema es la definición de Folk Rock, con la sección rítmica haciendo rock (o en este caso pop) y las guitarras haciendo Folk. El tema es bello y con la preciosa poesía de Dylan. A pesar de que le gustó bastante a éste, a Dickson y a Melcher no les agradó tanto el resultado, ya que creían que los chicos podían haber logrado otro “Mr. Tambourine Man” y evidentemente se quedaron cortos.

El Lado A termina con “He Was A Friend Of Mine”, una canción tradicional que arregló McGuinn con nuevas letras, el día del asesinato de John F. Kennedy. No es técnicamente una canción de Dylan, ya que las primeras versiones grabadas datan de los 30’s y probablemente es mucho más antigua, pero posiblemente hubo alguna influencia de la versión que tocaba Bob en vivo y que aparece en el The Bootleg Series, que es realmente un descarte de su disco debut. El tema es bello, y lo primero que salta a la vista, digo, al oído, es que McGuinn no usa su Rickenbacker, sino un raudo arpegio cristalino con una guitarra acústica, y un discreto órgano de fondo, tocado por Melcher. Hillman sigue con ese fuzz, pero en un papel menos protagónico. “He never knew my name, Though I never met him I knew him just the same, Oh he was a friend of mine”, canta Jim casi adolorido, resumiendo el sentir estadounidense ante el magnicidio de uno de los presidentes más queridos en la historia de USA. 

“The World Turns All Around Her” es bastante más alegre y movida, con ese aire beatlesco que le da Gene a sus composiciones. Jim retoma las 12 cuerdas, y en general toda la instrumentación (incluso el bajo) suena en el standard de la banda. Bueno, un detalle que no se menciona en ninguna otra reseña es que la guitarra por momentos tiene guiños muy orientales, semejantes al sitar, en esas coincidencias que el disco tiene con el Rubber Soul. El tema es breve, con apenas poco más de 2 minutos, pero es lindo, y con un puente interesante y oscuro al minuto. Me gustan esos volantazos a tonos menores con que salen a veces. La letra es sobre la pérdida de la mujer que ama, desde un punto un poco más filosófico que el resto de sus contemporáneos.

“Satisfied Mind” es un cover de Joe Hayes y Jack Rhodes, un tema Country que irónicamente suena menos Country que “Set You Free This Time”, quizá porque aquí si aparece la triple armonía. En lo demás si mantiene un estilo sureño, y de nuevo aparece la armónica en el fade out de la coda. Lleva un ritmo lento de vals, con poca instrumentación, y con letras profundas que encajan bien en el estilo Folk Rock que le da el grupo. No es maravillosa, pero dura dos minutos y medio, por lo que no se vuelve tediosa, aunque creo que tenían mejores rolas propias para incluir.

La tercer contribución de Gene es “If You're Gone”, que mantiene el mismo ritmo lentón de la anterior. Igual que “Set You Free This Time”, Clark es quien lleva el lead vocal, sin las armonías de refuerzo. Sin embargo, aquí funciona mucho mejor, cantando de forma más natural, con una preciosa melodía sentada en un círculo de 3 tonos con ligeras variaciones, a las que Jim va agregando florituras con las 12 cuerdas. La canción es tremendamente emotiva, y da muestra de la evolución de este tipo, creando preciosas imágenes en cada línea. Para este tema, aunque no está la típica triple voz, Jim sugirió que hicieran una armonía gregoriana a 5 voces, que suena casi como un etéreo sintetizador de fondo, resaltando la majestuosidad del tema. Los Byrds se adelantarían unos cuantos meses a los Kinks y a los Yardbirds con ésta experimentación vocal, aunque desgraciadamente el volumen es muy bajo y no luce como debiera.

Viene ahora el segundo cover a Dylan, “The Times They Are a-Changin'”, a la que muchos críticos se le van a la yugular. Es cierto, no logran una versión tan bien hecha como “Mr. Tambourine Man”, pero tampoco es tan terrible como la pintan. Es una buena canción de Bob, y creo que ésta era la mejor manera de convertirla en un tema pop, algo más acelerada y con el típico jingle jangle, Jim llevando el lead vocal en los versos y las demás voces uniéndose en los estribillos. Coincido en que le quitan toda la rabia con que Bob la canta, dejando más bien cierta ironía (en parte culpa por el tempo acelerado, que impide remarcar cada palabra como lo hace Bob), pero es un interesante arreglo, no al nivel de otros covers que hicieran, pero tampoco para crucificarlos. Para el anecdotario, cuando la estaban grabando recibieron la visita de – redoble de tambor – No, no de Dylan, sino de nada más y nada menos que de George Harrison y Paul McCartney, que les subieron la moral reconociendo que eran su banda estadounidense favorita. Hey, quizá entonces Paul escuchó el efecto de bajo y se lo pirateó para “Think For Yourself”???

El siguiente tema es “Wait And See”, el único del disco en el que Crosby es coacreditado como compositor junto a McGuinn. Los dos querían alejarse del estilo romántico de Gene Clark, pero irónicamente, el tema les salió más Clarkiano que los de Gene en este disco. Es alegre y rápida, sin llegar a ser un rocker, pero el sonido es predecible a estas alturas y suena ligera y boba, no sólo comparándola con las rolas del Mr. Tambourine, sino incluso con las de este disco.

El cierre flojo del disco es rematado con la pésima broma de “Oh Susannah”, de la que incluso McGuinn se quejarían diciendo que no era un tema para haber sido incluido en el disco (y quién soy yo para contradecirlo). Posiblemente lo hicieron para quitarle espacio a algún otro tema de Clark, que eran superiores por donde se vieran. La cuestión es que este tema infantil termina afeando bastante el final del disco, que ya iba de bajada.

La reedición de 1996 en CD trae algunos bonus tracks (igual que la reedición del Mr Tambourine), que en algunos casos son gratas adiciones de descartes, y en otras, son simples versiones alternas.

 

“The Day Walk (Never Before)” es un temita juguetón de Gene, con Hillman de nuevo en plan protagónico, haciendo esos sube y bajas tipo “Satisfaction”, pero sin fuzz. La cuestión es que la canción queda en un tono demasiado grave para la voz, y aunque no es mala y pudo entrar sin problemas en el disco, hubiera sonado mejor en un tono más alto. Quizá vieron eso o quizá vieron una posible demanda de Jagger/Richards. Sería publicada hasta 1987, para el compilatorio Never Before.

“She Don't Care About Time (Single Version)”, también de Clark, tiene mayor predominancia del jingle-jangle, con bellas melodías, pero no es demasiado memorable. Lo más destacable es acaso el breve requinto, que está basado en Bach, por si les resulta algo familiar. Con todo, también pudo reemplazar algunos de los temas más débiles.

Viene después “The Times They Are A-Changin' (version 1)”, que de las primeras tomas de la canción, más acelerada y luminosa, y con una guitarra adicional, que le da más brillo. Evidentemente la mezcla deja mucho que desear, pero con una pulida, creo que esta versión es mejor.

El plato fuerte de los bonus es “It's All Over Now Baby Blue”, que estaba pensada inicialmente cómo el single principal del disco y terminarían relegando de manera inexplicable ante otro dos covers de menor calidad. Desde el riff inicial suena pegajosísimo, y Jim se obliga a cantar en un tono más alto de lo que está acostumbrado, dándole un toque particularmente desesperado. Las triples armonías suenan fantásticas, y esa forma en que rematan con el título, de manera desoladora, logra superar a la original. Tenemos incluso un solo agudísimo y cristalino, inusual para lo que solían hacer. No he mencionado a Michael Clarke porque su labor en batería es buena a secas, pero aquí hay que destacar la gran labor que tienen las baquetas. La grabación sería enlatada durante más de 30 años hasta el relanzamiento en CD en 1996, lo cual es una pena porque es una versión hermosa, que hubiera elevado el nivel del disco, y muy superior a la versión que finalmente lanzarían en 1969 en el disco Easy Rider.

“She Don't Care About Time (version 1)” distinta a la version del single. Curioso que haya un bonus de un bonus. De cualquier forma es inferior en mezcla y arreglos que la versión que ya escuchamos, salvo que me gusta la armónica como fondo sobre el solo de Bach.

“The World Turns All Around Her (alternate mix)” es básicamente la misma del LP, pero, ehrrr. Bueno, con una distinta mezcla, apenas distinguible. No, en realidad, siendo honesto, no encuentro diferencia alguna.

La reedición cierra con el inquietante instrumental “Stranger in A Strange Land”, de David Crosby. Las guitarras se entretejen de manera rauda, mientras el bajo hace un patrón oscuro y lleno de tensión, creando en general un aire entre country y psicodélico. Es cierto que tras un rato resulta algo repetitiva, pero vamos, el tema tenía potencial. Si se hubieran esforzado un poco en meterle buenas voces y letras... Crosby se quejaba de que lo saboteaban, y la verdad es que tenía razón. La batería también suena mucho mejor que el promedio aquí.

En fin, el disco no alcanzó las alturas de su predecesor, simple y sencillamente porque no tiene el mismo nivel, pero alcanzó un muy buen #17 en Billboard y volvió a colocar a los Byrds en boca (o tornamesa) de todos durante la temporada navideña del ’65, reafirmándolos como los líderes del Folk Rock. Debo insistir en que no es un mal disco, siguen predominando los tonos dulces y las suaves melodías y preciosas armonías del debut. Pero por ello se siente una extensión del mismo, sin gran variación de estilo, y hacia el final del LP, las canciones van bajando de nivel, de manera inexplicable teniendo los descartes que tuvieron. Mejorando ese cierre con “It's All Over Now Baby Blue”, y los dos temas de Clark en los bonus, o sacudiéndole el boicot a Crosby y terminando ese instrumental protopsicodélico, el Turn! Turn! Turn! pudo igualar o incluso superar el nivel del debut, pero simplemente no quisieron. Con todo, es un disco que vale la pena escuchar de vez en cuando. Para su siguiente álbum, ya sin Gene Clarke, viéndose obligados a rebalancear la banda, cambiarían finalmente su sonido, evolucionando a la Psicodelia. Pero esa es ya otra historia.

Por Corvan

4/mar/2018

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